Bolsonaro ganó las elecciones en Brasil y va a segunda vuelta con Fernando Haddad
El ultraderechista Jair Bolsonaro ganó por amplio margen la primera vuelta de las elecciones presidenciales de Brasil, pero deberá medirse con el izquierdista Fernando Haddad el 28 de octubre.
Bolsonaro, un ex militar de 63 años conocido como el “Donald Trump brasileño” por su discurso populista y nacionalista, obtuvo un 46,26 por ciento de los votos, según los resultados al 99 por ciento del conteo de las actas, ya irreversibles. Haddad, cuya candidatura por Lula da Silva fue oficializada apenas a mediados de septiembre, se quedó por su parte con un 29,07 por ciento. La segunda vuelta está programada para el 28 de octubre.
En total, Jair Bolsonaro lideró en 17 de los 27 estados del país, obteniendo más del 50% de los votos en nueve de ellos. En Sao Paulo, el más rico y poblado de Brasil, consiguió el 53% de los apoyos. En Rio de Janeiro -el segundo más importante atendiendo al PIB y el tercero en términos de población-, el candidato de extrema derecha arrasó con cerca de un 60% de los votos de un estado al que ha representado durante 27 años como diputado federal. Donde el favorito obtuvo su mejor registro, sin embargo, fue en la sureña Santa Catarina con 66%, mientras el estado de Minas Gerais -el segundo más poblado del país- es más fiel a los resultados nacionales, con 48% de votos para Bolsonaro y 27% para Haddad. El candidato de izquierda, de su lado, obtuvo alrededor del 60% de los votos en el estado de Bahía, que cuenta con la mayor población del empobrecido nordeste y la cuarta del país.
Bolsonaro y Haddad son los vencedores y al mismo tiempo los candidatos con mayor índice de rechazo. Haddad, un exalcalde de Sao Paulo poco conocido en otras regiones, heredó una buena parte del electorado de Lula, sobre todo entre la población pobre que mejoró sus condiciones de vida bajo su gobierno (2003-2011).
Pero también heredó el odio que Lula inspira entre quienes le reprochan los escándalos de corrupción revelados por la Operación Lava Jato y la crisis económica en la que se sumió el país bajo el mandato de su heredera política Dilma Rousseff, destituida por el Congreso en 2016.
Durante la campaña, Haddad “se olvidó mucho del centro, que es fundamental. Sin el centro no se gana una elección y menos aún se gobierna, entonces precisa esos apoyos ya. Son tres semanas, una campaña cortísima, y más aún tiene que pensar en la gobernabilidad, estbleciendo compromisos con esos sectores”, dijo André César, de la consultora Hold en Brasilia.
Bolsonaro, por su parte, recibió en la última semana apoyos de poderosos sectores, como los ruralistas y las iglesias evangélicas. Pero debe lidiar con un historial de declaraciones racistas, misóginas y homófobas y con sus justificaciones de la tortura durante la dictadura militar (1964-1985), que le valieron un amplio rechazo de mujeres y de las minorías.
En su último video en Facebook, prometió gobernar “inclusive” para los ateos y para los gays. “Gobernaremos para todos, independientemente de su fe religiosa, inclusive para quien es ateo. Gobernaremos para todo el mundo, para los gays incluso, que hay gays que son padres, que son madres”, afirmó.