Claves para educar financieramente a nuestros hijos
La educación financiera en los hijos es tan importante como en otras áreas ya que es parte de la vida. Inculcarlo desde muy pequeño es fundamental a fin de evitar la formación de malos hábitos y crearles una sana costumbre respecto al dinero. Algunas recomendaciones para hacer más entretenido este proceso entre padres e hijos. Comenzaré diciendo cuanto lamento la falta de educación financiera que ha tenido mi generación.
Al adentrarme en el mundo de las finanzas he podido observar como esa carencia no solamente nos lleva a vivir en forma financieramente muy desordenada, sino que nos aleja de la posibilidad de tener una mayor calidad de vida.
Sin embargo, mi lamento no es una crítica a los padres ya que tampoco ellos seguramente recibieron educación financiera por parte de los suyos. Pero si cuesta creer la falta de programas educativos que contemplen las finanzas personales dentro del régimen básico escolar en forma obligatoria, algo que sería no solo de mucha ayuda sino hasta entretenido para el alumno.
Entre las probables explicaciones a esa carencia educativa, podríamos mencionar que para muchos padres el dinero suele ser un tema poco sencillo de encarar mientras que quizás otros simplemente prefieren evitar esos temas por pensar que son cosa de adultos únicamente. Y por el lado escolar, es un tema pendiente del que aún no hay consenso absoluto en cuanto a la importancia de inculcar los beneficios del ahorro y la disciplina financiera en los más pequeños. La educación financiera puede ser hasta divertida para padres e hijos y es un proceso que puede contener varias etapas. Se debe arrancar desde temprana edad y la clásica alcancía, originaria del siglo XV y que no ha perdido vigencia, es el mejor regalo para iniciarse en el hábito del ahorro y donde se guardaran las primeras moneditas.
A partir de allí, podemos establecer varias etapas para la enseñanza de la administración óptima del dinero. Por ejemplo, un día podemos llevar al pequeño a abrir una cuenta bancaria a su nombre, que note que es de verdad, que la visualice y lo motive a administrar su dinero.
Para ello es fundamental establecer ciertas condiciones como ser brindarles únicamente aportes semanales sin dinero extra en el medio, a fin de que adopten la disciplina de la administración y que sepan que si gastan sus ahorros tendrán que esperar hasta una fecha específica.
Es importante para todo padre respetar ciertas conductas para mantenerlos incentivados. Una cosa muy importante es no complacerlos en todo, explicarles que las cosas cuestan y son difíciles, que para alcanzar ciertos objetivos se debe ahorrar. Otra forma didáctica de enseñarles economía es llevarlos al supermercado con una lista de compras y dejarlo elegir para que comprenda las diferencias de precios y calidad.
Una vez que los chicos van comprendiendo, se puede pasar a la explicación de los beneficios del ahorro. Un buen día le podemos pedir prestado su dinero o parte de él y establecer que el mismo será devuelto en un plazo determinado con un interés adicional y explicarles que ese interés resulta del hecho de que no podrán contar con su dinero por un tiempo. Y viceversa, prestarles una cierta cantidad de dinero por fuera de lo que le solemos dar, y establecer que el mismo deberá ser devuelto con un interés. De esa forma aprenderán el hábito de la responsabilidad.
A medida que los chicos van creciendo, es fundamental trabajar sus capacidades emprendedoras, explotar su creatividad a fin de que el día de mañana les resulte más sencillo lanzarse con proyectos personales. Por ejemplo se puede arrancar mediante la clásica venta de galletas caseras, jugos u otros productos típicos sencillos.
Esto les facilitara mucho a los padres el poder usar los momentos malos del negocio para explicarles cómo lidiar con esas situaciones y así, que aprendan no solo a convivir con situaciones adversas sino a desarrollar el ingenio.
Como todo proceso educativo, no hay una formula exacta sino simplemente recomendaciones de donde pueden surgir otros métodos adicionales.
Pero es un proceso que toma tiempo, desde la infancia hasta la adolescencia, y lo importante no subyace únicamente en demostrarles las consecuencias del mal uso del dinero en las personas sino que aprendan ética, valores, disciplina y responsabilidad, los cuales son algunos de los mejores legados que se les puede dejar a los hijos, además de una preciada libertad financiera.