Stuart Navajas es el presidente de Forestal Las Marías, que en los últimos tiempos se convirtió en uno de los mayores aserraderos de la Argentina por volumen de producción.

Economis viajó a Gobernador Virasoro para entrevistar a este empresario que fue uno de los dueños del diario El Territorio a finales del 90 y principios de la década pasada, tiene forestaciones en Misiones y forma parte del directorio de la mayor yerbatera del país, que comenzó su abuelo Victor Navajas Centeno en la década del 20, con los primeros yerbales.

Un párrafo aparte para Virasoro y su febril actividad. Hasta la persona más distraída podrá percatarse, al atravesar esas 30 cuadras por la Ruta Nacional 14 (a 80 kilómetros de Posadas), que hay un boom de actividad que no se veía hacía muchísimo tiempo.

Todos los indicadores dan positivo en este lugar. Camiones entrando y saliendo, estaciones de servicio repletas, operarios en sus motos, nuevas construcciones, y enormes tinglados que se levantan como testimonio de nuevas inversiones que está atrayendo el sector maderero, que tiene aquí uno de sus grandes epicentros.

“Nosotros estamos exportando 100 contenedores por mes y hacemos otros 100 para el mercado interno. Podríamos exportar 200, tenemos la demanda, los mercados y los clientes, pero tenemos que aumentar la capacidad de producción con más inversiones”, explica Navajas, en el playón de su empresa, mientras a su espalda salen dos camiones cargando -un container de 28 toneladas cada uno-, primero viajará casi 1.000 kilómetros hacia el Sur para luego subir. El rumbo final es: Estados Unidos.

“Acá los cargamos, filmamos toda la operación y esto va precintado a Santo Tomé donde hace Aduana, y después rumbo a Buenos Aires para pasar al barco y salir a los Estados Unidos. Estamos trabajando con muchos mercados, pero el principal cliente nuestro siempre fueron los Estados Unidos, nuestras madera termina en las grandes cadenas dedicadas a las mejoras del hogar, como Home Depot”, explica Navajas, quien además nació en el país del Norte. Aunque basta conversar un rato para comprobar que es un correntino de pura cepa.

Forestal Las Marías está produciendo unos 7.500 metros cúbicos mensuales en estos momentos. Para establecer una comparación: el aserradero más grande del país es el que Arauco Argentina tiene en Puerto Piray y produce unos 18.000 metros cúbicos.

Logró incrementar la producción el año pasado (era de 5.500 m3) cuando trajo de Alemania la mayor planta de secado de madera del país, clave para lograr el producto terminado como las tablas cepilladas. 

“Este es el único secadero continuo de la Argentina, es continuo y a contraflujo. Los otros secaderos convencionales que tenemos agregan una capacidad de 4.000 metros cúbicos adicionales”, explica.

Una gran parte de la operación de ingreso de rollizos, primeros cortes y clasificación está automatizada en Forestal Las Marías.

La tecnología y un software especial permiten reconocer y clasificar las calidades de las tablas y realizar mucho más rápido una operación que antes requería el ojo avizor de un operario. Una recorrida por las distintas líneas de producción de Forestal Las Marías permite comprobar que la tecnología y la maquinaria pesada reemplazó a la fuerza bruta del hombre, pero el factor humano sigue siendo decisivo para el producto final.

“Antes teníamos 300 personas, y realizábamos algunos productos de mayor valor agregado, pero el balance entre los mayores costos laborales y esos productos no rendía, hoy tenemos 145 personas trabajando y producimos más que nunca”, señala y deja picando una de los grandes temas recurrentes del sector maderero.

La reflexión inquieta un poco, porque agregar valor al árbol que se corta siempre fue el gran objetivo y la respuesta a generar mayor empleo y mayores divisas para Misiones y Corrientes.

-¿Cuál es el principal producto de Forestal Las Marías?

– El principal producto es madera aserrada en bruto, clasificada de acuerdo a normas de los mercados externos y madera cepillada. Antes hacíamos productos de mayor valor agregado, pero el agregado de valor es muy relativo en el negocio. Vendés un tablero como este (señala una mesa de madera gruesa de pino laminada y lustrada) a 800 dólares el metro cúbico, pero gastas lo mismo en mano de obra. Es un buen negocio, pero no cierran los números.

 -¿Cómo está la coyuntura del mercado interno?

-El mercado interno está muy bien. Nos sorprendimos mucho cuando empezó el pánico del Covid-19, porque caímos a cero movimiento en el mercado. Pero después empezó a repuntar, yo diría que desde fines de abril. Ese repunte tiene que ver con la inflación, la plata “quema” y mucha gente está encerrada en la casa y se pone a hacer una repisa, mueblecito, además, hay mucha inversión en construcción privada.

 -¿Cómo calificás la demanda del mercado interno?

Muy activa, hace mucho que no veía este nivel. Pero también hay que tener en cuenta que Arauco Argentina salió del mercado interno en estos momentos. Ellos son los más grandes y se nota cuando están y cuando no están. Nosotros podríamos tratar de crecer hasta ese nivel, pero no me da el “cuero”, necesito más fondos para invertir y hoy no hay financiamiento.

-¿Necesitás financiamiento para la inversión?

-Claro, financiamiento y que no jodan. Pero eso es mucho pedir…

-¿Qué otros factores inciden en este buen momento del sector maderero?

-Aca hay un problema histórico de logística, que está compensado por los productores forestales. Hay una realidad y es que la materia prima acá es la más barata. Estás hablando de una tonelada de pino a 15 dólares puesto en aserradero, cuando en Uruguay nadie te vende a menos de 35 dólares, y hay una sobreoferta impresionante de pino y eucalyptus. 

-¿El sobrecosto de la logística, esa falta de puerto y ese recorrido largo y caro hasta el barco lo termina pagando el productor forestal?

-Algo así, si. Lo que se paga de más de logística, se compensa porque se le paga poco al productor forestal.

-¿Y qué pensás de eso?

-Que está mal, yo quiero que ande bien el productor. Además, yo también soy productor forestal. El otro factor que también juega es que en el sector hay mucha informalidad. Algo así como del 60 por ciento.

-¿Ustedes están certificados con el sello FSC (Consejo Forestal por sus siglas en inglés, que avala que la madera provenga de fuentes sustentables)?

-Fuimos uno de los primeros hace más de 10 años, fue un proceso exigente. Lo hicimos pensando que lo iban a pedir los compradores, pero para pino no son tan exigentes, si vos cortas eucalyptus todos te exigen FSC. Con el pino ya saben que son de plantaciones, en cambio con el eucalyptus siempre desconfían, es un hard wood, una madera dura. Piensan que es del trópico, del Amazonas o de algún lugar donde no se puede cortar.

-Algunos empresarios dicen que este es el mejor momento para el mercado interno y externo desde el 2004 o 2005, cuando arrancaba el boom del crecimiento a tasas chinas en la Argentina.

-Si, si puede ser para los industriales, pero no para los productores.

-¿Cómo ves el 2021?

-Pienso que se va a mantener el año que viene, por lo menos afuera, el mercado externo. Pero nunca se sabe, por ahí viene una recesión o una guerra y se caen los mercados. Aunque las perspectivas por ahora son buenas.

-¿Y cómo ves la crisis argentina, más allá del sector maderero?

-Creo que es un desastre. Ahora hablan de la ley de las grandes fortunas, empezó siendo para las grandes, pero si le van a cobrar a los que tienen 1 millón de dólares (la ley establece el piso en 200 millones de pesos, que hace un mes fue casi 1 millón en la cotización blue) ahí ya no es una gran fortuna. En la yerba hace un año que estamos con precios congelados, perdiendo dinero.

-¿Cómo se puede trabajar para apuntalar el precio a los productores forestales?

No estoy de acuerdo en hacerlo por decreto, como propone el Instituto Forestal. Creo que tiene que mejorar el precio por la oferta y la demanda, hay que apuntalar la industria, pero nadie va a meter un mango, por ahora. Hay unos austriacos que están por invertir 100 millones en Virasoro, esos sí son grandes (N de la R: Se refiere al proyecto de ACON Timber, que días después anunció un desembolso de 100 millones de dólares para un mega-aserradero).

-¿Cómo está el negocio yerbatero con Las Marías?

-Está bien en ventas, pero estamos apretados por el tema de escasez de materia prima, es complicado abastecer al mercado siendo líder. Con Taragüí, nuestra principal marca, estamos con contribución marginal negativa, entonces, vendes para perder…Y el resto de la industria, los más grandes, están en una situación parecida. Pero no podemos abandonar el mercado porque perdemos participación. Aunque podríamos estar vendiendo mucho más.

-¿Se necesita liberar los precios?

-Se necesita liberar o compensar el aumento de la materia prima, que aumentó el 100 y pico por ciento.

-¿No se quedó un poco Las Marías en los últimos años? Sigue siendo líder, pero Playadito se acerca cada vez más.

-No, Playadito creció pero a costa de Rosamonte, Molinos, pero nosotros seguimos creciendo también. Aunque no a las mismas tasas. Debemos estar en 5 millones o 3,5 millones de kilos por mes. No queremos perder plata. Si bien somos grandes productores de materia prima, no tenemos la seguridad de abastecer el ciento por ciento de nuestras necesidades a un precio razonable.

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