Los empleos del futuro requieren más inversión en las personas

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Los países deben prepararse para hacer frente a la naturaleza cambiante del trabajo, según un informe del Banco Mundial denominado “La naturaleza cambiante del Trabajo”
Según el Informe sobre el desarrollo mundial 2019: La naturaleza cambiante del trabajo, en un mercado laboral que evoluciona con rapidez y está cada vez más determinado por la tecnología, es urgente realizar más inversiones en la salud y la educación de las personas.
“La naturaleza del trabajo no solo está cambiando, sino que está cambiando con rapidez”, afirmó el presidente del Grupo Banco Mundial, Jim Yong Kim. “No sabemos cuáles son los empleos por los que competirán los niños que hoy asisten a la escuela primaria, porque muchos de ellos aún no existen. El gran desafío consiste en enseñarles las habilidades que necesitarán —por ejemplo, la capacidad para resolver problemas y el pensamiento crítico, y habilidades interpersonales como la empatía y la colaboración—, más allá de cómo sean los empleos del futuro. Midiendo el desempeño de los países según cómo invierten en su población, esperamos ayudar a los Gobiernos a adoptar medidas concretas destinadas a preparar mejor a las personas para competir en la economía del futuro”.
Según el informe, la cantidad de robots que se utilizan en todo el mundo aumenta con rapidez, lo que aviva los temores de que desaparezcan empleos. Pero la tecnología está abriendo un camino para crear empleos, aumentar la productividad y prestar servicios públicos eficaces. Los temores en torno a la innovación, que ya ha transformado los niveles de vida, son infundados.
La tecnología digital estimula la innovación y el crecimiento rápidos, alterando las pautas de producción y borrando las fronteras de las empresas. Los nuevos modelos de negocios, como las plataformas digitales, evolucionan a un ritmo vertiginoso, desde su condición de empresas emergentes a nivel local hasta convertirse en gigantes mundiales, a menudo con pocos empleados y activos tangibles.
Hoy en día, los nuevos mercados basados en plataformas digitales conectan a las personas con más rapidez que nunca. Esta “escala sin masa” brinda oportunidades económicas a millones de personas, sea cual fuere el lugar donde vivan.
Los nuevos mercados y puestos de trabajo están impulsando la demanda de empleados con habilidades para el trabajo en equipo, la comunicación y la resolución de problemas. El cambio tecnológico está eliminando los empleos “codificables” repetitivos, pero los está reemplazando con nuevos tipos de empleo: se estima que solo en Europa se crearán 23 millones de empleos durante este siglo.
La tecnología está cambiando no solo la manera en que las personas trabajan, sino también las condiciones laborales, lo que genera una mayor cantidad de empleos no tradicionales y trabajos esporádicos. Esto hace que algunos trabajos sean más accesibles y flexibles, pero plantea inquietudes relacionadas con la inestabilidad de los ingresos y la falta de protección social.
Cuatro de cada cinco personas que viven en los países en desarrollo nunca han sabido lo que significa vivir con protección social. Dado que hay 2000 millones de personas que trabajan en el sector informal, sin la protección de un empleo asalariado estable, un programa de bienestar social ni los beneficios de la educación, las nuevas modalidades de trabajo contribuyen a agravar un dilema que es anterior a la última ola tecnológica.
Para ajustarse a la naturaleza cambiante del trabajo, es necesario mejorar la protección social. Se necesitan nuevas formas de proteger a las personas, independientemente de su situación laboral.
En el informe se insta a los Gobiernos a cuidar mejor de sus ciudadanos, alentándolos a brindar un nivel de protección social mínimo universal. La inclusión social plena será costosa, pero puede lograrse reformando la regulación del mercado laboral en algunos países y, a nivel mundial, llevando a cabo una revisión de la política tributaria que está pendiente desde hace mucho tiempo.
Dado que los límites de las empresas trascienden las fronteras y los activos físicos, resulta más fácil trasladar las ganancias a jurisdicciones de bajo nivel impositivo, lo que significa que hay miles de millones de dólares que no se gravan con impuestos. En el informe se insta a actualizar el sistema tributario internacional teniendo en cuenta la economía digital globalizada.
A medida que las empresas digitales —que tienen relativamente pocos activos tangibles— se multiplican y crecen, la retención de impuestos también adquiere mayor importancia. Los patrones tributarios actuales revelan discrepancias considerables, sobre todo entre los países más pobres y más ricos. Los países de ingreso alto recaudan una proporción mucho mayor del producto nacional en impuestos directos, en tanto que los países de ingreso mediano y bajo recurren en mayor medida a los impuestos al consumo y al comercio.
En el Informe sobre el desarrollo mundial 2019 se incluye un capítulo referido al Índice de Capital Humano, que forma parte de un proyecto más amplio del Grupo Banco Mundial que reconoce al capital humano como un factor de crecimiento inclusivo. Además del índice, el Proyecto de Capital Humano incluye un programa destinado a fortalecer la investigación y las mediciones en materia de capital humano, así como el apoyo a los países para acelerar los avances logrados en esa esfera.

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