En el primer trimestre se fueron más de u$s 3.000 millones por turismo
Los argentinos percibieron un dólar barato y decidieron combinar viajes al extranjero y compras. En los primeros tres meses del año, se gastó más de un tercio de lo que se había ido en 2016, cuando se totalizaron unos u$s 8.500 millones.
El “dólar dormido” impulsó a los argentinos a viajar y realizar consumos en el exterior a comienzos de 2017. En el primer trimestre del año, salieron u$s 3.066 millones en concepto de “Turismos, viajes y pasajes”, según datos que difundió ayer el Banco Central. Esto representa más de un tercio del saldo negativo registrado en todo el 2016, cuando se fueron unos u$s 8.500 millones.
Así, mientras el consumo doméstico dista de dar señales sólidas de recuperación, las compras en moneda extranjera despuntan. El mes pasado los gastos de turistas en el exterior sumaron u$s 1.120 millones, lo que implica un incremento de 39% contra el mismo período de 2016. Estos se vieron compensados apenas por ingresos de unos u$s 217 millones, por lo que la fuga neta por turismo en marzo alcanzó los u$s 903 millones.
La liberación de las restricciones a la compra de divisas que imponían un recargo del 35% cuando se pagaba con plásticos en el extranjero, sumada a la percepción de un “dólar barato” respecto a los precios en pesos actúan como un combo que hacen que este récord supere los niveles alcanzados en los meses estivales durante el cepo cambiario.
“En la suma de los saldos de los bancos y las entidades financieras, vemos que los consumos con tarjetas en dólares dieron un salto del 40% desde el 31 de diciembre”, detalló Guillermo Barbero, de First Corporate Finance Advisors.
Para los especialistas, más allá de la estacionalidad de estos consumos debido a las vacaciones de verano, su incremento en los últimos meses enciende las alarmas sobre el atraso cambiario. “Hemos llegado a un escenario de alerta naranja”, advirtió Lorenzo Zigaut Gavina, economista jefe de Ecolatina. “Un indicador de este atraso cambiario es la caída en las ventas minoristas en ciudades limítrofes, por un mayor cruce de fronteras para realizar compras, algo que ocurre en algunas zonas de Mendoza y en Bariloche, por ejemplo, por la salida de turistas a Chile”, señaló. El país vecino logró convertirse este verano en la plaza preferida por los turistas locales.
El analista añadió: “El consumo tiene una dinámica heterogénea y segmentada. Mientras el consumo masivo en pesos está en terreno negativo, vemos un incremento en términos positivos del consumo dolarizado, ya sea para viajes y turismo, o por ejemplo la compra de vehículos importados”.
En un escenario de tasas altas, la demanda de pesos continuará en ascenso, mientras que la inflación todavía no parece dar señales de ceder, por la adecuación de los precios relativos en los marzo y abril.
Así, la expectativa es que el consumo en dólares siga resultando atractivo para los argentinos que miran con buenos ojos promociones y escapadas tanto a países limítrofes, como Chile y Brasil, como a destinos de compras más tradicionales, como Miami. De esta manera, se erosionan las posibilidades para consolidar la recuperación del consumo interno.
“Mientras el tipo de cambio bilateral se ha atrasado y prácticamente ya borró lo que se había ganado con la devaluación de 2015, lo cierto es que el tipo de cambio multilateral no está tan mal, ya que nuestro principal socio comercial, Brasil, apreció mucho su moneda en el último año”, aclaró Zigaut.