Cosecha récord y precios en baja: el desafío de la yerba mate en Paraguay
Yerba mate: Paraguay enfrenta el desafío de la superproducción y el cambio generacional en el consumo. La comparación con la realidad argentina es compleja, su volumen de producción es inferior a la Argentina, pero los precios son mejores que los actuales de nuestro país ya que allá se paga por kilo de hoja verde entre 1400 a 2000 guaraníes (entre 215 a 300 pesos argentinos). El otro contraste es el rinde, en Paraguay por hectárea están obteniendo por encima de 15 mil kilos de hoja verde al año.
El 2024 trajo alivio tras años de sequía en la región productora de yerba mate, incrementando la productividad en chacras de Argentina, Brasil y Paraguay. Sin embargo, este último, tercer productor mundial, enfrenta un doble desafío: una cosecha récord que presiona los precios a la baja y la caída sostenida en el consumo interno, especialmente entre las nuevas generaciones.
Ciclos de sobreoferta y el reto de conquistar nuevos mercados
Eduardo Dietze, gerente de producción y abastecimiento de la cooperativa Colonias Unidas, analiza esta problemática:
“La yerba mate siempre ha tenido ciclos. Si miramos un horizonte de dos décadas, vemos momentos de sobreoferta y otros de escasez. Hoy estamos en un punto de exceso de producción: hay más hoja verde que capacidad de consumo interno”, explicó Dietze.
En la zona productora, la yerba mate ha atravesado históricamente ciclos de sobreoferta y escasez. Eduardo Dietze, gerente de producción y abastecimiento de la cooperativa Colonias Unidas, explica que esta dinámica es natural en el sector. “Si analizamos la yerba mate en un horizonte de dos décadas, podemos identificar ciclos marcados. Actualmente, estamos en un momento de sobreoferta: hay más hoja verde produciéndose en el campo de lo que el mercado interno puede absorber”, señala.
Según Dietze, el 90% de la yerba mate producida en Paraguay se destina al mercado interno, pero advierte que hay un cambio en los hábitos de consumo, especialmente entre los jóvenes. “El desafío más grande del sector es reconquistar a la población joven e instalar nuevas formas de consumo. Aunque la yerba mate es un producto noble con múltiples posibilidades, aún no hemos explotado todo su potencial”, asegura.
La exportación de yerba mate está principalmente orientada a comunidades de migrantes en Europa y Estados Unidos, donde la demanda crece de manera sostenida. Sin embargo, para corregir la actual sobreoferta, el gerente subraya la importancia de diversificar las formas de consumo y explorar nuevos mercados. “El futuro del sector depende de consolidar la exportación y aprovechar nuevas oportunidades”, agrega.
El exceso de oferta ha generado una baja en los precios, lo que afecta directamente a los productores. “En este contexto, los yerbales más antiguos y menos productivos suelen ser eliminados. La clave para enfrentar esta situación es aumentar la productividad”, explica Dietze. Además, destaca el esfuerzo conjunto entre las industrias, la academia y otros actores del sector para desarrollar nuevos productos y equilibrar la oferta y la demanda.
El 90% de la yerba producida en Paraguay se destina al mercado interno, pero las generaciones jóvenes han mostrado menos afinidad por el mate y el tereré, lo que obliga al sector a innovar.
“El desafío es reconquistar a los jóvenes y diversificar las formas de consumo. La yerba es un producto noble, pero aún no hemos aprovechado todo su potencial. También debemos consolidar la exportación, especialmente hacia mercados donde los migrantes buscan mantener sus tradiciones”, añadió.
Entre bajos precios e insumos caros, la yerba mate sigue siendo rentable
Celso Orue, productor yerbatero de Bella Vista, Paraguay remarcó en una charla con Economis que “A pesar de los bajos precios, sigue valiendo la pena invertir en yerba mate”
Orue, explicó el costo de mantener y renovar cultivos:
“Plantar una hectárea de yerba cuesta unos 10 millones de guaraníes, con una recuperación que llega recién a los tres años. Sin embargo, a pesar del bajo precio actual, sigue siendo rentable porque la planta resiste sequías y otros desafíos climáticos mejor que otros cultivos como la soja”.
El productor paraguayo explicó que “este año, afortunadamente, no nos afectó tanto la sequía en Paraguay. Sin embargo, lo que nos está complicando es el precio de la yerba, que sigue siendo muy bajo. En cuanto al clima, por suerte, estuvo bastante benigno”.
Al ser consultado sobre cuanto se está pagando actualmente por el kilo de hoja verde en Paraguay, explicó que “hay variaciones dependiendo de quién compre. Las cooperativas están pagando bastante bien, alrededor de 1.600 guaraníes, y además ofrecen un retorno adicional que eleva el precio a cerca de 2.000 guaraníes por kilo. Por otro lado, algunas empresas privadas pagan menos, alrededor de 1.400 o 1.500 guaraníes por kilo”.
Pensando en la rentabilidad de la producción se le consultó cuántos kilos produce un productor promedio por hectárea. a lo que comentó que “con buen manejo y fertilización, estamos logrando entre 18.000 y 22.000 kilos por hectárea. Este rendimiento es el resultado de una atención constante y el uso de insumos adecuados”. Explicó que un rinde inferior a los 12 mil kilos por hectárea hace inviable la producción yerbatera en un contexto como el de Paraguay donde hay “libre mercado”.
El costo de los fertilizantes y otros insumos subió considerablemente este año en Argentina y por ello quisimos comprar la realidad en el vecino país y Orue indicó que el contexto es similar, aunque vale la pena invertir en ellos. “Aunque los costos son altos, invertir es clave para obtener buenos resultados. Por ejemplo, invertir 3 millones de guaraníes por hectárea puede generar una ganancia de 6 o 7 millones. La mitad queda como ganancia neta. Eso demuestra que la inversión vale la pena si se trabaja correctamente”.
El productor valoró la incorporación de nuevas tecnologías de plantación como de cosecha y agradeció las capacitaciones brindadas en Agrodinámica donde en esta feria se trabajó con ingenieros del INTA Argentina sobre mejores cortes de rama madura. “Con las nuevas técnicas y variedades, ahora podemos plantar entre 2.500 y 3.000 plantas por hectárea, cuando antes se manejaban entre 900 y 1.200. Sin embargo, esto requiere fertilizar y abonar adecuadamente para alcanzar esos rendimientos de 18.000 a 22.000 kilos”, dijo el productor.
En cuanto al control de malezas indicó que “usamos una combinación de técnicas. Se pueden emplear herbicidas, pero también hacemos carpidas manuales según las necesidades. Es importante alternar ambos métodos para no dañar el suelo. Si no se cuida adecuadamente, el uso excesivo de químicos puede degradar la tierra”.
A contramano de la visión misionera donde se hace cosecha gruesa y zafriña, Orue explicó que “en Paraguay, la cosecha es casi exclusivamente en invierno. Comienza en abril y finaliza hacia finales de agosto. Durante el verano, dejamos descansar las plantas porque el calor extremo no favorece el proceso”.
Orue tiene una chacra donde destina 20 hectáreas a la producción yerbatera, de esas, 12 están en etapa de cosecha, mientras que el resto está en crecimiento. Ante la consulta de cuánto cuesta poner una hectárea en producir yerba, el colono paraguayo detalló que “el costo inicial es alto. Para empezar, se necesitan alrededor de 4 millones de guaraníes por hectárea. En total, incluyendo los cuidados durante los primeros tres años, la inversión alcanza unos 10 millones de guaraníes. Recién después de tres años se puede comenzar a recuperar la inversión y generar ganancias”.
El debate sobre la regulación de precios
En Paraguay, las políticas de regulación de precios enfrentan resistencias. Según Dietze, establecer valores por ley podría tener beneficios a corto plazo, pero a largo plazo distorsionaría el mercado.
“Creemos en la autorregulación basada en oferta y demanda. El compromiso debe centrarse en abrir nuevos mercados y fomentar el consumo interno”, concluyó.