BRECHA DE PRECIOS

El dólar sube, los precios suben; el dólar baja, los precios bajan (ah no pará…….)

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El dólar despierta pasiones en los argentinos, quienes siempre estamos pendientes de cuánto vale, si sube o si baja. Sin dudas una gran paradoja para un país tan antinorteamericano pero que a la hora de ahorrar siempre lo hace en dólares. Lo cierto es que los famosos papelitos verdes nos tuvieron bastante entretenidos durante el mes de febrero, con momentos donde su valor bajó considerablemente a tal punto que el Banco Central tuvo que salir a comprar dólares para estabilizar su valor, luego a los dos o tres días subió nuevamente, con picos que se acercaron al record histórico.
Todos estos movimientos nos lleva a preguntarnos ¿es bueno que el dólar baje? Analicemos un poco esto:
Durante los picos de la crisis cambiaria del año pasado el dólar llegó a superar los 42 pesos, teniendo en todo el año 2018 una devaluación redondeada del 100 %. Obviamente, como era de esperarse esto aceleró tremendamente la inflación que según las metas del banco Central no debería haber superado el 15 %, aunque a principios del 2018 con todo el optimismo que se veía en la economía nadie esperaba que fuera de menos del 22 %. Para no perderse: del 22% esperado por el mercado ( no podemos tomar la meta del Banco Central porque solo era eso, una meta y de muy difícil cumplimiento, todos lo sabían ). Finalmente la inflación del 2018 fue del 47 % y se puede decir que la mayor parte entre la diferencia entre la inflación esperada (expectativas) y la que realmente se dió fue a causa de la fuerte devaluación del peso frente al dólar (o la subida del dólar).
¿Por qué ocurre?….. ya nos hemos referido varias veces a ello: resumidamente los bienes que se comercializan en el mercado internacional aumentan su precio con la devaluación (en dólares salen lo mismo, pero en pesos son muchos más caros). Si bien muchos de esos bienes se producen en el país, como por ejemplo el trigo y el maíz, cotizan en Dólares y si este aumenta, aumenta también su precio. El combustible también está en dólares y a partir de ahí todo aumenta.
El tema es que, buenas noticias internacionales mediante, durante el mes de enero y los primeros de febrero de 2019, tanto el riesgo país como el valor del dólar habían comenzado a bajar notoriamente al punto tal de que obligaron al Banco Central a intervenir, ya no vendiendo dólares para que no se dispare como vimos el año pasado; sino a comprar para que no se siga desplomando.
Entonces, cuando se podrían esperar buenas noticias por parte del INDEC porque si el dólar bajó los precios deberían empezar a ceder, nos desayunamos que la inflación de enero fue de un alarmante 2,9% y se espera que febrero sea aún mayor. Pero… ¿por qué? ¿No sería lógico que si los precios suben cuando el dólar sube, también bajen cuando el dólar baja?
Ante todo recordemos que la devaluación anduvo en torno al 100 % y los precios al 47 % con lo que todavía queda pass trought (como se conoce el pase a precios de la devaluación). Segundo: El dólar subió exageradamente en los últimos meses del 2018, tal como lo vemos en el gráfico que se presenta a continuación.
Después, lo más complejo, los precios en Argentina son resistentes a la baja una vez que subieron, salvo una simbólica y efímera bajada del precio de combustible, nadie remarca para abajo, porque las expectativas indican que esto puede cambiar en cualquier momento, y como no hay confianza no bajo los precios.
 
Según estimaciones propias un dólar de equilibrio hoy estaría en torno a los $ 37,5, dependiendo de cómo avance la inflación y el riesgo país principalmente. Pero así como fue perjudicial que suba tanto porque disparo la inflación y afectó tremendamente a los salarios, ya que si convertimos los salarios a dólares, hoy la gente gana mucho menos que a principios de 2018. Pero que baje tanto el dólar tampoco es una buena noticia:
Primero: los precios no van a bajar, es más, en el gráfico puede observarse que por más que el dólar esté atrasado, como entre el 2014 y 2015, la inflación nunca detuvo su tendencia.
Segundo: pasado el prejuicio que genera la devaluación en los salarios, la Argentina recuperó algo de competitividad que se traduce principalmente en condiciones necesarias para volver a crecer; la mejora de la balanza comercial como consecuencia de la caída de las importaciones, por un lado, pero también como incremento de las exportaciones de las economías regionales y el turismo.
Por lo tanto, podemos decir en términos generales que con una economía que necesita crecer y, para ello es de vital importancia ser competitivos, no son tan buenas noticias que el dólar baje. No dejen que se caiga el dólar con fines electorales, la inflación no va a bajar…. Ya quedó demostrado con el dato de enero, y el de febrero va a ser peor.
Además, el dólar barato en la Argentina trae capitales golondrina y luego se fuga, dejando una deuda enorme como paso entre el 2016 y 2017. Y lo único bueno que nos dejó el 2018 que fue la mejora de la balanza comercial y la recuperación de la competitividad se va a perder por la estupidez de querer mostrar que tienen el dólar controlado.

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Ante la alta volatilidad de los precios en góndola, baja la participación del productor en el precio de venta final

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La brecha de precios entre origen y destino de los productos agropecuarios subió 11,4% en julio. En promedio, el consumidor pagó en góndola 5,9 veces más de lo que recibió el productor en la puerta de su campo. Para los productos agrícolas, la brecha creció 13,4%, ubicándose en 6,35 veces. La participación del productor en los precios finales de los productos relevados descendió a 21,2%, uno de los más bajos desde que se mide. La naranja, la pera y la zanahoria fueron los productos con más brecha. El huevo, el pollo, el repollo y la frutilla, los de menos.
-La brecha de precios entre lo que pagó el consumidor y lo que recibió el productor por los productos agropecuarios subió 11,4% en julio, alcanzando una diferencia de 5,9 veces para el promedio de los productos relevados.
-Los datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora el sector de Economías Regionales de CAME en base a precios diarios online de los principales supermercados del país, más de 500 verdulerías y mercados, y precios de origen de las principales zonas productoras que releva un equipo de 35 encuestadores.
-En julio, el IPOD agrícola alcanzó un valor de 6,35 veces, 13,4% mayor a junio, subiendo por sexto mes consecutivo.
-El IPOD ganadero, en tanto, bajó 0,3%, ubicándose en 3,98 veces, manteniéndose desde hace tres meses en valores relativamente similares.
-Los productos con mayores brechas en julio fueron: la pera, donde el precio se multiplicó por 11,7 veces desde que salió del campo del productor; la naranja, con una multiplicación de 11 veces, similar a la de junio; la zanahoria (11 veces), el limón (9,6 veces) y la mandarina (8,9 veces).
-En cambio, en otros productos como la frutilla el consumidor pagó apenas 2,97 veces más de lo que recibió el productor; en el huevo, 2,38; en la carne de pollo, 2,44 y en el repollo, 2,63 veces. En este último se registró una suba de 23,5% en los precios al productor en La Plata y el conurbano bonaerense, lo que incidió en una caída de la brecha.
-Con la significativa ampliación de la brecha en julio, la participación promedio del productor en el precio final del producto bajó 13,8%, explicando sólo el 21,2% de los precios, uno de los valores más bajos desde que se comenzó con la medición.
-La situación del productor es delicada porque a la pérdida de participación en julio se le sumaron incrementos en los precios de los combustibles y de los insumos generales.

Índice de Precios en Origen y Destino de Productos Agropecuarios (IPOD)

-El aumento del mes en la diferencia promedio de precios entre destino y góndola se explica principalmente por el comportamiento de la zanahoria, la pera, el zapallito y la papa, que fueron donde más ampliación tuvo la brecha
Índice de Precios en Origen y Destino de Productos Agropecuarios (IPOD)

Variación de la brecha
La brecha promedio de los productos agropecuarios subió de 5,28 veces en junio a 5,88 veces en julio (+11,4%). Las variaciones más destacadas del mes ocurrieron en:
Zanahoria: la brecha creció 5,2 veces (90,1%), pasando de 5,81 en junio a 11,04 en julio. La variación fue imperceptible para el consumidor pero tuvo alto impacto sobre el productor, que vio reducir los precios recibidos por sus productos en un 46,6%. Los precios de góndola, en cambio, subieron 1,4%. La caída en los precios al productor fue generalizada en todas las zonas medidas. Según explicó el productor Santiago Salassa, de la provincia de Mendoza, se trata de una variación estacional: “Como es época de producción, subió la oferta del producto y eso provocó una baja en el precio de origen”, dijo.
Pera: la brecha se acrecentó 3,8 veces en el mes (47,7%): de 7,9 veces en junio pasó a 11,67 en julio. Nuevamente la mayor parte del impacto de ese aumento la recibió el productor, que vio reducir 26,5% los precios que se le pagaron por su cosecha en el mes. La situación para los productores de peras y manzanas del Alto Valle es muy delicada, porque los precios que reciben no están cubriendo los costos. Los precios al consumidor también subieron 8,5%.
Otros dos productos con incidencia en el salto de la brecha del mes fueron el zapallito y la papa, con incrementos de 2,7 y 2,5 veces respectivamente. En los dos casos se combinaron caídas fuertes en los precios al productor con subas importantes en los valores al público. Según explican los productores consultados, en el caso de la papa la caída en los precios de origen se debió a las lluvias en algunas provincias productoras, especialmente en Santa Fe, que afectó negativamente el precio.
Limón: fue uno de los productos que contrarrestó la suba general en la brecha, con una reducción de 4,5 veces. Su brecha bajó de 14,1 veces en junio a 9,62 veces en julio. De todos modos, igualmente se ubicó entre los alimentos de mayor diferencia entre precio de origen y destino. La principal causa de esa mejora hay que buscarla en el incremento de 87,3% en los precios de origen en la provincia de Entre Ríos, básicamente porque en junio se habían visto muy deteriorados frente a los problemas climáticos y la menor calidad del producto.
Frutilla: más que duplicó su brecha en julio porque se normalizó la producción y eso afectó el precio de origen. Igualmente se ubicó entre los productos de menor brecha del mes. La mayor diferencia entre precio de origen y destino se debe a cuestiones también estacionales: si en junio se pagó en promedio $120 el kilo al productor, en julio ese precio bajó a $55.
BRECHA IPOD: diferencia entre el precio de Origen y el precio de Destino

En resumen, de los 25 productos analizados, en 16 se registraron subas en las brechas y en 9 caídas. A su vez, en 15 productos se registraron descensos en los precios al productor y en 20 incrementos en los precios de góndola, lo que refleja claramente la peor situación del productor agropecuario en julio.
$ por kg y Variación en origen y destino Julio’18 vs Junio’18

Participación del productor en el precio
La participación del productor en el precio final del producto bajó 13,8% en julio. Sobre el promedio de los productos analizados, los productores explicaron el 21,2% del precio, cuando en junio esa participación fue de 24,6%. En productos como la naranja y la zanahoria fue de apenas 9,1%.

El IPOD es un indicador elaborado por el sector de Economías Regionales de CAME para medir las distorsiones que suelen multiplicar por varias veces el precio de origen de muchos productos agropecuarios en el recorrido desde que salen del campo y hasta que llegan al consumidor. Esas distorsiones son muy dispares según producto, región, tipo de comercio y época del año.
En general, las diferencias están determinadas por un conjunto de comportamientos de los diferentes actores del mercado, algunos de ellos especulativos, básicamente de las grandes cadenas de supermercados que se abusan de su posición dominante. Otros son factores comunes como la estacionalidad, que afecta a determinados productos en algunas épocas del año, o los costos de almacenamiento y transporte.
Metodología del IPOD
El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) comenzó a realizarse en agosto de 2015 como una herramienta para conocer las diferencias en el precio que se paga por algunos productos alimentarios en el campo y en el mercado de consumo.
El relevamiento para elaborar el IPOD de julio se realizó en la segunda quincena del mes, con una cobertura geográfica nacional.
Para obtener los precios de destino se relevan más de 500 precios de cada producto en la Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza, Salta, San Juan y Santa Cruz. El relevamiento se complementó, además, con un monitoreo diario de los precios online de las principales cadenas de hipermercados.
Para obtener los precios de origen, se consultaron telefónicamente a 10 productores de cada alimento localizados en las principales zonas productoras de cada uno de esos productos.
A través del IPOD se busca conocer la variación en el nivel de precios en dos momentos de la etapa de comercialización de un producto alimenticio. Estas etapas son:
– Precio de Origen: Precio que se le paga al productor
– Precio de Destino: Precio del producto en góndola
Así, la diferencia de Precio Origen-Destino indica la cantidad de veces que aumenta el precio del producto al comercializarse en góndola.
 
 

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La brecha de precios de los productos agropecuarios bajó a 4,44 veces en enero

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El índice IPOD de CAME, que mide las diferencias promedio entre el importe de origen y góndola para 25 alimentos del campo, mejoró 6,5% en el comienzo del año, impulsado por la abrupta caída en la diferencia de la pera. Sin embargo, la participación del agricultor en los valores finales del promedio de los productos relevados se redujo levemente a 24,8%.
La brecha de precios entre lo que paga el consumidor y lo que recibe el productor por los alimentos agropecuarios bajó 6,5% en enero alcanzando un valor promedio de 4,44 veces.
La mejora del mes se explica principalmente por la caída abrupta en la brecha de la Pera, que pasó de un importe de 12,36 veces en diciembre a 5,32 veces en enero. Eso se debió a la menor oferta de esa fruta, que forzó un incremento de 112,1% en el desembolso al agricultor sin que eso repercuta en el monto de góndola.
Los datos surgen del Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) que elabora CAME para una canasta de 25 alimentos agropecuarios que se consumen en fresco. Para elaborar el indicador se tomaron los importes diarios online de los principales supermercados del país y más de 500 valores de verdulerías y mercados para cada producto. De las referencias se desprende que:
En enero, el IPOD agrícola alcanzó una precio de 4,48 veces, 10,4% abajo de diciembre y 13% inferior a enero del año pasado.
El IPOD ganadero, en cambio, subió 4,5% en el mes, ubicándose en 3,91 (casi el mismo valor de noviembre pasado), pero 7,5% menor a un año atrás.
A pesar de la merma en la diferencia entre lo que paga el cliente y el costo de las frutas y verdura en la tranquera, al salir del campo, la participación promedio del cosechador en la suma final del alimento bajó a 24,8%.

Los productos con mayores diferencias de valía en el mes fueron: la Manzana Roja con una distorsión de 9,84 veces, la Calabaza 6,25 veces y el Arroz 6,40 veces. Los tres con desigualdades “muy altas”.
Los alimentos con menores brechas resultaron: Huevo 2,54 veces y Carne de Pollo 2,28 veces.
De los 25 elementos agropecuarios que integran la canasta del IPOD relevados en el mes, en 12 disminuyó la brecha, en 2 se mantuvo prácticamente sin cambios, y en 11 se incrementó.

La disparidad promedio de los productos agropecuarios decayó de 4,75 veces en diciembre a 4,44 veces en enero (-6,5%). La mayoría de los alimentos medidos registraron desigualdades “medias” y “altas” ese mes. Efectivamente, hubo 11 productos con brechas “altas” (valor de distorsión entre 4 y 6 veces), y 9 con brechas “medias” (contrastes entre 3 y 4).
Sólo 2 alimentos tuvieron distorsiones “bajas” (Huevo Carne de Pollo) y 3 tuvieron desproporciones muy altas (Manzana, Arroz Calabaza). Ninguno tuvo diferencias “muy bajas” (entre 1 y 2).

Las variaciones más destacadas se dieron en:
lPera: La desigualdad bajó de 12,36 veces en diciembre a 5,32 veces en enero (-7,04 veces) por la suba de 112,1% en la compensación al productor. Los importes al consumidor en cambio, bajaron 8,7%. Según indican los agricultores consultados, la mejora en sus retribución recupera la caída fuerte de diciembre y se debe a: 1) la menor cantidad de reserva de esos productos; 2) que terminó la cosecha; y 3) la mejor calidad de la fruta que queda, que es producto de exportación en variedad William. Igual, esperan que el importe bajará cuando arranque la nueva temporada, llegando al mes de abril.
lManzana roja: La distorsión se redujo de 10,86 veces a 9,84 (-1,02). La variación se explica por el alza en 6,3% en el reembolso al agricultor mientras que los precios al consumidor descendieron 3,7%. Queda poco producto en stock, por eso mejoró levemente el reintegro al productor, pero se esperan nuevos valores con la nueva cosecha a partir de febrero.
lPapa: La diferencia ascendió de 2,10 veces a 3,30 (1,2). La variación se explica por la baja de 36,6% en la paga al productor mientras que los costos al público se mantuvieron sin cambios. Según los agricultores consultados, lo que se dio fue un reacomodamiento de precios, después de la suba fuerte que habían tenido en noviembre y diciembre frente a la mayor demanda combinada con la menor oferta, ya que justo la zona sudeste del país había dejado de cosechar. En enero la zona sudeste retomó la elaboración, y la demanda se contrajo, lo que volvió a estabilizar los valores al productor en torno a los $5-$6.
 BRECHA IPOD: diferencia entre el precio de Origen y el precio de Destino

Precios de origen y precios destino
Los alimentos con mayor aumento mensual en los importes de origen en enero fueron: la Pera (112,1%), la Naranja (48,2%), la Frutilla (37,5%), la Calabaza (26,1%), y el Tomatecon una suba mensual de 20,7%.
A su vez, los productos con mayor aumento mensual en los costos de góndola fueron: la Naranja (17,1%) trasladando al consumidor parte del alza de origen de diciembre, el Limón (14,5%), la Carne de Cerdo (13,9%), la Frutilla (13%) y la Lechuga (10%).
Desde el punto de vista del equilibrio entre las economías regionales y el consumidor, la mejor situación se dio en aquellos elementos que combinaron mejoras en los precios de origen con bajas en sus cifras de góndola. Esos fueron: la Pera, la Manzana roja, la Cebolla, la Berenjena, la Carne de Pollo, y el Brócoli.

En enero la participación del agricultor en el costo que pagan los consumidores (otro indicador que resume la distorsión en el valor durante el circuito logístico del sector agropecuario) declinó 0,9%, desde 25,0% a 24,8%. Es el segundo mes consecutivo que se achica.
Los productos con menos comisión del cosechador en el precio al cliente fueron: Manzana Roja 10,2%, el Arroz 15,6 y la Calabaza 16%.

El IPOD es un indicador elaborado por CAME para medir las distorsiones que suelen multiplicar por varias veces el precio de origen de muchos productos agropecuarios en el recorrido desde que salen del campo y hasta que llegan al consumidor. Esas disparidades  son muy variadas según producto, región, tipo de comercio y época del año.
En general, las diferencias están determinadas por un conjunto de comportamientos, algunos especulativos de diversos actores del mercado. Básicamente de las grandes cadenas de supermercados, que se abusan de su posición dominante en la plaza,  y otros son factores comunes como la estacionalidad, que afectan a determinados alimentos en algunas épocas del año, o los costos de almacenamiento y transporte.
Metodología del IPOD
El Índice de Precios en Origen y Destino (IPOD) comenzó a realizarse en Agosto de 2015 como una herramienta para conocer las diferencias en los valores que se pagan por algunos productos alimentarios en el campo y en el mercado de consumo.
El relevamiento para elaborar el IPOD de enero se realizó en la segunda quincena del mes, con una cobertura geográfica nacional.
Para obtener los importes de destino se midieron más de 200 precios de cada producto en la Ciudad de Buenos Aires, Provincia de Buenos Aires, Corrientes, Córdoba, Entre Ríos, Santa Fe, Mendoza, Salta, San Juan y Santa Cruz. El estudio se complementó además con un monitoreo diario de los montos online de las principales cadenas de hipermercados.
Para obtener los precios de origen, se consultaron telefónicamente a 10 agricultores de cada alimento localizados en las principales zonas productoras de cada uno de esos elementos.
A través del IPOD se busca conocer la variación en el nivel de precios en dos momentos de la etapa de comercialización de un producto alimenticio. Estas etapas son:
– Precio de Origen: Importe que se le abona al productor
– Precio de Destino: Costo del producto en góndola
Así, la diferencia de Precio Origen-Destino indica la cantidad de veces que aumenta el valor del alimento al comercializarse en góndola.
 

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