Un nuevo #8M con conmemoraciones y movilizaciones en todo el mundo, nos permite, o quizás nos obliga, a volver a analizar algunas situaciones vinculadas al posicionamiento de la mujer en la sociedad, de manera tal de determinar si realmente existen progresos en las demandas históricas de las mujeres o por el contrario, si hay estancamiento o incluso retroceso.
Específicamente en la vida económica, las demandas de las mujeres son amplias y con mucha razón: históricamente han sido relegadas y por más que algunos personajes (algunos incluso sentados desde el sillón de Rivadavia) nieguen fenómenos como la brecha salarial, el problema existe y en épocas de crisis, lamentablemente, se profundiza.
El universo de estudio vinculado al relegamiento de la mujer como actriz económica es amplísimo, pero en esta oportunidad nos detendremos a analizar algunos aspectos vinculados al mundo laboral específicamente en Misiones.
Como advertencia inicial, cabe volver a resaltar el desfase temporal de los datos: los que aquí pondremos en discusión corresponden al tercer trimestre del 2023, siendo los últimos oficiales que se conocen, siendo ese un período donde la situación nacional era otra: ya era problemática, pero luego fue agravada. Esto es clave para entender lo importante de los procesos: no es lo mismo llegar a un escenario global de crisis con mejoras, que hacerlo con deterioros.
Tal como conocimos semanas atrás, el INDEC publicó los resultados de la EPH Urbana (que abarca no solo a Posadas sino también a las localidades de más de 2.000 habitantes). Los resultados globales de ese trabajo los mencionados en esta columna de Economis. Pero cabe en esta oportunidad utilizar los microdatos de la EPH Urbana para ahondar un poco más adentro de la provincia y, en particular, analizar la situación por género.
Tal como detallamos en esa columna, Misiones exhibió una tasa de actividad del 47,3% y de Empleo del 46,1%; en ambos casos, mejoró respecto al año anterior. Si observamos estas mismas tasas para las mujeres, notamos dos particularidades: son más bajas que el total provincial (como suele ocurrir históricamente a nivel país) y exhiben una trayectoria similar.
En el año 2022, las mujeres de Misiones registraban una tasa de actividad del 45,2%, que creció al 45,9% en 2023; en lo concerniente al Empleo, la tasa del 2022 en mujeres era del 43,5% y se expandió al 44,0% en 2023. Aun siendo relativamente leves, la mejora es una clave transcendental para aumentar sistemáticamente la participación femenina en el mercado de trabajo.
Ese 44% de tasa de Empleo misionera es, tal como ocurre en el total general, la más alta de toda la región con diferencias muy significativas respecto a las otras provincias del NEA: es la única que supera los cuarenta puntos. En el Chaco, la tasa de Empleo femenina marcó 38,4%; en Corrientes fue del 37,1%; y en Formosa, de 32,4%. Similar situación se observa en las tasas de actividad.
Entre las mujeres ocupadas de Misiones, de acuerdo con la EPH Urbana, el 74% son empleadas (formales e informales), mientras que el 23% son cuentapropistas. El 3% restante se distribuye en las que ejercen la figura de patrona y las trabajadoras familiares sin remuneración.
Cuando se analiza a la población femenina inactiva, en Misiones se da la particularidad de que el 39% corresponde a estudiantes, un valor muy por encima del promedio del NEA que es del 34%. Por el contrario, las mujeres inactivas que cumplen funciones de ama de casa representan en Misiones el 18,7%, un valor muy por debajo del promedio regional (24,2%).
Así entonces, volviendo a los datos iniciales, se verifica una mejora de la participación femenina en el mercado de trabajo provincial. Pero hay un punto negativo vinculado al ingreso: la brecha entre varones y mujeres se amplió en la provincia, del 23,5% de 2022 al 26,8% en 2023. La ampliación de la brecha se debió al hecho de que, en el período analizado, los varones mostraron una suba real de la media de sus ingresos individuales totales del 5,9%, mientras que las mujeres registraron una suba de sólo el 1,3%.
Entre 2016 y 2023, la brecha de ingresos en Misiones mostró altibajos, oscilando en un rango entre 20 y 30 puntos. En 2016 la brecha de ingresos era del 26,2%, inferior a la media nacional de 28,6%. En 2017, disminuyó al 23,8% a partir del hecho de que las mujeres incrementaron sus ingresos en un 0,7% real mientras que los de los varones cayeron 2,5%. En el 2018, inicio de la recesión de por medio, la brecha mostró una significativa suba elevándose al 29,6%, siendo esta la más alta de la serie histórica tomada. Esa suba se debió a que, si bien ambos géneros tuvieron caídas reales de sus ingresos, fue más fuerte en las mujeres: -14,7% contra -7,8% en varones.
En el año 2019 la brecha bajó al 24,3%, explicado por suba de ingresos del 1,3% en mujeres y caída del 5,3% en varones; ya en el 2020, bajó a un piso histórico del 20,4% pero no por mejoras de ingresos, sino por fuerte caída en varones (-10,1% vs. -5,5%). En el 2021 hubo una recuperación de ingresos de varones (6,5%) y una nueva pérdida en mujeres (-1,2%) lo que hizo crecer la brecha al 26,2%, reduciéndose al 23,5% en 2022 por recuperación en mujeres (5,6% vs. 1,9% de varones). Finalmente, pasó al 26,8% en 2023, quedando levemente por encima de la media nacional (26,2%) aunque bastante alejada del pico, que se observa en La Pampa (35,9%).
Dejando la EPH de lado, pero continuando en el mundo laboral, podemos observar la participación de mujeres en el total del empleo registrado provincial (privado y público). Aquí hay un punto fuerte a destacar: en septiembre de 2023 (último dato disponible), las mujeres participaban del 41,5% del total del empleo registrado misionero, siendo este el valor más alto (compartido con diciembre 2022 que marcó igual nivel) de toda la serie histórica que mide este indicador, que se inicia en enero 2013.
En todo ese período (enero 2013-septiembre 2023), el promedio histórico de participación femenina en el empleo formal misionero es del 38,5%, pero ya desde mediados del 2022 comenzó a mostrar niveles altamente superiores hasta llegar al pico mencionado en el último mes relevado. Además, dicho nivel supera a la media nacional (41,1%).
Hay algunos sectores en particular donde la mujer tiene la mayoría de participación. Algunos ejemplos son los empleos en Servicios de Asociaciones y servicios personales, donde las mujeres explican el 56,7%; en Salud Humana y Servicios Sociales (66,9%); Enseñanza (65,5%); y Administración Pública (53,7%).
Pero además, hay otros sectores con histórico predominio de varones donde las mujeres ganaron espacio. Por caso, en la Industria la participación promedio de la mujer era del 8,7% y creció al 10%; en el Agro el promedio histórico es de 38,5% y marcó 41,5% en 2023; y en Servicios Artísticos, Culturales y Deportivos el promedio era del 36% y marcó 40% en el último dato.
Podríamos decir que a grandes rasgos, la mujer ha ganado terreno en el mundo del trabajo durante los últimos años en Misiones, aunque queda pendiente una mejora sostenida y significativa en relación con los ingresos, un problema que se observa en muchas, por no decir todas, las provincias del país y que es además un eje central de discusión a nivel mundial.
Escriben Laura Caullo, Azul Chincarini y Federico Belich, Fundación Mediterránea. En 1977, la ONU estableció el 8 de marzo como el Día Internacional de la Mujer, conmemorando el trágico suceso de 1857, donde 129 obreras perdieron la vida en la lucha por condiciones laborales dignas. Este día se erige como símbolo de solidaridad y reivindicación de los derechos de las mujeres. Bajo el lema de la ONU para este año, “Invertir en las mujeres: acelerar el progreso”, se resalta la importancia de los recursos económicos en la igualdad de género, no solo desde un punto de vista moral, sino también como elemento esencial para el desarrollo económico y social. En este contexto, el informe examina el mercado laboral en Argentina, utilizando datos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) del tercer trimestre de 2023.
Al abordar las tasas del mercado laboral, se observa estructuralmente que los varones exhiben mejores indicadores que las mujeres. Sin embargo, el análisis se torna más revelador al considerar la variable de la cantidad de hijos. Al centrarnos en la comparación con los varones (para la población de 18 a 60 años), la disparidad de género en Argentina alcanza su punto máximo en la tasa de participación laboral entre aquellos con 3 hijos o más. En este grupo, un 59% de mujeres que son madres de 3 o más hijos participan en el mercado laboral, en contraste con el 93% de hombres en igual condición. La brecha disminuye a 21 p.p entre aquellos con 2 hijos (71% de mujeres frente al 92% de hombres) y se reduce aún más para cantidades menores de hijos. Esta tendencia revela de manera consistente que la tasa de actividad de los hombres supera a la de las mujeres, aumentando la diferencia con el número creciente de hijos. Sugiere, de manera significativa, que las mujeres sacrifican oportunidades laborales en función de la crianza.
En cuanto a la tasa de empleo, se aprecia una dinámica similar, con una consistente disminución entre las mujeres a medida que aumenta el número de hijos. Sólo el 54% de las mujeres con 3 hijos o más están empleadas, contra el 67% de las que tienen dos hijos.
La tasa de desempleo muestra un comportamiento un poco más equitativo a nivel nacional entre los dos géneros, especialmente en los últimos años. El último dato habla de una diferencia de sólo 1 p.p. (7% en las mujeres y 6% en los hombres). Entre los que no tienen hijos, el desempleo es casi el mismo (7% en las mujeres contra 7% en los hombres), y se mantiene el rango hasta dos hijos. Pero luego se acrecienta la diferencia con 3 o más hijos, llegando a una diferencia de 5 p.p. (8% en las mujeres y 3% en los varones). Esto quiere decir que se trata del grupo al que más le cuesta más conseguir trabajo cuando lo busca activamente. También se verifica más volatilidad en el desempleo entre las mujeres con hijos.
En suma, el análisis destaca la influencia de la maternidad en la participación y empleo de las mujeres, subrayando la necesidad de políticas que aborden estas disparidades para lograr una igualdad de género efectiva en el ámbito laboral.
Un segundo aspecto crucial para examinar la situación de las mujeres en el mercado laboral implica analizar la proporción que representan en cada categoría ocupacional o en la inactividad. Tradicionalmente, se considera que el sector de asalariados formales privados engloba trabajos de mejor calidad, generalmente más productivos y mejor remunerados. Por lo tanto, resulta preocupante observar una menor participación relativa de las mujeres en este sector, representando un 19% frente al 29% de los hombres. Este fenómeno cobra relevancia, sobre todo cuando se constata una mayor presencia relativa de las mujeres entre los asalariados privados informales (16% frente al 20% de los varones), sector que a menudo carece de derechos laborales básicos. En resumen, el 35% de las mujeres disfruta de un empleo formal, en comparación con el 41% de los varones.
Adicionalmente, se destaca que las mujeres ocupadas participan relativamente más en el sector público (16% frente a un 12% de los hombres). Por otro lado, un 11% de las mujeres se desempeñan como cuentapropista no profesional, mientras que los varones representan un 16%.
Por otro lado, los datos del tercer trimestre 2023 provistos por la EPH, sugieren que más de un tercio de las mujeres ocupadas poseen educación superior completa, mientras que el 81% de los ocupados masculinos no. Es decir, que sólo 2 de cada 10 varones ocupados tienen estudios superiores el mismo guarismo para las mujeres es de 1 de cada 3. La disparidad de género refleja una mayor dificultad para las mujeres sin estudios en acceder a puestos de trabajos, o de otra manera, necesitas obtener una mayor calificación para obtener un puesto de trabajo. En tal sentido, las mujeres presentan una sobreinversión educativa en relación a los varones para alcanzar su mismo progreso.
Históricamente, la responsabilidad del cuidado del hogar, niños y/o adultos mayores ha recaído principalmente en las mujeres, limitando su participación en el mercado laboral y, en ocasiones, comprometiendo su independencia económica. Si bien esta tendencia se está revirtiendo lentamente, en Argentina se observa que un tercio de la población femenina entre 18 y 60 años se encuentra inactiva laboralmente, a pesar de estar en una franja etaria propicia para el empleo.
Este grupo no solo abarca a mujeres que se dedican al estudio, sino también a aquellas que, por diversos motivos, no participan ni en el ámbito laboral ni académico, los denominados “NINIs”. En este contexto, las mujeres representan en el total de la población el doble de proporción que los varones, con un 14% de mujeres en comparación con el 7% de hombres NINIs.
Finalmente, se analiza la proporción de ingresos laborales y no laborales por quintil de ingresos. Los ingresos no laborales, son aquellos que provienen de jubilaciones/pensiones, subsidios, entre otros. Aquí se observa que 5 de cada 10 pesos que reciben las mujeres, provienen de fuentes no laborales en el primer quintil. Al respecto, cabe destacar que las mujeres ocupan el 93%1 de los titulares de la AUH y dos tercios de los beneficiarios del Potenciar Trabajo.
En tal sentido, la atención en los quintiles más bajos de ingresos no solo es una medida de asistencia social sino también de atención a las disparidades existentes entre varones y mujeres.
El desafío en el mercado laboral no radica en una discriminación directa contra las mujeres, sino en las decisiones familiares relacionadas con el cuidado de los hijos, que llevan a que las mujeres opten por trabajos más flexibles o con menor carga horaria. Este fenómeno repercute en la productividad y remuneración de las mujeres, resultando en ingresos laborales inferiores en comparación con los varones. Esta conclusión se alinea con las investigaciones de Claudia Goldin, galardonada con el Premio de Ciencias Económicas del Banco de Suecia en Memoria de Alfred Nobel, quien evidencia la creciente participación de las mujeres en el mercado laboral y en estudios superiores en las últimas décadas, impulsada por el aplazamiento del matrimonio, la maternidad y la reducción del número de hijos. En la dinámica de los ingresos familiares, inicialmente, las trayectorias entre hombres y mujeres suelen ser paralelas. Sin embargo, tras el nacimiento de los hijos, las mujeres tienden a sacrificar dedicación al trabajo remunerado para el cuidado de los hijos. Esta elección da lugar a una brecha de género que se amplía con el tiempo, dificultando su cierre a lo largo de la carrera profesional.
A pesar de los debates actuales sobre las brechas y desigualdades de género, persisten en nuestra sociedad. Es imperativo trabajar en la reducción de estas diferencias a lo largo del tiempo. La Academia Sueca de las Ciencias destaca que “reducir la brecha de género en el empleo y mejorar la asignación del talento femenino podría conducir a aumentos significativos en el Producto Interno Bruto (PBI)”. En consecuencia, cerrar estas brechas no solo es una cuestión de equidad, sino también una estrategia económica clave para el crecimiento y desarrollo sostenible.
Los beneficios de promover la diversidad y la inclusión en el lugar de trabajo impactan positivamente en los resultados del negocio. Según los estudios de Great Place To Work, cuando los colaboradores y colaboradoras confían en que ellos y sus colegas serán tratados de manera justa, independientemente de su raza, género, orientación sexual o edad, genera 9,8 veces más probabilidades de tener ganas de ir a trabajar; 6,3 veces más probabilidades de sentir orgullo de su trabajo; 5,4 veces más probabilidades de querer permanecer mucho tiempo en la empresa.
“Las organizaciones del mundo laboral tenemos la responsabilidad y la fuerza para acelerar el cambio cultural, y entendemos que la ganancia es mutua, ya que sabemos que la diversidad de miradas enriquece el debate, mejora el desempeño, genera más innovación y garantiza el crecimiento”, explica Fernanda De Mora, Gerenta Global de Sustentabilidad, Diversidad e Inclusión de Apex America, líder en Customer Experience en América Latina, quienes desde el 2022 oficializaron del Programa Global de Diversidad, Equidad e Inclusión.
“Si bien la inclusión en Apex se daba orgánicamente lo oficializamos a traves del programa, en el cual establecimos un marco normativo que incluye: la formación de liderazgo inclusivo, programas de reclutamiento y selección sin sesgos, códigos de ética que prohíben la discriminación y la violencia, y una comunicación interna que promueve un lenguaje no sexista y proporciona canales para denunciar cualquier tipo de discriminación”, cuenta Silvina Maria Lopes, Gerenta Global de Comunicación Interna de Apex America.
Una de las acciones más destacadas que llevan implementada en Apex es la formación obligatoria en Liderazgo Inclusivo y en abordaje de conversaciones sobre violencia de género en el ámbito doméstico. Además, como miembros de la Red de Mujeres en Empresas Tech D&I (Diversidad e Inclusión), ofrecen formaciones gratuitas para otras empresas interesadas en promover estas acciones en sus organizaciones.
Silvina suma: “sabemos que el camino hacia la igualdad y la diversidad no es fácil, y por eso queremos compartir cinco ejes fundamentales para que otras empresas puedan empezar a trabajar en este camino”:
Diagnóstico. Es fundamental realizar una evaluación profunda de la composición de la empresa, teniendo en cuenta aspectos como la edad, las características y la idiosincrasia. Solo así podremos diseñar estrategias de inclusión que se adapten a las necesidades y realidades de cada grupo.
Sensibilización. La transformación comienza con la sensibilización del top management. Es crucial que los líderes de la empresa comprendan la importancia de la diversidad y la inclusión y se comprometan activamente en este proceso.
Comunicación. La comunicación interna juega un papel fundamental en la promoción de la diversidad y la inclusión. Es importante trabajar en todos los ámbitos de comunicación, desde el lenguaje utilizado, hasta las imágenes compartidas y los comunicados difundidos.
Alianzas. El presupuesto puede ser un desafío a la hora de implementar programas de diversidad e inclusión, pero existen varias entidades que ofrecen financiación, beneficios y alianzas para desarrollar estos temas. Buscar alianzas estratégicas puede ser clave para impulsar estas iniciativas.
Formación continua. Es esencial para mantener el compromiso a largo plazo. Ofrecer oportunidades de aprendizaje y desarrollo en temas de diversidad e inclusión garantiza que estos valores se integren de manera permanente en la cultura organizacional.
El 8 de marzo es un recordatorio de que aún queda mucho por hacer en materia de igualdad y diversidad, pero también es una oportunidad para celebrar los avances logrados y reafirmar nuestro compromiso con un futuro más inclusivo y equitativo para todos y todas. “En Apex America, estamos orgullosos de liderar este camino y de trabajar de forma conjunta hacia un mundo donde todas las personas sean valoradas y respetadas por igual”, afirma Fernanda De Mora.
En el marco del 8 de marzo, Apex America tiene programado una serie de eventos, formaciones y charlas. Estas iniciativas van desde la sensibilización sobre la importancia del día, pasando por alianzas con instituciones, como la Secretaría de Ciencia y Tecnología de Córdoba, para promover la formación tecnológica para mujeres, hasta conversatorios sobre la implementación de programas de diversidad e inclusión.
Escriben Josefina Pividori, Luciana Imbrogno, Analía Mango, Ana Andersen, Luciana Lucas, Patricia Bertuol, Griselda Capli. A escala global, una de cada tres mujeres empleadas trabaja en la agricultura. Sin embargo, su participación y trabajo se encuentran frecuentemente invisibilizados. Por eso, esta fecha es una oportunidad para visibilizarlas, reconocer su esfuerzo cotidiano por conciliar el trabajo de la tierra con las tareas de crianza y cuidado de la familia.
En Misiones hay una larga historia de mujeres encabezando procesos productivos en diferentes cadenas, donde a lo largo de los años va creciendo su participación y su rol protagónico. Las mujeres rurales cumplen un rol clave en las economías regionales fomentando el arraigo rural, impulsando el desarrollo y siendo parte de él.
GABINETE DE GÉNERO O CÓMO MATERIALIZAR LAS POLÍTICAS PÚBLICAS
Desde el Gobierno de Misiones, tanto desde el Poder Legislativo a través de leyes, como desde el Ejecutivo mediante diferentes programas y acciones; se impulsan políticas que favorecen el crecimiento y consolidan el rol protagónico de las mujeres rurales. Esto se puede observar en la multiplicidad de acciones que se desarrollan no solamente en el marco de esta fecha, sino a lo largo de todo el año.
En 2022 se creó, dentro de la órbita del Ministerio del Agro y la Producción, el Gabinete de Género mediante resolución ministerial N° 36, del mes de abril. Uno de sus principales objetivos ha sido poder transversalizar una mirada hacia adentro de la institución que permita incorporar la perspectiva de género en las diferentes áreas. Para ello, el Gabinete está conformado por dos representantes (un varón y una mujer) de cada subsecretaría según el organigrama institucional, más una coordinación. Ninguno de estos espacios implica asignación presupuestaria, sino que son ad honorem, por lo que la participación denota un fuerte compromiso por parte de sus integrantes.
Los objetivos del Gabinete son tres:
1). Incorporar la perspectiva de género de manera transversal hacia adentro de la institución y en programas destinados al sector productivo.
2). Destinar partidas presupuestarias o porcentajes en aquellos programas que así funcionen, para poder involucrar a las mujeres como destinatarias/beneficiarias directas.
3). Aumentar la participación de las mujeres en espacios de toma de decisión hacia el interior de las cadenas productivas.
En este marco, lo que se buscó desde la conformación del espacio es que sea mixta, ya que eso garantiza las diversas expresiones y la mayor amplitud posible en la participación. Al mismo tiempo, promover que todas las áreas estén representadas para poder fortalecer y consolidar el espacio. El Gabinete se reúne de manera periódica y trabaja tanto hacia al interior del ministerio como hacia afuera.
En este sentido, en el trabajo hacia afuera de la institución, se pensó inicialmente como la posibilidad de promover, entre otras cosas, una mayor participación de las mujeres de la chacra, de las cooperativas, de las empresas, no solamente en los espacios de toma de decisión; sino también en poder generar oportunidades para que ellas también protagonicen procesos.
De esta manera, con un enfoque transversal de la política de género se han trazado acciones tendientes a una mayor inclusión de las mujeres como beneficiarias de los diferentes programas y proyectos. Con ello se busca contribuir a la erradicación de las situaciones de inequidad de género que todavía persisten en el ámbito rural y ampliar el acceso de las mujeres rurales a la política pública.
Es por ello que una de las principales acciones que se ha realizado en estos cuatro años tiene que ver con la definición de indicadores, la recopilación de datos estadísticos concretos sobre la participación de las mujeres rurales en los diferentes programas y proyectos que lleva adelante la institución. Este trabajo permite trazar acciones concretas para el logro de los objetivos a través de espacios de participación más igualitarios.
De esta manera, en el año 2020 se propuso trazar una línea base con la información disponible para luego a partir de ahí poder:
Definir los indicadores de participación por género,
Monitorear su evolución,
Evaluar el impacto de las iniciativas ejecutadas,
Redefinir estrategias si fuera necesario (convocatorias, capacitaciones, formas de implementación, sensibilización, etc).
Con esta metodología, los miembros del Gabinete de Género son los responsables de realizar la construcción, el seguimiento y medición de los indicadores en cada área y la coordinación del gabinete consolida y comunica los resultados para la mejora continua de las iniciativas. Por ello, a través de este informe se pretende poner a disposición la información con la que contamos a la fecha buscando reflejar, cómo han evolucionado los siguientes indicadores:
Participación de las mujeres en capacitaciones y cursos de formación,
Acceso a financiamiento: Aportes no reintegrables y créditos blandos por cadena de valor.
Acceso a programas con financiamiento internacional.
Su rol y participación en diferentes programas específicos del ministerio.
CAPACITACIONES Y FORMACIÓN, CLAVES PARA PROMOVER MAYOR IGUALDAD
La participación de las mujeres rurales en las diferentes instancias de capacitación fue aumentando en los últimos años, independientemente de las temáticas abordadas. Un factor clave que contribuyó a este incremento fue la forma en la que fueron planificadas las actividades, teniendo en cuenta por ejemplo horarios en los que las productoras puedan asistir sin descuidar tareas de cuidado, así como la manera en la que fueron realizadas las convocatorias (con invitaciones concretas y/o dirigidas, escritas u orales, aclarando que la actividad es tanto para productoras como para productores).
Cabe destacar que en paralelo, se trabajó en la sensibilización con las y los técnicos territoriales del Ministerio con el objetivo de que puedan apropiarse de esos derechos y deberes como agentes del Estado y a partir de allí sean impulsores del cambio. Al mismo tiempo que sean quienes promuevan la participación e incentiven a las mujeres a hacerlo.
Gráfico N°1. Evolución de la participación de las mujeres en instancias de capacitación en función de las áreas productivas. Elaborado por la Subsecretaría de Desarrollo y Producción Vegetal en base al seguimiento de los indicadores de género.
A lo largo de los años, se observa una mayor participación de las productoras en todas las propuestas de formación organizadas desde el Ministerio del Agro y la Producción, mientras que en aquellas instancias de capacitación destinadas a mujeres profesionales el porcentaje se mantuvo prácticamente sin cambios sustanciales. No obstante, si bien los resultados son alentadores, solo en el caso de las capacitaciones para el sector frutihortícola el porcentaje de mujeres (52%) logró superar la participación de sus pares varones, siendo la presencia de ellos mayor en todos los demás casos. Cabe destacar que los cursos dictados para la implementación de la norma orgánica argentina que conllevan a la inscripción de los participantes en un registro nacional de implementadores han sido ocupados predominantemente por mujeres profesionales siendo un 70% las mujeres formadas en la primera edición del curso en 2022.
Lo mismo ocurre al observar las instancias de capacitación organizadas desde el sector de producción animal, ya que el avícola supera el 75% de participación femenina junto al ovino donde las mujeres durante 2023 han tenido el 45% de participación en capacitaciones y jornadas. Mientras que en los sectores porcino y apícola la participación de las mujeres ronda el 20%.
Gráfico N°2. Participación de las mujeres en instancias de capacitación en las distintas cadenas de valor. Elaborado por la Subsecretaría de Desarrollo y Producción Vegetal en base al resultado del año 2023.
FINANCIAMIENTO: INDEPENDENCIA ECONÓMICA PARA ACHICAR LAS BRECHAS
Uno de los grandes desafíos propuestos desde el Gabinete de Género fue poder impulsar y acompañar procesos productivos liderados por mujeres, que promuevan una mayor equidad e independencia económica. El objetivo de esta tarea tiene que ver con promover que las mujeres accedan a diferentes programas y líneas de financiamiento que permitan lograr independencia económica y autonomía a la hora de la toma de decisiones.
En este sentido, la participación de las mujeres rurales en los diferentes programas y proyectos impulsados desde el Ministerio del Agro y la Producción se vio incrementada en los últimos años. De esta manera, en el año 2023 el 47% de las beneficiarias de insumos, materiales y equipamiento de la cadena frutihortícola como Aportes No Reintegrables fueron mujeres. En el gráfico N°3 también se observa la evolución de la participación de productoras beneficiarias desde el año 2020, donde rondaba el 26%, a la fecha superando ampliamente esa cifra.
Gráfico N°3. Participación de las mujeres en la asignación de ANRs y Créditos blandos. Elaborado por la Subsecretaría de Desarrollo y Producción Vegetal en base a resultados de los años 2020 a 2023.
En este sentido, hubo una decisión política de trabajar únicamente con mujeres en el caso del cultivo de frutilla donde se requiere prolijidad y calidad obteniendo altos precios de venta siendo una alternativa económica para las productoras. Donde el objetivo principal fue promover el liderazgo de mujeres poniendo en valor su rol en la economía del hogar y en las chacras.
Gráfico N°4. Participación de las mujeres en la asignación de ANRs detallado por insumo. Elaborado por la Subsecretaría de Desarrollo y Producción Vegetal en base a resultados de los años 2020 a 2023.
Como podemos observar en el gráfico anterior, si bien existe como eje transversal impulsar acciones que promuevan la equidad de género, hay sectores en los cuales aún eso se dificulta. Y lo mismo ocurre en aquellos rubros como el hortícola, históricamente liderados por mujeres.
En este marco, en términos generales, el porcentaje de mujeres que accedió a líneas de créditos del Ministerio del Agro y la Producción para las cadenas yerbatera, tealera y frutihortícola se situó alrededor del 30% en 2023, siendo la producción hortícola la principal actividad productiva financiada en los últimos años. La información discriminada por cadena de valor se presenta en el gráfico N°5.
Gráfico N°5. Acceso de las mujeres productoras a los créditos blandos del MAyP discriminado por cadena de valor. Elaborado por la Subsecretaría de Desarrollo y Producción Vegetal en base a resultados de los años 2020 a 2023
Si se toman otros sectores como el ovino, dentro de las líneas de créditos otorgadas en 2023 las mujeres alcanzaron el 14%.
Por su parte, en relación al sector forestal, en lo que respecta al Programa de Sustentabilidad y Competitividad Forestal, los créditos otorgados entre 2022 y 2023 fueron 17, de los cuales 16 de ellos fueron a varones titulares y 1 a una mujer. Vale señalar que, de esos 16 créditos, 3 de ellos contaron con la administración, ejecución y gestión por parte de mujeres. Esto muestra una dificultad que muchas veces se expresa en quiénes son titulares a la hora de acceder a determinados beneficios o instancias crediticias, donde las mujeres en su mayoría dependen de su marido, hijo o padre para poder ser beneficiarias, no pudiendo hacerlo de manera directa como titulares.
En lo que respecta al Plan Leña Renovable, cuyo objetivo es la sustitución total de leña de bosques nativos por la proveniente de bosques cultivados, las y los productores que participan acceden a ingresos adicionales. La participación de las mujeres se puede observar en el siguiente gráfico.
Gráfico N°6. Acceso de las mujeres agricultoras al Plan Leña del MAyP. Elaborado por la Subsecretaría de Desarrollo Forestal en base a resultados de los años 2011 a 2023.
Como se puede observar en el cuadro anterior, la evolución de la participación de las mujeres en el Plan leña supera 7 puntos desde sus inicios en el año 2011 a la actualidad. Siendo que en el año de inicio de este programa hubo un 11% de mujeres que accedieron al programa, y diez años después de su ejecución esta cifra supera el 18%.
En relación al acceso por parte de mujeres titulares a los Planes Forestales, se observa que, durante 2023, no han sido beneficiadas en el marco de este programa. En años anteriores, su participación ronda el 16%.
En lo que respecta al otorgamiento de Certificados de Productor Primario, un requisito para solicitar la exención del pago a los ingresos brutos, a octubre de 2023, las mujeres tienen una participación del 21,57%.
MUJERES COMO TITULARES DE PROGRAMAS DE FINANCIAMIENTO EXTERNO
En este apartado, se busca mostrar la participación de las mujeres en aquellos programas que cuentan con financiamiento externo. Cabe señalar que muchos de ellos son de financiamiento nacional o internacional y la contraparte es la provincia de Misiones, a través del Ministerio del Agro.
En este sentido, el Proyecto de Inclusión Socio-Económica en Áreas Rurales (PISEAR) ejecutado por el Ministerio del Agro y la Producción con fondos nacionales y contraparte provincial entre los años 2020 y 2023, tuvo como beneficiarias a 158 mujeres titulares de proyectos que representan el 20% del total de destinatarios. Independientemente de dicho porcentaje, en promedio, cada productora recibió un monto menor al de sus pares varones, correspondiente a USD 3.898,02, mientras que cada productor fue beneficiario de USD 4.099,86.
Los proyectos que tuvieron una mayor participación de mujeres tuvieron como principal destino la construcción de una planta de procesamiento para la producción frutihortícola, la adquisición de equipamiento para sala textil (máquinas de coser, etc.), el acondicionamiento de un sendero cultural para agroturismo y obras de acceso al agua.
La participación de mujeres en proyectos de otros rubros agroindustriales fue baja lo que puede explicarse debido a que las organizaciones formales de productores, destinatarias de este programa, cuentan en su mayoría con socios varones siendo la participación de mujeres en cooperativas de larga data, prácticamente nula.
Gráfico N°7. Participación de mujeres en el PISEAR ejecutado por el MAyP. Elaborado por la Subsecretaría de Desarrollo y Producción Vegetal en base a resultados de ejecución entre los años 2011 a 2023.
Otro de los programas de financiamiento llevado adelante por el Ministerio, en este caso con financiamiento del Fondo Especial del Tabaco, es el Programa de Reconversión y Diversificación Tabacalera. Al analizar el porcentaje de participación de productoras en los diferentes proyectos también se observa un bajo porcentaje de participación. Es de señalar que esto podría deberse a que las y los destinatarios deben ser productores tabacaleros y figurar en el último censo provincial con un número asignado.
Gráfico N°8. Participación de mujeres tabacaleras como beneficiarias del Programa de Reconversión y diversificación productiva ejecutados entre los años 2020 y 2023.
PARTICIPACIÓN DE LAS MUJERES EN LA PRODUCCIÓN ORGÁNICA
Misiones viene trabajando fuertemente en un cambio de paradigma productivo que promueva el cuidado de la biodiversidad y los recursos agua y suelo. En este sentido, desde la gestión del ministerio se acompaña en los procesos de certificación orgánica a quienes transiten ese camino, al mismo tiempo que se conformó la Mesa provincial de Producción Orgánica; se diseñó una formación complementaria para profesionales como implementadores de la normativa; entre otras acciones que acompañan este proceso.
De esta manera, de 38 productores primarios certificados con Producción Orgánica en la Provincia de Misiones, solamente siete son productoras (18%). Mientras que de un total de 21 operadores elaboradores que existen actualmente, solamente se encuentra una mujer titular (5%).
Gráfico N°9. Mujeres titulares de certificados de producción primaria y elaboración de productos orgánicos en el año 2023. Elaborado por el MAyP en base a información de SENASA.
Una de las acciones llevadas adelante por el Ministerio del Agro y la Producción en pos del sector orgánico es la formación oficial de recursos humanos locales como implementadores habilitados de la norma. A la fecha se realizaron dos cohortes de esta instancia de formación contando cada una con una buena convocatoria de técnicas mujeres (gráfico N°2).
A MODO DE CIERRE…
Misiones tiene alrededor del 30% de su población que vive en zonas rurales, asentada en un modelo de producción diversificado desde la conformación del territorio como tal. Esto ha consolidado un modelo económico principalmente familiar, donde todos los miembros tienen un rol definido y se trabaja, en casi todas las cadenas productivas, de manera asociativa. Tal es el caso de la yerba mate, la apicultura, lechería, ganadería, por nombrar algunas; donde funcionan las asociaciones y cooperativas, muchas de ellas con más de 70 años de existencia.
Desde la gestión del Ministerio, a través del Gabinete de Género, se busca promover la participación de las mujeres en instancias de formación para que hacia el interior de sus hogares y de las cadenas productivas, ellas puedan protagonizar procesos cada vez más grandes y a largo plazo. De esta manera, como se puede observar en muchos sectores, la evolución de la participación ha ido en crecimiento en los últimos años. Y al mismo tiempo, se ha fortalecido su presencia en las posibilidades de acceso a determinadas líneas de financiamiento como Aportes No Reintegrables (ANRs). Como parte de las decisiones tomadas, en los últimos 4 años la Orden del Mate se entregó a mujeres por primera vez en 30 años. Esto es parte de visibilizar el trabajo de las mujeres hacia el interior de la cadena yerbatera donde muchas veces son invisibilizadas.
Muchas de estas acciones se deben en parte a las posibilidades brindadas desde el Estado como garante, impulsor y promotor de achicar las brechas existentes. Un cambio de paradigma, donde la equidad entre varones y mujeres en la ruralidad sea posible implica el compromiso de todos y todas. El trabajo articulado entre los organismos públicos y la sinergia con el sector privado para impulsar los cambios de manera conjunta y en sintonía.
De esta manera, es necesario continuar fortaleciendo estas líneas de trabajo ya que como se puede deducir de los datos expuestos, no existe un crecimiento sostenido de la participación de las mujeres, sino que fluctúa. Ello se puede deber a muchos factores: uno puede ser el trabajo que aún falta por hacer, que los cambios de paradigma se deben sostener en el tiempo para mostrar resultados a largo plazo. Otro de los factores tiene que ver con continuar trabajando hacia adentro de la institución en la formación de las técnicas y técnicos de territorio por ejemplo, que son quienes tienen el contacto directo en cada chacra, en cada municipio, en las colonias. Uno de los desafíos que tendrá el Gabinete de Género será construir programas e iniciativas que permitan profundizar los cambios que ya se vienen realizando, para lograr una efectiva modificación de las condiciones existentes. No se trata de quitar privilegios, sino de otorgar posibilidades, de ser capaces de mostrar qué opciones existen y hacer lugar a una mayor participación y protagonismo de las mujeres. A mayores oportunidades brindadas para protagonizar procesos, las mujeres no solamente se animan, sino que desean esos espacios.
A lo largo de los años, se ha observado un aumento gradual de la presencia de mujeres en roles judiciales, aunque todavía hay desafíos por superar en términos de igualdad de oportunidades, como en todos los ámbitos.
La igualdad de oportunidades es un principio fundamental para construir una sociedad justa y equitativa, donde todas las personas tengan la posibilidad de desarrollarse plenamente y contribuir al bien común. Su promoción y protección son responsabilidades compartidas que requieren el compromiso y la colaboración de todos.
El Poder Judicial misionero tiene como principal característica que el casi el 60% de su plantel está compuesto por mujeres que día a día ponen en práctica el trabajo en conjunto para beneficio de la comunidad.
Así como el rol de los Poderes Judiciales se transforma con el transcurrir de los años, la presencia femenina viene acompañando estos cambios en la búsqueda por la cercanía con la ciudadanía, el manejo del lenguaje claro y una justicia más preventiva y menos condenatoria son parte de los ejes que se abordan en el trabajo cotidiano entre pares.
Mujeres judiciales con toma de decisión en Misiones
Desde 2013 juraron 48 magistradas y funcionarias sobre un total de 75 jurantes, entre las que figuran 30 Juezas de Paz, Civiles y Familia, tres Fiscales, siete Defensoras y ocho Vocales de Cámara.
También en ese período han asumido dos ministras: Rosanna Pía Venchiarutti Sartori en 2016 y Liliana Mabel Picazo en 2017, a quien lamentablemente el Poder Judicial perdiera el año pasado.
Desde el comienzo de la actual presidencia, a cargo de Rosanna Pía Venchiarutti Sartori, en 2020, juraron 28 mujeres de un total de 71 funcionarios, entre las que figuran seis Vocales de Cámara, seis Juezas de Primera Instancia, una Fiscal, seis Defensoras y nueve Juezas de Paz.
En estos datos hay que destacar que se ha incrementado la presencia de magistradas en el fuero penal.
Lo que destaca que en la Provincia el tema del género no significa un obstáculo para determinados ámbitos.
La mayor proporción de puesta en funciones de nuevos magistrados en los últimos años se dio por la labor del Consejo de la Magistratura, también presidido actualmente por Venchiarutti, que vio en el uso de plataformas virtuales una herramienta para dar celeridad a los procesos de toma de exámenes, para poder generar el recambio generacional.
“La memoria de aquellas mujeres que lucharon y murieron por sus derechos impulsa a seguir adelante en la búsqueda de igualdad de oportunidades. Reconocer y conmemorar este día es fundamental, pero también lo es llevar esa conciencia y compromiso en el día a día, trabajando de manera activa en un servicio esencial como los es el servicio de justicia”, aseveró Venchiarutti,
Participación en Superiores Tribunales de Justicia del país
La participación femenina en las 23 provincias y el distrito federal (Ciudad Autónoma de Buenos Aires), no es tan representativa como se cree ya que en el territorio nacional existen provincias en cuya cúpula judicial no existen magistradas en la mesa de toma de decisión, tal el caso de Corrientes y Formosa. En tanto, son sólo nueve las provincias cuya presidencia está en manos de una mujer, siendo Misiones una de ellas.