La producción yerbatera se está enfocando en la producción sostenible que promueve el cuidado ambiental, mediante el fortalecimiento de la biodiversidad y la actividad biótica del suelo. Apuestan al uso mínimo de insumos externos, sin uso de fertilizantes y plaguicidas sintéticos, ni manipulación genética.

En este modelo productivo, Claudia Plocher, productora de yerba mate orgánica y criadora de ovejas, desempeña un trabajo diversificado, como ella misma lo describe. En una entrevista con Economis explicó que la cría de ovejas la inició como una solución para controlar las malezas que abundan en Misiones, convirtiéndose con el tiempo en una actividad igual de relevante que la producción de yerba mate orgánica.

Las chacras en las que trabaja se encuentran en Montecarlo, Misiones, siendo la más destacada la de Tres Puentes, Laharrague, donde se integra la producción de yerba mate con la cría de ovejas.

Comenzó con una propiedad antigua que perteneció a su familia, una chacra que inicialmente era selva y que su padre y sus hermanas transformaron en yerbales. Actualmente, cuentan con yerbales nuevos que están en proceso de producción y coexisten con la cría de ovejas.

El lote donde hoy se cultiva yerba mate orgánica ha tenido diversos usos agrícolas a lo largo del tiempo, desde yerba mate tradicional hasta plantaciones de tung, kiri y té, entre otros. Esto se logró mediante el trabajo en equipo, la perseverancia y un esfuerzo continuo.

En 2017, la Cooperativa Agrícola los invitó a una charla informativa sobre la certificación orgánica de yerba mate, lo que los motivó a explorar la producción orgánica. Claudia y su esposo, ambos guías de turismo con una formación conservacionista, encontraron esta producción más alineada con su filosofía de vida y un desafío interesante.

La certificación orgánica implica no utilizar ningún producto químico, lo que requiere la limpieza manual de malezas con herramientas como guadañas, machetes y, sorprendentemente, ovejas. La certificación es un proceso de tres años que garantiza el cumplimiento de las regulaciones orgánicas.

Claudia y su esposo son miembros de la Cooperativa Agrícola Limitada de Montecarlo, a la cual venden su producción, y se encarga del procesamiento y comercialización del producto.

En cuanto a la cría de ovejas, Claudia destaca la aceptación positiva de la carne ovina por parte de la comunidad local, a pesar de ser una carne magra. Actualmente, tienen una lista de clientes que esperan comprar.

La situación económica es un desafío constante debido a las fluctuaciones de precios y costos impredecibles, desde el combustible hasta los alimentos para el ganado. A pesar de estas incertidumbres, Claudia y su esposo siguen innovando y esforzándose por mantener una producción de alta calidad.

Aunque la yerba mate orgánica es más costosa que la tradicional, su calidad y beneficios ambientales la hacen destacar en el mercado. Claudia señala que los consumidores de productos orgánicos suelen ser conscientes de su salud o del impacto ambiental.

Su producción se exporta a Europa, Estados Unidos y Canadá, además de atender al mercado local. La yerba mate orgánica es versátil, adecuada tanto para el mate como para el tereré, y se caracteriza por su intensidad y suavidad.

Claudia y su esposo se enorgullecen de ser pioneros en la combinación de ovejas y yerba mate, lo que les ha brindado nuevas perspectivas y oportunidades para aprender. Además, destacan la importancia de la capacitación proporcionada por el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) para el intercambio de conocimientos e innovación en la agricultura.

La producción de yerba mate orgánica no solo beneficia al medio ambiente, sino que también garantiza un producto saludable, libre de sustancias químicas sintéticas. Aunque similar en sabor y aspecto a la yerba mate convencional, se distingue por su riguroso proceso de producción, elaboración y envasado.

Informe de Paola Czerevin

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