Bajo el incipiente proceso de desdolarización de las operaciones internacionales y las reservas de los bancos centrales, surgen iniciativas desde el bloque que integran Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica que podría potenciar, aún más, el rol del metal precioso en la economía global.

En el marco de la pulseada geopolítica por desdolarizar la economía mundial, el bloque económico de los BRICS está impulsando planes para desarrollar un sistema que facilitaría los pagos internacionales fuera del sistema del dólar, en el cual el oro cumpliría un papel importante. Vale recordar que días atrás trascendió que este grupo de naciones integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica estaba considerando adoptar el “petroyuan” para el comercio de petróleo como parte de sus continuos esfuerzos de desdolarización.

Así lo indicó Herbert Poenisch, investigador principal de la Universidad de Zhejiang y ex economista principal del Banco de Pagos Internacionales o Banco de Basilea (BIS), quien destacó el posible cambio de Arabia Saudita hacia el “petroyuan”.

Todo ello será parte de la nutrida agenda de la próxima cumbre BRICS en Kazán, en la que se discutirán alternativas al petrodólar, y a la cual Rusia invitó a 38 países y cinco organizaciones internacionales (como la ONU). Ya alrededor de 20 líderes confirmaron su participación más los jefes de los estados miembro (el anfitrión Vladimir Putin, el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva, el indio Narendra Modi, el sudafricano Cyril Ramaphosa y el chino Xi Jinping).

Pero además de la iniciativa del “petroyuan”, según la agencia de noticias rusa TASS, los funcionarios del BRICS están “desarrollando una amplia gama de instrumentos para crear un sistema financiero internacional inclusivo”. Andrey Mikhailishin, jefe del grupo de trabajo sobre servicios financieros del Consejo Empresarial BRICS, le confirmó a TASS que parte del plan se presentará en la cumbre de los BRICS a fines de octubre.

Según explican los analistas, hay varios de los proyectos en desarrollo que incluyen desde una unidad de cuenta común (una moneda), una plataforma para pagos internacionales utilizando una moneda digital BRICS, un sistema de pago, un depósito de liquidación, un sistema de seguros, hasta una alianza de calificación BRICS. Para TASS, la clave del nuevo sistema será la “descentralización de la interacción internacional”. El depósito de liquidación se basará en la tecnología blockchain “para registrar valores e intercambiarlos”.

En tal sentido, Mike Maharrey, analista del mercado de metales, sostuvo que el oro jugará un papel importante en el sistema donde “la unidad de cuenta común estaría vinculada en un 40% al precio del oro, y el 60% restante a una canasta de monedas de los BRICS”. Según Mikhailishin, este enfoque lo convertiría en “un instrumento conveniente y universal”. “Cuando se tiene una unidad de cuenta convertible a cualquier moneda nacional, resulta más cómodo mantenerla, ya que es un instrumento más líquido”, explicó.

Maharrey destaca que el uso de una unidad de cuenta común resolvería el problema de la volatilidad del tipo de cambio cuando los saldos de efectivo se acumulan en monedas nacionales y en el escenario más catastrófico podría desencadenar una hiperinflación en EEUU porque: la acumulación de dólares en el exterior es un factor importante para apuntalar el dólar, como funciona como moneda de reserva, el mundo necesita dólares, esta demanda de dólares impulsa la máquina de imprimir dinero de EEUU, pero si la demanda mundial de dólares disminuye, sería desastroso para la economía estadounidense ya que un exceso de dólares devaluaría aún más la moneda y conduciría a un rápido aumento de los precios en EEUU y si la desdolarización fuera lo suficientemente lejos, podría conducir a una hiperinflación.

“Si bien el dólar sigue siendo el principal medio de intercambio mundial, su papel como reserva de valor ya se está erosionando. Cada vez más países están recurriendo al oro como reserva de valor, como lo demuestra la agresiva compra de oro por parte de los bancos centrales”, recuerda Maharrey.

Las reservas de dólares a nivel mundial han caído un 14% desde 2002, y la desdolarización se aceleró después de que EEUU y sus aliados occidentales sancionaran a Rusia y congelaran los activos rusos después de que invadiera Ucrania, y muchos países desconfiaban de que Washington utilizara el dólar como arma. Al respecto, el Atlantic Council identifica el ascenso de los BRICS como una amenaza al dominio del dólar a largo plazo: “El proyecto identifica a los BRICS como un desafío potencial al estatus del dólar debido a las señales de intención de sus miembros individuales de comerciar más en monedas nacionales y a la creciente participación de los BRICS en el PBI mundial”.

Cabe recordar que el bloque BRICS se amplió a partir de este año para incluir a Arabia Saudita, Egipto, los Emiratos Árabes Unidos, Irán y Etiopía. Ya más de 40 otras naciones, incluido Turquía, miembro de la OTAN, han expresado interés en ser miembros del BRICS, un tema de álgido debate en la actual administración libertaria argentina.

Hoy los BRICS ampliado tienen una población combinada de unos 3.500 millones de personas, un PBI de más de u$s28,5 billones y representan aproximadamente el 28% de la economía mundial mientras los países BRICS también representan alrededor del 42% de la producción mundial de petróleo crudo.

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