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Bienvenida a becarios del Conicet Nordeste

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Por primera vez, la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones fue sede de la Bienvenida 2018 a investigadores del CONICET Nordeste. Se realizó el martes 7 de agosto desde las 14 horas en el aula magna del edificio central de dicha casa de estudios.
Son 54 los nuevos investigadores, becarios y miembros de la carrera de Personal de Apoyo que se incorporaron al CONICET en Misiones en 2018. Se trata de 22 becarios doctorales, 16 becarios postdoctorales, 10 investigadores y 6 técnicos y profesionales de la Carrera de Personal de Apoyo (CPA).
El Conicet en Cifras
La apertura del encuentro estuvo a cargo de la directora del Centro Científico Tecnológico CONICET Nordeste, Marisa Censabella.
Acompañó la jornada de bienvenida la Secretaria de Extensión y Vinculación Tecnológica de la FCEQyN, Dra. Marcela Brousse.
Censabella presentó datos estadísticos que demuestran que esta región cuenta con el menor porcentaje de investigadores en todo el país, con apenas el 3% del total de la planta del organismo nacional.
“Es un enorme desafío y responsabilidad ser parte de CONICET. Tenemos que trabajar mucho para aumentar esas cifras”, resaltó.
Las cifras se pueden conocer a través del sitio Conicet en Cifras, publicado recientemente https://cifras.conicet.gov.ar/publica/
En primera persona
Tras la presentación de Censabella, becarios e investigadores del Conicet realizaron una ronda de testimonios donde compartieron sus experiencias de trabajo en la producción de conocimiento desde los diferentes institutos.
Entre ellos, el becario postdoctoral del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM, CONICET – UNaM), Hernán Traid, quien contó su experiencia en investigación vinculada a estructuras nanométricas e instó a los nuevos becarios a disfrutar el nuevo camino que inician.
También participaron representantes del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM) y del Instituto de Estudios Sociales y Humanos (IESyH, CONICET – UNaM).
Se abrió una ronda de preguntas de los asistentes, que iniciaron interesantes debates acerca de ingresos de becarios, condiciones edilicias de las unidades ejecutoras de la región y acceso a publicaciones de alto impacto, entre otros.
Consejo Directivo
Tras las exposiciones de experiencias, se conformó un panel con miembros del Consejo Directivo, del que participaron la directora del IMAM, Cristina Area; el director del IBS, Julián Ferreras; el director del IESyH, Juan Agüero; el director del Centro de Ecología Aplicada del Litoral (CECOAL, CONICET – UNNE), Oscar Orfeo y la directora del Instituto de Química Básica y Aplicada del Nordeste Argentino (IQUIBA – NEA, CONICET – UNNE), Nélida Peruchena. Cada uno de ellos se refirió a distintos aspecto que hacen al trabajo científico y a las particularidades de la región.

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Investigadores misioneros quieren generar bioplásticos con almidón de mandioca

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Casi todo lo que compramos, la mayor parte de la comida que comemos y muchas de las bebidas que bebemos vienen envasados en plástico. Investigadores misioneros buscan producir un producto biodegradable a base de almidon de mandioca, para remplazar el uso de los plásticos.
Los plásticos generalmente son sintéticos, fabricados por polimerización de compuestos derivados del petróleo, y no son biodegradables. Luego de usarlos solemos desecharlos sin más. Actualmente hay varias investigaciones que apuestan a buscar productos menos nocivos con el ambiente para ser usados como embalajes.
Pamela Soledad Cuenca, una investigadora de la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales de la Universidad Nacional de Misiones, actualmente lleva adelante una investigación para la generación de recubrimientos a partir del almidón de mandioca. “Dentro de mi tesis, se vio que el producto generado era apto para la generación de envases del estilo de las bolsas que se entregaban en los comercios para contener los alimentos y otros productos”, contó la investigadora a Economis.
Este producto entra en la categoría de los bioplásticos. Un nuevo grupo de productos que son biodegradables y provenientes de fuentes renovables, son una medida de reducción al problema de los deshechos plásticos contaminantes que ahogan al planeta y contaminan el medio ambiente. El plástico es la tercera aplicación del petróleo más usada en el mundo, y al año consumimos 200 millones de toneladas en el planeta. Proviene de fuente no renovable (petróleo), es contaminante y no biodegradable (puede tardar hasta más de 1.000 años en descomponerse).
Como alternativa, se está impulsando el uso de bioplásticos, que consisten en conseguir polímeros naturales a partir de residuos agrícolas, celulosa o almidón de patata, yuca (mandioca) o maíz. Son 100% degradables, igual de resistentes y versátiles, y ya se usan en sectores como agricultura, industria textil, medicina y sobre todo en el mercado de embalajes y envases.
Si bien el desarrollo de biomateriales no es un tema nuevo, en la Argentina la investigación con el almidón de mandioca representa una oportunidad para agregar valor a un cultivo con un fuerte arraigo cultural en los agricultores familiares del nordeste argentino, con una producción distribuida entre Misiones, Formosa, Corrientes y Chaco.
“Hace 10 años venimos trabajando con el equipo de Preservación y envases del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM) en la modificación química y física del almidón de mandioca nativo para ser utilizado como matriz polimérica, para la fabricación de envases y de recubrimientos a partir de éste, teniendo en cuenta que los plásticos derivados del almidón son completamente biodegradables y amigables con el ambiente ademas de ser de bajo costo y alta reproducibilidad”, sostuvo Cuenca.
La investigadora pertenece al Grupo de Preservación y Envases (GEP) del IMAM y trabaja en el desarrollo de materiales derivados de almidón de mandioca para ser utilizados en la fabricación de envases y tecnología de alimentos. Ella fue seleccionada para realizar una Movilidad Doctoral de 5 meses en la Universidad de Valladolid (España).
La becaria se insertará en el Doctorado en Química: Sintesis Química, Catálisis y Materiales Avanzados en la Universidad de Valladolid desde desde el 15 de septiembre de este año, y realizará actividades de investigación, desarrollo y formación académica en el área de polímeros.
Cuenca explicó a Economis como es el desarrollo del recubrimiento activo basado en almidón/acetato de almidón para preservar la calidad de alimentos regionales y como luego esto derivo en la posibilidad de crear envases (bolsas) aptas para el uso comercial.
Dentro de mi tesis, se vio que el producto generado era apto para la generación de envases del estilo de las bolsas que se entregaban en los comercios para contener los alimentos y otros productos. Este es un plástico totalmente biodegradable que ofrece además distintas alternativas, pueden ser solubles en agua o no; tienen diferentes propiedades mecánicas, pueden ir participadas de otras matrices como ser papel kraft, con lo cual mejoran sus propiedades mecánicas.
Las alternativas de estos polímeros, que se generaron en nuestro laboratorio son variadas y ofrecen una gama de posibilidades de ser trabajadas para la generación de envases. En particular la producción de una camisa plástica, la típica camisa que vemos de polietileno, todavía no está concluido para poder escalarlo a nivel industrial.
Nosotros en el laboratorio obtenemos el material que es muy similar, con algunas particularidades en cuanto a sus propiedades mecánicas. Pero de hacerlo a nivel industrial, demanda todo un proceso de escalado y también de la participación de otros polímeros agregados y demanda un tiempo extra en poder adaptarlo.

– Con que tipo de almidones están trabajando
Nosotros trabajamos con el almidón comercial de mandioca que se producen en las almidoneras de la provincia. No es un almidón especial o con características particulares. El almidón esta constituido de amilosa y amilopectina y los almidones que se producen en nuestra provincia están en el orden del 20 por ciento de amilosa, amilopectina. Es un buen almidón, y trabajamos con ese almidón para que sea una mejor matriz para la industria de los bioplásticos.
-Esto permitirá darle a un producto regional como la mandioca opciones para industrializarlo
Así es. Si bien ya existen otros bioplásticos de almidón, son a base de maíz. Entre el almidón de maíz y de mandioca no hay tantas diferencias, pero la fuente botánica influye muchísimo. El almidón de mandioca tiene mucha más viscosidad en pasta que el de maíz y los productos de la gelificación, o sea las películas plásticas tienen características diferentes. Entonces nosotros trabajamos para salvar las diferencias y lograr un producto de industria misionera.
En realidad en el país hay otros grupos trabajando en desarrollos similares con base del almidón de mandioca. Es una competencia sana, donde cada grupo va impulsando su desarrollo. Al día de la fecha no tenemos conocimiento de algún grupo que haya logrado generar un producto viable para ser comercializado.
-Cuales son las potencialidades del producto sobre el que trabajan ustedes
-Los recubrimientos son films, en finas capas que se depositan sobre el producto, que pueden ser alimentos. Nosotros venimos trabajando hace tiempo con recubrimientos para frutas y ahora venimos trabajando con quesos que se producen regionalmente. Estos recubrimientos tienen la particularidad de que se le pueden incorporar principios activos, antimicrobianos o antioxidantes que pueden ayudar a extender la vida útil de los alimentos.
Particularmente el tema de mi tesis (Doctoral) es generar este tipo de recubrimientos con antioxidantes y antimicrobianos para prolongar la vida útil de quesos que se producen a nivel regional.
La variedad de usos que se le pueden dar al almidón de mandioca a partir de la generación de un film quedan a criterio de la imaginación del investigador. hoy se conoce que el extracto de yerba mate tiene propiedades antifungicas y que es rico en antioxidantes y flavoniodes. Entonces pensar en la incorporación de agregados de yerba mate, sólidos solubles o extractos a un film no es algo irracional, sino algo ambicioso y se que se están trabajando en eso. No es mi caso, pero conozco otros equipos de investigadores que lo están llevando adelante.
El equipo investigador pertenece solo a la Universidad
-Nosotros un equipo de investigación del Instituto de Materiales de Misiones (IMAM), que es un instituto de doble dependencia entre el Conicet y la UNaM. El instituto esta dentro de la Facultad de Ciencias Exactas Químicas y Naturales y tiene varias lineas de investigación, la nuestra es la de preservación y envases. Y está orientada a los envases para la industria alimentaria.
Hay investigadores que son becarios doctorales del Conicet, becarios del Sistema Interuniversitario Nacional (SIN) y docentes investigadores de la UNaM. Se trata de hacer un trabajo interdisciplinario para poder generar este tipo de desarrollos.
 

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En agosto se debatirá sobre el genocidio invisible de los pueblos indígenas en Argentina

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En Resistencia, los días 9 y 10 de agosto se realizará la segunda edición del Seminario de Reflexión sobre el Genocidio Indígena. A través de distintas líneas de estudio, investigadores del IIGHI, producen conocimiento junto con comunidades de la región.
“Los pueblos indígenas siguen sufriendo distintas formas de violencia que configuran un genocidio”, asegura Mariana Giordano, investigadora independiente del CONICET y directora del Instituto de Investigaciones Geohistóricas (IIGHI, CONICET – UNNE). Desde hace casi 20 años, trabaja temáticas vinculadas a las comunidades del Gran Chaco Argentino, particularmente desde la historia del arte y los estudios visuales
Esta es sólo una de las líneas de estudio que se desarrollan sobre el tema en la ciudad de Resistencia, que durante el 9 y el 10 de agosto será sede de la segunda edición del Seminario de Reflexión sobre el Genocidio Indígena. El encuentro, que tuvo su debut en 2017 y es organizado de manera conjunta con la Fundación Napalpí, busca generar un espacio de debate intercultural, en el que los académicos y los miembros de las comunidades puedan analizar aspectos vinculados con las lenguas, la atención de la salud, la violencia de género y el rol de los medios hegemónicos, entre otros.
De acuerdo a los datos del último Censo Nacional, del año 2010, en Argentina hay más de 950 mil personas que se autorreconocen como indígenas o descendiente de pueblos originarios. La provincia del Chaco tiene una de las comunidades más grandes del país, con grupos étnicos Qom, Wichí y Moqoit.
“La relevancia que adquieren estos sectores en la región es muy importante, por eso es indispensable que tanto el CONICET como las universidades ejecuten proyectos de investigación vinculados con estas comunidades”, señala Giordano, quien desde los inicios de su formación trabajó estas cuestiones, con una tesis doctoral acerca del discurso de la imagen del indígena chaqueño. Sus estudios después se orientaron hacia la fotografía, con imágenes de miembros de comunidades del Gran Chaco obtenidas por emisores de grupos hegemónicos durante los Siglos XIX y XX, incluyendo también regiones adyacentes de Paraguay y Bolivia.
El carácter interdisciplinario de estos trabajos, que vinculan la historia del arte y la antropología, conectaron de manera directa a la investigadora con las comunidades. “Estos procesos cambiaron totalmente mis perspectivas y esa interacción me permitió un diálogo muy fructífero y una posición diferente. Comencé a ubicarme en un espacio en el que los saberes no sólo provenían de la academia, sino que eran co-construidos con las mismas comunidades”, resalta Giordano.
Entre esos vínculos, se destaca el que construyó con Juan Chico, un historiador qom con el que realizó varios trabajos conjuntos y que hasta la ayudó a interpretar fotografías del antropólogo alemán Roberto Lehmann Nitsche sobre la masacre de Napalpí. Los resultados de estos estudios de la imagen fueron tomados como prueba, en el marco de una causa que inició el fiscal federal de la ciudad de Resistencia, Diego Vigay, para declarar este hecho como crimen de lesa humanidad.
Estas colaboraciones fueron las que dieron origen al primer Seminario de Reflexión sobre el Genocidio Indígena, que se realizó en julio de 2017 y que convocó a referentes de la temática, provenientes de distintas instituciones, con los que se analizaron las masacres ocurridas en Argentina. El interés que despertó el encuentro del año pasado planteó la necesidad de ampliar la convocatoria en 2018, sumando nuevas perspectivas de análisis y contemplando el concepto de un genocidio que sigue latente en nuestro país.
“La lengua es otro de los mecanismos del genocidio indígena, tanto por la censura a la cual ha sido sometida como por el desplazamiento respecto de la lengua hegemónica, que en la Argentina es el español. Esos fenómenos no están anclados en el pasado, sino que continúan hasta el presente”, explica la investigadora asistente del CONICET en el IIGHI, Belén Carpio, quien hace más de una década estudia la morfosintaxis de lenguas en comunidades toba del oeste de Formosa y será otra de las participantes del seminario.
Durante su presentación, analizará las concepciones que, desde el sentido común y la academia, circulan acerca de qué son las lenguas indígenas y cómo muchas veces esa mirada las define más por sus carencias que por su valor. “Queremos plantear la reflexión de qué implican los procesos de estandarización, la escritura y las distintas situaciones que representan el desplazamiento lingüístico”, adelanta Carpio, que expondrá los resultados de sus investigaciones junto a Raúl González, investigador de la Universidad Nacional del Nordeste en el Núcleo de Estudios en Lenguas Minoritarias Americanas (NELMA) del IIGHI.
“Nuestro objetivo es hacer un aporte al reconocimiento de la diversidad lingüística. La importancia de mantener y desarrollar este tipo de trabajo de descripción de variedades tiene un alto valor en términos de la documentación lingüística y de valoración de la lengua para el propio pueblo. Hacer foco en una variedad y denominarla como los propios actores, da cuenta del respeto que como investigadores sociales debemos tener a la autoadscripción étnica”, resalta Carpio.
Otro de los aspectos desde los que se analizará el genocidio latente en los pueblos indígenas es el de la salud. “Comenzamos esta línea con el objetivo de reivindicar las cosmovisiones que tiene estas comunidades respecto a la salud y aportar elementos que permitan la formulación de políticas públicas que contemplen sus particularidades. Trabajamos con sus propias percepciones para atender esas necesidades”, explica Alejandra Fantín, investigadora independiente del CONICET en el IIGHI.
Después de haber realizado estudios en la frontera de Argentina y Paraguay y en circuitos del Gran Resistencia, sus trabajos como parte del Laboratorio de Tecnologías de la Información Geográfica se centraron en la atención primaria de la salud los barrios Mapic y Toba, en los que está nucleada la población indígena de la ciudad de Resistencia.
Durante el seminario, presentará un diagnóstico realizado en base a un estudio cualitativo, desarrollado en el marco de un proyecto de investigación con una cátedra universitaria, que permitió determinar el grado de satisfacción que tiene la población respecto a la atención de la salud. Estos elementos, que toman como base los datos de los censos nacionales, permiten determinar un índice de salud ambiental, que contempla distintas dimensiones. “Estos estudios nos dan herramientas para reivindicar sus visiones, después de tantos años en los que estos habitantes estuvieron oprimidos y no se los escuchó”, agrega.
Los interesados en participar del seminario podrán acceder aquí al programa completo y al formulario de inscripción.

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Con la yerba del mate, científicas obtienen sustancia antimicrobiana

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Un grupo de científicas del Centro de Investigación y Desarrollo en Ciencias Aplicadas “Dr. Jorge J. Ronco” del Conicet llevaron a cabo un trabajo sobre la obtención de una sustancia antimicrobiana a partir de la yerba mate, una investigación que busca economizar procesos sin generar contaminación por medio de la reutilización de residuos del ambiente.
Para esta investigación, publicada en Waste and Biomass Valorization, se empleó el residuo del mate, es decir, la yerba usada luego de simular en un laboratorio el proceso que atraviesa la yerba durante una ronda de mates.
A partir de ese residuo se obtuvo una solución de color verde claro que aún conservaba los compuestos del producto, como vitaminas, minerales y antioxidantes, y esa sustancia fue puesta en contacto con un elemento químico que se llama sal de plata y que posee conocidas propiedades antimicrobianas, es decir que inhibe el desarrollo de virus, bacterias y hongos.
De esa interacción se formaron nanopartículas de plata y la solución obtenida fue utilizada como medio de cultivo para dos bacterias: lo que sucedió fue que ninguna de las dos pudo reproducirse normalmente y se logró la inhibición de los microorganismos patógenos con una concentración bajísima de nanopartículas.
“Las propiedades antimicrobianas de la plata se conocen desde hace mucho tiempo, y de hecho hay numerosas investigaciones que prueban la obtención de sus nanopartículas a partir de extractos, pero ninguna lo había hecho con yerba”, explicó la investigadora principal del Conicet, Patricia Vázquez.
La científica aventuran posibles aplicaciones del producto antimicrobiano en telas y pinturas, para lo cual será necesario avanzar en las investigaciones con científicos de otras áreas disciplinares, y lo mismo con un eventual uso en productos relacionados con la salud humana.
“Se puede pensar, por ejemplo, en la utilidad que tendría incluir estas nanopartículas en la confección de camisones o sábanas de hospitales, o en revestimientos para las paredes de un jardín de infantes”, concluyó.
 
 
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Estudio del CONICET comprueba que las plantaciones de pinos modifican la fauna nativa de Misiones

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Un estudio de investigadores del CONICET en el Instituto de Biología Subtropical comparó la composición de los grupos de mamíferos y aves en bosques con la de cultivos forestales y verificó una disminución en la biodiversidad. Recomiendan mejorar los manejos.
Un estudio de investigadores de CONICET comprobó que las plantaciones de pinos -la principal especie producida en Argentina para la fabricación de papel y madera- están modificando la diversidad y composición de la fauna en la provincia de Misiones. Los resultados que permitieron llegar a esta conclusión fueron obtenidos después de comparar a las poblaciones de animales presentes en los bosques nativos con las de los que se encuentran en los cultivos forestales y revelaron que tanto los mamíferos como las aves se ven afectados.
La investigación, que fue publicada recientemente en la revista científica Forest Ecology and Managment, también incluye recomendaciones para mejorar los manejos de las plantaciones, con el objetivo de minimizar el impacto de la actividad foresto-industrial en los ecosistemas. Conservar la continuidad de los parches de bosque, mantener la conectividad con áreas protegidas y permitir el crecimiento de la vegetación bajo los pinos, son algunas de las prácticas integradas sugeridas por los científicos del Instituto de Biología Subtropical (IBS, CONICET – UNaM), que posibilitarían la protección del hábitat de especies amenazadas como el yaguareté o el tapir.

El tapir, una especie de mamífero amenazada, fue registrado por las cámaras trampa en bosques nativos de Misiones

Una de las autoras del trabajo, la becaria doctoral del IBS María Eugenia Iezzi, explica que para realizar el estudio se analizó la biodiversidad encontrada en los bosques nativos y en las plantaciones forestales de la provincia de Misiones. “En ambas situaciones, comparamos la composición de todo el grupo de mamíferos, tanto grandes como medianos, y de las aves de suelo o de sotobosque, a través de registros que hicimos con cámaras trampa”, señala.
“Detectamos cambios tanto en el número como en la composición de especies de la fauna que habita ambos ambientes y comprobamos que la diversidad disminuye en las zonas de las plantaciones de pinos que se encuentran más alejadas de las grandes áreas protegidas de bosque”, afirma. El estudio también permitió identificar qué especies aparecen más en un tipo de ambiente con respecto al otro. Además, los resultados sugieren que la falta de vegetación debajo de los pinos tiene un efecto negativo, principalmente en la diversidad de aves y que la existencia de remanentes de bosque entre las plantaciones favorece a la conservación del ensamble de mamíferos nativos.
El trabajo, destaca la bióloga, permitió formular sugerencias de manejos más adecuados, que son frecuentes en este tipo de plantaciones pero que no se están aplicando en todos los establecimientos forestales de la provincia. Según aseguran los investigadores del IBS, las buenas prácticas de manejo podrían favorecer a la conservación de la fauna autóctona dentro de paisajes productivos.
El agutí es un pequeño roedor que habita en los bosques de Misiones y su ambiente está experimentando cambios

“Plantar a menores densidades y dejar crecer la vegetación nativa en las plantaciones es una de las medidas que puede reducir el impacto de la actividad forestal”, detalla Iezzi. En Misiones, explica la autora, gran parte de la producción se destina a la industria de pasta celulósica para papel y los árboles se cultivan a muy poca distancia el uno del otro, mientras que los cultivos destinados a producción de madera son más espaciados, lo que genera un menor impacto.
Por otro lado, mantener fragmentos de bosque nativo entre las plantaciones forestales y asegurar su conectividad con las grandes áreas protegidas, es clave para mantener una alta diversidad de especies. “Otra de las acciones que proponemos es la de realizar controles y actividades de concientización para disminuir la cacería, tanto dentro de las empresas forestales como en las áreas protegidas, ya que esto favorecería a la conservación de los grandes mamíferos”, señala otra de las autoras del estudio, la becaria posdoctoral del CONICET en el IBS, Paula Cruz.
Según datos del Ministerio de Agroindustrias de la Nación, en Misiones hay más de 400 mil hectáreas cultivadas con forestaciones de pinos y eucaliptus, lo que representa un 14% de la superficie de la provincia. “Los resultados de este estudio permiten hacer recomendaciones de mejores prácticas de manejo foresto-industriales, favoreciendo a la conservación de mamíferos y aves del bosque nativo en la provincia, uno de los mayores relictos del Bosque Atlántico, que es una de las eco regiones de mayor biodiversidad a nivel mundial y que se extiende por parte de Brasil y Paraguay”, destaca el investigador adjunto del CONICET en el IBS, Carlos De Ángelo.
Registro de los autores de la investigación realizado por una de las cámaras trampa

Este y otros estudios del IBS en Puerto Iguazú se vinculan con el recientemente creado Observatorio de Biodiversidad del Bosque Atlántico, un proyecto institucional que busca entender y monitorear a largo plazo los impactos de las actividades humanas sobre los ecosistemas y las especies nativas de la selva misionera. Para la recolección y el procesamiento de datos, los científicos del CONICET contaron con la colaboración y el apoyo del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de Misiones, de la Asociación Civil Centro de Investigaciones del Bosque Atlántico (CeIBA), de la Unidad para el Cambio Rural del Ministerio de Agroindustria y del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación.
Fotos: Gentileza de los investigadores

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