La gira por China que encabezó el ministro de Economía, Sergio Massa, puede convertirse en la tabla de salvación que necesita con urgencia la Argentina en medio de su crisis eterna. Nuevo swap para aliviar las reservas y promesas de inversiones millonarias, especialmente en energía e infraestructura. Massa vuelve aliviado y con la promesa de que en agosto Argentina se sumará al Brics -Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica-, lo que representará un acceso a fondos frescos inesperados.

La gira tuvo una conexión directa con Misiones. Uno de los integrantes de la comitiva fue el diputado nacional Diego Sartori, quien, ante el interés de los chinos en participar de la extensión del gasoducto Néstor Kirchner, planteó a Massa, la secretaria de Energía, Flavia Royon y Agustín Gerez, presidente de Energía Argentina, que se debe aprovechar el momento para extender la red de cañerías hasta Misiones y no únicamente a Paso de los Libres, dejando nuevamente a la tierra roja sin conexión al gas natural. 

El equipo económico nacional y los inversores chinos escucharon el pedido y quedó en análisis, aunque obviamente hay que rediseñar toda la traza y el plan de inversiones, que tiene a los asiáticos como interesados, lo mismo que el propio Brasil, urgido por el gas para abastecer las industrias del sur del vecino país. La clave es el interés de Power China, una de las empresas que ya tiene inversiones en Misiones a través de los paneles solares que impulsa la Provincia como herramienta para suplir la carencia del gas natural, que históricamente complicó la competitividad de las industrias locales. 

Power China se mostró particularmente interesada en la exportación de energía nacional. La entidad liderada por Ding Yanzhang anticipó que evalúa instalar “un gasoducto dedicado y una planta de GNL” a nivel local. Para profundizar más sobre la idea, el vicepresidente de PowerChina emprendió viaje hacía Argentina, al mismo tiempo en que se concretaban las reuniones. “China es importador de GNL, por eso ven en nuestro suelo la oportunidad de generar un gasoducto propio”, celebraron en Economía, aunque agregan que aún no hay detalles formales sobre la iniciativa.

En el vuelo de más de 21 horas, hacia el gigante asiático Sartori, quien estuvo en contacto permanente con el gobernador Oscar Herrera Ahuad y el presidente de la Legislatura, Carlos Rovira, para coordinar posiciones y que los pedidos de Misiones sean atendidos, aprovechó para repasar con Massa algunas cuestiones pendientes. La deuda de la Anses con Misiones y otros planes de obras y fondos atrasados, fueron parte de lo analizado. Massa confirmó ahí que luego de la vuelta de China, en no más de quince días, estará en Misiones para poner en marcha la primera etapa de la anhelada Zona Aduanera Especial. Hay puntos de acuerdo, como la extensión por tiempo indefinido de un tipo de cambio diferencial para las exportaciones misioneras -no necesariamente a 300 pesos- y la quita de impuestos para el gas en garrafas, como elementos iniciales. Después, se pretenden planes de incentivos para algunos sectores puntuales, además de la continuidad de los estímulos para el consumo. 

El primer objetivo es fortalecer las exportaciones con un tipo de cambio competitivo. Herrera Ahuad promocionó la industria forestal y productos de la chacra en Estados Unidos, pero es necesario que se asegure una rentabilidad de largo plazo que compense asimetrías. 

De hecho, los empresarios madereros de Misiones y Corrientes ya pidieron formalmente un dólar a 400 pesos en gestiones iniciadas ante el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo y la directora de Forestaciones, la misionera Sabina Vetter. Al mismo tiempo, la Asociación de Productores, Industriales y Comerciantes Forestales de Misiones y Norte de Corrientes pidió que se permita la adecuación de los precios al mercado interno sin la limitante de Incremento del 3,2 % mensual; sino más bien acompañe la Inflación o algún Índice de adecuación que sea conveniente.

Massa escuchó los planteos de Misiones y lejos de escaparle a las demandas, entendió que son coherentes con una posición histórica de la Provincia y que deben ser atendidas. La posición misionera de defender la fortaleza interna está consolidada y se mantiene en el tiempo, más allá de los avatares de la Argentina. Es la primera vez que un ministro de Economía parece entender cabalmente la situación misionera y que se muestra dispuesto a encontrar soluciones. 

La seriedad de los planteos locales contrasta con un caótico escenario nacional, en el que las internas del Gobierno hacen tanto daño como los dardos de la oposición. Massa navega en aguas turbulentas mientras que ministros y otros funcionarios se desviven por una candidatura. Quizás por eso mismo es el que cambia la ecuación cuando se lo menciona como presidenciable en las encuestas. 

A su alrededor, en cambio, todo es desesperación por estar en la boleta, como si esa fuera la solución a los problemas que atraviesan el país. Dos ministros, que deberían estar enfocados en la gestión, están prácticamente de campaña permanente. La titular de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, anunció que irá a internas contra Axel Kicillof en Buenos Aires, como candidata del embajador Daniel Scioli. Eduardo De Pedro, utiliza la pantalla del ministerio de Interior para reunirse con los gremios y cosechar respaldos. Demasiadas opciones, más que los éxitos que tiene el Gobierno para mostrar. 

Massa construye en silencio. Vuelve robusto de China y ya viajará a Washington para cerrar un nuevo acuerdo con el FMI para conseguir más holgura financiera de cara al tramo final antes de las elecciones. Es la gran esperanza para el oficialismo. El viaje a China, junto a Máximo Kirchner traza esa línea, más allá de las preferencias personales. La sobriedad es un activo valioso entre tanto ruido. Máximo fue como uno más de la comitiva, aunque a nadie escapa su relevancia en el armado del kirchnerismo. Pero Massa tampoco hizo diferencias en una comitiva dominada por sus cercanos y el ala cristinista. El misionero Sartori fue incluido en todas las negociaciones y también en los off de pasillo. Las relaciones que se tejieron con los asiáticos, pueden perdurar en el tiempo y traer múltiples beneficios. 

Salvando distancias, hay trazos gruesos que identifican. El pragmatismo chino está a prueba de ideologías. El comunismo está, pero el capitalismo se exhibe en todo su esplendor, con las principales marcas compitiendo en una vidriera de más de mil millones de habitantes. 

Ese pragmatismo también identifica a los Frentes Renovadores. El misionero bastante más antiguo que el que fundó el tigrense. Por eso también hay sintonía fina y entendimientos mutuos, necesarios para poder llevar adelante una gestión. 

Misiones ha mostrado una coherencia a lo largo del tiempo que emerge como modelo a imitar si se quiere ordenar variables políticas y económicas. 

Pasadas las elecciones del 7 de mayo, con una ratificación contundente, la gestión sigue siendo la prioridad para el Gobierno provincial, mientras que los candidatos al Congreso ya definidos, se suman cabalmente a trabajar con esa idea. 

La oposición a un mes de las elecciones provinciales recién está acomodándose para disputar los espacios en las listas, con bandos enfrentados sin tregua. El PRO confirmó que el radicalismo no es más que un socio con peso menor. Lejos de respetar la decisión de la UCR de nominar a los candidatos a senador y diputado nacional, los hermanos Schiavoni revelaron que ambos quieren ir por la reelección, Humberto al Senado y Alfredo a Diputados o a la Cámara alta. El grupo familiar está en ambas facciones: el mayor con Bullrich y el menor con Larreta, aunque garantizaron que el día después de las internas, seguirán “militando” juntos en el PRO. 

La UCR quería las cabezas de lista para Ariel Pianesi y Rodrigo De Arrechea, que ahora deberán ir a Paso para asegurarse el primer lugar. 

Para más confusión, el diputado larretista Jorge Rattier Berrondo, blanqueó que aspira a encabezar la lista de Milei en Misiones, lo que provocó un cisma entre los libertarios, que no encuentran eco en el “Melena” más allá de las muestras de fervor permanentes. Sería un desplante indecoroso.  

Massa es consciente de que imitar el modelo misionerista, concentrado en la gestión y alejado lo más posible de la grieta, puede ser esa la única oportunidad de llegar a la presidencia, con una oferta que se distinga de las otras opciones que se enfrascan en la batalla o apuestan al cuanto peor mejor. 

La oposición está ensimismada en que la economía no mejore para neutralizar cualquier oportunidad de continuidad del oficialismo. Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich se pelean por los despojos de la herencia macrista en una batalla en la que nadie puede garantizar que la sangre no llegue al río. La alianza endurece cada vez más sus posiciones, corridos por derecha por un amenazante Javier Milei, que amén de sus promesas impracticables, gana espacio entre los desanimados. 

Por eso no sorprendió la jugada del peronismo conservador, de anunciar un inminente desembarco en Cambiemos. Era eso o quedar fuera de toda competencia. El cordobés Juan Schiaretti y el saltimbanqui Florencio Randazzo se sumarían a cambio de lugares en las listas. Juan Manuel Urtubey jura que se bajó de ese barco. “Este espacio deja de existir“, dijo el ex gobernador salteño.

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