La inversión pública como clave para la recuperación en Misiones

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El 2024 cerró con un superávit financiero del sector público nacional de 0,3% del PIB y un superávit primario de 1,8%, el mejor resultado fiscal para el país de los últimos dieciséis años. Desde la perspectiva macro, es un dato altamente positivo; pero si miramos la mecánica del logro, encontramos los nubarrones. 

El gasto público cayó 26% y hacia dentro de los componentes del gasto, la obra pública explicó el 24% del recorte con una caída que fue inédita para los últimos, por lo menos, veinte años: la inversión de la secretaría de Obras Públicas cayó 67% en el año 2024.

¿Qué pasa cuando vemos la ejecución presupuestaria de Obras Públicas para Misiones? Se ve una ejecución por $8.162 millones y una caída respecto al 2023 del 86%. La Provincia no estuvo exenta del recorte generalizado que se vio en todo el país con dos consecuencias directas y graves: en primer lugar, postergar el desarrollo y profundizar asimetrías en materia de infraestructura altamente necesaria e imprescindible en estos lados de la república; y en segundo lugar, el fuerte golpe en materia de empleo y calidad de vida de comunidades. 

Del total detallado que se ejecutó en la provincia durante el año pasado, el 85% corresponde al programa “Construcción de Autopistas y Autovías” que contiene dentro solo una actividad para el caso misionero: las obras en ruta nacional 105. Si bien esta es la que muestra el mayor grado de ejecución en pesos ($6.900 millones) tuvo una caída en términos reales del 68% contra el 2023, verificando así un fuerte retroceso en una obra trascendental para la conectividad. 

Apenas otros $1.200 millones fueron ejecutados en diversos programas vinculados a infraestructura. Entre ellos, $726 millones se ejecutaron en el programa de desarrollo de la infraestructura hidráulica, mostrando una caída del 81% real anual. Sobre esto, debe hacerse una salvedad: la totalidad de ese financiamiento es externo: $27 millones de la CAF y $699 millones del BID. 

Por su parte, $370 millones se ejecutaron en tareas de mantenimiento de la red vial, que cayó 75% real anual. Hasta ahí llegó el financiamiento por parte del Gobierno nacional, ya que los $100 millones restantes para completar esos $8.160 millones detallados antes corresponden a conceptos menores no relevantes y en todos los casos muestran fuertes caídas. 

Por el lado del financiamiento provincial, la escasez de recursos por fuertes contracciones de recursos tributarios y recorte de asistencias financieras produjo que durante el primer semestre del año pasado las erogaciones de capital caigan en torno al 55%, un número que seguramente será menor hacia finales del 2024 cuando la provincia publique la ejecución presupuestaria, ya que durante el último tramo del año se vio una importante reactivación, pero que no será suficiente para compensar las caídas de los primeros seis meses. 

Así, Misiones (como casi todos los otros distritos) llega al 2025 con un piso muy bajo en términos de inversión pública que deberá, de la mano de la estabilización macro y recuperación de los niveles de actividad, impulsar fuertemente no mirando superar los números del 2024 sino apuntando, de mínima, a recuperar los niveles del 2021, año donde la inversión real directa misionera representó el 12% del gasto total provincial. Para lograr esto, la Provincia podría contar con algunas herramientas. 

En primer lugar, una recuperación de recursos vía mejora de la recaudación tributaria, tanto a nivel nacional, que llega vía coparticipación, como en niveles provinciales a partir de una recuperación de la recaudación tributaria que también mostró bajas en 2024. En segundo lugar, la reactivación de obras de financiamiento nacional que están frenadas o demoradas y que corresponden al convenio firmado con el Gobierno nacional a mediados del año pasado, que son fundamentalmente obras hídricas. 

En tercer lugar, y no menor, es la posibilidad que tiene la provincia de buscar financiamiento para darle velocidad a la reactivación: provincias como Santa Fe y Córdoba han emitido bonos para financiar proyectos de infraestructura y darle así un empujón al sector que puede ser robustecido por la inyección de fondos propios. 

En este punto, Misiones tiene una enorme ventaja en su propio perfil de deuda: tiene un stock muy bajo (equivale a quince días de coparticipación federal), buen historial crediticio y amplio margen para pago de intereses, dado que apenas destina el 0,2% de su gasto para los servicios de renta. Dada la estabilización en términos de inflación y de tasas, emitir un bono (o porque no, créditos directos con organismos internacionales) para impulsar proyectos de infraestructura podría ser una buena herramienta. 

Esto ayudaría, además, a fortalecer el proceso que el sector privado ya está realizando en la provincia: en diferentes municipios se ve una importante reactivación del sector de la construcción que en su mayoría responde a proyectos de inversión de particulares que podría ser un excelente complemento para que la provincia experimente un rebote considerable en el sector. 

De acuerdo con el presupuesto provincial del año en curso, las erogaciones de capital tendrían un incremento cercano al 45% en términos reales, lo cual se traduce en que hay una voluntad del Gobierno provincial de impulsar la inversión pública dada, posiblemente, las mejores condiciones y las nuevas oportunidades que brindaría un escenario mucho más estable y que aún con desafíos, permite pensar en medidas ya no de contención sino de expansión.

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