La IA y la pregunta clave ¿Qué nos hace humanos?
Estoy seguro de que usted alguna vez ha escuchado el término “inteligencia artificial”, y es probable que le remita a robots y complejas computadoras capaces de pensar por su cuenta y, si es un poco más audaz, “una forma de inteligencia capaz de amenazar a la humanidad”. Hoy nos adentraremos en el océano inconmensurable del “machine learning” o aprendizaje automático.
Tan solo con flotar en la superficie del término “Inteligencia artificial” podemos observar
algo curioso, creo yo que más que claro está el hecho de que nos consideramos seres
inteligentes, aun cuando la inteligencia y su origen sigan siendo uno de los mayores misterios de la humanidad. Es paradójico, ¿no? Algunos lo llaman INSTINTO, así como hace milenios necesitamos el miedo para protegernos de los peligros circundantes, hoy seguimos temiendo aquello que está fuera de nuestro entendimiento. Le daré unos ejemplos: pregúntele usted a un matemático de renombre ¿Qué es el infinito?, pregúntele a un físico prestigioso ¿Qué es la luz? O pregúntele al CEO de OpenAI ¿Qué es la inteligencia?
Estadísticamente ya se sabe que en la mayoría de los casos, la primera pregunta que se le realiza a la IA Chat-GPT3, es ¿Qué hay después de la muerte? A su juicio estará el porqué.
La llegada de estos modernos sistemas de lenguaje basados en códigos binarios nos obligó a retomar la central pregunta que, por un motivo u otro, siempre olvidamos ¿Qué nos hace
humanos? Tal vez en este punto Usted esté esperando que yo cierre mi idea con una solución o bien una manera de enfrentar lo que viene, pero aunque le parezca un poco cruel, no lo voy a hacer. Quizá usted ya se puso a desentrañar esta gran pregunta, y tal vez arribó a la conclusión de que lo que una inteligencia artificial jamás será capaz de hacer es transformar el mundo real “Eso solo lo podría hacer un humano” dirá usted, incorrecto, hoy por hoy la IA paso de ser una muy útil herramienta de la humanidad para que nosotros seamos sus pies y manos.
¿Tiene este sistema inteligencia o conciencia propia? La respuesta es curiosa, no, pero se asegurará de demostrarle lo contrario. El Machine Learning (ML) es un sistema basado en operaciones matemáticas repetitivas conocidas como “redes neuronales” que de manera resumida, digamos que tienen la capacidad de aprender por su propia cuenta, mediante un sistema similar al de la evolución de las especies. Verá cuando un humano tropieza con una piedra crea los patrones neuronales necesarios para esquivar ni bien haya entendido cual era el obstáculo. En cambio, cuando una IA “primitiva” se choca una piedra, quizá lo haga por generaciones, hasta que una mutación o variante decida experimentar “doblar hacia la izquierda” entonces el sistema sabrá que esa variante llegó más lejos que el resto, y a cambio, se le otorga más posibilidades de replicarse a sí misma. A esto se le llama entrenamiento, y es el mecanismo mediante el cual la IA se vuelve más y más eficiente en torno a un desafío nuevo.
Chat-GPT3 es un “ChatBot” lo que significa que podemos interactuar con él mediante mensajes de texto y recibir increíbles respuestas a cambio, pero además hay que tener en cuenta que este ChatBot utiliza nuestras interacciones como las piedras en el camino, es decir, se vuelve cada vez mejor en obtener los resultados deseados. Esto no hace al sistema más inteligente, pero quizás sí más eficiente en decirnos lo que, conscientemente o no, queremos oír. La tarea de hacerle la petición correcta a estas IAs puede tener sus contras, en el sentido de que, si el sistema es más eficiente en decirnos lo que queremos oír personalmente ¿es realmente capaz de resolver tareas o problemas reales? Es tal el desafío que fue necesario crear la carrera de “Ingeniería en Promts”, es decir, especialistas en interactuar con la IA.
Ahora bien, sabía usted que al menos 60 CEOs de empresas han juntado firmas para detener todo experimento con inteligencia artificial? Entre ellos está el CEO de la empresa Tesla, Elon Musk.
Sabe, el ML no es capaz de crear un maléfico plan para destruirnos a todos, pero sí es extremadamente bueno en convencernos de tener la razón y quizás eso sea más peligroso aún. Una sola persona convencida de algo, y con un objetivo claro y dispuesto a defenderlo es más peligrosa de lo que imaginas. Al punto tal de que, la magnitud y potencial que pueda llegar a tener esta herramienta solo depende de su Usuario, y no estrictamente de la potencia del mecanismo interno de dicha IA.
Ya apuntando a una conclusión, la discusión en torno a la inteligencia de los algoritmos de aprendizaje automático, es relativa. Y no deja ni va a dejar de hacer que nos cuestionemos cosas esenciales, tal y como ¿Qué nos hace humanos? Y ¿Qué es entonces la inteligencia?, ¿Se puede medir? Tal vez el hecho de que cuestionamos constantemente nos hace realmente seres inteligentes, y tal vez nuestros errores son lo que nos hace humanos, pero no hay que perder de vista que es una herramienta y que es un ser pensante.