El modelo misionero que se impone en la región
Escribe Alejandro Pegoraro, director de Politikon Chaco, exclusivo para Economis. En un año electoral naturalmente se ponen en discusión modelos de gestión, tanto a nivel municipal, provincial como nacional. Claramente, todos tienen sus particularidades y limitaciones: no es lo mismo debatir modelos de gobierno a nivel local que a nivel país. Los desafíos, como también las herramientas, son marcadas diferentes.
En Misiones, dentro de pocos días, se ponen en debate dos modelos de provincia: el que sostiene la Renovación con una fuerte impronta provincialista, escapándole a “la grieta”; y el de Juntos por el Cambio que tiene como eje central al modelo correntino, basado en la figura del gobernador Valdez en esa provincia.
Desde el punto de vista de características políticas y administración del poder, como también en términos de resultados, las divergencias son claras. La Renovación desde sus inicios, pero sobre todo, en los últimos años, sostuvo un modelo provincialista que está en su ADN político: no se detuvo en la grieta justicialismo-radicalismo o kirchnerismo-macrismo, sino que armó un espacio que contuvo a dirigentes de diferentes espacios políticos en una suerte de gran concertación pero con marcada identidad propia. Su mayor cercanía al presidente actual a diferencia de la postura tomada en la presidencia de Macri no le generó problemas de identidad: nunca fue oficialista, pero si bregó por canales de dialogo y cercanía que permitan resolver demandas de la provincia. Al momento de alzar la voz, se lo hizo. Al momento de acordar, se hizo. Al momento de armar un propio bloque en el Congreso Nacional para defender intereses provinciales específicos y votar en consecuencia, se hizo.
Este es una primera diferencia con el modelo de Juntos por el Cambio que trae una carga ideológicamente mucho más profundizada e incluso, al momento de votar en el Congreso Nacional, representantes misioneros muchas veces siguieron la línea de su espacio en la disputa frente al kirchnerismo que a los efectos concretos e impactos directos en su provincia de las leyes que votaban o dejaban de votar. Se entiende su conducta: Juntos por el Cambio buscó constantemente abroquelar su identidad en el plano nacional, y las provinciales de cada uno pasaba a un segundo lugar.
Analicemos algunos puntos de diferencia entre los modelos misionero de la renovación y el modelo cambiemita a seguir, que es el correntino, que se pone en disputa el próximo domingo, en términos ahora de resultados.
Poblacionalmente hablando, Misiones y Corrientes son dos provincias relativamente similares. En términos productivos, comparten rasgos (yerba, te, madera, críticos). En oferta turística, ambas tienen fuertes atracciones naturales. Corrientes es mucha más parecida, en una mirada holística, a Misiones que al Chaco, por ejemplo. Sin embargo, el desarrollo de las potencialidades, en términos económicos, es mucho más profunda en Misiones que en Corrientes.
Veamos algunos puntos en concreto. En Misiones hay 91 trabajadores privados formales cada 1.000 habitantes contra 69 cada 1.000 de Corrientes. Mostrar este valor en términos poblaciones tiene un nivel de contundencia que muestra a las claras el tamaño del mercado laboral, en este caso, privado formal. Por el contrario, en Corrientes hay 55 trabajadores del sector público provincial cada 1.000 habitantes, mientras que en Misiones es de 54 cada 1.000. Esto refuerza la característica central de la agenda laboral misionera: el impulso al desarrollo a partir de una fuerte articulación con el sector privado.
A la par, las cifras que el INDEC difunde trimestralmente marca la ventaja misionera en el mercado de trabajo: históricamente, pero con mayor profundidad en estos últimos, el nivel de actividad laboral en Posadas es superior a la de Corrientes; lo mismo ocurre con la tasa de empleo al tiempo que el nivel de desocupación misionero es históricamente menor que la correntina, aun teniendo una PEA más robusta.
En materia exportadora, la participación misionera es considerablemente mayor a la correntina con volúmenes exportados que son históricamente superiores. En la última década Corrientes exportó unos USD 232 millones anuales en promedio; Misiones lo hizo en un promedio anual de USD 436 millones. En el primer trimestre de este 2023, Misiones exportó por USD 83,1 millones y Corrientes por USD 60,6 millones.
Pero además del volumen, es interesante destacar diferencias en los perfiles exportadores. En Misiones, las exportaciones manufactureras (agropecuarias como industriales) representan en promedio, el 88% del total provincial en los últimos años, mientras que en Corrientes representan el 43%. Este dato es un si solo un reflejo del modelo productivo y el potencial misionero ahora se agrandó aún más con el puerto operativo.
En línea con eso, en Misiones según los últimos datos disponibles se registraron 12.092 establecimientos productivos, contra unas 10.718 en Corrientes. En lo referido estrictamente a establecimientos productivos industriales, Misiones concentra nada menos que el 46% del total del NEA, por lo que el dominio misionero es absoluto en este sector. Yendo un poco más hacia adentro de ese dato, Misiones tiene el tercer mayor volumen de establecimientos productivos forestales del país, solo detrás de Buenos Aires y Santa Fe.
En materia fiscal, las divergencias son aun más claras. El proceso de autonomía fiscal que encaró Misiones en los últimos años es el más fortalecido de toda la región, y generó una respuesta concreta a los problemas ocasiones por la asimetría en el reparto de fondos nacionales de cual Misiones es la principal perjudica en el NEA. $ 120,5 mil millones fue la recaudación propia misionera en 2022, un valor que supera a las otras tres provincias de la región, sumadas: entre Chaco, Formosa y Corrientes suman alrededor de $ 105,5 mil.
En esto hay muchos puntos a destacar: desde Corrientes se habla mucho de “voracidad fiscal” misionera y se pone como contrapunto un modelo más “liviano” de recaudación. Pero no explican como es que, aún con esa voracidad, Misiones tienen un escenario productivo de la mano de capital privado mucho más asentado y expandido, con mayor empleo, mayores establecimiento y mayor cobertura territorial. Tampoco logran explicar los seguidores del modelo correntino, como encarar una gestión presupuestaria con “liviandad” fiscal en una provincia altamente perjudicada por los esquemas de reparto vigentes de recursos nacionales como lo es Misiones.
En el manejo de las cuentas públicas, históricamente dedicó una mayor porción de sus recursos a la inversión pública, algo que se explica en el marco de lo detallado previamente. En materia salarial, Misiones mostró en los dos últimos años un proceso de recuperación real a la par que el gasto salarial fue descendiendo en su participación sobre la estructura total del gasto. En Corrientes los superávits fiscales de los últimos años estuvieron basados fuertemente en un recorte salarial.
El aporte recaudatorio de Misiones al Tesoro Nacional también es altamente significativo en la región. Como lo vimos en esta nota de Economis Misiones explicó el 31% de la recaudación de impuestos nacionales en el NEA (excluyendo los aduaneros), pero se quedó apenas con el 21% de las transferencias automáticas .
Estos son algunos puntos, entre otros muchos, que grafican las diferencias en los modelos de gestión y que son comparables, a la par que existen otros que ni siquiera son comparables: el modelo tecnológico misionero, que va desde la Escuela de Robótica hasta llegar a Silicon Misiones es solo un ejemplo de las áreas donde esta provincia hace punta en el NEA.