Bebidas azucaradas: el enemigo detrás de la diabetes y las enfermedades cardíacas

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El consumo masivo de bebidas azucaradas está causando una ola de enfermedades crónicas en todo el mundo, con América Latina como una de las regiones más afectadas. En Argentina, estas bebidas son responsables de cientos de miles de nuevos casos de diabetes y enfermedades cardiovasculares cada año.

Cada año, a nivel global, se diagnostican 2.2 millones de nuevos casos de diabetes tipo 2 y 1.2 millones de enfermedades cardiovasculares relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas, lo que representa el 9,8% y el 3,1% respectivamente de todos los incidentes a nivel mundial. En América Latina y el Caribe, estos productos son responsables de más de 1 de cada 10 nuevos casos de enfermedades cardiovasculares. Estas conclusiones surgen de una investigación publicada recientemente en Nature Medicine y realizada por expertos de la Escuela Friedman de Ciencias y Políticas de la Nutrición de la Universidad Tufts (EE. UU.), en la que se analizaron datos de 184 países para cuantificar la carga de enfermedades atribuibles al consumo de bebidas azucaradas.

El estudio revela que dos países latinoamericanos destacan entre los más afectados. Entre los 30 países más poblados, Colombia registró el mayor aumento en nuevos casos de diabetes tipo 2 atribuibles a las bebidas azucaradas, con 793 casos más por cada millón de adultos, seguida por Estados Unidos, Argentina y otros países de la región. Además, se destacó que en América Latina, las bebidas azucaradas fueron responsables de más del 10% de los nuevos casos de enfermedades cardiovasculares, con Colombia y México en el centro del problema.

El impacto de estas bebidas no solo se refleja en las estadísticas, sino también en las graves consecuencias metabólicas que ocasionan, tales como resistencia a la insulina y aumento de peso, factores claves en el desarrollo de enfermedades crónicas. Además, su consumo está vinculado a un incremento en enfermedades cardiovasculares, como hipertensión y aterosclerosis, lo que resulta en un mayor riesgo de infartos y accidentes cerebrovasculares.

Este fenómeno se ve acentuado por patrones de consumo culturalmente arraigados, especialmente en países con menor acceso a servicios de salud, como ocurre en muchas zonas de América Latina. Los autores de la investigación instan a la implementación urgente de medidas basadas en evidencia para reducir el consumo global de bebidas azucaradas, con el fin de evitar que más vidas se vean afectadas por estas enfermedades prevenibles.

El impacto del consumo de bebidas azucaradas en Argentina

Un estudio realizado en el país por el Instituto de Efectividad Clínica y Sanitaria (IECS), reveló datos alarmantes y fijó un antecedente del grave impacto de estas bebidas en la salud, que va más allá de la diabetes. Las cifras en Argentina también apuntan a 514.000 casos de sobrepeso y obesidad en adultos, y 774.000 en niños y adolescentes.

Además, las enfermedades cardíacas, accidentes cerebrovasculares, problemas osteomusculares, asma, lesiones renales y cáncer también se asocian con el consumo de bebidas azucaradas, lo que resulta en 12 muertes por día en el país. La Dra. Andrea Alcaraz, una de las investigadoras principales, advierte que lo que la población sabe acerca de las bebidas azucaradas es solo una fracción de lo que realmente implica su consumo. “Las latas, botellas y cajitas son solo la parte visible del iceberg. Lo que está oculto, lo que no vemos, es el daño a la salud pública: la diabetes, la obesidad, y otras enfermedades derivadas de estas bebidas”, explica.

El sistema de salud destina alrededor de 55.800 millones de pesos anuales para tratar enfermedades relacionadas con el consumo de bebidas azucaradas, lo que representa el 2.8% del presupuesto nacional en salud. Los investigadores señalan que la implementación de políticas como el etiquetado nutricional, impuestos a estas bebidas, medidas educativas, la modificación del entorno escolar y la restricción de la publicidad son intervenciones clave para reducir el consumo y sus efectos. Estas políticas han mostrado resultados positivos en otros países, y la urgencia de aplicarlas es clara para mitigar el impacto global de las bebidas azucaradas en la salud pública.

El daño metabólico causado por estas bebidas, como la resistencia a la insulina y el aumento de grasa visceral, es solo uno de los mecanismos por los cuales las bebidas azucaradas contribuyen al crecimiento de enfermedades crónicas.

En regiones como América Latina, el consumo elevado está relacionado con patrones culturales y la falta de acceso a alternativas más saludables. Las investigaciones revelan que, aunque en algunas regiones como África y Asia el consumo per cápita es menor, el aumento de dietas procesadas y bebidas azucaradas está generando un repunte de enfermedades metabólicas en poblaciones más jóvenes.

Fuente: Nature, IECS

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