Reserva Guaraní: el desafío de conservar la selva misionera
Ubicada en el departamento de Guaraní, municipio de El Soberbio, la Reserva de Uso Múltiple Guaraní (RUMG) cuenta con 5.343 hectáreas y tiene como principal objetivo conservar esa porción del ecosistema de la selva misionera.
Ubicada en el departamento de Guaraní, municipio de El Soberbio, la Reserva de Uso Múltiple Guaraní (RUMG) cuenta con 5.343 hectáreas y tiene como principal objetivo conservar esa porción del ecosistema de la selva misionera.
El espacio, fue transferido en 1975 del Estado provincial a la Universidad Nacional de Misiones (UNaM) y es administrado por la Facultad de Ciencias Forestales (FCF). Es por eso que además de resguardar la biodiversidad del lugar que forma parte de la reserva de Biosfera Yabotí, los objetivos también se asocian a generar conocimiento, capacitar a futuros profesionales y a encontrar un manejo adecuado de estos ecosistemas.
El ingeniero Forestal, responsable técnico de la RUMG y docente de la FCF, Claudio Dummel, explicó las características del lugar y cuál es el trabajo que se realiza en el predio.
“La Reserva forma parte de uno de los mayores bloques continuos dentro de la provincia y de lo que se conoce como Bosque Atlántico, una formación boscosa que originalmente abarcaba no solo Misiones, sino también una importante superficie de Brasil y Paraguay”, afirmó Dummel.
El lugar, es utilizado por la FCF para actividades de investigación como la actualización de información ya generada en el área, relevamientos de flora y fauna, evaluación de la dinámica de bosques primarios o secundarios bajo manejo.
También se realizan actividades prácticas de las carreras de Técnico Universitario Guardaparques e Ingeniería Forestal, mediante tareas de campo propias de un área protegida y trabajos con otras facultades como de Ingeniería con la que se está trabajando en la implementación de energías alternativas como los paneles fotovoltaicos.
Biodiversidad
Dado que el predio se sitúa en la región fitogeográfica denominada “Provincia Paranaense”, se encuentra cubierta principalmente por bosques nativos primarios y algunos pequeños manchones aislados de bosque secundario.
Se han identificado 846 especies nativas y naturalizadas, siendo 80 (9%) pteridofitas y 766 (91%) espermatofitas. Dentro de esta última, las dicotiledóneas suman 592 especies (70%) y las monocotiledóneas 174 (21%).
A su vez, este relevamiento permitió saber que existen 114 especies arbóreas y otras que se encontraban “citadas para Misiones y/o Argentina”, es decir, encontradas, vistas y colectadas por algún botánico de la zona, como los árboles Eugenia ramboi y Solanum compressum; un arbusto (Justicia floribunda); una planta voluble, (Mikania campanulata); especies herbáceas como Anagallis filiformis, Anagallis arvensis, Coccocypselum pulchellum, Hyptis uliginosa, Lobelia nummularioides, Peperomia corcovadensis, P. delicatula, P. hispidula var. sellowiana y P. rubricaulis.
En cuanto a la fauna, el responsable técnico aseguró que si bien falta completar los registros, se han detectado la presencia de especies en “en peligro crítico” como el yaguareté (Panthera onca); otras “en peligro” como el pecarí labiado (Tayassu pecari); algunas “vulnerables” como: tirica (Leopardus guttulus), margay (Leopardus weidii), ocelote (Leopardus pardalis), anta (Tapirus terrestres), Mono caí (Sapajus nigritus), pecarí de collar (Pecari tajacu) y corzuela colorada (Mazama americana) y otras importantes para la conservación como: lobito de río (Lontra longicaudis), paca (Cuniculus paca) y Gato moro (Herpailurus yaguaroundi).
Entre las aves se pueden nombrar: Yacupoí (Penelope superciliaris), Yacutoro (Pyroderus scutatus) y bailarin castaño (Piprites pileata).
Existen también, otras formas de vida como los hongos, que son actualmente un grupo poco conocido en la Reserva y aportarían información importante sobre especies con potencial medicinal o de interés para su conservación.
Integración con comunidades guaraníes
Actualmente dentro del predio existen dos comunidades guaraníes: “Caramelito”, que ya se encontraba antes de que la universidad comenzara con sus actividades y la comunidad “Itapirú”, que está ubicada sobre la Ruta Provincial N° 15, la cual atraviesa la reserva.
“Sus construcciones en muchos casos mantienen las características tradicionales y se dedican fundamentalmente a la agricultura para su consumo. También suelen realizar recolección de frutos de estación y caza artesanal, esta última por medio de trampas tradicionales.
Para ellos los bosques son importantes, no solo para la obtención de recursos, sino también forma parte de su identidad cultural y tradicional”, expresó Dummel.
El Ingeniero, comentó que la UNaM se vincula con ellos de diferentes maneras desde visitarlos para conocer sus actividades y novedades, hasta coordinar trabajos con otras facultades como la de Humanidades y Ciencias Sociales y la de Ciencias Económicas, a través de proyectos de extensión e investigación que son dialogados y consensuados con la comunidad.
Asimismo, a lo largo de todo este tiempo, se abordaron tareas relacionadas al abastecimiento de agua; mejora de viviendas; técnicas de propagación y cultivos de orquídeas; vivero de plantas ornamentales; manejo de residuos.
También se han hecho estudios de usos de recursos del bosque con fines artesanales, alimenticios, medicinales y otros conocimientos tradicionales enmarcados en los llamados “estudios etnobotánicos”.
Estos además de permitir el resguardo de conocimiento ancestral de las comunidades, estuvieron vinculados a trabajos finales de estudiantes de grado o posgrado. Fotos: Sergio Moya y Claudio Dummel.