La COP27 publica un borrador con signos de progreso en daños y pérdidas por cambio climático
La presidencia egipcia de la COP27 publicó un borrador del texto final de la cumbre que finaliza hoy en el que solicita que los países presenten nuevas metas de reducción de emisión de gases de efecto invernadero el próximo año y da la bienvenida a que por primera vez se haya debatido un enfoque para abordar daños y pérdidas causados por el cambio climático, el punto más reclamado por los países del Tercer Mundo.
La presidencia egipcia de la COP27 publicó un borrador del texto final de la cumbre que finaliza hoy en el que solicita que los países presenten nuevas metas de reducción de emisión de gases de efecto invernadero el próximo año y da la bienvenida a que por primera vez se haya debatido un enfoque para abordar daños y pérdidas causados por el cambio climático, el punto más reclamado por los países del Tercer Mundo.
El texto mantiene el lenguaje de la COP26 de Glasgow, Escocia, en relación a los combustibles fósiles.
El pedido era para que se establezca una “reducción gradual de todos los combustibles fósiles”, pero el texto solo apunta al carbón, informó en su cuenta de Twitter Simon Evans, de la ONG Carbon Brief.
En el apartado sobre pérdidas y daños, celebra que “por primera vez” se hayan incluido asuntos “relacionados con arreglos de financiación que respondan a pérdidas y daños asociados con los efectos adversos del cambio climático”, aunque todavía no se conocen los detalles.
Las negociaciones de la COP27, que debía terminar ayer, estaban empantanadas y se llegó a temer que la Unión Europea (UE) se retire de las discusiones por estar en desacuerdo con el texto presentado por la presidencia egipcia.
El vicepresidente la Comisión Europea, Frans Timmermans, dijo que la UE prefería “no tener un resultado que un mal resultado”, informó la agencia de noticias AFP.
Esas declaraciones llegaron luego de que el bloque rechazara una propuesta de la presidencia egipcia de la COP27 que a su juicio hace retroceder el compromiso de los casi 200 países que están en Sharm el Sheij de seguir reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que se conoce como el capítulo mitigación en las negociaciones.
La mitigación es imprescindible para mantener vivo el objetivo de limitar el calentamiento del planeta en 1,5 ºC respecto de la era preindustrial, una meta acordada en París en 2015, pero que los últimos informes del panel de expertos de la ONU se han puesto en duda.
“No estamos aquí para sacar declaraciones, sino para mantener el objetivo de 1,5 ºC vivo”, dijo la ministra de Relaciones Exteriores alemana, la verde Annaelena Baerbock, quien ayer ya había bajado las expectativas de que se consiguiera un acuerdo sobre el financiamiento al afirmar que “peor que ningún resultado sería un resultado que suavizara, diluyera o incluso hiciera retroceder el consenso de Glasgow y París”.
Para mantener el objetivo de París vivo los países deberían asumir compromisos más firmes y concretos en materia de descarbonización.
El canciller egipcio, Ameh Shukri, que preside la COP27, dijo por su parte que “una vasta mayoría de las partes indicaron que consideraban el texto equilibrado” y que “puede desembocar en un consenso”.
La COP27 comenzó el 6 de noviembre con un tema dominante: la creación de un fondo de pérdidas y daños destinado a los países que más sufren por la contaminación provocada por los países industrializados.
Más de la mitad de los gases de efecto invernadero provienen de Estados Unidos, China y Europa.
El jueves, la UE propuso la creación de un fondo de respuesta destinado a los países más vulnerables pero con varias condiciones que empantanaron las negociaciones.
Por un lado, que se amplíe la base de donantes, es decir que países como China o India, también aporten aunque sean países en vías de desarrollo.
Y por otro lado, que se firme un compromiso explícito sobre mitigación para mantener vivo el objetivo de 1,5º.
“Como se pueden ustedes imaginar, ninguno de los grupos podría decir que todos sus intereses están recogidos”, explicó Shukry.
“Hay insatisfacción en todas las partes, pero hay una vasta mayoría que apoya el texto”, insistió el canciller egipcio antes de que se conozca el borrador.
Compensar a los países que menos gases de efecto invernadero han emitido históricamente pero que sufren las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos es una vieja aspiración de los países del Sur Global.
“Las contribuciones deberían incluir a todos los grandes emisores, como China, Arabia Saudita o Qatar”, había declarado el ministro canadiense de Medio Ambiente, Steven Guilbeault.
El delegado chino en la sesión plenaria, Zhao Yingmin, se limitó a pedir que “no se reescriba” el Acuerdo de París.
Ese acuerdo histórico de 2015 sentó las bases del compromiso actual contra el cambio climático, pero recordó que la responsabilidad es común aunque diferenciada, es decir, que los países desarrollados deben contribuir mucho más en función de su historial de emisiones y uso de recursos naturales.
Entre los países en vías de desarrollo existe una considerable desconfianza por las promesas incumplidas.
En 2009, los países desarrollados prometieron que a partir de 2020 se desembolsarían 100.000 millones de dólares anuales para ayudar a los países pobres a adaptarse al cambio climático y a disminuir sus emisiones, y al mismo tiempo emprender la transición energética.
Y ese monto de 100.000 millones de dólares, que no ha sido completado, debe ser aumentado en principio a partir de 2025.