Lo que no dicen los candidatos presidenciales y lo que sí necesita Misiones

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En tiempo de elecciones se escucha a los candidatos prometer a diestra y siniestra. Pero sirve promesas “generales” para resolver cuestiones locales como las demandas históricas de Misiones, una provincia cuya inserción geográfica merece una atención especial. Sin embargo, son pocas las propuestas que incluyen a Misiones y su particularidad. La conquista de la Zona Aduanera Especial, prometida ahora sí con fecha por Sergio Massa, es un traje diseñado a medida por Misiones, que hubo que arrancar a regañadientes a la Nación, con un veto presidencial incluido. El resto de los candidatos presidenciales no ha hecho una sola propuesta que atienda la singularidad misionera. En contraste, abundan lugares comunes y promesas que pueden repetir ante cualquier auditorio. 

Como ocurrió históricamente en la Argentina, las provincias son altamente dependientes de la inversión del Estado nacional para la concreción de aspectos fundamentales vinculados al desarrollo. Si bien los distritos cuentan con fondos que le llegan a través de envíos automáticos, la matriz de ingresos de casi la totalidad de los mismos no alcanza para llevar adelante presupuesto con objetivos de desarrollo: necesariamente deben tener un acompañamiento del Estado nacional para ello. No se trata de envíos de recursos monetarios (únicamente) sino de la inversión directa que el estado ejecute.

La estructura de la inversión nacional es amplísima en el país, y por ello es necesario y conveniente poder clasificarla en ítems que nos permitan observar de manera más clara el destino de los recursos invertidos. En este sentido, la provincia de Misiones sufre un alto perjuicio en áreas sensibles como ser Agua Potable y Alcantarillado, Vivienda y Urbanismo, Industria y Ciencia, Tecnología y Innovación. Al contabilizar el total de la inversión realizada en el NEA por parte del Estado nacional en esas áreas, Misiones participa apenas del 15%. Es decir, apenas 15 de cada 100 pesos invertidos en esas áreas por la nación en el NEA se produce en Misiones. 

Esta es una cuestión altamente preocupante, por un lado, y desafiante, por el otro, ya que ante un menor nivel de inversión nacional, naturalmente son los gobiernos locales los que deben evaluar de que manera compensar con fondos propios estos desequilibrios. Caso contrario, se produce el riesgo de atrasar la inversión con las consecuencias que ello trae.

Hace algunos meses, en esta misma columna semanal de Economis, habíamos realizado un detalle de cómo Misiones afronta la escasez de inversión nacional con fondos propios: contábamos que nueve de cada 10 pesos de inversión pública en Misiones son con fondos provinciales. Ahora, veamos que pasó en el primer semestre del 2023 en relación con la inversión nacional. 

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Como se detalló antes, se considera únicamente cuatro áreas porque son altamente sensibles a la agenda de desarrollo provincial por motivos diversos. Estas son: Agua Potable y Alcantarillado (que trata de las acciones inherentes a la ingeniería sanitaria, provisión de agua potable y sistemas de eliminación de deposiciones cloacales); Vivienda y urbanismo (acciones inherentes a la promoción del desarrollo habitacional con el fin de posibilitar a los integrantes de la comunidad el acceso a unidades de vivienda y acciones destinadas a procurar una adecuada infraestructura urbanística); Industria (acciones inherentes a todas las ramas de la producción industrial a cargo del sector público e incluye acciones relacionadas con la actividad industrial del sector privado) y Ciencia, Tecnología e Innovación (acciones inherentes a la obtención de nuevos conocimientos o a la investigación de sus aplicaciones; incluye investigación y desarrollo, transferencia de tecnología y promoción de las actividades científicas y técnicas, entre otras). Detallado esto, vamos a los datos. 

Entre enero y junio de 2023, en el NEA el Estado nacional invirtió un total de $ 12.897 millones en Agua Potable y Alcantarillado. De ese total, el 41% se ejecutó en el Chaco, el 27% en Formosa, el 26% en Corrientes y apenas el 6% en Misiones. En pesos, lo invertido en Misiones fue por solo $836 millones, un monto que a las claras se observa que es altamente insuficiente para cualquier meta de política pública que busca alcanzarse. 

¿Cómo se compone la escasa inversión nacional en este punto en Misiones? $ 370 millones corresponden al programa de Infraestructura Hídrica del Norte Grande, que está financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) a partir de un préstamo tomado en el 2021. Además, otros $250 se invirtieron en Misiones en desarrollo de obras de Saneamiento y Agua Potable del Programa Federal de Saneamiento (PROFESA) y $207 millones en acciones de desarrollo de Infraestructura de Agua Potable y Saneamiento en el marco del Plan Argentina Hace. Otros ocho millones de pesos se distribuyen en conceptos varios. 

Vayamos a lo relativo a Vivienda y urbanismo. En este concepto, la posición misionera mejora significativamente en el plano regional: concentró el 29% de la inversión nacional en el NEA con (apenas) $1.022 millones, quedando solo debajo de Chaco ($1.159 millones). Cabe señalar que este punto no contempla el gasto realizado en la construcción de viviendas, sino en acciones tendientes a garantizar buena habitabilidad. Del total invertido en Misiones, se destacan $404 millones en el desarrollo de Infraestructura Urbana a cargo del Plan Argentina Hace; $387 millones en acciones para la mejora integral para asentamientos fronterizos (financiado con un crédito nacional tomado con el FONPLATA) y $225 millones para la construcción de Parques Públicos; otros cinco millones se distribuyeron en conceptos menores. 

En lo que respecta a la inversión en la función de Industria, el monto destinado por el Estado nacional a la región es muy menor: apenas $512 millones. De ese total, Misiones participa del 22% (por $114 millones), quedando por debajo de Formosa (41%) y Chaco (31%). Casi la totalidad de los fondos que se dirigieron a Misiones en este punto está en el programa nacional de Parques Industriales ($101 millones); y otros $10 millones correspondieron al programa de apoyo a la competitividad, que es una acción de apoyo y promoción a pymes.

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Finalmente, la inversión nacional en aspectos vinculados a Ciencia, Tecnología e Innovación fue por $1.401 millones en Misiones, concentrando el 26% del total del NEA quedando nuevamente bastante relegada: detrás de Chaco (31%) y Corrientes (30%). En este punto, se destacan $ 654 millones invertidos en Investigación Aplicada, Innovación y Transferencias de Tecnologías; $ 258 en formación de recursos humanos para la innovación y $ 201 millones del programa de Innovación Federal financiado por el BID, que apunta a incrementar la producción de conocimiento, aumentar la articulación entre los actores tecnológicos y científicos y mejorar las capacidades institucionales para diseñar e implementar políticas de ciencia, tecnología e innovación. 

En resumen, en ninguna de estas cuatro áreas estratégicas de desarrollo Misiones logra tener un nivel significativo de inversión nacional. Sin embargo, todo tiene un pero. En este caso, el pero está puesto en el hecho de que en la inversión en las funciones de Vivienda y Urbanismo y de Industria crecen por encima del 400% interanual. Por supuesto, no hay que dejar de señalar que los montos de este mismo período de 2022 en estos puntos eran insignificantes, pero aun vale destacar la suba para competir en mejor nivel. Pero también debe señalar que la inversión en Agua Potable y Alcantarillado cayó 31% nominal interanual, lo que de alguna manera explica, aunque sea de modo parcial, la escasa participación que tiene Misiones sobre el NEA. 

No hay muchas expectativas de repunte o, siquiera, de equilibrio hacia dentro del NEA para lo que queda del 2023. Por supuesto, la agenda de desarrollo (más allá de algunas obras significativas que cobren peso en el calendario electoral) queda algo postergada en estos momentos electivos. 

Por ello, la mirada debe estar puesta en el año 2024 pero para ello hay factores externos que deben jugar a favor. Un eventual acuerdo con el FMI que le de más aire al gasto público direccionado a cuestiones de desarrollo podría permitirle al gobierno misionero encarar con mayor chance de éxitos una agenda de inversión significativa.

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