Retenciones: ¿Cuánto pierde la chacra misionera por los tributos nacionales?
En su viaje a Buenos Aires, el gobernador Oscar Herrera Ahuad le planteó al ministro de Agricultura de la Nación, Luis Basterra, la necesidad de eliminar retenciones a los productos misioneros de exportación, como un mecanismo para recuperar competitividad y alentar el ingreso de divisas. Actualmente los productos misioneros pagan entre tres y cuatro pesos por dólar exportado, lo que representan para las empresas exportadoras, más de 1.200 millones de pesos que bien pueden volcarse a reinversión o empleo, dinero que circule en Misiones.
Según un informe de la Dirección de Comercio Exterior de Misiones, teniendo en cuenta las exportaciones de 2019 el Estado nacional se queda con 252.438.000 pesos por el té y 207.987.000 por la yerba mate.
En cuanto a las exportaciones de madera y manufacturas, con un derecho de Exportación de $3 por U$S exportado, el Estado nacional percibe aproximadamente 179.058.000 pesos (la mayoría de los productos de la oferta exportable de Misiones es alcanzada por las retenciones, aunque algunas quedaron con 0 y 3%).
En cuanto a la pasta celulósica y el papel, también con tres pesos por dólar exportado, el Gobierno nacional se queda con 462.666.000 por la pasta y 2.694.000 por el papel.
Las retenciones al tabaco tienen una incidencia directa en el bolsillo del pequeño productor. Con tres pesos por dólar exportado, la Nación retiene 132.312.000 pesos, que bien podrían redistribuirse en las chacras misioneras.
Lo mismo sucede con los cítricos, pero con un derecho de exportación de cuatro pesos por dólar exportado. Con eso, la Nación se queda con 11.895.000 pesos.
Las gestiones del Gobierno provincial apuntan a la eliminación de todas las retenciones para el año que viene, pero todavía no hubo respuesta oficial de la Nación. Sin embargo, hay un pedido similar de bajar las retenciones a la soja, lo que favorecería la pretensión misionera ya que los montos son mucho menores en comparación.
Sin renunciar a la lucha, bajaría la expectativa, aunque comunicacionalmente sea negativo y ojalá me equivoque.