centro de Rescate de oso hormiguero, parque provincial San Cayetano, Proyecto de reintroduccion de oso hormiguero gigante, fundación Rewilding Blanquita, rescatada en Laguna Blanca, Formosa

Extintos en Corrientes durante 60 años, hoy 200 osos hormigueros viven libres en Esteros del Iberá

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(Por Patricia Arrúa) Volver a casa. Los osos hormigueros gigantes o Yurumí estaban extintos en Corrientes hace más de 60 años, regresaron en 2007 de la mano de la Fundación Rewilding con la reintroducción de la primera pareja y actualmente una población de unos 200 ejemplares, viven en libertad en los Esteros del Iberá, tras superar un camino por momentos sinuoso, en el desafío de mantenerlos con vida después del rescate.

La historia puede resultar curiosa para los ajenos al proyecto, porque pocos saben que la mayoría de los osos hormigueros que hoy disfrutan de la vida silvestre, alimentándose de hormigas y termitas, con un tamaño de entre 20 y 50 kilogramos, llegaron huérfanos y tomaron mamadera.

En el Centro de Rescate de oso hormiguero, parque provincial San Cayetano, de la fundación Rewilding “Demonio” toma la mamadera que le da Guichi.

La conmovedora imagen del osito hormiguero tomando su leche en mamadera es producto de una tragedia.

“La mayoría de los animales liberados son crías huérfanas rescatadas en otras provincias del norte del país, cuyas madres fueron víctimas de la caza furtiva”, relató a Télam la bióloga Alicia Delgado, titular del proyecto desde sus inicios.

“La mayoría toma mamadera, con leche para cría de perro o gato y hasta les comprábamos una importada que era muy difícil de conseguir, pero era la que mejor resultado nos daba”, recuerda sobre sobre la modalidad que continúa vigente.

Pero eso no fue todo, en días de invierno, necesitan el calor de su madre “y entonces probamos distintas formas, entre ellas una bolsa de agua caliente, que no resultó porque las rompían con sus garras”.

“Finalmente, la mejor opción fue una botella con agua caliente envuelta en una mantita polar, esa es la mejor manera, la que usamos hasta ahora”, detalló sobre la forma elegida para simular el calor de ‘mamá osa’ y que las crías no padezcan el frío del invierno.

Y así fue como tanto en la alimentación de las crías, como en forma de darles calor, “encontramos la fórmula y lo logramos, siempre buscando la manera de que no se apeguen a nosotros”.

“Criar a los ositos, fue al principio un período de prueba y error. Llegaban estresados, desnutridos, golpeados, pero aprendimos un montón”, destacó la bióloga de Rewilding en diálogo con Télam.

El camino hacia la libertad de los Yurumí (y de todos los animales que son rescatados para su reintroducción) comienza en la Estación Biológica Corrientes (EBCo) en la localidad de San Cayetano, allí llegan aquellos los que fueron decomisados por tráfico ilegal de fauna silvestre, aquellos que estaban en cautiverio como mascotas y también los ositos huérfanos, hallados sin su madre.

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En la EBCo, centro de investigación, extensión y educación sobre conservación de fauna y flora del nordeste argentino, en trabajo conjunto del Conicet, Gobierno de Corrientes y la Fundación Rewilding, los osos hormigueros ingresan en cuarentena, les realizan un chequeo completo, determinan su estado de salud y definen tratamiento para su recuperación.

Giselda “Gichi” Fernández, es miembro de Rewilding y cuidadora de fauna, su trabajo con los osos hormigueros de concentra en esa etapa inicial de cuarentena. Se ocupa de su alimentación, del monitoreo y controla su evolución.

“Llegan desnutridos, si son muy pequeños, toman la leche en mamadera y más delante de un recipiente. Nos ocupamos de que reciban las proteínas que necesitan”, explicó a Télam.

Y allí están ahora “Guarí”, “Huesito” y “Potay”, que llegaron pequeños, débiles y uno de ellos lastimado, “se le realizaron, como a todos, estudios y análisis, recuperaron peso y están creciendo sanos”, asegura satisfecha.

Cuenta su día a día con estos mamíferos de cabeza pequeña y hocico muy largo y cónico, en su primera etapa de recuperación, en corrales al aire libre y atención permanente.

“Tratamos que tengan con nosotros el menor contacto posible, porque deben acostumbrarse a un hábitat donde no habrá seres humanos”, relata.

El período de cuarentena puede ser de un mes a tres meses, depende del cuadro de cada uno. “Gichi”, asegura que celebra cuando se van, porque a avanzan hacia el siguiente paso: la presuelta, el paso previo a la libertad.

Muy cerquita de la localidad de Villa Olivari, a 200 kilómetros al este de la Capital provincial, está la reserva Yerbalito, con grandes corrales de presuelta, donde Mateo Prono y Matías Venica integrantes de Rewilding junto a Candela Fracchia y Quim Agell, voluntarios en la Fundación, realizan el monitoreo diario.

En el gran corral en “en medio de la nada” una zona de difícil acceso, se ocupan de alimentarlos “sólo una o dos veces por día, porque ya comen termitas y hormigas por sí solos” y también chequean permanentemente la información sobre sus movimientos a través del collar que emite señales con el sistema VHF.

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En el periodo de presuelta vemos el comportamiento animal, como se alimentan y el funcionamiento del arnés que en algunos casos lo llevan consigo por varios meses, “podemos saber si está activo o quieto”, explicó Delgado .

“Viven unos 15 o 16 años en la naturaleza, se cree que esa es más o menos su expectativa de vida”, precisó y contó que son animales “solitarios” y que “la madre vive con su cría entre siete y ocho meses” y luego cada cual, toma su camino.

En los Esteros del Iberá, los osos hormigueros gigantes, fueron liberados en cinco lugares de reserva, El Socorro, la isla San Alonso (de unas 10 mil hectáreas), en Colonia Carlos Pellegrini y los portales: Cararambola en Concepción; San Nicolás en San Miguel y la reserva Yerbalito, “después se van dispersando y ya están por todos lados”.

Ya pasaron 15 años del inicio y puesta en práctica del primer proyecto Rewilding de reintroducción de una especie en Corrientes, los osos hormigueros gigantes .

La bióloga de Rewilding, presente en el desafío desde su origen, afirmó en diálogo con Télam que “para nosotros fue un gran logro traer de vuelta una especie” y “sentimos que la experiencia con los osos hormigueros fue la punta de lanza que nos impulsó en otros proyectos de reintroducción”.

“Es un orgullo haber sido partícipe de la historia natural de Corrientes”, concluyó Alicia Delgado.

Los osos hormigueros iniciaron el camino de regreso a casa en 2007 y hoy son más de 200 en libertad en los Esteros del Iberá, el segundo humedal más grande del mundo, donde conviven ciervos, carpinchos, yacarés, monos, zorros, gran variedad de aves, y ahora también ellos, los Yurumí.

Gracias al éxito de la experiencia, los osos hormigueros gigantes conforman hoy una numerosa población autosustentable y ya más de 100 ositos nacieron en libertad.

Tras haber estado extinguidos en Corrientes por más de seis décadas, volvieron para quedarse, dejaron de ser uno de los eslabones perdidos y son nuevamente parte del ecosistema de los esteros correntinos.

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