Deconstruir estereotipos en el ámbito rural y ganar protagonismo en espacios productivos
En Argentina, las tranqueras son popularmente conocidas como portones rústicos que sirven para demarcar las unidades productivas en el campo. La cultura, la historia y la dinámica propia del ámbito rural, hacen que muchas cuestiones de la cotidianeidad queden encerradas entre ellas y no sean visibles a simple vista. Pero, dependiendo desde qué perspectiva se aprecien, las tranqueras pueden marcar límites o abrir caminos hacia nuevos escenarios. El rol de la mujer rural y su aporte directo a la producción misionera, es un claro ejemplo.
Convencida de que las mujeres estuvieron históricamente involucradas en las actividades del campo de forma anónima, Mirta Ely es una mujer que avanza estrenando caminos, generando apertura, contagiando entusiasmo y dejando una huella con el quehacer diario del sur misionero. “Ahora cada vez son más las mujeres que se dedican profesionalmente a ello, hay veterinarias, ingenieras, técnicas asesorando y haciendo el trabajo de campo recorriendo las chacras… como también la mujer que está viviendo allí, que trabaja tanto como el hombre, y aparte llega a la casa y sigue trabajando, hace el almuerzo, atiende a los chicos y no para”, explicó a Economis.
Desde hace tres años Mirta está al frente de la Finca Pécora, localizada en el Paraje Picada Polaca del municipio de Cerro Azul. Abocada a la producción de ganado ovino, la finca es el resultado de un proyecto familiar que desarrolla junto a su esposo Mariano. En cuanto a la organización cotidiana, si bien no tienen una división categórica de tareas con su esposo, ella está más focalizada en la administración general de la finca, al mismo tiempo que está en el corral, colaborando con la atención de las ovejas, vacunas, administración de raciones, seguimiento y control diario en general. “Otra actividad que realizo, y me encanta, es ayudar con la maternidad, cuando hay parición hay que tener un cuidado especial, ver que el cordero tome el calostro, observar a la mamá que atienda al cordero, siembre los encerramos tres días aparte (la mamá y su cría), para después sacarlos a pastorear, así estamos seguros que el vínculo entre madre e hija se formó”.
Como buen modelo de chacra misionera, el trabajo se comparte en familia. Si bien la prioridad de los niños es la escuela, ellos también son parte de la dinámica diaria productiva teniendo cada uno alguna tarea con la cual colaborar, liviana y no peligrosa. En palabras propias, Mirta cuenta que “Formamos un lindo equipo. Les enseñamos a nuestros hijos que para conseguir lo que se quiere hay que esforzarse, también que no hay diferencia entre la mujer y el hombre todos tenemos los mismos derechos, las mujeres tenemos que, para algunas cosas, esforzarnos un poco más, pero nada es imposible si nos proponemos una meta”. Cabe destacar que, esta semana, Finca Pécora resultó ganadora del concurso NAVES del Banco Macro y, junto a otros 4 proyectos, representará Misiones a nivel nacional en el Naves Federal. Las expectativas son enormes, ya que se capacitarán en el IAE Business School.

En charla con Economis, Mirta se muestra tranquila y agradecida con los roles que hoy está ejerciendo tanto en el ámbito familiar como en el laboral que mucho tienen que ver con las bases que pudo sentar en su propio hogar. Destaca que de niña sus padres solían reiterar un consejo: “Mira mi negra: nada en la vida es fácil y mucho menos para una mujer, así que, si quieres que en la vida te vaya bien, sé honesta y hacé lo que te haga feliz, porque lo que te hace feliz es lo que te llevará al éxito”. Esa niña, es la mujer que hoy se desliza cómodamente en diversos espacios vinculados al agro y la producción misionera deconstruyendo estereotipos.
Además de su proyecto familiar, actualmente Mirta es vicepresidenta de la Mesa de Gestión de la Cuenca Ovino Caprina de la Zona Sur de Misiones y comparte la conducción con el presidente de la Mesa, Miguel Sosa. “Sabía que aceptar el puesto como vicepresidente de la Cuenca Ovino Caprino Sur iba a ser un gran desafío… Reconozco que me falta mucho para aprender, hay cuestiones administrativas que como productora no conocía, pero me voy enterando de a poco. Tengo mucha predisposición, pero también hay cosas que no dependen de mí solamente”.. La Mesa es espacio interinstitucional que busca impulsar el proceso del desarrollo territorial en la zona sur de Misiones, generando una mayor apropiación por parte de los productores. En el marco de esa transformación buscada, durante los últimos tiempos la mesa va adquiriendo cada vez mayor importancia en pos del desarrollo rural, el fortalecimiento de la economía y el fomento de la producción. Y en ese escenario Mirta es una de las protagonistas principales, ya que está al frente de las actividades tanto desde la gestión y organización, así como también en el territorio.
Al estar conformada por diversos actores locales y referentes de entidades vinculadas al sector productivo y educativo, la mesa es un espacio de gestión en sí misma; pero además, genera alianzas estratégicas y multiplica logros. Por ejemplo, mediante la articulación con proyectos productivos de base colaborativa ya existentes en la zona sur de la provincia, tales como Mujeres en el Barro y Lanas de Misiones, se fortalecen las habilidades y conocimientos de las mujeres rurales de la zona sur de la provincia. “El equipo de trabajo está muy predispuesto; el presidente, el secretario y demás colaboradores, también los que estaban en el mando años anteriores, siguen colaborando y apoyándonos, están con nosotros al pie del cañón. Ellos están empapados del tema y de la forma de trabajo. Y contar con el apoyo de los diferentes organismos e instituciones te da fuerza para continuar trabajando”.
Historias como las de Mirta, se replican a lo largo y ancho de la provincia. ¡Y eso, no es un dato menor! Porque en el camino hacia la sostenibilidad, las mujeres rurales son agentes clave para lograr transformaciones sociales, ambientales y económicas. En Misiones, su empoderamiento también se logra a partir de experiencias que van rompiendo estructuras y van marcando la cancha en espacios que tradicionalmente fueron liderados y gestionados por hombres.