Passalacqua destacó la adhesión de Misiones a la declaración de Nueva York sobre los bosques, impulsada por Naciones Unidas
La provincia de Misiones adhirió a la Declaración de Nueva York sobre los Bosques y se convirtió así en el primer gobierno subnacional de Argentina que adhiere voluntariamente a esta iniciativa que busca “desacelerar, detener y revertir la pérdida de bosques a nivel global, al tiempo de mejorar la seguridad alimentaria de la población”, según sostiene en sus principios.
Esta es una declaración voluntaria impulsada por Naciones Unidas desde su sede central y surge del diálogo entre los gobiernos, las empresas y la sociedad civil. Tiene el respaldo de varios gobiernos, más de 30 empresas mundiales y más de 50 organizaciones de la sociedad y los pueblos indígenas.
El acuerdo busca reducir las emisiones provenientes de la deforestación y el aumento de la restauración forestal, para limitar el calentamiento global a 2 grados centígrados. Alcanzar estas metas supondría reducir las emisiones de carbono entre 4.500 y 8.800 millones de toneladas anuales. Incluye 10 metas y un Plan de Acción que sirve como guía a los firmantes para que den cumplimiento a las metas que podrían traducirse en la reducción de hasta 8.8 millones de toneladas de emisiones de CO2e por año.
Las 10 metas de la Declaración de Nueva York sobre los Bosques son:
- Reducir, por lo menos a la mitad, la tasa de pérdida de bosques naturales a nivel mundial para el año 2020 y hacer esfuerzos para acabar con la pérdida de bosques naturales para el año 2030.
- Ayudar a cumplir el objetivo del sector privado de eliminar la deforestación de cadenas agrícolas, tales como el aceite de palma, la soja, el papel y los productos de carne vacuna, a más tardar para el año 2020, reconociendo que muchas empresas tienen metas aún más ambiciosas.
- Reducir significativamente la deforestación derivada de otros sectores de la economía para el año 2020.
- Apoyar las alternativas a la deforestación impulsada por las necesidades básicas -tales como la agricultura de subsistencia y la dependencia de la leña para energía-, de manera que alivien la pobreza y promuevan el desarrollo sostenible y equitativo.
- Restaurar 150 millones de hectáreas de tierras degradadas y de tierras forestales para el año 2020, y aumentar significativamente la tasa de restauración, a nivel mundial posteriormente, para restaurar por lo menos 200 millones de hectáreas adicionales para el año 2030.
- Incluir objetivos ambiciosos cuantitativos de conservación y restauración forestal para el año 2030, como parte de los nuevos objetivos internacionales de desarrollo sostenible.
- Acordar, en el año 2015, reducir las emisiones derivadas de la deforestación y de la degradación de los bosques como parte de un acuerdo climático global post-2020, de conformidad con las normas acordadas a nivel internacional y en consonancia con el objetivo de no superar el calentamiento en 2° C.[2]
- Proporcionar apoyo para el desarrollo y la implementación de estrategias para reducir las emisiones forestales.
- Premiar a los países y jurisdicciones que tomen medidas para reducir las emisiones forestales, especialmente a través de políticas públicas, aumentando los pagos por la reducción de emisiones verificadas y generando materias primas por parte del sector privado.
- Fortalecer la gobernanza forestal, la transparencia y el estado de derecho; mientras se empodera a las comunidades locales y se reconocen los derechos de los pueblos indígenas, especialmente los relativos a sus tierras y recursos.