Construir con madera: eficiencia energética, confort y menor impacto ambiental
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La Federación Argentina de la Industria Maderera y Afines (FAIMA) destaca los beneficios térmicos de la madera y su papel clave en la transición hacia viviendas más sostenibles.
En un país donde el acondicionamiento térmico (calefacción y refrigeración) representa alrededor del 40% del consumo energético residencial, la elección de los materiales de construcción cobra un papel protagónico. En este contexto, la madera se posiciona como una aliada clave para mejorar la eficiencia energética, garantizar el confort térmico y reducir el impacto ambiental.
El confort térmico se define por un rango óptimo de temperatura y humedad relativa en interiores —entre 18 y 25°C y con una HR entre 30% y 70%, según la American Society of Refrigerating Engineers—. Mantener estas condiciones requiere un equilibrio entre consumo energético y aislamiento del entorno.
¿Cómo lograr ese equilibrio sin resignar confort? La respuesta está en el diseño arquitectónico, la planificación urbana, la tecnología… y, especialmente, en los materiales que elegimos.
Madera: aislamiento natural y menor consumo energético

Por su propia estructura celular, la madera actúa como un aislante natural, tanto térmico como acústico. Su baja conductividad térmica la convierte en un material ideal para conservar la temperatura interior, reduciendo la necesidad de calefacción o refrigeración.
Comparada con otros materiales de uso habitual:
- Conductividad térmica de la madera: 0,10 – 0,20 W/m·K
- Ladrillo: 0,39 – 0,80 W/m·K
- Hormigón: 0,80 – 2,50 W/m·K
Esto se traduce en una mayor eficiencia. Por ejemplo, un muro de madera de 100 mm de espesor tiene una capacidad de aislamiento térmico 3,6 veces superior al ladrillo (140 mm) y 5,7 veces mayor que el hormigón (200 mm). Este rendimiento se refleja en un ahorro energético de hasta el 32%, según la zona climática.
A su vez, el uso de madera reduce el impacto ambiental asociado a la construcción: su transformación desde la materia prima hasta el material final demanda menos energía que el acero o el hormigón. Y al tratarse de un recurso renovable, gestionado de forma sostenible, se alinea perfectamente con los objetivos de descarbonización y transición energética.

Construcción rápida, eficiente y adaptable

Además de sus virtudes térmicas, la madera permite acelerar los tiempos de obra. Las viviendas construidas con madera se levantan más rápido que aquellas hechas con sistemas tradicionales, con un impacto ambiental significativamente menor y con la versatilidad para adaptarse tanto a entornos urbanos como rurales.
Desde FAIMA destacan que construir con madera no solo es una decisión técnica, sino también estratégica: una solución inteligente para un futuro más eficiente, accesible y sustentable.
Normativas y políticas públicas: un paso necesario
Para consolidar estos avances, es clave avanzar en normativas específicas. Desde FAIMA se impulsa el desarrollo de regulaciones para aberturas y envolventes construidas con madera, así como la implementación del Programa Nacional de Etiquetado de Eficiencia Energética de Viviendas (PRONEV), conforme a las resoluciones 595/2024 y 129/2025.
“Estas soluciones permiten cumplir con las exigencias térmicas establecidas, pero además lo hacen con menor impacto ambiental y mejor calidad de vida para las personas”, afirman desde la entidad.

