acuifero guarani

¿Por qué hay que cuidar y proteger los acuíferos?

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Cuando hablamos de acuíferos nos referimos a toda acumulación de agua bajo la superficie de la Tierra. Existen una gran cantidad de ellos distribuidos por todo el mundo, algunos están comprometidos por un uso sin control y otros son fuente de conflicto entre naciones por su enorme valor estratégico como fuente de agua potable. 

Su cuidado es esencial para garantizar la seguridad hídrica, proteger el medio ambiente, mantener la biodiversidad y asegurar el bienestar económico y social de las comunidades.

De acuerdo con UN-Water -entidad que coordina el trabajo de la ONU sobre agua y saneamiento- el agua subterránea está contaminada en muchas áreas y descontaminarla suele ser un proceso largo y difícil. Esto aumenta los costos de procesamiento de las aguas subterráneas y, en ocasiones, incluso impedir su uso. 

¿Cómo podemos proteger y cuidar los acuíferos? 

Las geomembranas son un elemento clave en el cuidado de los acuíferos. Son flexibles y de muy baja permeabilidad que aseguran la estanquidad de una superficie. Por lo general, se utilizan para remediar las pérdidas de agua por infiltración o para evitar la migración de los contaminantes al suelo.

En los procesos contaminantes, las geomembranas son sustitutos de los elementos de baja permeabilidad naturales como la arcilla compactada. Se suelen aplicar en diferentes procesos productivos donde se generan residuos los cuales deben ser depositados y tratados de manera adecuada. Para ello, se construyen piletas impermeabilizadas por estas geomembranas que almacenan dichos desechos. 

El uso de las geomembranas como elementos de aislamiento de los mantos acuíferos de los procesos productivos industriales, minería y petróleo es imprescindible. No solo protege estos mantos de que los contaminantes entren en contacto con ellos, sino que también ayudan al ambiente reduciendo la generación de gases de efecto invernadero y el uso de materiales como la piedra, arena y arcillas, entre otros.

“Nuestro propósito en Amanco Wavin es crear soluciones que permitan proteger el agua y darle a todas las personas un acceso seguro y eficiente. Para ello, contamos con una amplia gama de productos como los geosintéticos: geomembranas y geotextiles ideales para la construcción y la generación de entornos saludables y sostenibles. La exploración, la protección y el uso sostenible de las aguas subterráneas será fundamental para adaptarse al cambio climático y satisfacer las necesidades de una población en crecimiento, explicó Víctor Guajardo, gerente General de Amanco Wavin Argentina.

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Crisis hídrica: Misiones impulsa una gestión trinacional del Acuífero Guaraní

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Para proyectar el cuidado del medioambiente a futuro, una clave es el cuidado del agua. En Misiones abunda, pero el estrés hídrico es más que evidente en temporada de incendios y sequías. Urge pensar en la protección del agua como sostén vital, económico y de la biodiversidad. En esa línea, Juan Pablo Galeano, titular de la Unidad Ejecutora de Aguas Misioneras, advierte la necesidad de un manejo conjunto de la cuenca y del Acuífero Guaraní, que se extiende por Brasil, Argentina, Uruguay y un poco de Paraguay. 

Galeano expuso la política misionera en la Conferencia Internacional de la Unesco sobre acuíferos transfronterizos organizada por las Naciones Unidas desde París. 

“La gestión de los acuíferos transfronterizos en el mundo, hoy ya es una materia que se está tomando con mayor interés porque se han detectado, se han estudiado que hay más de 360, más o menos esa es la cantidad de recursos superficiales compartidos, y hay una cuestión está ligada a la gestión de ese recurso. Como son compartidos, aparecen un montón de variables que tienen que ver con lo geopolítico, con la economía, con cuestiones de conocimiento, de aprovechamiento”, explica Galeano.

De la propia agricultura…

De la agricultura, la ganadería, como la influencia de un recurso, utilizado en una misma frontera, porque el agua no conoce fronteras. Cómo un vecino de un Estado utiliza agua, en qué cantidad y cómo, repercute en el Estado vecino. Es un poco complicado porque son recursos invisibles y uno de los lemas era volver visible lo invisible. Más que nada abordé la cuestión jurídica, el derecho internacional: el acuerdo del Acuífero Guaraní fue firmado en el 2010 y Paraguay que es el cuarto país que lo integra, lo ratificó recién en 2018. Con lo cual hace un año y medio entró en vigencia, mi planteo es qué se va a hacer ahora desde el punto de vista del marco institucional del acuerdo, mi insistencia de que los Estados subnacionales en el caso de Argentina y Brasil, que son estados federales, deberían tener representación en los organismos porque que son dueñas de los recursos.

¿Se puede pensar en un cuidado compartido del acuífero? Misiones cuida la selva, pero cruzás la frontera y Paraguay avanza con la soja y Brasil con el desmonte para la ganadería o maíz…

Es un gran desafío, existen casos y experiencias en el mundo. El caso que planteé fue el tratado de Albufeira entre España y Portugal. Las cinco cuencas que comparten estos dos países, bastante semiáridos en algunas regiones, tienen estructuras muy sólidas y toma de decisiones políticas en vistas a la cooperación, ya sea mantenimiento de caudales, aprovechamiento de acuíferos, o sea, hay una política macro que regula o establece un parámetro.

En la triple frontera entre Argentina, Brasil y Paraguay, no hay esa política unificada. De hecho, Brasil comenzó hace unos meses, a raíz de la histórica pérdida de caudal del Iguazú, un inédito trabajo de reparación en el nacimiento del río en el estado de Paraná. “Tenemos un proyecto que va desde los manantiales del río Iguazú, en la Serra do Mar, hasta el Puerto de Amazonas. Vigorizaremos esta masa de agua con técnicas de conservación, mantenimiento permanente, lo que sea necesario, reintroduciendo el bosque de ribera en todo el entorno. También estamos trabajando con la técnica de reserva. Para una mejor comprensión, es como establecer lagos con aguas de Iguazú para diluirlo y devolverlo puro al lecho original. Es un trabajo de limpieza por método natural”, indicó el presidente de la Companhia de Saneamento do Paraná, Claudio Stabile.

Galeano advierte que es justamente eso lo que hay que ajustar: que los estados estén al tanto de lo que hace el otro, ya sea para preservar o, en la mayoría de las veces, el impacto ambiental de algunas actividades. “La política económica de Paraguay y Brasil, no es la misma que Misiones, vos tenés los principales ríos que nacen aguas arriba, en el río Iguazú, seis represas, tenés una erosión importante al desmontar. Entonces, fíjate los problemas que tenemos nosotros o la sequía, cuando aparece sequía río arriba, o al revés, inundaciones. Cuando hay exceso de lluvia empiezan a largar el agua y tenemos otro perjuicio”, detalla.

Se planteó ahora con el pedido de compensación ambiental a la Nación por 114 mil millones de pesos (que no fue incluido en el Presupuesto, pero se sigue negociando), que justamente otras provincias se benefician del cuidado que hace Misiones del agua. ¿Va en ese sentido, que todos tengamos algún tipo de responsabilidad o un costo?

Efectivamente, sobre todo mi posición con respecto al punto que tenga que ver con la presencia de Misiones con respecto a la gestión del Acuífero Guaraní, en lo que sea Argentina yo siempre digo, que estén los correntinos, los entrerrianos, los chaqueños y los misioneros, pero que no vengan representantes de otras provincias, sino que seamos nosotros los que integremos esa comisión. Seguramente vendrán de la parte brasileña, paraguaya y uruguaya. Pero, me parece que nosotros vamos a valorar mejor que nadie los recursos.

¿Hoy no está integrada Misiones?

Hoy el acuerdo no tiene una estructura. A nivel subnacional tampoco. Es un acuerdo de 20 artículos, que es una declaración de buena voluntad, que fue sancionado, aprobado y firmado, pero ahora se ratificó. Entonces, hay que poner en marcha todo el andamiaje institucional, ahí es donde digo que en vez de quemarnos la cabeza de cómo vamos a hacerlo, usemos la experiencia de Europa, con Portugal y España. Tranquilamente se puede evaluar cuales son los órganos que implementan ese tratado y ver si se puede extrapolar, lógicamente aggiornarse a nuestra realidad. Pero en esos organismos es donde Misiones debe participar, hoy no hay nada, ninguna estructura institucional.

O sea que hoy tenemos una de las mayores reservas de agua del mundo y nadie la cuida…

Uno de los ejes es el intercambio de información entre los Estados, qué tipo de aprovechamiento, cuánto estás sacando, vos tenés zonas de recargas, tenés que cuidar esas zonas porque son más proclives a contaminarse, cómo las estás cuidando. No nos olvidemos que son los mismos recursos.

Misiones empezó a cuidar eso… ¿Cómo está el cobro de recursos a las empresas que la explotan, que sacan el agua y nunca la habían pagado?

Hay todo un camino cultural, que hay que trabajarlo y mucho, por la falta de cultura de Misiones y el cuidado. Es contradictorio, porque hay mucha agua, pero no hay mucha agua en verdad. Hay mucha agua de lluvias, estamos empezando a tener visiblemente los problemas de las sequías. Misiones escurre mucho, es decir todo lo que llueve se escurre por los ríos y arroyos, por la topografía, distinto pasa en Corrientes. Es un problema porque te llueve mil, se te escurren 800, te quedan 200 y eso se tiene que infiltrar. Ahora, el problema es que cada vez aumenta más el uso del agua, por el consumo, por las actividades, por el sistema en que vivimos y cada vez se usa más agua subterránea. Ahí empieza la toma de conciencia de los registros de perforaciones, consumo, uno de esos puntos el valorizar el agua como insumo. Hay que separar las cosas, una es el acceso al agua, el derecho humano. Ahora, el usar agua en la industria, es un insumo. No hay vueltas que dar, no se puede discutir. Misiones cuenta hoy una ley de 1982, en donde para usos comunes se le otorgaba 500 litros por persona… pensado hoy, eso es muchísima agua, es un despilfarro de agua. Ahí te das cuenta cómo las cosas van cambiando. Hoy la OMS, establece que el derecho humano, hablando de acceso al agua, es de 100 litros por persona y que sea asequible, no dice que sea gratis. 

Fue muy polémico cuando comenzaste con esta idea de empezar a cobrar por el uso del agua a las grandes empresas, a las grandes industrias, pero creo que todos están un poco alineados. Cerraste acuerdos con Arauco, con Papel Misionero…

Hoy tenemos cerca de 300 usuarios, que no va de la mano con las captaciones.

O sea, ¿hay más captaciones que usuarios?

Sí, a ver vamos a poner un ejemplo, vos tenés una empresa y dos establecimientos, en cada uno tenés una perforación, o dos en uno y uno en otro, entonces por lo que se ve nosotros tenemos más de 400 captaciones identificadas. Es muy bajo. Estamos haciendo un trabajo de hormiga, porque vamos a decir lo que es, que en Misiones hay una clandestinidad importante. Hablo del registro, hay mucha clandestinidad y mucha irregularidad en los registros. Por eso, estamos haciendo una campaña importante con el Ministerio de Ecología, porque el registro no tiene costo hoy, pero es importante que todas las perforaciones estén registradas en Ecología. No importa que sea antigua, que no conozca quien lo hizo, pero hay que registrarlo. La provincia tiene que tener un mapa de perforaciones.

¿Cuánto dinero están pagando por el agua misionera?

Era un poco lo que te señalaba, gracias a la unidad ejecutora, pero Agua de las Misiones, durante la pandemia, se financió con recursos propios y  pudo hacer que la empresa continúe trabajando, además se está reinvirtiendo en nuevas líneas de producción para el agua. Nosotros incorporamos una nueva línea de producción que estamos financiando con la unidad ejecutora, es decir con recursos propios. Pero cuidar el agua y hacer un uso eficiente es una política de Estado que tiene que trascender o ser transversal a los partidos, nada de grietas. Nosotros los misioneros, nuestra agua, no tiene ningún color, sino la visión geopolítica que debe plantar el misionero sobre cuál es su visión sobre el recurso más importante que tiene el mundo. Todo lo que hagas, lleva agua, desde la remera, los zapatos, todo lleva agua en su proceso, por eso es tan importante, incluso una escuela sin agua, cierra. Entonces, valoremos el agua.

Cuidar el agua como política de Estado. Las grandes empresas ya pagan por el uso del recurso natural. Arauco, Papel Misionero, las plantas de energía por biomasa M&M y Pindó, las principales yerbateras y tealeras. Pero el objetivo va más allá. Incluso el Estado debe pagar por lo que consume, sostiene Galeano. El primero en ponerse a tono fue el ingenio azucarero de San Javier. Ahora se iniciaron negociaciones con Energía de Misiones SA.

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