El pluriempleo y la sobreocupación alcanzaron niveles récord en Argentina durante 2024, revelando una cara crítica del deterioro del poder adquisitivo y la precarización laboral. Más de 2,4 millones de personas tienen múltiples empleos y casi 6 millones trabajan más de 45 horas semanales, en muchos casos sin lograr ingresos suficientes para superar la línea de pobreza.

Casi 6 millones de trabajadores exceden las 45 horas semanales, pero ganan apenas un 12,8 % más que el promedio

En un escenario de salarios erosionados por la inflación y la devaluación, los trabajadores argentinos recurren crecientemente a estrategias de multiplicación de empleos y extensión de jornadas como formas de sostener sus ingresos. Según el informe “¿Recuperación ilusoria? Pobreza y desigualdad en Argentina durante 2024”, elaborado por el IPyPP y especialistas de la UBA, el pluriempleo alcanzó el 12,4 % de la población ocupada, el valor más alto desde que se tiene registro.

A su vez, la sobreocupación —más de 45 horas semanales— llegó al 29,2 %, lo que equivale a 5,8 millones de personas. Dentro de este universo, casi 4 millones trabajan en promedio 50 horas semanales, mientras que cerca de 900.000 soportan jornadas de entre 13 y 16 horas diarias.

La sobreexplotación laboral no se traduce en ingresos dignos

Trabajan un 47,4 % más de horas, pero solo ganan 12,8 % más

Lejos de garantizar bienestar, la intensificación del trabajo evidencia la flexibilización encubierta del mercado laboral. Como revela el informe, pese a trabajar en promedio 47,4 % más horas, los sobreocupados solo perciben un 12,8 % más de salario que el promedio general. De hecho, su retribución por hora es un 23,4 % menor.

“El problema no es la falta de trabajo, sino el tipo de empleo disponible: de baja calidad y escasa remuneración”, remarcó Ana Rameri, coordinadora del IPyPP.

Más empleo, menos ingresos: caída del poder adquisitivo como telón de fondo

Desde 2017, los estatales perdieron un 34 % y los privados un 18,8 % en términos reales

El avance del pluriempleo debe leerse en paralelo con la caída sostenida del salario real. Entre 2017 y 2024, los empleados públicos perdieron un 34 % de su poder adquisitivo, y los privados, un 18,83 %. Desde la asunción del presidente Javier Milei, la caída salarial en el sector público fue del 15,33 %, mientras que los privados recuperaron marginalmente al inicio del año pero volvieron a perder capacidad de compra hacia marzo.

En este contexto, 370.000 personas se sumaron al pluriempleo solo entre 2023 y 2024, empujadas por el ajuste, la devaluación y una inflación persistente que licuó el ingreso real.

El caso de los residentes: 65 horas semanales por debajo de la línea de pobreza

Reclamos en el Garrahan y el Posadas por salarios que no cubren la canasta básica

Los médicos residentes del Hospital Garrahan denuncian que, con 65 horas semanales de trabajo obligatorio, sus salarios están por debajo de los $800.000, lejos de la canasta básica total que en abril se ubicó en $1.110.063 para una familia tipo. En el Hospital Posadas, la situación es similar: más de 60 horas semanales por sueldos de apenas $797.000.

“A pesar del alto nivel de formación y la carga horaria extrema, los residentes no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas y están amenazados con despidos si protestan”, detallaron desde el sector.

¿Trabajo formal o informal? La precarización no discrimina

El 45,6 % de los sobreocupados tiene empleo registrado

Contrario a la creencia de que la sobreexplotación se restringe al trabajo informal, el informe del IPyPP revela que el 45,6 % de los sobreocupados son asalariados registrados, lo que muestra una expansión transversal de la precarización. Además, el 13,9 % de quienes trabajan más de 45 horas semanales ni siquiera alcanza el salario mínimo.

Durante el último trimestre de 2024, la carga horaria promedio por puesto aumentó 4 %, y 5,2 % entre asalariados formales, producto del incremento en las horas extra, según datos de la Cuenta Generación del Ingreso del INDEC.

El trabajo dejó de ser garantía de inclusión: uno de cada tres ocupados está debajo de la línea de pobreza

Los datos son contundentes: el 27,9 % de los trabajadores ocupados es pobre y el 4,3 % es indigente. Incluso dentro del empleo formal, el 16,6 % de los asalariados registrados vive bajo la línea de pobreza. En tanto, el 24,7 % del total de ocupados gana menos que el salario mínimo, lo que refleja que el problema ya no es solo el desempleo, sino la degradación del empleo disponible.

“El pluriempleo récord refleja fallas en la generación de empleo de calidad y una protección social insuficiente, con consecuencias para el bienestar y la productividad”, concluyen los autores del informe.