La transición energética: el desafío del siglo
Si queremos un futuro para todos debemos hacer el esfuerzo en cambiar, de lo contrario la supervivencia de nuestra especie está en dudas. Nos resistimos a cambiar y a revisar nuestro modelo de vida, a pesar de lo que nos dicen los Científicos. Este año se cumplen 50 años de la Primera advertencia en Estocolmo y aún no se ha avanzado lo suficiente.
La mayoría de nosotros vive en ciudades y para ello se necesita mucha energía. Este año vamos a ser 8.000 millones de personas sobre el planeta tierra y tenemos una gran cantidad de tecnología que depende de la energía como nunca antes en nuestra historia: celulares, computadoras, luces, aire acondicionado, movilidad, etc.
El modelo actual energético no es sostenible ni sustentable y es uno de los principales causantes del cambio climático ya que, tanto el transporte como la energía eléctrica cotidiana, se basa en el uso de combustibles fósiles como carbón, gas, petróleo y sus derivados (gasoil, fueloil, etc.)
Y es que, cada vez que encendemos la luz, debemos saber que más del 60 % de la energía eléctrica en nuestro país se obtiene a partir de la quema de estos combustibles fósiles, lo que significa una gran producción de gases de efecto invernadero CO2.
Nuestra necesidad de energía es cada vez mayor y está en cada eslabón de nuestra vida actual. Desde hace años, la energía en nuestro país se encuentra altamente subsidiada por el estado nacional, desde el subsidio al gas en el PIST (punto de ingreso al sistema de transporte). Se puede pensar que, como misioneros o provincianos que no tenemos acceso a la red de gasoductos, no nos alcanza ese subsidio. Bueno, pues la respuesta es que sí nos alcanza porque ese gas, que ya ha sido pagado en parte por el Estado, se dirige a las Termoeléctricas donde lo queman para producir energía eléctrica, y por medio del Sistema Argentino de Interconexión Sadi y Cammesa (agrega subsidios también) va a todo el país y llega a nuestra provincia.
Los subsidios a los combustibles fósiles, han hecho que se consideraran poco rentables y necesarias las tecnologías de energías limpias y renovables. No es que esté mal la utilización de los subsidios, simplemente es que no se utilizaron adecuadamente y desde hace mucho debería existir la segmentación que comenzará a regir a partir de ahora en las tarifas en nuestro país. Esto nos remite al famoso fallo del caso CEPIS, en el año 2017, donde en la Corte Suprema de Justicia se había dado marcha atrás con el aumento de tarifas y ya se había solicitado la segmentación de las mismas y el subsidio a las personas que lo necesitan.
La Transición energética significa ir cambiando nuestra matriz energética eléctrica y de transporte por fuentes de energías más amigables con el ambiente, limpias y renovables que no produzcan CO2. Esto también significaría ser menos dependientes de la importación de combustibles y del hecho que las tarifas dependan de los precios internacionales de combustibles, los conflictos bélicos, etc.
Muchos ignoran (o deciden ignorar), que el TIEMPO se nos está acabando y la ventana para llevar a cabo los cambios tecnológicos se está cerrando, para llegar al punto de no retorno que es a fines del 2030, tic tac, el tiempo corre, nosotros y nuestros hijos si llegamos a esa década ya no veremos un cielo azul.
Las tecnologías de energías limpias que podemos utilizar para reemplazar las fósiles son:
a) Solar paneles fotovoltaicos (duran 30 años y necesitan muy poco mantenimiento (actualmente tienen precios muy accesibles);
b) Eólica, molinos de viento, también duran mucho tiempo.
c) Hidráulica: en especial los pequeños emprendimientos;
d) Biomasa, plantas termoeléctricas a base de este material que, en nuestra provincia, por la actividad forestal en todo su territorio, puede ser raleo y que emite únicamente vapor de agua, funciona las 24 hs. Del día los 364 días del año.
e) Biocombustibles, que pueden ser obtenido de semillas vegetales o a partir de reutilización. El biodiesel se produce en nuestro país a partir del aceite de soja, y residuos forestales, etc. un pequeño porcentaje se inserta en el diésel y el resto se exporta íntegramente a países de Europa, somos uno de los principales exportadores del mundo.
Nos resistimos a cambiar, sin mucha fundamentación científica ni práctica, vemos solo los inconvenientes, sin hacer el esfuerzo de encontrar las soluciones a dichos inconvenientes. No hay una única receta salvadora, ya que va a depender de las condiciones del lugar, los recursos que se posean y las decisiones que se elijan para resolver la demanda energética.
Las críticas hacia las energías renovables y limpias, son añejas y parciales, es bueno recordarles a quienes no quieren siquiera considerar otras energías, o le hacen críticas irrelevantes, que cada litro de combustible quemado equivale a 2,3 KG de CO2.
Un ejemplo que tiene mucho debate en la sociedad es el de las Represas como Yacyretá. Esta represa produjo en el mes de julio del 2022, 1.167.087 MWH de energía eléctrica limpia y renovable. Hemos hecho los cálculos y, generar esa misma cantidad de energía, pero con recursos fósiles, equivale a 2.600 camiones cisternas de 45.000 litros de gasoil cada uno. Cada litro equivale a 2,3 KG de CO2. El resultado de la contaminación es escalofriante. Por ello es que debemos empezar a reaprender y reconsiderar nuestras opiniones, convicciones y opciones. Investigar y leer el material sabiendo que los intereses económicos en juego son gigantescos.
La guerra de Rusia y Ucrania (Estados Unidos) ha complicado la economía y la política a todo el mundo, no hay país que no se encuentre afectado por la conflagración, y más allá de lo que se dice, el conflicto es por la energía que significa el petróleo y el gas, y los mercados donde colocarlos. Esa guerra nos afecta a nosotros también porque el precio de la energía del mercado interno se basa en los precios internacionales
Debemos cambiar nuestra matriz energética sin dudas, pero además debemos cambiar lo que consumimos (elegir productos amigables con el ambiente) y lo que producimos (ser lo más inocuos posibles) y cómo lo producimos (practicas amigables con el ambiente).
A su vez la transición debe ser justa, debemos capacitar a los trabajadores y pequeñas empresas, para las nuevas oportunidades que ya están en la actualidad y las que están por venir (Empleo Verde), como así también aquellos cuyos empleos desaparecerán.
La EFICIENCIA ENERGETICA, debe ser la máxima en nuestros hogares, ciudades, medios de transportes, etc., simplemente debemos gastar menos energía y otros recursos.
Cada uno de nosotros puede llevar a cabo pequeñas acciones que significan grandes cambios: ¿Qué comemos? Elegir productos saludables, frescos y de la zona local (un ejemplo son nuestras Ferias Francas en la provincia); ¿Qué hacemos en casa? ¿Qué compramos de artículos para el hogar? El cómo construimos nuestra casa va incidir en el gasto que luego necesitaremos para aclimatarla y nos toca aquí elegir electrodomésticos en base a la eficiencia de consumo; ¿A quién votamos? Exijamos a nuestros gobernantes acciones concretas de cuidado del Ambiente y respuestas a los desafíos de la mitigación y adaptación al Cambio Climático, aclarando que la política energética principalmente es responsabilidad del gobierno nacional.
Investiga, infórmate y súmate a la acción. No hay un planeta B, adonde podamos ir.
Mapa de la Secretaría de Energía de la Nación donde vemos en rojo las termoeléctricas de nuestro país que producen energía en base a la quema de combustibles fósiles. Impresionante ¿No?.
Ruth Elizabeth Duarte Ortellado es Abogada Especialista en Derecho y Economía Ambiental, con especialización en la Estructura Jurídica Económica de la Regulación Energética (TFI en proceso) UBA.
Maestría Interdisciplinaria en Energía. Tesis en proceso. UBA. Presidenta de la CAMCA