El Cerrito: un espacio para conectar con la naturaleza y compartir en familia
A poco más de 40 kilómetros de Posadas, en Cerro Corá, abrió sus puertas El Cerrito, un centro recreacional donde pasar con la familia, conectar con la naturaleza y disfrutar de momentos únicos en un entorno verde y accesible.
Beatriz Krutki, una docente jubilada, es la persona detrás de esta propuesta que emerge, en lo alto de la ruta provincial 3, al igual que los primeros cerros que se erigen en Misiones. Doce hectáreas divididas por la cinta asfáltica, pero que no rompen con el magnífico paisaje que ofrece la altura del lugar.
“La idea siempre fue tener un lugar para pasar en familia, tener un lugar donde encontrarnos con amigos”, explicó a Economis, Beatriz, quien vio el lugar hace unos doce años, cuando recorría la ruta camino a Cerro Azul y a Leandro N. Alem, donde trabajaba como docente.
“Vimos el lugar y nos pareció lindo, porque era un cerro con una muy linda vista”, recuerda Beatriz quien se dedicó de manera paulatina a construir un espacio paradisíaco, a pocos kilómetros de la capital provincial. Casi un centenar de árboles, entre nativos y frutales, le dan sombra al predio, además de un relieve que permite realizar senderismo por los caminos construidos también por los propietarios del lugar.
Luego de años de acondicionamiento del lugar, una pandemia los obligó a demorar su apertura, algo que aprovecharon para continuar con las obras. Cuando de a poco empezó la nueva normalidad y abrirse varias actividades, sobre todo las turísticas, las fuertes sequías ocasionaron diferentes focos de incendios en la región y no quisieron arriesgarse a abrir nuevamente, por lo que postergaron un año más la inauguración.
“Estábamos muy cerca de donde estaban todos los incendios y no podíamos arriesgarnos a traer personas, por los peligros que eso significaba. Un descuido, una colilla de cigarrillo que cae al pasto y esto se prendía fuego todo”, recuerda Beatriz.
Las cabañas
Al ingresar al predio, un cartel da la bienvenida a los visitantes, para luego abrirse en un camino terrado en condiciones para cualquier tipo de vehículo, que conduce el quincho principal. Esta primera construcción cuenta con parrilla, baños equipados y un servicio de cantina para quienes desean pasar el día en la pileta lindante, que se nutre de agua de vertiente.
De frente a estas primeras construcciones, empieza a elevarse el terreno, hacia un discreto bosquecillo donde se encuentran las dos cabañas construidas hasta el momento: “La Camelia” que tiene capacidad para seis personas y está equipada con aire acondicionado, jacuzzi y cocina con todos los elementos necesarios, como ser anafe, horno, pava eléctrica, cacerolas, platos, cubiertos, etc. La misma tiene un valor de $20.000 por noche.
La segunda cabaña es Yateí, también tiene servicio de agua fría y caliente, cocina completa como en el caso anterior, pero con capacidad para cuatro personas y el costo diario es de $10.000. En el caso de ambas cabañas, el servicio incluye ropa de cama, no así toallas que deben traer los visitantes.
A un costado de la cabaña mayor se encuentra un fogón con estructura para colgar alguna hamaca y disfrutar de la tranquilidad nocturna del lugar. En la parte posterior de las construcciones, un sendero recorre gran parte del predio, incluido una plantación de bambú y luego una huerta y plantación de árboles frutales. “La idea es aprovechar las cañas para construir con ellas, pero aún debo aprender”, explicó Beatriz que fue aplicando cada idea que vieron que aportaría el lugar.
“En la entrada uno de mis hijos está construyendo una cancha de tenis, porque a él le gusta, al lado hay una estructura hecha por otro de mis hijos, que le gustan esas cosas, entonces cada uno aporta lo suyo”, explica la propietaria a quien se le nota el entusiasmo que le genera abrir al público y mostrar todo lo realizado por sus propias manos.
Eventos
El quincho tiene una capacidad de aproximadamente 40 personas y puede reservarse para realizar distintos eventos, como reuniones de trabajo, cenas familiares o cumpleaños. Incluye el uso de pileta, la vajilla completa, el alquiler para estos eventos es de $40.000 por día.
Asimismo, el lugar también está abierto para quienes deseen pasar el día, pero con reserva previa y sujeta a la disponibilidad, por los otros servicios brindados. Para este uso, también está disponible la pileta y el servicio de cantina.
“Buscamos que las familias disfruten de su estadía y la prioridad es de quienes reservan algún servicio. El pago puede ser hasta en tres cuotas sin interésc con tarjetas Visa del Banco Macro.”, explicaron desde la familia propietaria del lugar.
En la cantina ofrecen para comer, milanesa al plato con ensalada de lechuga y tomate, Súper panchos, sándwiches de milanesa, hamburguesas, pizzas muzarella y papas fritas. En cuanto a la bebida, tienen a disposición, gaseosas Pepsi y 7Up de 1.5 litros, cervezas en lata de 500 ml, agua mineral y agua saborizada de 1.5 litros.