Desde la UIA plantean que: “Los salarios no deben escapar por encima de la productividad”

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El presidente de la Copal y vicepresidente de la UIA, Daniel Funes de Rioja, avaló el “gradualismo” para “normalizar” la economía, destacó la suba del dólar por arriba de $ 20, alertó por la falta de inversiones y minimizó la movilización convocada por los Moyano contra las políticas de ajuste del Gobierno nacional.
Al analizar la coyuntura actual, Funes de Rioja recomendó tener una “mirada recíproca” de lo que ocurre en el plano internacional y doméstico. “Sería ingenuo pensar que lo global no impacta en lo nacional, en las expectativas sobre el futuro de la economía argentina y la inversión”, sostuvo.
“La volatilidad o cambios inmediatos nos obligan a mirar las posiciones que se definen o ajustan la estrategia argentina. El aumento de las tasas en el mundo implican un impacto en el endeudamiento tiene como finalidad normalizar gradualmente la situación, en función de un importante déficit fiscal, y una situación social con nivel de pobreza y gasto público altos”, agregó el chairman del B-20, el grupo de poderosos empresarios vinculado al G-20.
En ese marco, el industrial volvió a remarcar la falta de inversiones. “Para que Argentina sea un país desarrollado, necesitamos mucha inversión”, advirtió, y remarcó que para desarrollar al país se “necesitan políticas industriales y regionales”. “El gran dilema en el mundo es cómo asimilar las tremendas transformaciones tecnológicas y a la vez generar empleo. En la medida que se pone tecnología también genera conflictos. El problema sería no poner tecnología ni generar empleo”, analizó en diálogo con radio Cooperativa.
Al mismo tiempo, el dirigente empresario recalcó que en la Argentina se requiere una política monetaria “inteligente” que acompañe un proceso de estabilización macroeconómica. “La competitividad sistemática tiene que ser previsible en las posibilidades de exportación argentina y con valor agregado”, indicó.
• Dólar
“El tipo de cambio estaba claramente desfasado respecto a la inflación. (La corrección) está bien siempre y cuando se capitalice en términos prácticos, a los efectos de mejorar la competitividad. Si se licua, en definitiva lo que se hace es correr el arco y no se resuelven los problemas. El tema de la inflación no es solo de política gubernamentales, sino de expectativas y todos en la sociedad tenemos responsabilidad”, consideró el coordinador de las empresas alimenticias.
“Que suba el dólar y suba todo lo demás, no cambia nada. Lo importante es que haya una conjunción de variables macroeconómicas junto con el tipo de cambio que permitan competitividad y baja de inflación, con lo cual haya mejores perspectivas de inversión. La Argentina necesita previsibilidad, pero una inflación arriba de dos dígitos hace que no se vea con la inmediatez esperada”, sostuvo.
Funes de Rioja insistió en la llegada de dólares del exterior. “La Argentina necesita un shock de inversión muy grande, que está llegando y se ve en el campo energético y el interés en el G-20 para infraestructura, pero no llegan con el ímpetu que uno necesitaría con los años de desinversión que se han tenido” en el país, afirmó.
Por otra parte, evitó coincidir con la nueva meta inflacionaria anual que fijó el Poder Ejecutivo para 2018, del orden de 15%, pero tampoco avaló el 20% que lanzaron la mayoría de los analistas y hombres del mercado. “El objetivo de los empresarios sobre las expectativas reales de inflación deben ser cubrirlas, pero no alentarlas. Enero y febrero son siempre altos, después la cosa va estabilizándose. ¿Cuándo discutimos paritarias? Yo diría las primeras paritarias del sector industria privado se discuten entre marzo y abril. Por qué tenemos que ponerle ahora ese número (15% o 20%). Hay que mirar con prudencia, sabiendo que detrás hay un diálogo social”, indicó.
“Si los salarios se escapan por encima de la productividad, se agudizan los problemas de competitividad, lo cual agrava los riesgos de empleo”, aseveró el abogado y asesor empresarial de la OEA. “En la negociación del sector privado, sabemos lo que está en juego, salvo quienes estén fuera y pretendiendo que algo se desbarranque”, recalcó.
• 21F
Al ser consultado sobre el impacto de la masiva movilización camionera que se prevé para al 21 de febrero sobre la 9 de Julio, Funes de Rioja la consideró una marcha política. “No se está negociando paritarias. La marcha es una señal política lamentablemente conjugada con mensajes no positivos desde el punto de vista institucional. Hay frases que siempre son peligrosas, sobretodo para una Argentina con inestabilidad política. Desde 1983 tenemos que tener compromiso con la estabilidad institucional”, marcó.
“La marcha del 21 es una expresión política de un sector sindical, que no es unánime, aunque va a tener peso y volumen. Para el día después, la lógica es que no pase nada y que el mundo siga funcionando como el día anterior”, aventuró el empresario.
“Las frases de ‘acortar o no terminar’ los mandatos no son serias y hacen que los lectores de afuera digan que los sindicatos quieren voltear al Gobierno. Hay gestos y palabras que no son buenas para la institucionalidad argentina”, advirtió por los picantes dichos de Pablo y Hugo Moyano, pero también en referencia a las palabras del exjuez de la Corte Suprema, Eugenio Raúl Zaffaroni.

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