Brasil: Las privatizaciones tienen en la mira los tesoros naturales
El gobierno quiere acelerar el desembarco de inversiones y sumar aerolíneas y cadenas de hoteles. Las cataratas del Iguazú, en la agenda.
La ola privatizadora de Brasil se encamina a toda velocidad hacia el inmenso relicario de bellezas naturales en manos del Estado, una veta inexplorada de cientos de islas, riberas marinas y parques naturales vírgenes para el turismo.
El ambicioso plan corre por cuenta del ministro de Turismo, Marx Beltrãao, que se mostró convencido de que Brasil debe reducir la presencia estatal en la economía y acelerar las negociaciones para el desembarco de grandes aerolíneas y cadenas hoteleras.
“Brasil tiene centenares de áreas que son patrimonio del Estado, que no tienen nada instalado y con un gran potencial turístico”, dijo Beltrãao.
“Nuestro objetivo es identificarlas y transformarlas en áreas de interés turístico y darlas en concesión: planificar dónde estarán los bares, los restaurantes, los shoppings, hoteles, resorts, todo lo que se pueda construir allí, y el gobierno va a poder recaudar en lugares que prácticamente eran sólo paisaje”, añadió.
Beltrãao pretende avanzar rápido, pero sin “locura”, dijo. Aún resuenan en el gobierno las feroces críticas contra un intento reciente de por abrir una reserva amazónica a la explotación minera, que debió ser archivado bajo un la presión de ambientalistas y celebridades. El plan de concesiones comenzará en la zona de la triple frontera que forman la Argentina, Brasil y Paraguay, lindera con las Cataratas del Iguazú, uno de los destinos más visitados del país.
La agenda incluye, en un camino que luce largo y muy competitivo, desarrollar el mercado de transatlánticos, regular los vuelos cháarter, conceder más aeropuertos a privados y abrir el mercado aéreo a empresas que tengan 100% de su capital en manos extranjeras.
El Foro Económico Mundial ubica a Brasil como el segundo destino entre los más competitivos de América latina, detrás de México, y en el puesto 27 a nivel mundial, cinco lugares por detrás de ese “rival” en un negocio que aporta el 10% del PBI global.
En 2016, Brasil se anotó un modesto récord de 6,8 millones de visitantes extranjeros, impulsado por los Juegos Olímpicos de Río. Ese mismo año, México tuvo 35 millones, según datos de su Secretaría de Turismo. “Es muy poco”, se lamentó Beltrãao, que viajará a París al foro de tTurismo de la OCDE el 2 y 3 de octubre “para aprender” y para “sentarse con los mexicanos”.
“Queremos traer uno de los programas que hizo México [N.deR.: el que desarrolló la región del balneario Cancún] y transformar áreas para atraer el turismo y la inversión.”
Mientras el país aspira a potenciar el turismo, Río de Janeiro se hunde cada día en una saga de violencia narco que obligó a convocar al ejército. “Río está pasando por la peor crisis económica, política y de seguridad. Un año atrás estaba en su cenit, con el turismo floreciendo, miles de empleos, todos felices. Río es la postal de Brasil, la puerta de entrada, y cuando se habla de Río repercute en el mundo. El objetivo es recuperarlo con turismo”, afirmó.
El ministro proyecta pasar en el próximo lustro de los actuales 60 millones de turistas domésticos por año a 100 millones, duplicar las visitas de extranjeros y crear cuatro millones de empleos.
Sus planes están en sintonía con los del presidente Michel Temer, que abrió a los privados actividades como la explotación petrolera yo el sector eléctrico. Pero su agenda reformista quedó empantanada luego de que la Fiscalía General lo denunció por supuestamente integrar una organización delictiva para desviar fondos públicos, la última bomba de una crisis política que ya lleva tres años alimentada por investigaciones sin precedentes sobre la corrupción en el Estado.
Los planes de Beltrãao deberán esperar, al menos, a que la Cámara de Diputados termine de procesar esa denuncia, la segunda que recibe Temer en apenas dos meses.
Fuente NotiFe