La serie de Cromañón dividió aguas ¿Negocio o memoria?
Amazon Prime estrenó una producción que retrata la fatídica noche del 30 de diciembre de 2004. La serie de Cromañón arrancó con polémica fuerte.
La producción de Amazon Prime, que consta de 8 episodios, navega entre dos líneas temporales: 2004 y 2008. Con una narrativa envolvente, los personajes trascienden el simple papel de víctimas para convertirse en protagonistas de historias profundamente humanas. Cromañón es una serie cruda, a la que Netflix debería estudiar.
Los familiares alzaron la voz por la serie Cromañón de Amazon Prime
“No creemos que haya que generar memoria a cualquier costo“, manifestó la organización No Nos Cuenten Cromañón a través de sus redes sociales. Si bien reconocieron como positivo que las nuevas generaciones conozcan lo sucedido, cuestionaron duramente la mercantilización del dolor. “Puede remover heridas a quienes lo vivimos de cerca“, advirtieron desde el colectivo, que puso a disposición un programa de asistencia en salud mental para sobrevivientes y familiares.
La ficción reconstruye los trágicos eventos que se cobraron 194 vidas cuando una bengala desató el infierno durante un show de Callejeros. A través de sus personajes, la serie no solo retrata el horror de aquella noche, sino que explora las consecuencias que marcaron a fuego a la sociedad argentina.
A pesar de la controversia, la producción logró instalarse en el centro del debate público, dividiendo opiniones entre quienes celebran que se mantienen viva la memoria y aquellos que consideran que el dolor no debería ser material de entretenimiento. Lo cierto es que, más allá de las críticas, la serie consiguió su objetivo: que nadie olvide Cromañón.
También ha habido queja en redes, aunque, más que quejás, planteamientos acerca de cuál hubiese sido una forma correcta de abordar Cromañón. Un usuario en X propuso que a lo mejor se hubiese usado el dinero para un documental completo sobre el caso. Incluso se ha comparado la venta de entradas para Cromañón a la venta de entradas para subir al Titanic.
Desde “Chernobyl” hasta “Dahmer”, las series basadas en tragedias reales siempre generaron controversia. Por un lado, están quienes defienden estas producciones como vehículos necesarios para mantener viva la memoria colectiva y educar a las nuevas generaciones sobre eventos que no deben repetirse. Del otro, las víctimas y familiares que ven con dolor cómo sus traumas se convierten en entretenimiento masivo.
El debate se profundiza cuando entra en juego el factor económico. ¿Es ético lucrar con el dolor ajeno? Las plataformas de streaming argumentan que estas producciones requieren grandes inversiones para lograr calidad y alcance global. Sin embargo, los directos afectados suelen sentirse revictimizados cuando ven sus historias dramatizadas en pantalla.
En el caso de Cromañón, la discusión cobra especial relevancia por la cercanía temporal y el impacto que tuvo en toda una generación de argentinos. La serie llega en un momento donde el país aún procesa lo sucedido, con heridas que, para muchos, siguen abiertas y doliendo como el primer día.
Fuente Urgente24