A pesar de los cambios por el Pacto Fiscal, Rentas recaudó 2.486 millones en lo que va del año
A pesar de los cambios en las alícuotas de Ingresos Brutos a los que fue obligado en virtud del Pacto Fiscal, la Dirección General de Rentas (DGR) de Misiones sigue siendo este año una “maquinita” de recaudar con $2.486 millones en el primer trimestre del año, un 27% más que en el mismo período de 2017.
El dato es una buena noticia para el Estado misionero, que le dio luz verde al titular de la DGR, Miguel “Pimpy” Thomas, para que aprovechara hasta el último resquicio que permitía el acuerdo entre Nación y provincias para aumentar temporalmente algunas alícuotas, en especial al comercio y servicios. En cambio, se eliminó la tasa de IIBB a las exportaciones y se bajaron algunas cargas a la actividad industrial.
En el gana-pierde de las modificaciones, la DGR mostró en enero, febrero y marzo, números de la recaudación muy positivos, que además, indican que la economía misionera sigue mostrando un crecimiento moderado, pero crecimiento al fin.
La DGR recaudó en enero $864 millones, versus $671 millones en el mismo mes del año pasado con un 28,7% de aumento. En febrero el incremento fue de 25,8% con $803 millones recaudados y en marzo los $818 millones que percibió Rentas equivalieron a un incremento de 27,3%. En todos los casos se trata de un crecimiento real, ya que superó a una inflación anual que ronda el 20%.
Además, está en línea con la suba de la recaudación de la DGR de 2017, que fue de 29,06% a $9.950 millones comparado con el 2016.
Por supuesto, del otro lado los contribuyentes protestaron y fueron conocidas las quejas de las cámaras empresarias como la CEM y la CCIP, molestas porque el Pacto Fiscal, ideado para bajar la presión impositiva de los fiscos provinciales, en rigor la subió a algunos sectores importantes de la economía en esta primera etapa y de forma transitoria.
Un acuerdo al que le falta una pata
Los datos de la recaudación los aportó el propio titular de Rentas, “Pimpy” Thomas, hace diez días con una planilla que publicó en su cuenta de twitter, al mismo tiempo que recordó que “la Nación le debe a Misiones” mayor equidad fiscal. Justo ese día que el presidente Mauricio Macri estaba en Iguazú y Puerto Esperanza. No es habitual que Rentas divulgue cifras de recaudación tan frescas. Normalmente lo hace al cierre del año. Pero el titular de Rentas no quería dejar pasar la chance de dejar un mensaje político.
Thomas está en contra de los cambios impositivos comprometidos con la firma del Pacto Fiscal porque considera que implican debilitar una pata importante del modelo misionerista, que es la recaudación propia de la DGR. Misiones recauda casi tanto como Corrientes y Chaco juntas.
Thomas es un “villano” para los empresarios, por la presión impositiva que ejerce para obtener estos recursos, además de los métodos agresivos para recaudar. Como recaudador es muy eficaz y vienen a estudiar sus métodos desde otras provincias.
Pero también es un “héroe”, una figura necesaria de la economía misionera. La DGR está obligada a ser una fuente de ingresos importantes en virtud de la inequidad con la que es tratada la tierra colorada en el reparto de la Coparticipación Federal. Misiones es una de las provincias más perjudicadas y una de las que menos “Copa” recibe por cada habitante y eso fue lo que Thomas quiso dejar de manifiesto con una serie de tweets y cifras elocuentes que publicó mientras el Presidente se reunía con funcionarios, gobernadores y empresarios frente a las imponentes Cataratas del Iguazú.
Thomas piensa que hacer los cambios impositivos a los que se comprometió Misiones con el Pacto Fiscal sólo son viables si al mismo tiempo se negocia una nueva Ley de Coparticipación, como prometió el gobierno de Macri en sus primeros dos años. El problema es que ahora parece muy improbable que se avance con esa reforma.
La Casa Rosada arrancó con ganas la iniciativa de lograr -por fin-, una nueva Ley de Coparticipación, algo que debió haber sucedido en 1996 según el mandato constitucional. Pero ahora esa iniciativa parece haber perdido voluntad política y está casi cajoneada ya que hay sólo unos pocos distritos en la situación de Misiones, que van a ganar si o si en el nuevo reparto de la torta.
En cambio, hay muchas más provincias que van a perder y no quieren discutir ningún cambio. Otro dato: el Pacto Fiscal logró la reparación histórica para la provincia de Buenos Aires, equivalente a unos 60.000 millones de pesos anuales para el gobierno encabezado por Maria Eugenia Vidal. ¿Quién quiere una nueva ley de “Copa” ahora?
“Si se renegocia una nueva ley de Coparticipación nosotros podríamos bajar impuestos provinciales”, dijo Thomas a Economis en septiembre del año pasado, cuando fue a presentar la presupuesto de Rentas a la Legislatura.
Ahora Misiones irá perdiendo de a poco recaudación propia sin una compensación por el lado de la Coparticipación. Algunos dicen que Thomas, incluso, consideró seriamente la posibilidad de renunciar en desacuerdo con la firma del Pacto. Por el momento, lo que hizo, fue aprovechar la “letra chica” para hacer un control de daños y demorar, todo lo posible, el impacto negativo del Pacto en los recursos del Estado misionero. Las cifras del primer trimestre demuestran que por ahora fue efectivo.
El problema es a mediano y largo plazo. Como pasa con muchas otras cosas, por ejemplo las subas de tarifas de luz, cuando se trata de frías cifras en un anuncio, casi nadie parece darse cuenta. Todos ponen el grito en el cielo recién cuando la boleta pasa por debajo de la puerta y las cifras abstractas se transforman en un pago real por el cual hay que dejar de lado otros consumos.
Los Pactos Fiscales, cuando perjudican a una jurisdicción, están diseñados para que no se sientan en el momento en la entrada de recursos. El “dolor” viene después, cuando ya es demasiado tarde para cambios. Es como un empleado que en su trabajo acepta resignar una parte de su sueldo en blanco y a cambio, le dan bonos, premios u otras compensaciones temporales.
Thomas piensa que solo unos pocos se dieron cuenta en Misiones de la situación real a la que se enfrenta la provincia en un futuro no tan lejano.
En cinco años, los impuestos a la mitad
El Pacto Fiscal obliga a las provincias a reducir en un 50 por ciento los impuestos que cobran de aquí al 2022, básicamente a través de Ingresos Brutos. También estimula que las provincias empiecen a recaudar más por el Impuesto Inmobiliario, un gravamen que aquí tiene un carácter casi simbólico pero es muy fuerte en otras provincias como Buenos Aires, donde el campo suele manifestar su malestar cada vez que hay un revalúo.
Pero a Misiones no le va a ser tan fácil empezar a recaudar en serio por el Impuesto Inmobiliario.
“En Misiones encierra todo un debate sobre la propiedad, acá hay habitantes que viven en una propiedad que vale mucho, pero porque están desde hace tiempo cuando no valía tanto, no tienen ingresos reales como para pagar impuestos importantes”, explicó a Economis, el contador Raúl Karabén, experto en temas fiscales.
Por ahora, la estrategia de “Pimpy” Thomas prueba ser efectiva. También es cierto que la mayoría de las provincias hicieron lo mismo. Es decir, aprovecharon que los topes máximos marcados por Nación para cobrar Ingresos Brutos les permitían, en este primer año del Pacto Fiscal, subir todavía un poquito más la presión impositiva.