“La preocupación de la gente ha cedido un poco”, sostuvo el economista. El economista Daniel Artana estimó que la inflación continuará cayendo en mayo y señaló que a raíz de este comportamiento la sensación es que la preocupación de la gente por el aumento de los precios “ha cedido un poco”.
“Nuestra medición mostró que la inflación en la primera semana de mayo fue de 1,8% y es un buen dato. La tendencia descendente de la inflación continuaría en mayo”, sostuvo en declaraciones al programa “Esta Mañana” por Radio Rivadavia.
El economista destacó que si bien la tasa de inflación es “extravagante” y similar a la de abril del año pasado, ahora “la situación es diferente y eso da cierto alivio”.
“La situación es distinta porque limpiaste el déficit fiscal y los fundamentos básicos macroeconómicos están más sólidos”, subrayó Artana.
Respecto a la discusión acerca del nivel de tipo de cambio consideró que hay indicadores que marcan una alerta y otros que aún muestran una situación manejable.
“Cuando miras el tipo de cambio real como lo mide el BCRA te da la sensación que estás en un tipo de cambio bajo y que te podes meter en un atraso cambiario, pero cuando miras otra medida de tipo de cambio, como por ejemplo contra los costos laborales, te da que la Argentina está recontrabarata “porque los precios se movieron más rápido que los salarios”, explicó.
Por lo tanto, afirmó que “algunos indicadores te sugieren que te estás metiendo en un lío y otros no”.
Artana advirtió que “este atraso en los salarios va a durar poco” y por eso evaluó que “tal vez no hoy, pero en unos meses, te podés meter en un problema” de atraso cambiario.
En una charla con Economis, el economista Daniel Artana ofreció claves de cara a los próximos comicios. Explicó que estamos ante “un Banco Central que no tiene reservas, con un gobierno que no tiene acceso al financiamiento y, por lo tanto, le da la maquinita y sobran pesos” que nadie quiere porque tenemos una inflación muy alta y los pesos pierden valor a un ritmo de 10 o 12% mensual”. Además cargó contra Javier Milei por sus declaraciones “a mi juicio, poco felices del candidato que ganó las primarias, prácticamente diciéndole a la gente que tenía que huir del peso”.
La Confederación Económica de Misiones (CEM) y la Cámara Argentina de Comercio (CAC) se unieron para organizar una fascinante charla titulada “Contexto Político y Económico 2023”. Este evento se abrió a la comunidad empresarial y emprendedora de Misiones, brindando un espacio para analizar el estado actual del país a través de las perspicaces voces del economista Daniel Artana y el filósofo y ensayista Santiago Kovadloff.
En la previa de su charla Daniel Artana charló con Economis sobre las Perspectivas Económicas y Desafíos para Argentina en un contexto de mucha ansiedad preelectoral.
¿Qué perspectivas hay? ¿Se pueden hacer proyecciones de lo que va a ser la actividad económica con esta ansiedad que hay de cara a las elecciones?
Siempre se pueden hacer proyecciones. Lo que pasa es que se ha complicado un poco porque en una situación de fragilidad, con un Banco Central que no tiene reservas, con un gobierno que no tiene acceso al financiamiento y, por lo tanto, le da la maquinita y sobran pesos que nadie quiere porque tenemos una inflación muy alta y los pesos pierden valor a un ritmo de 10 o 12% mensual. En el medio de esa situación de gran fragilidad tuvimos las declaraciones, a mi juicio, poco felices del candidato que ganó las primarias, prácticamente diciéndole a la gente que tenía que huir del peso.
En parte por los errores del gobierno, en particular las decisiones de Massa de regalar plata que no tiene el Estado argentino. Y esta declaración imprudente ha complicado la situación aún más. Lamentablemente va a complicar a la gente en particular, a la gente de menores recursos, al trabajador, al jubilado, que no tiene la forma de defenderse de un salto en el tipo de cambio que hemos tenido.
Hay empresas que han tenido que frenar su producción, hoy se dio el caso de General Motors, justamente porque ante esta falta de dólares también se genera falta de insumos, lo que también complica más la situación de previsibilidad económica.
Bueno, lo que ha pasado ahí es que desde el año 2022, Argentina tiene un sistema bastante kafkiano para importar, porque hay que pedir autorización para poder importar y después tienen que pedir a la Secretaría de Comercio, lo que se llaman las SIRAs, y después tienen que pedir autorización al Banco Central para que te permita pagar. Lo que ha venido ocurriendo es que el Banco Central ha venido cambiando la normativa y atrasando el momento en el que las empresas pueden pagar al exterior, con lo cual ha obligado, de hecho, a las empresas que quieren mantener su nivel de actividad y por lo tanto necesitan insumos o equipos de capital importados, las ha obligado a endeudarse con sus proveedores del exterior, con sus casas matrices o sus proveedores del exterior.
Esa deuda, según uno la puede estimar mirando los datos oficiales, tiene un incremento en la deuda no deseado de alrededor de 15.000 millones de dólares a marzo, hoy debe andar por alrededor de 20.000 millones y en algún momento los proveedores del exterior se cansan, hoy le cortan el financiamiento, porque hay algún riesgo de que las empresas no puedan acceder a los dólares para poder regularizar esa situación en un plazo corto. Y por lo tanto empieza a aparecer esta cuestión, como la que vos comentabas de General Motors, que aparentemente ha tenido que paralizar o cortar algún turno producto de la falta de insumos importados.
¿Cómo se sale de esto?
Se sale haciendo buena política económica, entendiendo que la primera cuestión es que Argentina tiene que bajar a niveles internacionales la tasa de inflación, eso en el contexto actual de Argentina, yo diría, excepto si uno le pregunta a economistas del gobierno, hay bastante consenso entre los economistas de que hay que resolver el tema fiscal, porque Argentina tiene lo que llamamos los economistas de dominancia fiscal.
Como el gobierno no tiene acceso al financiamiento, cuando tiene déficit le da la maquinita, y cuando le da la maquinita, eso pega en la brecha cambiaria, pega en la tasa de inflación, obliga a devaluar, etc. Entonces hay que resolver eso. Lamentablemente el ministro candidato ha agravado la situación fiscal, bajando impuestos y aumentando gastos cuando el gobierno no estaba en condiciones de hacer frente a eso. Deja una herencia muy pesada para el que asuma como Presidente o Presidenta el 10 de diciembre, sea él o alguno de los otros dos candidatos que tienen chance.
Después de eso uno tiene que ir destrabando la cantidad de regulaciones, impuestos disparatados que tiene Argentina que afectan al que quiere producir en la Argentina. Y producir es un concepto amplio, no es solo la industria, el agro, la minería, el comercio, todas son actividades productivas. Y hoy en la Argentina un empresario tiene que lidiar, además de con las complicaciones que tiene su negocio en cualquier parte del mundo, es qué van a querer los consumidores del producto, cómo llego a los consumidores, cómo bajo costos para poder ser más competitivo cuando exporto al resto del mundo, cuando compito con importaciones.
En la Argentina tienen que pasar una parte importante del talento empresarial, haciendo cola en la Secretaría de Comercio, haciendo cola en el Banco Central, respondiendo a regulaciones kafkianas. Es muy difícil ser empresario en la Argentina. Entonces eso genera una pérdida de oportunidades enorme. La Argentina es un país que tiene enormes oportunidades, lamentablemente no las podemos capitalizar porque tenemos una política pública que es un desastre. Y lamentablemente este gobierno, yo lo he dicho hace mucho tiempo, nunca tuvo un diagnóstico correcto de cuáles eran los problemas de Argentina y por lo tanto nunca pudo encontrar la solución.
Misiones tiene un contexto muy particular que es la frontera con Paraguay y con Brasil, que son socios o competencia, en la producción agraria y agropecuaria y acá arraigó mucho la idea de el proyecto de uno de los candidatos que es el proyecto dolarizador. ¿Cómo producir en un contexto dolarizador y no caer en la crisis que tuvimos en los ´90 donde éramos demasiado caros en dólares en relación a nuestros vecinos?
A ver, hoy estamos en lo opuesto, somos demasiado barato en dólares. Ahora, en definitiva, el atraso cambiario que hubo en los ´90 fue consecuencia de la inconsistencia en las políticas públicas. Argentina tenía un tipo de cambio fijo de uno a uno y expandió el gasto público en aquel momento en dólares. En la década del ´90 se multiplicó, no recuerdo bien el número, pero se duplicó y en algún momento eso no estuvo más disponible.
El atraso cambiario puede producirse por buenas noticias y uno tendrá que lidiar con eso, por ejemplo, nos llueven exportaciones porque subieron nuestros precios de exportación, entonces por el mismo esfuerzo productivo nos dan el doble de dólares o puede producirse por las malas razones y eso lo hemos visto en los ´90, lo hemos visto en los primeros dos años de la presidencia del ingeniero Macri donde el gobierno se endeuda en el exterior y eso trae un montón de dólares que atrasan el tipo de cambio. Ahora, eso no es genuino.
Entonces, si uno corrige el problema fiscal y además no creo que haya mucho financiamiento ahora para la Argentina, ese riesgo no está. Ahora, después, si la Argentina va a ser un país donde vamos a ser caros en dólares porque de repente nos llueven dólares de exportación, fue muy bien lo que nosotros hacemos, bueno eso habrá que bancárselo de alguna manera, pero no creo que ese sea el problema.
O sea, uno puede dolarizar y tener salario de mil dólares por mes o puede dolarizar con salario de 200 dólares por mes. Va a depender de otras cuestiones y obviamente que sería mejor que dolaricemos con mil dólares por mes. Hoy no parece que esté disponible ni parece que sea la idea de la Libertad Avanza, que en alguna medida está fogoneando un tipo de cambio más alto para dolarizar con los pocos dólares que entiendo yo pueden conseguir. Por un problema de dolarizar sin dólares es medio complicado, es como buscar cuadrar de círculo.
Ayer el candidato a la libertad avanza en una entrevista en Crónica decía que ya tenía, según él, confirmado con un fondo de inversión que iban a traer 60 mil millones de dólares para que él pueda dolarizar. No dijo a cambio de qué, pero sería algo irreal.
La primera cuestión es que yo no creo que Argentina tenga capacidad de endeudarse 60 mil millones de dólares hoy. Piensen ustedes que toda la deuda que Argentina tiene con los privados, la que salió de la reestructuración innecesaria que hizo el ex ministro Guzmán es de alrededor de 90 mil millones. Estamos hablando de expandir eso.
Hoy el riesgo país argentino muestra que si Argentina quisiera flotar un bono hoy tendría que pagar 30 por ciento en dólares anual. Entonces yo no creo que Argentina tenga esa capacidad de endeudarse. Pero bueno, en realidad cuando se le han pedido precisiones a Milei, el no las da. Él dice que tengo un fondo y yo puedo decir que tengo dólares y qué se yo. Estoy a beber para creer lamentablemente, pero capaz que los tiene, pero me parece parte de un discurso de campaña electoral.
¿Y qué debería hacer el empresario hoy? De acá hasta el 22 de octubre.
Yo creo que esto va a depender un poco porque hoy se ha metido en mucha ansiedad. Hoy esto está más guiado por una cuestión de expectativas. Si te están diciendo que van a dolarizar y te sugieren que dolarizar un tipo de cambio recontralto es lo que le cierra al candidato que ganó las primarias y ese candidato gana las elecciones, bueno, vas a tener que seguir teniendo inestabilidad porque la gente se anticipa. Pero eso va a depender mucho del resultado electoral.
Yo creo que si esto termina en un balotaje entre Javier Milei y Sergio Massa vamos a seguir teniendo mucho ruido macroeconómico. O sea, hasta que no se defina quién es el próximo presidente. Sí, bueno, hasta que no se define cuáles sean sus políticas. Y acá no hay mucho tiempo para aprender en el trabajo, como dicen los americanos, son the shoplearners. Acá hay que tener muy claro lo que hay que hacer porque la situación es delicada. Sin reservas en el Banco Central y con reservas negativas en el Banco Central hay que acertar rápido porque si no la situación se puede complicar más todavía.
¿El que gane no va a tener los 100 días de gracia?
No, va a tener que tomar medidas para tratar de aprovechar esos 100 días y que esas medidas puedan ser aprobadas. Y eso, acá, mira, en economía hay una cuestión central que si uno puede tener un gran programa económico pero si no genera confianza es muy cuesta arriba. Aún cuando tengas el mejor equipo económico y el mejor programa económico.
Ahora, si no tenés el mejor equipo económico y el mejor programa económico es muy difícil generar la confianza. Entonces es muy importante que el programa sea ambicioso, que tenga apoyo legislativo, que resuelva las dudas que hoy tienen. No los inversores internacionales, que tienen los argentinos. Porque los primeros que desconfiamos de todo esto somos nosotros los argentinos.
Entonces, una vez que se anuncia el equipo económico, se anuncia el programa económico, pasa por el Congreso y la gente dice, oh, capaz que esto funciona. Ahí, mágicamente, vas a tener un montón de alivio. Ahora, si estamos a, no sé, marzo del año que viene y todavía estamos dando vuelta respecto a lo que hay que hacer, en el medio de la inflación se aceleró y el gobierno va a ir a pie con bola, si el Congreso no lo apoya. Y ahí la cosa se va a complicar.
Es muy importante generar confianza y eso hoy no se genera con biribiri. Se genera con acciones concretas porque la Argentina no tiene credibilidad. El gobierno argentino no le despierta credibilidad a la Argentina como marca.
Para poder analizar los desafíos que enfrentará el próximo gobierno, hay que imaginar primero cuáles serán las condiciones iniciales. El escenario más probable es uno parecido al actual: alta inflación, distorsiones de precios relativos (las más notorias, atraso del tipo de cambio oficial y de las tarifas), múltiples controles, elevada pobreza. A esa lista de problemas, probablemente, se sume una recesión moderada.
Gradualismo o shock Una primera decisión es si las distorsiones macro se deben resolver de golpe o en forma gradual. Más allá de las ventajas y desventajas de cada uno, en el campo fiscal, el gradualismo requiere financiamiento si se quiere bajar la inflación de golpe. A diferencia de 2016, cuando estaba la opción de normalizar la deuda en default y acceder al crédito internacional, hoy esa opción no está disponible. En un contexto donde hay dudas importantes acerca de la capacidad del gobierno de poder lograr el rollover del capital que vence, parece casi imposible lograr financiar intereses o déficit primario con crédito externo.
Los abultados vencimientos de deuda local tampoco parecen dejar mucho espacio para lograr sumas importantes en ese mercado. Además, si se normaliza el acceso al mercado de cambios, habrá que lidiar también con la normalización del overhang monetario. Con las entidades financieras cargadas de Leliqs y títulos públicos no parece haber mucho espacio para lograr financiamiento adicional de los depositantes. En resumen, si se opta por el gradualismo fiscal, la baja de la inflación será también gradual porque será necesario utilizar el impuesto inflacionario para cerrar las cuentas.
La experiencia internacional de los últimos 40 años permite ver que ha habido alrededor de 180 casos de mejoras en el balance fiscal primario de 4% del PIB o más y donde el 75% o más de la mejora fiscal fue lograda mediante una reducción del gasto público. Hay evidencia de países desarrollados y en desarrollo. En algunos casos, la reducción del peso del Estado en la economía se logró por un aumento del PIB, pero en muchos otros, por una reducción del gasto medido a precios constantes, combinado con un aumento en la actividad económica.
Timming de las reformas
Otro punto relevante a decidir es si las reformas estructurales deben postergarse hasta que la macro se haya estabilizado. La ventaja de postergar parece estar asociada a dos elementos: se evita una superposición de conflictos en el corto plazo, al tiempo que se reconoce que es mejor debatir las reformas y lograr más adhesiones. En el diseño de un programa de estabilización es crucial que la política monetaria y fiscal sean consistentes con la meta de inflación que se desee alcanzar y, además, se requiere un ancla nominal, que en la Argentina ha sido habitualmente el tipo de cambio.
Si se demoran las correcciones cambiarias y de tarifas, el programa estará expuesto a shocks y problemas de credibilidad. Un ancla cambiaria es poco creíble si hay atraso cambiario y pocas reservas en el BCRA. Y los aumentos de tarifas frecuentes generan ruido en los índices de precios. No es casual que en algunos de los programas de estabilización se resuelvan primero las distorsiones de precios relativos antes de lanzar formalmente el programa.
No parece ese el mejor contexto para discutir reformas estructurales porque tales correcciones de precios relativos aumentarán la inflación en el corto plazo. Sin embargo, la Argentina presenta algunas características que sugieren que es muy importante lograr avanzar en algunas de esas reformas durante los primeros meses de gestión del nuevo gobierno. Generar credibilidad a partir del mero anuncio de un programa de estabilización no es fácil para un país que ha abusado de los defaults y del impuesto inflacionario y que, además, se enamora frecuentemente de políticas anti crecimiento a través de la adicción a una economía cerrada con un importante sesgo antiexportador, de una regulación laboral anti empleo, de controles y cuotas sobre innumerables transacciones, del abuso de impuestos muy distorsivos y poco visibles y, más recientemente, de un desprecio por la gestión profesional de las políticas públicas. Además, algunas de las reformas estructurales son necesarias para ayudar a garantizar la solvencia del Estado a mediano plazo (previsional, reforma del empleo público, empresas públicas).
Más aún, los gobiernos parecen expuestos a perder apoyo popular a los pocos meses de iniciada la gestión. Pero si ese es el caso, postergar las reformas sólo aumentará la chance de que puedan ser bloqueadas por los grupos de presión que hoy se benefician de su ausencia.
En resumen, no parece haber mejor opción que encarar con decisión un programa macroeconómico contundente y de impulsar al mismo tiempo reformas estructurales que mejoren las perspectivas de crecimiento de mediano y largo plazo.
La pandemia está generando un shock recesivo a escala mundial. La respuesta de los países desarrollados es utilizar políticas monetarias y fiscales que permitan morigerar el daño.
En este caso, se trata de un shock que afecta en forma desproporcionada a algunos servicios trabajo intensivos que se encuentran en una virtual parálisis de actividad (como turismo, entretenimiento, etc.), y a este efecto más permanente se suman los derivados de las cuarentenas o restricciones que han dispuesto muchos países.
En ese contexto, las medidas más adecuadas para ayudar a paliar el impacto de la crisis deben cumplir algunos requisitos:
Ser transitorias. La pandemia es temporaria, aunque hoy la ciencia no sepa por cuánto tiempo afectará al mundo. Por ello, los instrumentos que se utilicen tienen que tener un impacto rápido y desparecer al finalizar la crisis sanitaria.
En la Argentina, en 2009 los aumentos de gasto estatal que se decidieron para resolver una crisis temporaria terminaron en un aumento permanente del gasto público que es la madre de nuestra debilidad fiscal de los últimos años. En cambio, los ingresos adicionales para jubilados, personas de bajos recursos y trabajadores independientes que el Gobierno Nacional adoptó en 2020 respetan este criterio. No así los anuncios de mayores inversiones en infraestructura o los créditos Procrear que no tienen impacto inmediato y pueden tener efectos más permanentes sobre el nivel de gasto primario.
Proveer liquidez y evitar quiebras por la pandemia. La velocidad de reacción post crisis depende de conservar intacta la capacidad empresarial. Empresas en concurso de acreedores no tienen la misma posibilidad de reaccionar que otras que pudieron mantenerse a flote. Por ello, la provisión de liquidez que anunciaron algunos gobiernos europeos no distingue por tamaño de empresa sino que se trata de mantener en actividad a todos, evitando disrupciones que puedan afectar la cadena de pagos.
Parecería que en la Argentina se avanzaría en esa dirección facilitando garantías para que las entidades financieras puedan financiar los pagos de salarios de las empresas privadas.
Aportar ingresos a los trabajadores afectados. En los países desarrollados, la protección contra el desempleo de los asalariados se provee por medio del seguro de desempleo que habitualmente cubre el 50% del sueldo en actividad por varios meses. Ese mecanismo de transferencia funciona en forma automática: se reduce el costo salarial para el empleador y el Estado se hace cargo de la mitad de la remuneración.
En los países de la región, incluida la Argentina, la protección contra el desempleo se instrumenta por medio de la indemnización por despido. En tiempos normales, este sistema puede tener algunas ventajas de incentivos respecto de un seguro de desempleo tradicional pero en un momento como el actual, adolece de varios problemas: agrava, en lugar de aliviar, el problema de liquidez de corto plazo que enfrenta la empresa, y no hay un aporte inmediato del Estado al trabajador despedido que fue cesado en sus funciones pero a quien, por diversos motivos, no se le pagó la indemnización. La prohibición de despedir no resuelve el problema porque tenderá a aumentar los casos de empresas en concurso de acreedores, dificultando la recuperación posterior de la economía. Para los sectores en problemas, el gobierno debería tratar de coordinar una negociación entre empresarios y sindicatos, similar a las suspensiones, en lugar de forzar a que todas las empresas continúen como si todo fuera normal en un momento de crisis.
Los cuentapropistas e informales plantean un desafío importante. En el caso argentino, el gobierno dispuso un apoyo puntual pero limitado a las personas de menores ingresos (informales y las dos categorías más bajas del monotributo). Nuevamente, el problema es más generalizado y no todos tienen ahorros para poder financiar un nivel mínimo de gastos mientras dure el periodo sin ingresos por su actividad normal.
Reducciones impositivas. Varios países han anunciado rebajas o diferimientos de impuestos y se preparan para que sean más extensas para las actividades que demorarán en volver a la normalidad. En la Argentina ha habido poco al respecto. Las restricciones particulares de la Argentina.
El descalabro fiscal que comenzó en 2009 ha dejado al gobierno sin acceso a la deuda y con un déficit primario pequeño antes de la irrupción de la pandemia. En ese contexto, la caída de ingresos públicos y cualquier programa por el lado del gasto terminarán siendo financiados por el BCRA.
En el corto plazo, y dada la crisis, no debería esperarse un salto importante en la tasa de inflación, pero si no se corrige a tiempo cuando la economía empiece a reaccionar, el riesgo de una aceleración inflacionaria es importante. Por ello, es muy importante evitar aumentos de gasto estatal que no se extingan con la crisis sanitaria.
Además, sería conveniente coordinar con provincias y éstas con sus municipios, la posibilidad de reducir los salarios de empleados estatales que trabajen desde sus domicilios (una suerte de réplica de las suspensiones acordadas entre empresas y sindicatos en el sector privado). Eso evita una presión descomunal sobre el BCRA o que, ante la negativa, algunas provincias emitan cuasimonedas que al final resultarán en una quita de ingresos desordenada para los empleados que cobren con ellas.
Respecto de la deuda externa, la negociación con los acreedores sigue su curso a pesar de la pandemia. A partir de un informe del FMI del 19 de marzo y de las presentaciones del Ministerio de Economía se puede inferir que la propuesta oficial incluirá quitas de cupones y de capital y postergación de pagos.
Es difícil que una propuesta así prospere. En el informe del FMI se puede inferir que los recursos que pueda acceder el gobierno por encima del resultado fiscal primario (señoreaje y nueva emisión de deuda) se destinarán a acumular reservas en el BCRA o a cancelar la deuda con los organismos multilaterales. Ello lleva naturalmente a una mayor quita a los acreedores privados.
El Ministerio de Economía parece sugerir que buscará postergar los pagos al FMI pero ello requiere convertir el stand by actual en un EFF. Es fácil hacer eso si el gobierno está dispuesto a hacer reformas estructurales, pero no parece que ese sea el caso.
Tanto el FMI como el Ministerio de Economía sostienen que el superávit primario de mediano plazo sería del orden de 1.3% del PIB. Ese esfuerzo fiscal post restructuración es muy inferior al que han realizado otros países que han restructurado exitosamente su deuda. No hay ninguna justificación técnica de porqué no se puede hacer más esfuerzo fiscal.
Finalmente, el ejercicio del Ministerio de Economía, que calcula el resultado fiscal primario consistente con mantener el peso de la deuda constante, tiene algunos errores que exageran el número.
Se utiliza un ratio de deuda exagerado, con una tasa de interés promedio ponderada que es mayor que la real y se computan los intereses en moneda extranjera como si fueran reales ignorando la inflación internacional. Si se corrigen estos errores se arriba a un resultado primario requerido que es menos de la mitad del expuesto por el Ministerio de Economía.
En el corto plazo, los costos de un default quedarían tapados por los de la pandemia. Pero el ritmo de recuperación se vería afectado negativamente en caso de no llegar a un acuerdo.
Por eso parece mejor convocar a los acreedores para que apoyen una postergación de los pagos de intereses y capital en la deuda en moneda extranjera por 12 ó 18 meses, ofreciendo a cambio pagar una fracción de los intereses devengados en ese período y acumulando el resto. El gobierno obtiene un alivio importante en la caja y los acreedores pueden reclamar judicialmente sus montos intactos, si así lo desean, en 2021.
El economista de FIEL opinó que las corridas hacia el dólar se frenan “con recesión, plata o una mezcla de ambas”.
Daniel Artana, economista de la Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas (FIEL), definió este viernes a la crisis cambiaria y sus implicancias como un “problema económico” que no necesariamente se corrige con cambios en el Gabinete.
“Hay que dar una señal contundente”, en materia de gestión, dijo, ya que “un cambio de gabinete sin nada en lo económico tampoco ayuda”.
No obstante, consideró que “lo económico con los mismos actores, que te vienen vendiendo un optimismo desmesurado” es un punto a revisar.
Artana dialogó con Marcelo Longobardi por el aire de radio Mitre, aquí sus principales conceptos.
>“Cuando uno tiene una situación como esta necesariamente uno tiene que dar señales. Todo parece indicar que el Gob ierno va a tratar de despejar dudas respecto a su programa fiscal y que en ese esquema va a haber medidas impositivas”.
>“Hay 2 cuestiones que le han venido sugiriendo o los gobernadores o algunos integrantes de la coalición de Gobierno que tienen que ver con retenciones, demorar la baja y postergar algunas de las rebajas de impuestos que estaban negociadas en el pacto fiscal tanto nacionales como provinciales”.
>“El ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dijo que iba a haber medidas adicionales por el lado del gasto .En el acuerdo de Argentina con el Fondo hay un documento en el cual aparecen hasta evaluado el impacto fiscal de algunas de estas medidas, es decir que esto siempre estuvo en carpeta. El Gobierno eligió correctamente que toda mejora fiscal estuviera asociada a medidas de reducción del gasto. Pero las circunstancias han empeorado y el Gobierno entre otras cuestiones tratará de mostrar números más contundentes en lo fiscal”.
>“Lo importante es restablecer el acceso al crédito”.
>“Las corridas se paran o con mucha recesión o con mucha plata o con una mezcla de ambas”.
>“Una depreciación como esta en parte te va a pasar a los precios. Eso te genera una ganancia transitoria sobre las partidas de gasto ajustadas por inflación y te genera un ahorro más permanente sobre las partidas presupuestarias que están fijadas en precios fijos. Eso te ayuda a cerrar mejor los números de este año”.
>“Todo el mundo entiende que lo que hay que hacer es restablecer la confianza. Eso requerirá algunas medidas”.
>“Lo que determina el nivel de actividad es que puedas mantener algún nivel de financiamiento externo”.
>“Hay una ansiedad en el Gobierno por dar buenas noticias, lo que hay que dar son noticias consistentes”.
“Hay un problema económico. (…) Hubo errores y el presidente ya ha decidido cambiar su gabinete. La pregunta es si hoy no tenés que ir a un nivel de oxigenación adicional”. “Todos desde el jefe de Gabinete para abajo son fusibles”.
“El único electo es el presidente y la vicepresidente. El resto debería, ya me imagino que lo habrán hecho, poner la renuncia a disposición del presidente”.
“Hay que dar una señal contundente. Un cambio de gabinete sin nada en lo económico tampoco ayuda”.
“Claramente tenés que dar una señal contundente en la cuestión económica. En eso el Ministro que tenemos está bien orientado en lo que hay que hacer, conoce todas las negociaciones, es la última persona que yo creo que hay que cambiar”.
>“Dentro del Gabinete tendrás que poner más claro que si tenés un problema económico lo que hoy se llama Ministro coordinador capaz que tiene que tener un rol más importante, y que todas las cuestione s económicas, las comunicaciones, las maneje el ministro coordinador. (…) No podés exponer al presidente a decir una cosa que no estaba cerrada“.
>“No se puede anunciar una cosa que no tenés cerrada, no se puede vender más humo”.
>“No podés hablar de que no hay un fracaso económico. El jefe de Gabinete también se equivocó ayer“.
>“El argumento de la tormenta internacional ya no lo cree nadie. Acá hubo errores. (…) El Gobierno toma una decisión valiente de querer ir más rápido, la oposición responsable está acompañando. Si la realidad viene peor de lo que esperabas tenés que mostrar medidas diferentes”.
>“Luce medio complicado que en una situación como esta le digas a la sociedad no fracasamos en lo económico”.
>“El gran muerto que le dejaron los gradualistas / inacción al presidente es enorme”.