Son ellos o nosotros
Norberto Alayón, profesor Consulto de la UBA. Ex Vicedecano de la Facultad de Ciencias Sociales.
A continuación transcribo una nota que escribí el 31 de agosto. Ayer, 1º de septiembre, se produjo el intento de asesinato de la vicepresidenta de la Nación y dos veces presidenta de Argentina. Sobre este trágico episodio recuerdo y destaco lo expresado por el asesor de Naciones Unidas sobre la Prevención del Genocidio, el senegalés Adama Dieng, quien certeramente levantó una voz de alerta al afirmar que “Los discursos de odio anteceden a los crímenes de odio”.
“Son ellos o nosotros”´, publicó Ricardo López Murphy en las redes sociales para cuestionar las movilizaciones que se registraron en los días pasados.
Semejante manifestación de violencia mereció el firme rechazo del ex juez de la Corte Suprema de Justicia, Raúl Zaffaroni, quien expresó “¿Quién es el que siembra el odio, el que habla de ellos o nosotros? Ni ellos ni nosotros. En una democracia no hay un ellos o nosotros. Eso lo podía decir Hitler”.
Este grave episodio me llevó a recordar una nota, de marzo 2022, que publiqué en la revista “La Tecl@ Eñe”, sobre este personaje repasando parte de sus antecedentes políticos.
En dicha oportunidad mencionaba que en esos días habían reaparecido fuertemente, en diversos medios de comunicación, algunas voces de políticos que se autoproponían como una suerte de “salvadores de la patria”, negando su plena responsabilidad en la formulación y aplicación de políticas que perjudicaron notoriamente al país. Este fue el caso, entre varios otros, de Ricardo López Murphy, que integra la Alianza Juntos por el Cambio, liderada por el macrismo.
En febrero de 2019, Adriana Puiggrós había recordado que “La Fundación neoliberal FIEL (asesora de la dictadura de 1976) era consultora del ministro de Hacienda (Nicolás Dujovne) de Mauricio Macri”.
FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), fundada en 1964 por la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, la Cámara Argentina de Comercio, la Sociedad Rural Argentina y la Unión Industrial Argentina, se definía (según su propia página web) como “una institución independiente y apolítica”.
El Consejo Académico de FIEL estaba integrado por Ricardo López Murphy, Manuel Solanet, Mario Teijeiro y Miguel Kiguel. Como Vocales y Consejeros Directivos han participado, entre otros, Guillermo Alchourón, Enrique Crotto, Santiago Soldati, Jorge Aguado, Alejandro Bulgheroni y Amalia Lacroze de Fortabat.
En evidente confrontación con la educación pública, esta organización destacaba -desde hacía tiempo- que “Un elemento esencial de una competencia justa es que las instituciones privadas y estatales enfrenten condiciones similares. Una política esencial para ello es la eliminación de subsidios a las universidades nacionales y la instauración de un sistema de préstamos y becas disponibles tanto para estudiantes de instituciones privadas como de las públicas. Existe también otro privilegio de las universidades estatales que debe ser removido: la ausencia de un costo de alquiler sobre las propiedades usufructuadas por las universidades públicas”. Toda una declaración de férreas posiciones de esta institución que se define como “apolítica”.
La educación privada representa, en gran medida, los intereses particulares y también económicos de grupos ideológico-políticos, de grupos religiosos o bien directamente de grupos empresariales.
López Murphy, de ortodoxia liberal inconmovible, ahora cercano a “libertarios” individualistas y conservadores como José Luis Espert y Javier Milei, es un representante genuino del papel que cumplen fundaciones como FIEL, aunque quieran disimular su evidente accionar político.
Los orígenes de la militancia política de López Murphy se verifican en el radicalismo, que finalmente abandonó en el año 2002. En 1982, durante la dictadura cívico-militar, fue designado como Director de Investigaciones Económicas y Análisis Fiscal del Ministerio de Economía de la Nación, donde tuvo como jefes a Juan Alemann y Manuel Solanet.
Integró el gobierno del presidente radical Fernando de la Rúa como ministro de Defensa, entre el 10 de diciembre de 1999 y el 5 de marzo de 2001; y luego como ministro de Economía, por 15 días, entre el 5 y el 20 de marzo de 2001. Debió renunciar por el enorme rechazo de la sociedad que produjo su programa de ajuste fiscal por 2.000 millones de pesos, el despido de 40.000 empleados públicos, recortes en las indemnizaciones por despido, reducción presupuestaria en el área educativa, y suprimir transferencias de fondos al rectorado de la Universidad de Buenos Aires, entre otras propuestas del nocivo ideario liberal.
Al alejarse del radicalismo fundó el partido político Recrear para el Crecimiento, del cual fue su Presidente entre noviembre de 2002 hasta noviembre de 2007, para renunciar finalmente a este partido en abril de 2008. Participando de la Alianza Juntos por el Cambio, asumió como diputado nacional el 10 de diciembre de 2021.
En abril de 2020, Ricardo López Murphy ratificó su pensamiento de siempre firmando un manifiesto de la derecha hispanoamericana más radicalizada, junto a Mario Vargas Llosa, Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Darío Lopérfido, Marcos Aguinis, Alejandro Roemmers y varios otros personajes de esta dañina orientación, tales como José María Aznar, Álvaro Uribe, Ernesto Zedillo, Luis Lacalle, José María Sanguinetti, entre otros.
En la declaración, estos representantes del conservadurismo, quizás temerosos de reacciones populares ante sus propuestas, afirmaron que “A ambos lados del Atlántico resurgen el estatismo, el intervencionismo y el populismo con un ímpetu que hace pensar en un cambio de modelo alejado de la democracia liberal y la economía de mercado”.
Sobre su breve gestión quincenal en 2001 expresó, con arrogancia extraviada: “Yo fui 15 días ministro de Economía porque propuse ajustar los privilegios de la política”. En algunos, que se promocionan como actores virtuosos para lograr el bienestar nacional, las mentiras, la distorsión, no tienen límites. Como actual diputado de la alianza Juntos por el Cambio mantiene sus viejas propuestas del 2001: restringir los derechos de la gente, que son aquellos que pueden limitar parcialmente las desigualdades estructurales, diciendo que combate supuestos “privilegios de la política”.
No es cierto que se proponía combatir los llamados “privilegios de la política”. Como decía el escritor norteamericano Mark Twain: “Es más fácil engañar a la gente, que convencerla de que ha sido engañada”. Pero no todos perdemos la memoria de lo que son, de lo que hicieron, de lo que hacen, de lo que representan, ciertos personajes siniestros que atentan contra los derechos de las mayorías populares.
Hoy, coherente con sus pensamientos de siempre, López Murphy incita altaneramente a la violencia con esta irracional invocación de “SON ELLOS O NOSOTROS”.