El empleo privado en Misiones, más cerca de romper su techo y con más presencia femenina
Los datos del ministerio de Trabajo de la Nación ratificaron el buen momento de atraviesa el empleo en Misiones: al inicio del tercer trimestre el trabajo formal en el sector privado misionero creció 1,5% mensual, creando poco más de 1.600 empleos respecto a junio, y promediando así una tasa de crecimiento mensual del 1,6% en los últimos tres meses, una de las mayores en todo el país.
Estos datos apoyan el alto desempeño de la tasa de empleo difundida por el INDEC, pero además permiten comenzar a avizorar un tercer trimestre que se inicia sosteniendo el ritmo alcista. Sin embargo, hay otros detalles que son aún más relevantes en el análisis.
Uno de ellos tiene que ver no con la tasa de crecimiento, sino con el volumen: el total de asalariados registrados en el sector privado misionero, en la serie desestacionalizada, es el más alto de los últimos 51 meses. Para ver un dato mayor, hay que remontarse a abril de 2018; pero además, se trata del mes con el segundo mayor volumen de empleo de los últimos 6 años: entre julio 2016 a julio 2022, el mes de mayor volumen de empleo estuvo justamente en abril de 2018, y en segundo lugar se ubica julio de este 2022.
De este modo, el empleo formal misionero está cada vez más lejos de su piso y más cerca de su techo, a partir de un proceso de creación del empleo fenomenal, que en los últimos tres meses significó 3.936 puestos de trabajo formales en el sector privado.
La creación de empleo es consecuencia directa del proceso de crecimiento de la actividad económica en la provincia, con sectores tradicionalmente robustos que siguen liderando (industria y comercio) y otros pujantes que muestran considerables incrementos (turismo, servicios tecnológicos y transporte). Así, Misiones se despega cada vez del perfil productivo-laboral que históricamente tuvo el NEA, y comienza a mostrar rasgos más parecidos a provincias como Mendoza o Córdoba: un sector primario muy especializado (yerba, te, tabaco, cítricos), fuertes niveles de industrialización, un mercado de trabajo robusto donde el sector privado es más grande que el público provincial, importante base tributaria propia y altos volúmenes de demanda en indicadores tanto de consumo masivo como productivo, entre otras cosas.
A esto, hay que sumarle otros factores que permiten que Misiones pueda sostener una gestión abocada al desarrollo: muy bajo peso de deuda pública (es una de las provincias con menor stock del país), cuentas públicas ordenadas y recursos dirigidos a dar solución a demandas sociales, fomentar el consumo e invertir en obra, siendo además la provincia de la región que más recursos propios (y no nacionales) usa en inversión real directa provincial.
Volviendo a la cuestión laboral, se destaca también otro dato conocido en la semana, referido a la tasa de feminización del mercado laboral. Para el caso de Misiones, alcanza al 26,3%, con un alto incremento en relación al año 2007, cuando fue del 18%.
En el NEA, se trata de la segunda tasa más alta, solo detrás del Chaco (31,5%), una diferencia que se explica particularmente por el peso específico de sectores donde históricamente la tasa de feminización es más elevada (enseñanza, servicios sociales, salud y otras) con mayor participación en Chaco, mientras que en Misiones predominan sectores que históricamente tienen tasas de feminización más bajas (como la industria, servicios logísticos, transporte y otros).
Más allá de esa distinción, el crecimiento de la participación de la mujer en el empleo en el sector privado misionero es altamente destacable, aunque aún quedan enormes desafíos en relación a la demanda de empleo no satisfecha en las mujeres del rango etario más joven, una constante en todo el país que, aún con ciertas mejoras, todavía está muy presente en todas las provincias.
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