Ya se ha dicho otras veces: el Incucai es una entidad que funciona casi a la perfección. Sin acomodos, sin influencias, con enorme profesionalismo y dedicación puestas al servicio de un sólo fin: salvar vidas. Y a nadie se le ocurre cambiarlo. No importa la vida de quien.

Para el Incucai no hay ricos o pobres, influyentes o gente común. No hay grieta, ni nada.

Lo mismo pasa con los helicópteros y aviones de las flotas oficiales, que muchas veces son motivos de polémica, por los usos que le dan algunos dirigentes políticos.

El Gobierno de Misiones no tiene flota de aviones desde hace tiempo, ni siquiera un sólo aparato. Pero tiene un helicóptero que sirve, y mucho, sobre todo para salvar vidas.

Este fin de semanas el moderno helicóptero Airbus de la provincia, con sus característicos colores azules, participó de un vuelo para buscar órganos de una operación de ablación en el SAMIC de Oberá, los cuales trasladó nuevamente al aeropuerto General San Martín, donde el Lear Jet del Incucai esperaba para partir de a Buenos Aires.

Pilotos, médicos, enfermeros y otros argentinos trabajando como un relojito para salvar vidas.

Idéntico viaje había hecho el Airbus, piloteado por el experimentado “Dani” Añais, el 31 de octubre pasado. Cuando despegaron del San Martín y aterrizaron a los médicos llegados de Buenos Aires en la pista de atletismo del Ian Barney.

Aquel día profesionales del Incucai realizaron la ablación multiorgánica en el hospital Samic a un hombre de la localidad de 2 de mayo.

Los médicos llegados de Buenos Aires trabajaron varias horas en conjunto con los profesionales locales para realizarle la ablación a un paciente de 42 años, que había sufrido muerte encefálica.

Los órganos (riñón, hígado, corneas y corazón) fueron para la provincia de Buenos Aires, para pacientes en lista de espera. Fue la primera ablación cardíaca en Misiones.

About The Author