
La Concertación, espacio que nace para inaugurar un nuevo tiempo en Paraguay
El tiroteo de película hollywoodense en el que dos personas murieron y otras cuatro resultaron heridas en el festival Jaumina Fest, en San Bernardino. El narcotráfico que se apodera del territorio y contamina incluso a la política, tanto que el partido oficialista promete investigar a todos sus candidatos por posibles vínculos financieros non sanctos.
Una economía desigual que no pudo hacer frente a la pandemia y que ahora padece una inesperada inflación, con protestas en todo el país por el precio de los combustibles.
Un combo que alimenta el rechazo al Gobierno de Mario Abdo y que abre las puertas a una coalición política inédita que se esperanza en que 2023 sea el año para derrotar al partido Colorado e inaugurar una nueva era, que quedó trunca tras la destitución de Fernando Lugo. El año próximo no sólo será clave por la elección presidencial, sino porque vence el tratado de Itaipú y es una oportunidad para renegociar el precio de la energía. El acuerdo actual, consideran los opositores al coloradismo, condena a Paraguay a recibir migajas por la energía y forzó la pérdida de 75,4 mil millones de dólares por los precios bajos.
La sociedad política tiene nombre y candidatos diversos, que pusieron por delante las coincidencias antes que las ambiciones personales, que, en soledad, no alcanzan para vencer al histórico partido en el poder. Se trata de la “Concertación”.
Cualquier referencia a la chilena, donde germinaron las votos del flamante presidente Gabriel Boric, no es casualidad. La asunción de Boric también genera entusiasmo por un nuevo escenario regional, en el que Argentina juega un rol central y donde Lula puede ser el gran hermano desde Brasil.
La Concertación es un conglomerado de espacios políticos de izquierda a derecha, con liberales y campesinos. Fernando Lugo y Efraín Alegre son las figuras salientes, pero entre las principales también aparecen dos mujeres: la ex ministra de Salud, Esperanza Martínez y Kattya González, quienes pueden dirimir en internas sus aspiraciones.
Pero la unidad está por encima de los nombres que brotan en distintos puntos del país.
“Estamos armando una opción diferente al Partido Colorado, no como contrario a una entidad política, sino como forma diferente de hacer política. No formamos parte de los partidos políticos tradicionales, sino que tenemos un proyecto de unidad sobre bases programáticas, y venimos de diferentes grupos, con un objetivo común, cada uno con sus matices, pero con la idea de armar un proyecto común de programas políticos”, explica Santiago Del Valle, desde Encarnación.
En diálogo con Economis, Del Valle explica el escenario político del vecino país. “Las elecciones se hacen el año que viene, pero la conformación para presentarse debe hacerse este año. Como alianza o concertación, para junio debemos tener definido el rumbo. Si es concertación, se requiere internas en diciembre, si es alianza, cada partido viene con sus candidatos”, señala.
Las referencias apuntan a Fernando Lugo, del Frente Guasú, integrado por ocho partidos y movimientos sociales, y Efraín Alegre, líder del Partido Liberal Radical Auténtico. “Debemos unir todas las fuerzas, sumados los votos, somos más. Si vamos juntos tenemos una oportunidad. Siempre vamos divididos, por falta de proyecto común y de una visión de país para todos”, explica Del Valle .
“Acá somos realistas. El único que puede ganar solo es el partido Colorado. Ni los liberales ni nosotros podemos hacerlos. Pero juntos…Hay que fortalecer los enfoques y puntos en común que tenemos de la política”, argumenta Del Valle, quien es egresado de la Universidad Nacional de Misiones.
“En nuestro país, el gobierno estuvo siempre en manos de un solo color de Gobierno, salvo el período trunco de Lugo. Con el tiempo, los criminales se apoderaron del poder. Debemos salirnos de eso, pero en un ambiente democrático, tomando el poder con los votos y la herramienta son las elecciones para poder sacar a esta cúpula de gente unida por sus intereses particulares”, sintetiza.
De este lado de la frontera se suele escuchar que la economía paraguaya es ejemplo a seguir, con tasas de crecimiento récord y una estabilidad a prueba de todo. Del Valle asegura que esa mirada es válida “sólo para lo macro”. “Es cierto que hay poca inflación y una economía estable. Pero lo que hay que considerar es que hay 7 millones de paraguayos. ¿Cuántos son los que tienen demasiado y cuantos los que no reciben ningún beneficio, iguales en derechos, en condiciones humanas?”.
Su mirada coincide con los datos del Informe Regional de Desarrollo Humano 2021 del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, que señala que Paraguay se encuentra atrapada en una doble trampa de desigualdad persistentemente alta y baja productividad. Paraguay se ubica como el país de la región de peor percepción ciudadana sobre el rol del Estado en la desigualdad. El 95% de los consultados opina que se gobierna en beneficio de unos pocos. La pandemia ha aumentado las desigualdades y ha hecho aparecer nuevas brechas en la sociedad. El último aumento del combustible paralizó literalmente al Paraguay, con bloqueos en las principales ciudades. El precio de la nafta marca una enorme distorsión: 8990 guaraníes, equivalente a 270 pesos argentinos.
“El beneficio económico no se traduce en inclusión. La pandemia asustó a los privilegiados, porque se cerraron las fronteras y el común del ciudadano pudo dimensionar la falta de Estado. El encarnaceno va a Posadas a ser atendido, o a Eldorado. La pandemia nos igualó a todos. Ahí fue demasiado notoria la ausencia del Estado. Eso fue un disparador para juntarnos. Demasiado costaba competir contra el dinero de los grandes partidos”, revela Del Valle.
“Sabemos que competimos en desigualdad contra el aparato del Coloradismo. Pero la idea es proyectar al país, revisar el tratado de Itaipú y recuperar ingresos, tener autonomía energética para poder industrializar el país”, marca Del Valle .
Del Valle pertenece al Frente Guasu y es el coordinador en Encarnación de la Concertación. Egresado de la facultad de Artes de Oberá, tiene argumentos para ilusionarse. “Después de 85 años se le sacó el poder al coloradismo en Encarnación. En 2021 las diferencias fueron más amplias. Lo mismo en la Junta Municipal. Aprendimos a trabajar en conjunto”, sintetiza sobre la elección de Luis Yd. “Y podemos copiar experiencias como las de Misiones”, apunta sobre este lado del río Paraná.