Mitre: desconocimiento histórico y seguidismo ideológico

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Por segunda vez, con la aparente intención de un reconocimiento a los históricos vínculos con Encarnación, se esconde la finalidad de cambiarle el nombre a la avenida Mitre.

La razón no declarada es que califican a Mitre como “genocida” por su participación en la guerra de la Triple Alianza o Guerra del Paraguay. 

Los hechos concretos y en el contexto que se producen, son los que deben juzgar la historia y a sus protagonistas, nunca la “ideología”  y menos desnaturalizada 150 años después como si hubieran ocurrido hoy. Vamos a los hechos concretos de la desgraciada guerra con el Paraguay

1864, noviembre; F.S.López captura un buque brasileño Marqués de Olinda; en el mismo mes rompe relaciones diplomáticas con Brasil y prohíbe la libre navegación por el Río Paraguay.  El Paraguay tenía parte del territorio de Mato Grosso en litigio con Brasil.

1864/65 Paraguay invade Mato Grosso en el territorio en disputa. Guerra no declarada entre Brasil y Paraguay

1865; Gestión de Paranhos- Canciller brasilero- con Mitre para incorporar a la Argentina a la guerra; rechazo de Mitre.

1865, marzo. López pide permiso a Mitre para atravesar Misiones (que estaba ocupado por el Paraguay) para invadir Río Grande. Mitre declara su neutralidad en el conflicto Paraguay/Brasil y rechaza el pedido.

1865-19-III Paraguay declara la guerra a Argentina. En abril invade Corrientes.

1865, 1º mayo, Tratado secreto de la Triple Alianza entre Argentina, Brasil y Uruguay. Donde se estipula lo siguiente: el Paraguay conservará su independencia; los territorios en litigio se incorporaran a Argentina: Misiones y Formosa y al Brasil: Mato Grosso hasta el Río Apa (actual límite). Paraguay se hará cargo de los gastos de guerra (que fueron condonados de hecho) Libertad de navegación en los Ríos Paraná, Uruguay y Paraguay. Mitre general en Jefe, Tamandaré de la flota brasilera

En ese mes Paraguay pasa por Misiones e invade Río Grande. Posteriormente es derrotado en Corrientes y Río Grande, y los ejércitos retornan al Paraguay.

1866, abril. Los ejércitos de la triple alianza, 50 mil hombres, invaden el Paraguay por Paso Patria, distante a 20 Km de la fortaleza de Humaitá.

1866 septiembre; entrevista de Yataity Corá para negociar la paz a solicitud de López; concurren Mitre y el Gral. Flores (Uruguay) Brasil no envía representante. Mitre y López se inclinan por el armisticio, Brasil se opone terminantemente y rechaza el acuerdo de paz, sólo acepta una rendición incondicional. Sigue la guerra. Flores retira el ejército uruguayo y retornan a su País. En el curso de tres años 65/66/67 en un lucha llena de increíble heroísmo y enorme cantidad de muertos y múltiple batallas: Curupaytí con 1500 muertos aliados contra 92 paraguayos, Estero Bellaco, Tuyutí, Boquerón, Curuzú  hasta que cae finalmente la fortaleza de Humaitá ya evacuada con el Ejército paraguayo y su Jefe en retirada al norte a defender Asunción.

1868, enero el 18 Mitre vuelve a la Argentina definitivamente y asume la presidencia por fallecimiento del vice Paz, quedando una mínima fracción del ejército argentino diezmado en la guerra, de 25 mil hombres que invadieron Paraguay sólo restaban menos del 10%. El Brasil, al mando del Marqués de Caxías se hace cargo de los acontecimientos en su totalidad.

Los sucesos posteriores (“genocidio” del pueblo paraguayo) siguen con la campaña de Pikysirí donde ya combaten niños y mujeres que culmina con la derrota de Lomas Valentinas- diciembre del 68- y caída de Asunción

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1869, enero: Saqueo de Asunción por las tropas brasileras. “entraron a la indefensa ciudad donde apenas encontraron alguna resistencia. La ciudad fue arrasada y saqueada, lo que no se saqueó se incendió. No se salvaron ni las Iglesias ni las embajadas”. El General Emilio Mitre (hermano de Bartolomé) se negó a ingresar a Asunción “para no autorizar con la presencia de la bandera argentina los escandalosos, inauditos y vergonzosos hechos que han tenido lugar”

1868 Diciembre: Campaña de la cordilleras; López retrocede con lo que queda de su ejército- soldados, ancianos, niños y mujeres- ya derrotado sin ninguna posibilidad de torcer el rumbo de la guerra pero con una permanente demostración de valentía  hasta su muerte en Cerro Corá. 

1969, agosto. Cabe destacar que por entonces el Jefe brasilero, el yerno del Emperador conde d·Eu- probablemente el auténtico genocida- ataca Piribebuy;  “se considera que Piribebuy es el pueblo que más padeció la guerra, ya que fue sometido a degüellos masivos y violaciones. Combatieron 20 mil brasileros contra 1600 defensores y un centenar de mujeres a las que se recuerda como “las heroínas de Piribebuy”” El conde d’Eu, ordenó que se pasara a todos los prisioneros a degüello, sucediéndose en Piribebuý los actos más a vergonzantes de la guerra. El hospital de Piribebuý fue incendiado con 600 heridos, médicos y enfermeras dentro, luego de que se cerraran todas las puertas y ventanas. El Archivo Nacional de la República fue sacado a la calle y con los documentos históricos se hicieron fogatas; los que se salvaron fueron llevados a Río de Janeiro. Según la expresión de los testigos paraguayos, la sangre corría por las calles como agua de lluvia, cuando se degolló a 900 prisioneros.” Ante tales atrocidades, el de Piribebuý fue el último combate con alguna participación argentina”

“Días después, entre el 15 y 16 de agosto de 1869, se produjo la batalla de Acosta Ñu: el pueblo de Acosta Ñu fue sitiado por fuerzas brasileñas, a las que solo pudieron oponerse adolescentes y niños mal armados, casi exclusivamente con palos, hondas, lanzas y machetes. La batalla comenzó en el poblado y se extendió hasta los bosques que le rodean, que fueron incendiados por las tropas brasileñas muriendo así la mayor parte de los niños que se resistían. La iglesia y los edificios más importantes del pueblo fueron quemados, y también todos los documentos originales del establecimiento fundado el 8 de marzo de 1636. Debido a la participación de los niños en esta batalla se conmemora en el Paraguay ese acto de heroísmo declarando al 16 de agosto como Día del Niño.”

López continuó su retirada hacia el norte al frente de unos mil hombres, gran parte de ellos heridos, extenuados y pésimamente armados, muchos de ellos solo con lanzas.  “Recién el 1 de marzo de 1870 fue alcanzado por las tropas brasileñas: ”el Combate de Cerro Corá fue más una masacre que un combate, si se tiene en cuenta la disparidad de tropas y recursos: 2600 brasileños bien armados contra 409 defensores. López fue herido de un lanzazo en el bajo vientre y de un sablazo en la frente. Auxiliado, llegó a orillas de las nacientes del río Aquidabán, donde fue alcanzado por las tropas al mando de Correia da Cámara, quienes le intimaron a la rendición. El Mariscal López se batió sable en mano hasta el final. Negándose a entregar su espada, fue herido por otro soldado que lo ultimó de un tiro al corazón.”

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Terminada la guerra, “ la sospecha del Gobierno argentino de que Brasil tenía intenciones anexar a Paraguay como un protectorado produjo una gran tensión entre los dos grandes países de la alianza que sólo se distendió, con la firma del tratado Irigoyen-Machain que fijó límites definitivos y obligó a los brasileños a desocupar en Paraguay el 22 de junio de 1876.”

Cabe destacar que Mitre participó de la guerra sólo en dos años y un mes (la guerra duró cinco); estuvo siete meses ausente por regreso a la argentina ante un levantamiento interior (en el País hubo fuerte oposición a la guerra, los sentimientos eran contra Brasil en las Provincias) 

Se mantuvo neutral en el conflicto Paraguay/Brasil. Entrevistado por el Canciller Paranhos para sumarlo a la guerra, esta fue su respuesta: “el patriotismo, a la par que la prudencia y el decoro de mi País me impiden hacerme aliado en nombre de causa, agravio o interés en que el honor, la seguridad del territorio de la República no estuviesen directamente comprometidos, porque no éramos soldados sino de nuestra propia bandera, y                                                                              no vengadores de ofensas ajenas” 

 Mitre sólo ingresa a la guerra a partir de la invasión de Paraguay a Corrientes. En Yataytí Corá junto a López y Flores, -a la cual no concurre Brasil- abogan por firmar la paz que fracasa por la oposición total del Imperio. Durante su Jefatura se luchó lealmente batalla a batalla, soldados contra soldados. Sólo un revisionismo direccionado puede considerar “genocida” a Bartolomé Mitre y sólo un misionero desinformado condenar a Mitre, que ya en el Tratado de la Triple Alianza estipuló el reintegro de Misiones a la Argentina al comienzo mismo de la guerra. Y así fue…

En cuanto a los concejales de la iniciativa de ésta cruzada reparadora,  no olviden de cambiar el nombre de los “genocidas” Coronel Isidro Reguera; Mayor Nicomedes Castro y Brigadier Gómes Portinho que fueron quienes desalojaron las guarniciones paraguayas de Trincheras, Candelaria y Tranqueras de Loreto y ostentan sus nombres en calles posadeñas.

Nuestra probada hermandad y afecto con Encarnación no necesita de sobreactuaciones, está viva en la rutina diaria, en los lazos familiares y en nuestra historia común que supera la gran tragedia de la guerra.

Si el deseo es poner nuevos nombres a calles o avenidas, acuérdense de Artigas, permanente defensor de Misiones, de Claudio Arrechea, primer Gobernador Constitucional de la  Provincia, de don Mario Losada Gobernador de ejemplar honestidad y modestia, que aún no tienen sus nombres estampados en las calles de la ciudad. 

Fuentes consultadas: Doratioto, Maldita Guerra, El pensamiento de Mitre y los liberales (Claves del Bicentenario), Historia del Uruguay II de Maitegui Casas; Misiones 500 años de soledad, JC Perié; Historia de Posadas, Etorena y Freaza; Soldados de la Memoria, Miguel Cuarterolo

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1 thought on “Mitre: desconocimiento histórico y seguidismo ideológico

  1. DEL CIPAYO MITRE AL APÁTRIDA CORNEJO – LO QUE DICE Y OMITE BARRIOS ARRECHEA
    En principio, es muy positivo que un “político de raza” (como se autodefinió alguna vez R A B A -Barrios Arrechea-, creo que acertadamente) se dedique a analizar la historia, pues la actualidad es consecuencia del devenir histórico y sus diversos quiebres y vericuetos.
    Cita a varios historiadores, pero curiosamente a ningún historiador revisionista de fuste, como “El Colorado” Ramos, ni Muñoz Azpiri, ni el “Pepe” Rosa ni tampoco a uno filo radical pero bien documentado y de buena pluma, como Félix Luna, ni ningún otro de ese calibre documental y prosapia certera e inclaudicable orientación Nacional.
    Si bien critica un enfoque u opinión previa que desconozco, no puedo coincidir –prima facie- con su descalificación hacia la “ideologización” de la historia-, pues eso parecería caer en la pretendida “asepsia absoluta” que es utilizada por los que terminan haciendo narrativas que por pretendidamente “puristas” terminan siendo afines a los que de un modo u otro son funcionales a los factores del Poder Concentrado del ultra conservadurismo, que desde siempre edulcoraron, ocultaron y alteraron la historia para hacerla sosa, descolgada de nuestra realidad, y “neutramente” intragablemente aburrida como la de Grosso, que nunca motivó el conocimiento de causas y efectos, de motivaciones y objetivos.
    Precisamente, fue Mitre, en su rol de historiador, con sus narrativas al cuento, quien de hecho creó la corriente del academicismo histórico, gran falseadora de los hechos para acomodarlos a gusto y paladar de los intereses unitarios, ultra liberales, portuarios y británicos, a todos los que desde siempre sirvió Don Bartolo, sin importarle que para sus fines mediaran degüellos masivos, el fogoneo de una guerra fratricida con altísimos costos humanos y desastrosas consecuencias geopoliticas, intentonas de golpes de Estado pro oligárquicos y cuanta maniobra de sucia politiquería pudo implementar.
    Hábil y amañado político y pésimo militar, finalmente con Roca se encontró con la horma de sus zapatos y quedó marginado definitivamente del escenario político argentino.
    Como personero subordinado a los mandatos británicos, Mitre se prestó a destruir al Paraguay, aliado natural de Argentina, debiendo llevar por la fuerza al gauchaje que se negaba a una guerra que no la sentía justa, toda vez que se combatió a una nación fruto de la misma matriz histórica y cultural, aliándonos a un enemigo histórico como lo fue el Imperio del Brasil.
    En ese rol pro británico, no fue casual que haya presentado como gran prohombre, o “el más grande civil de la historia argentina”, al perverso y muy negativo achicador y destructor de la naciente república, que fue Bernardino Rivadavia, perseguidor y opositor constante a San Martín, a quien según todas las evidencias intentó asesinar, al igual que sus seguidores, que le impidieron regresar a la patria, previo instigación del alevoso asesinato de Dorrego.
    Fue Rivadavia el claro predecesor del mitrismo en su función de personero subordinado a los designios británicos. Claro que a la vez, Don Bartolo, con esa definición al supuesto “gran hombre civil”, se auto reservaba el rol de “más grande militar de la historia argentina”, como su ego desmesurado hubiese querido ser considerado, pero que los hechos contundentes niegan, tal cual con abundancia fáctica y documental lo describen los historiadores revisionistas, con el enorme José María Rosa como gran desmitificador de la historia el cuento del academicismo mitrista.
    No puede omitirse que, con sus amañadas leyes y códigos, blandidos por los doctores citadinos para expulsar al gauchaje de las tierras que ocupó por generaciones y derecho propio, facilitó la consolidación de la poderosa oligarquía de la Pampa Húmeda, nucleada en la Sociedad Rural, precisamente creada durante la presidencia mitrista.
    Y fue en dicha presidencia, y en la de su sucesor Sarmiento, que se consolidó la tenencia de ricas tierras en muy pocas manos, como germen de la ultra conservadora y muy anglófila oligarquía campera, siempre anti industrialista, clasista excluyente de las mayorías y teñida de indisimulado racismo.
    Claro que para cuidarle las espaldas de su “buen nombre”, Don Bartolo dejó un diario, que nunca dejó de ser reducto de la más recalcitrante oligarquía y del más apátrida liberalismo económico, además de vocero de los mandatos e intereses anglosajones.
    Diario que con otros similares, apañó y aprobó los más aberrantes hechos en contra del Interés Nacional y del pueblo argentino, como avalar las tropelías de la “década infame” de los años ’30; el bombardeo y masacre de civiles en Plaza de Mayo; los actos de terrorismo previos a la asonada de 1955; los fusilamientos de 1956; el alzamiento y golpe de 1962; el infame “proceso”; el neoliberalismo noventista y el del reciente macrismo; entre otros hechos execrables similares.
    Claro que hoy el diario de Don Bartolo, dicta la letra que repiten los “cambiemitas”, los milicos proceseros y unos cuantos “progres” fuera de foco, rejuntado político al cual se subordinó –sepultando todo el ideario yrigoyenista- el partido al cual pertenece el exgobernador puesto a historiador.
    Será un acto de estricta justicia, cambiar el nombre de la avenida Mitre, por el de algún auténtico patriota.
    En la misma línea de pensamiento, no es casualidad que los poderes oligárquicos y sus soterradas influencias, hayan impedido hasta hoy, que quien recibió en reconocimiento por sus patrióticas acciones, el sable del Libertador, sea poco o nada recordado en lugares públicos de nuestra patria, a la cual esforzadamente el mismo – Rosas – evitó fragmentar, como lo querían los unitarios liberales. Y como lo quiere hacer desvergonzadamente el correligionario de Barrios Arrechea, el impresentable Cornejo, fogoneador de la mutilación de Mendoza en una republiqueta bananera pseudo independiente.
    A propósito, no leímos que Barrios Arrechea se haya pronunciado en contra de la apátrida iniciativa de Cornejo; verdadero prototipo de radical agorilado que por notoriedad o un cargo pisotea su propia dignidad como ciudadano argentino.
    MGTR. CARLOS ANDRÉS ORTIZ
    Analista de Temas Económicos y Geopolíticos

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