Las pymes manufactureras denuncian caída de ventas y sustitución de producción local. La amenaza importadora alcanza su nivel más alto desde 2008.

La apertura comercial impulsada por el Gobierno nacional empieza a mostrar sus efectos sobre el entramado productivo local: casi el 30% de las pymes industriales afirma haber perdido participación de mercado frente a productos importados. Así lo revela un informe reciente de la Fundación Observatorio Pyme (FOP), que también advierte sobre un aumento histórico en la percepción de amenaza por parte del sector ante la competencia extranjera.

Según la encuesta realizada a 500 pymes manufactureras en todo el país, el 42% de las empresas se siente amenazada por la apertura comercial, el mayor valor registrado en la serie histórica de la FOP, superando los niveles de 2018 (40%), 2016 (39%) y la crisis de 2009 (36%).

Las ramas más afectadas por la competencia externa son:

• Metalmecánica: 60% percibe amenaza importadora
• Textiles, cuero y calzado: 57%
• Sustancias y productos químicos: 44%

Más ventas, menos producción: un síntoma de sustitución por importados

El estudio revela una contradicción entre ventas y producción. En el primer trimestre de 2025, las ventas deflactadas de las pymes industriales crecieron 15%, mientras que la producción cayó 3%. La explicación, según el informe, es que muchas empresas están reemplazando producción nacional por productos terminados importados, aprovechando los menores aranceles y el atraso cambiario.

“La disociación entre las ventas y el resto de las variables sigue generando interrogantes sobre si la mejora de las ventas se traducirá en un aumento efectivo de la producción o si, por el contrario, continuará relacionada con la creciente sustitución de producción local por importaciones”, advierte el informe de la FOP.

Impacto en el empleo y los costos operativos

Otro dato preocupante es la caída del 5% en el empleo en el sector pyme industrial durante el primer trimestre, reflejo directo del freno a la producción. Además, los empresarios reportan:

• Caída de ventas en el 64% de las empresas
• Aumento del costo salarial en el 51%
• Suba de materias primas en el 41%

Estos factores, combinados con la liberalización del comercio exterior, configuran un escenario de alta presión competitiva para las pymes locales.

Como contrapartida, semanas atrás el Ejecutivo anunció la eliminación de las retenciones a las exportaciones para pymes, con alícuotas que oscilaban entre el 3% y el 5%, medida que alcanza a unas 3.800 empresas.

La decisión fue comunicada como una estrategia para mejorar la competitividad internacional del segmento, aunque el impacto real dependerá de la capacidad exportadora de cada empresa, en un contexto de caída de la demanda interna y fuerte competencia externa.

El informe de la Fundación Observatorio Pyme deja un mensaje claro: la apertura comercial sin medidas compensatorias puede acelerar la desindustrialización de las pymes, especialmente en sectores sensibles al precio como textiles, calzado o metalmecánica. La pérdida de mercado interno, combinada con caída del empleo y reemplazo por importaciones, configura un riesgo para la sustentabilidad de miles de unidades productivas distribuidas en todo el país.

La discusión sobre el modelo productivo se vuelve urgente: ¿pueden las pymes competir sin barreras frente a cadenas globales integradas, sin financiamiento, con presión impositiva y sin margen de reinversión?