La revolución de la construcción con madera: edificios cada vez más altos y ventaja única que permite gran ahorro energético y captura de CO2

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La transición energética es un proceso que busca reducir las emisiones de CO2 y avanzar hacia un mundo más sustentable, es ahí donde la madera y sus productos derivados tienen un rol fundamental para el desarrollo de la bioeconomía. CADAMDA promueve el uso de la madera como material de la construcción sustentable del futuro porque – entre otros beneficios y especialmente pensando en la coyuntura argentina actual que requiere máximo ahorro de energía – presenta ventajas importantes respecto de otros materiales al ser el material que menor cantidad de energía requiere en su producción y el único que almacena carbono. Además, las tecnologías que emplean madera presentan mejores condiciones para lograr construcciones con un mejor funcionamiento térmico logrando, con diseños adecuados, ahorros energéticos que pueden están cercanos al 50%.

Climas extremos, falta de combustibles y precios por las nubes. Suba de tarifas y la concreta necesidad de calentar o enfriar los ambientes es cada vez un problema más evidente y oneroso de resolver. El cambio climático se ha transformado en un espiral en el que, en pocas décadas, los climas habituales de diversas regiones han cambiado a cifras mucho más extremas. Es decir, a más calor, más aire acondicionado y mayor consumo de energía. Por ende, más calentamiento global y más calor.

Son pocas las soluciones a mano y el uso de la madera es una de ellas. La madera tiene la capacidad de absorber la humedad dentro de la casa y devolverla gradualmente. No tiene inercia térmica, por lo cual, en condición de verano se enfría rápidamente con buena ventilación. En invierno, al estar bien asilada, retiene por mayor tiempo la energía térmica. Así se ahorra energía. La madera no sólo es parte de la naturaleza, sino que su utilización es beneficiosa para el medio ambiente.

La madera utilizada en la construcción sustentable proviene de plantaciones certificadas internacionalmente (no de bosques nativos) y mientras los árboles están en pie, funcionan como el sistema basado en la naturaleza más eficiente para absorber CO2 de la atmósfera en su proceso de crecimiento. Luego, la madera utilizada en las estructuras, paredes, muebles, techos, pisos y todo donde se pueda, no solo tiene la capacidad de almacenar el CO2 en sus usos sólidos, sino que, además, ofrece alternativas para sustituir productos de origen fósil (combustibles, plásticos, químicos) y no renovables y de alto consumo de energía (cemento, minerales). Y como si fuera poco, para su disposición final, es reutilizable y reciclable.  Estas características no solo ayudan a la mitigaci ón del cambio climático en toda la cadena productiva, sino, además, a una bioeconomía circular, y con ello, a opciones más sostenibles e inclusivas, dada la alta creación de empleo que genera, aportando al crecimiento y desarrollo económico.  

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Argentina tiene actualmente un patrimonio de alrededor de 50 millones de bosques nativos y 1,3 millones de hectáreas de plantaciones forestales, alrededor de un 50% de ellas certificadas con sellos por gestión sostenible reconocidos internacionalmente. La foresto-industria de Argentina se provee en un 95% de madera proveniente de dichas plantaciones.  El agregado de valor incluye la producción de celulosa y papel; madera y tableros para viviendas y muebles; energía eléctrica y térmica y diversos productos químicos.  Todos productos con muy baja huella de carbono y necesarios para la descarbonización de la economía. Con 13.000 productores forestales y más de 6.000 empresas, la foresto-industria emplea en forma directa y formalmente, a unas 100.000 personas y exporta alrededor de 700 mi llones de dólares anuales. Según el Plan Estratégico 2030 (https://forestoindustria.org.ar/wp-content/uploads/2021/03/PLANESTRATEGICO.pdf), tiene amplia capacidad de crecer en forestaciones y duplicar su actividad de agregado de valor.

EL EDIFICIO DE MADERA MÁS ALTO DEL MUNDO ESTÁ – POR AHORA – EN ESTADOS UNIDOS

El desarrollo de nuevas tecnologías y la creciente demanda de materiales y sistemas de construcción más sostenibles es una tendencia mundial concreta de los últimos años. “La madera es definitivamente la alternativa directa al concreto y al acero y los proyectos y obras que la tienen como material principal de construcción se multiplican en todas las latitudes del mundo. La preferencia, pasión y hasta romance por la madera por parte de la nueva camada de arquitectos tiene que ver con sus múltiples ventajas competitivas: es un recurso renovable, contribuye a mitigar el cambio climático gracias a la absorción y fijación de CO2 atmosférico en su interior, lo que reduce considerablemente las emisiones que impactan en el calentamiento global. Todo el proceso constructivo es m&aac ute;s rápido, con menor impacto ambiental. Tiene buen comportamiento en el acondicionamiento acústico de una construcción, absorbe las radiaciones electromagnéticas de dispositivos electrónicos y regula la humedad interior. Además, aporta un ambiente de natural calidez, tanto para vivir como para trabajar,” explica el arquitecto Diego García Pezzano, responsable del Dpto. de Arquitectura de CADAMDA – La Cámara de la Madera.

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Justamente, con todas esas evidentes ventajas es que “Ascent” es ahora la torre de madera maciza más alta del mundo, diseñada por Korb + Associates Architects. Está en EEUU, tiene 86,6 metros de altura que se distribuyen a lo largo de sus 25 pisos y ha tardado dos años en construirse. Cuenta con una base de hormigón, huecos para ascensores y escaleras. El resto de la estructura está hecha de madera contrachapada (CLT) y glulam. El diseño del estudio de arquitectura para la torre se basó en el diseño biofílico (1). Se ubica en el centro de la ciudad más grande del estado de Wisconsin, tiene un podio de seis pisos en su base que alberga espacios comerciales y de servicios, así como estacionamiento y un vestíbulo. Los 19 pisos de arriba albergan apartamentos y culminan en un último piso con ventanales de vidrio del piso al techo y dos terrazas. El revestimiento del edificio es “casi exclusivamente” de vidrio.

Según sus creadores, además de proporcionar una “estética superior”, la madera en Ascent captura suficiente CO2 para ser el equivalente a retirar más de dos mil automóviles de la carretera durante un año. Junto con ello, se estima que, con la elección de los materiales, también ahorró “de tres a cuatro meses de tiempo de construcción”.

El mismo estudio ya está trabajando en un nuevo edificio de madera de veintinueve pisos en St. Louis que sería aproximadamente diez metros más alto.

Pero del otro lado del océano, es Suiza la que también se suma a la carrera de edificios de madera de gran altura. Es así que, en dicho país, el estudio Schmidt Hammer Lassen Architects (SHL) ya se está desarrollando el plan para construir un rascacielos de madera de 100 metros de altura, en la ciudad de Winterthur, que se espera esté terminado en 2026 y que ostentará el podio. Se proyecta una torre de 32 pisos en los que se instalará un hotel, espacios comerciales, restaurantes, spa y un mirador panorámico en la ciudad.

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