Acuerdo con canillitas: ahora las compras por Internet también se podrán retirar en los kioscos de diarios
Empresarios del sector y funcionarios del Ministerio de Trabajo sellaron un acuerdo para mitigar el impacto de la tecnología en este secctor y por el cual los canillitas también podrán entregar correspondencia y paquetería y de documentos de identidad y pasaportes.
La primera vez que en Argentina se escuchó vocear a un “canillita” fue el 1° de enero de 1898. En las calles rosarinas se sintió ese día el “compre La República”, “La República, a medio peso”.
Se trataba de la forma en que se le daba publicidad al diario que había aparecido ese día en Rosario y que fue fundado por Lisandro De la Torre, quien acababa de distanciarse de la Unión Cívica Radical (UCR).
Fue además el puntapié inicial para el crecimiento de lo que luego se convirtió en un excelente negocio al punto que se comenzaron a instalar por todo el país puestos callejeros fijos, cuya propiedad se dirimía a golpes o pagando un “favor” policial, hasta que el coronel Juan Domingo Perón, desde su puesto de secretario de Trabajo, le aconsejó a su proveedor de diarios que se sindicalizaran.
De esa forma, se fue desarrollando en el país al ritmo del éxito de los medios periodísticos y culturales impresos al punto que hubo puestos que se llegaeron a cotizar en millones de dólares y cuyo canal publicitario fueron los históricos “canillitas”, nombre elegido por los mismos vendedores en 1947, en honor a Florencio Sánchez quien los había bautizado con ese apodo.
Según algunos relevamientos se llegaron a contabilizar hasta 5000 puestos en el país, aunque el avance de la tecnología, el desarrollo de aplicaciones para lectura online, y los cambios de hábitos y costumbres, en especial de los sectores más jóvenes que ya no compran medios impresos, pusieron en jaque a este sector, con el cierre de por lo menos el 25% de esos locales en los últimos años.
Así, la pérdida de lectores de los diarios tradicionales redujo la caja de los puestos de diarios que debieron sumar otros rubros para poder sobrevivir, en el marco de una crisis que evidencia la decadencia de la prensa de papel y de la caída de la distribución.
En este marco, y como forma de encontrar un “salvavidas” a la actividad, el Gobierno emitió una nueva reglamentación para permitir a los kioscos de diarios y revistas sumar nuevos rubros.
En concreto, se firmó una resolución que complementa el régimen de venta y distribución de diarios y revistas vigente a partir de una iniciativa de la cámara que agrupa a los dueños de estos puestos y del Ministerio de Trabajo.
A partir de ahora los puestos podrán entregar correspondencia al estilo de las sucursales de los correos tradicionales. También se podrá obtener en estos puestos papelería, paquetería, servicio de guarda, depósito y recibir productos adquiridos por terceros a través del comercio electrónico.
El nuevo marco regulatorio agrega la posibilidad de que en esos puestos se entreguen tarjetas de crédito y de débito, documentos de Identidad y hasta pasaportes.
Según la norma, los titulares de dichos locales deberán solicitar una credencial adicional para contar con la autorización para prestar estos servicios.
“Esta ampliación en las prestaciones que los trabajadores del sector ofrecen a la comunidad forma parte del trabajo en conjunto que viene llevando adelante el Gobierno con los representantes de cada uno de los sectores económicos y productivos, con el objetivo de brindarle dinamismo a las actividades y adecuarlas a los cambios tecnológicos que se están generando a nivel mundial”, se explica en un documento redactado por el Ministerio de Trabajo.
El informe resume lo conversado durante una reunión llevada a cabo esta jornada para rubricar el nuevo convenio ampliado entre el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, el secretario de Trabajo, Horacio Pitrau, el secretario general del Sindicato de Vendedores de Diarios y Revistas de Capital Federal y Gran Buenos Aires (SIVENDIA), Aldo Lo Castro, y los representantes de la Sociedad de Distribuidores de Diarios y Revistas (SDDRA), Carlos Taboada, Martín Codo y Héctor Emenguiya.