Pastori sobre su voto en contra de Misiones: “Quieren atacar el corazón de nuestra política económica”
El diputado nacional Luis Pastori, quien en la sesión de ayer en el Congreso votó en contra del pedido de Misiones para que haya impuestos cero a la transferencia de los combustibles hacia la provincia, defendió su negativa y el tarifazo que impulsó el Gobierno nacional como forma de “frenar el despilfarro”.
“La oposición a Cambiemos (incluido el kirchnerismo y la renovación misionera que siguen siendo aliados) se juntaron para tratar en el recinto un paquete de 29 proyectos de ley que pretendían atacar al corazón del programa económico del gobierno nacional, que es reducir el gran déficit fiscal ocasionado principalmente por el gasto en subsidios nacionales al consumo de electricidad y gas, pagado básicamente con reservas en dólares y emisión monetaria por la anterior gestión, y con deuda pública por la actual. Tal política deficitaria y de despilfarro es insostenible para el país. En ese intento del kirchnerismo de atacar nuestra política económica, la Renovación misionera “coló” en ese “paquete” un proyecto para eliminar todos los impuestos a los combustibles. Este como todos los demás proyectos, no tenían dictamen de Comisión por lo que necesitaba dos tercios para habilitar su tratamiento. Cambiemos decidió no habilitar ningún proyecto ya que sería una irresponsabilidad discutir en el recinto sin dictamen (es decir sin consensos previos ni estudios sobre impactos fiscales), 29 medidas que de aprobarse no harían otra cosa que incendiar al país, ya que iban a desfinanciar al Estado agravando el actual déficit fiscal que queremos corregir”, justificó el legislador, quien ya había votado en contra de otro pedido misionero con el mismo argumento.
“Lo que rechazamos ayer no fue la baja de impuestos a los combustibles, sino el oportunismo político de quienes como la Renovación misionera y el kirchnerismo, se dedicaron por 12 años a aumentar la presión fiscal a niveles record y a hacerle creer a la población que el consumo de la energía era gratuita y barata, cuando en realidad requirió 150 mil millones de dólares de nuestros impuestos que perjudicaron el equilibrio fiscal del Estado y la competitividad de nuestras Pymes.