Entrevista a Jorge Pérez, el empresario argentino que le dijo “no” a Trump

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A continuación, reproducimos el reportaje que Apertura/El Cronista le hizo a Jorge Pérez, el empresario argentino-cubano radicado en Miami que es uno de los principales jugadores en el negocio del real estate en los Estados Unidos. Amigo de Trump, Bill Clinton y de buena relación con Obama, el empresario cuenta pormenores de la negativa que le dio a Trump, cuando este lo invitó a construir el muro con México.

 

Hasta no hace mucho, Jorge Pérez compartía cenas, recitales y llamados con Donald Trump. Pero la agenda del actual presidente de Estados Unidos, y las opiniones contrarias de Pérez sobre la política inmigratoria, le pusieron un impasse a la amistad.

Jorge Pérez es el CEO de The Related Companies, la empresa que fundó en 1979 y que lo llevó a que lo llamaran, curiosamente, “el Donald Trump de los trópicos”, por su vasta trayectoria en el real estate de Miami. Con una fortuna valuada en US$ 1300 millones, Pérez impulsa un proyecto de dos torres y un hotel de lujo en Puerto Madero, y asegura que “si Macri no ganaba, no lo hacía en la Argentina”.

El empresario nació en la Argentina y de chico se fue a vivir con sus padres a Cuba y, luego, a Miami, donde estudió y construyó su empresa. En las últimas semanas el propio Trump lo convocó para construir el muro que separe Estados Unidos de México y Pérez, tras años de amistad, se negó.

-¿Usted y Carlos Slim (el hombre más rico del mundo) fueron de los pocos empresarios latinos que salieron a criticar las políticas inmigratorias de Trump?

Sí. Y yo en uno de los últimos e-mails que le mandé a Trump le dije que sería interesante que hubiera un grupo de trabajo, de hombres de negocios como Slim, u otros mexicanos, y otro grupo de Estado Unidos para ver cómo se trata el tema del libre de comercio y la inmigración. Y creo que hombres sensatos, que quieren el bienestar de ambos países, pueden buscar formas que ayuden a ambos países.

-¿Qué le respondió Trump?

No me contestó.

-El mail salió…

El mail salió. Pero creo que está un poco… bravo conmigo. Porque recuerda que cuando eres presidente, como de una compañía grande como la mía, siempre habrá gente que te dice: “Qué proyectos tan lindos”. Pero jamás te dirán: “Qué porquería haces”. Todos te dicen lo bueno que eres. Y tenés que estar consciente de que no te puedes creer todo eso, que eres humano como siempre has sido antes de ser presidente. Y puedes hacer unas cosas bien y otras mal. Cuando eres presidente de Estados Unidos te tiendes a rodear de gente que te alaba y te dice que las políticas que tomas son buenas. Y yo siempre le dije a Trump que creía que era muy importante oír voces como las mías, que le digan la verdad, lo que es debido. Que las estudie después y tome las decisiones que él quiera, pero que al menos las oiga. Clinton era muy bueno escuchando.

-¿Tenía diálogo con Clinton?

Sí, somos muy amigos.

-¿Cómo es su relación con Trump?

Hablábamos cada dos semanas. Nos veíamos una vez al mes. Íbamos a cenar en Nueva York o Miami, a eventos de música.

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-¿Quién pagaba la cuenta?

Él. Es muy generoso. En los lugares de él yo no puedo pagar. Siempre que Trump tenía un club nuevo, me mandaba la tarjeta de invitación. Es un hombre generoso, simpático, un genio para el marketing y para vender su nombre. Nunca tuve un problema económico con Trump, siempre nos hemos llevado de una forma perfecta. Si por ejemplo a algún club de él iba a cantar Tony Bennett o cualquier artista, enseguida me llamaba y me invitaba. Entonces no tengo en la parte social de amigo nada que decir malo sobre presidente Trump, solo cosas buenas. Pero estoy en desacuerdo con su política. Y ahora en su último discurso fue menos fuerte, fue más calmado. Y espero que si la reacción a ese discurso es positiva -porque él mira mucho cómo reacciona el público- quizás cambie su forma de hablar para buscar un idioma común.

-¿Él a usted le dijo que se iba a presentar a presidente?

Sí, cuando me lo dijo me pidió que lo apoyara. Y yo no podía apoyarla porque apoyaba a Hillary Clinton, porque yo soy demócrata liberal y no soy republicano.

-¿Usted no le dijo: “No seas presidente, pensalo bien, son muchas responsabilidades”?

No, porque cuando una persona toma la decisión de lanzarse como presidente, no le vas a decir: “Es una estupidez”. Le deseé la mejor suerte pero le aclaré que no lo podía apoyar. Y espero que cuando pase esto volvamos a nuestra amistad. Porque la amistad debe ser algo que esté basado en los 20 años juntos y no en lo que pasa ahora. Y la grandeza de Estados Unidos es que podés tener opiniones completamente diferentes y no tener miedo de expresarlas.

-¿Cómo está el mercado del real estate en Estados Unidos?

Está pasando un momento de equilibro. Ya nos recuperamos del 2008. Tuvimos una subida y en vez de una bajada tenemos equilibrio. En un proyecto donde las ventas normales podían ser cuatro unidades a la semana, en este mercado tenemos una o dos a la semana, pero seguimos vendiendo y al mismo precio. Entonces es un mercado normal. Y Miami –y Nueva York- pasará de esto, donde se consumirán las unidades que se hacen, a un boom inmenso en dos o tres años. ¿Por qué? Porque Miami después de Nueva York es la ciudad internacional más importante. El 80 por ciento de nuestras ventas son a clientes extranjeros.

-¿Y el mercado argentino?

Lo vemos muy bien. La Argentina está en ese punto de transición de “a ver lo que pasa”. La Argentina ha tenido tropiezos en su historia en las últimas cuatro décadas, con cambios radicales de Gobierno. En Estados Unidos el cambio nunca es de cero. Uno quiere que haya sistemas que aunque cambie el gobierno no cambie toda la política y la infraestructura, así el país progresa en bloques, y no que llegue un gobierno y tire todo lo hecho.

Yo creo que el sistema este (se refiera al gobierno de Macri), que es más transparente y capitalista, se respeta el capital y las leyes. Será un sistema donde no solo el capital argentino sino el extranjero, donde puedan venir porque consideran a la Argentina un país que progresará y protegerá el capital. Cuando eso pase, habrá un crecimiento en el país.

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-Cuando viaja, ¿qué dice de la Argentina?

Siempre que voy a algún lado hablo de lo bien que está la Argentina. Muchas corporaciones la miran de cerca, pero también tienen la expectativa de si vendrá otro “caudillo”. Se lo dije a Obama cuando iba a venir a la Argentina. Le dije: “Es muy importante lo que representa este Gobierno. Es el punto totalmente opuesto de lo que representa el chavismo”.

-¿Qué le dijo Obama?

Obama me oyó muchísimo. Porque Venezuela, que es uno de los países más ricos, fue desbaratado por Chávez.

-¿Le preguntan si la Argentina es negocio? 

Sí, me consultan. Se lo considera seriamente y yo les digo que hay problemas de impuestos por ejemplo. Tú no puedes hacer un sistema donde si haces todo en blanco te van a castigar. Si lo haces todo en blanco y pagas el 60 por ciento y si lo haces en negro y pagas 20, entonces la gente busca el negro. Y hay que saber que hacer las cosas en negro es corrupción, porque buscás las forma de no pagar. Hay que desarrollar el sistema para que quienes vienen de afuera sepan que el sistema de impuestos será igual para todos.

-¿Este proyecto lo venía pensando y el triunfo de Macri los convenció de hacerlo?

Exactamente. Estábamos esperando las elecciones, ganó Macri y cerramos el acuerdo. Si Macri no ganaba, quizás no hubiéramos venido.

-¿Es competitiva la Argentina?

Hay un proteccionismo que sigue. Y si yo quiero a un proyecto ponerle una heladera de primera marca, me cuesta tres veces más acá que en Estados Unidos. Y eso lo paga el consumidor. Y estás protegiendo a un grupo de industrias que no se han desarrollado. Entonces los países como Taiwán o Corea del Sur se desarrollaron muchísimo porque empezaron a producir lo que ellos podían producir. Y hoy tienen una gran clase media. ¿Por qué hay que pagar más en la Argentina que en Estados Unidos? Por ejemplo, acá cuesta US$ 2500 el metro cuadrado y en México, US$ 1000. No es una cuestión de los salarios. Si yo quiero traer el cristal desde Colombia me gusta $ 3, si lo compro acá, $ 6. Entonces todo te crea un sistema donde al final el que paga es el público.

-¿Y así le dan ganas de hacer cosas?

Hay que hacerlas poco a poco. Nuestras ganancias fueron más acotadas a las que esperábamos porque acá los costos son más altos. Acá el metro cuadrado lo estamos vendiendo a US$ 8000. En México lo vendemos más barato y estamos ganando más.

-¿Qué va a seguir pasando en Estados Unidos?

Ni idea (risas). Trump es un hombre indescifrable. No es un hombre que tenía estas ideas concretas, así que para ganar el gobierno tuvo que crearlas. Yo espero que él se dará cuenta que ser presidente no es ser igual que ser presidente de una empresa, que tendrá que oír a otras personas.

Apertura/Cronista

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