Arancel por arancel y el mundo se quedará pobre
Donald Trump lo hizo de nuevo: el presidente de los Estados Unidos volvió a amenazar a Canadá, México y China con elevar un 25 % los aranceles a la importación de productos de esos países a territorio norteamericano, el efecto inmediato fue un tembladeral en los mercados financieros que, como se volvió para atrás con las medidas, al menos temporalmente, más o menos se recuperaron y no pasó de ahí.
Como no se sabe todavía qué va a hacer y no es la primera vez que dice y se desdice, es difícil ponerle números a los efectos que estas medidas podrían tener…..
Pero resulta un ejercicio interesante tratar de adivinar lo que está intentando hacer y las consecuencias que tendría esta política de comercio internacional para ellos y para el resto del mundo:
La teoría de los juegos nos da el marco adecuado para analizar la situación; usando la lógica de “el dilema del prisionero” podemos ver dónde terminará esta guerra comercial y cuál sería el estado de las cosas de cumplir sus promesas proteccionistas.
Los acontecimientos se darían en términos generales así:
Situación 1 Inicial: Los países comercian entre sí, sin aranceles o aranceles negociados de común acuerdo, y bajo la lógica de las “ventajas comparativas” cada uno produce lo que hace más eficientemente y compra lo que hacen mejor los otros … todos se benefician con esto. Para eso se hacen los tratados de libre comercio o aranceles reducidos.
Situación 2 “La traición” de Estados Unidos (así se denomina en el dilema): Trump piensa que si pone aranceles obtiene beneficios por dos lados:
1 los fiscales, el incremento de recaudación por derechos de importación ayudará a reducir el enorme déficit fiscal de Estados Unidos que ronda el 6 % de su PBI y es uno de los más altos del mundo.
2 los efectos en la economía: como los aranceles incrementan el precio de los insumos importados, esto mejora la balanza comercial y empieza un proceso de crecimiento por sustitución de importaciones, ya que la producción local tendría un costo menor al no aplicarse los mismos aranceles a la producción nacional, comparado con los que se aplican a la importación. Esto es lo que se conoce como estrategia dominante o lo que se ve incentivado a hacer uno de los jugadores.
Situación 3: Los demás países no se van a quedar quietos, y también van a aplicar aranceles a la importación de productos norteamericanos como represalia a las medidas adoptadas en la situación 2 (los gobiernos de México y Canadá lo anunciaron inmediatamente); terminan todos exportando menos, importando más caro, y subiendo los costos de todo el producto afectando la actividad económica general de todos los países que sean parte de la guerra comercial.
Si a esto le sumamos que solo Estados Unidos y China representan aproximadamente el 45 % de producto mundial, vemos que los efectos recesivos por incremento de costos se van a derramar en todo el mundo como un Shock de Oferta y los resultados van a ser inevitablemente menos crecimiento, más recesión, más desempleo y pobreza en el mundo entero.
No es un juego, así pasó:
No es solo teoría, luego del famoso crack del 29 de la bolsa de Nueva York, el congreso de los Estados Unidos sanciona la ley Smoot-Hawley que imponía aranceles de entre un 15 % a un 40 % a la importación de productos, principalmente primarios (muy relevantes en la economía de 1930). El objetivo: lo descrito en la situación 2, sustituir importaciones, reducir el desempleo e incrementar la recaudación fiscal de la castigada economía americana.Consecuencias: los países europeos tomaron represalias subiendo los aranceles a los productos norteamericanos, cayó abruptamente el comercio internacional y el mundo entró en la recesión general más dramática y prolongada de la historia moderna (según algunas fuentes respetables la más grande desde la peste negra, y sin pandemia mediante).

Si bien estos fenómenos son multicausales y echarle la culpa de todo al proteccionismo norteamericano del 30 sea un poco exagerado; no hay dudas de que la gran depresión y sus consecuencias en la gente, despertó los nacionalismos exacerbados en los países europeos que terminaron en la Segunda Guerra Mundial, también en los países latinoamericanos las sucesiones de golpes de Estado ( Uriburu en el nuestro ) no fueron casualidad… fueron consecuencias de la depresión económica que padecía la población.
En síntesis: No diría que solo el proteccionismo de Estados Unidos tuvo la culpa de la Alemania Nazi y la Italia Fascista pero ayudó, y lo que esta comprobado es que por intentar paliar una crisis bursátil, estas medidas llevaron a Estados unidos a la Depresión mas larga, dolorosa y tristemente célebre de su historia.
Conclusión:
Si Estados Unidos inicia una guerra militar lo más probable es que venza inmediatamente, e imponga sus condiciones sin resistencia ya que tiene el ejército más poderoso del mundo. Es difícil imaginar que se llegue a la situación 3.
Pero si lo que inicia es una guerra comercial, la historia muestra (y los anuncios de Canadá, México y China actual reafirman) que los países afectados van a tomar represalias en el mismo sentido, esto provocará aumento generalizado de precios, caída del comercio, aumento del desempleo etc. etc. Y, en un mundo mucho más globalizado e interdependiente un país del otro; aunque todavía no se pueden estimar los daños; lo que es seguro que serán mucho más graves que en la recordada Gran Depresión… para ellos, para nosotros, para todos.
Ojo por ojo y el mundo se quedará ciego dijo Bertolt Brecht; arancel por arancel y el mundo se quedará (otra vez) pobre.