El dólar mayorista rebota pero acumula un retroceso de $54 tras las elecciones: el mercado reduce la expectativa de devaluación
El dólar oficial cerró este jueves a $1.438 en el mercado mayorista, con un rebote sobre el final de la rueda pero con un retroceso acumulado de $54 en la semana posterior a las elecciones legislativas. La baja de la presión dolarizadora, combinada con la licitación del Tesoro y un flujo de pesos que se redirige hacia instrumentos financieros en pesos, contribuye a desactivar expectativas de devaluación y dar mayor previsibilidad a la banda cambiaria.
Evolución del dólar y señales del mercado: menor presión y expectativas más estables
En el segmento mayorista, la divisa cerró en $1.438, por encima del día previo pero lejos del techo de la banda. En el Banco Nación, el tipo de cambio finalizó a $1.465 para la venta, mostrando una corrección moderada.
Entre los dólares financieros, el dólar MEP retrocedió 0,8% hasta $1.463,88, mientras que el contado con liquidación (CCL) cedió 0,1% y cerró en $1.485,47. En paralelo, el dólar blue cayó $10, ubicándose en $1.455. La convergencia de cotizaciones evidencia un ajuste gradual en línea con el clima de menor incertidumbre posterior al proceso electoral.
El mercado de futuros también reflejó esta tendencia, con bajas generalizadas de hasta 0,6% en los contratos. De acuerdo con los precios actuales, el mercado proyecta un tipo de cambio mayorista de $1.440 para octubre y $1.515 para diciembre.
Desde Max Capital afirmaron que “el tipo de cambio, si bien se mantiene por encima de $1.400, debería verse beneficiado por las nuevas emisiones corporativas y la reducción de posiciones cubiertas, permitiendo una apreciación hacia la zona de $1.350–$1.400, en nuestra opinión”.
La lectura generalizada en la City es que la presión dolarizadora pierde fuerza, un factor clave para evitar movimientos bruscos en la banda cambiaria. El resultado electoral, que favoreció a La Libertad Avanza, contribuyó a un clima más favorable para activos en pesos, al menos en el corto plazo.
Finanzas libera pesos y baja la tensión cambiaria: licitación, rollover y destino de los fondos
La segunda licitación de octubre del Tesoro marcó un punto relevante para la dinámica de liquidez. La Secretaría de Finanzas informó que se adjudicaron $6,867 billones frente a ofertas por $7,843 billones, lo que implicó un rollover del 57,18% y la inyección adicional de aproximadamente $5 billones en la plaza financiera.
La menor renovación de vencimientos libera pesos para fondos comunes de inversión, instrumentos CER y operaciones corporativas, reduciendo la presión inmediata sobre el dólar. Este mecanismo resulta central para la estrategia oficial de normalización del mercado de cambios, apoyada además por la ratificación de las bandas como ancla nominal.
El Gobierno apuesta a que los pesos liberados no se canalicen hacia el mercado cambiario, sino que fortalezcan la demanda de instrumentos de corto plazo en moneda local. La clave será sostener la tasa real positiva y preservar el atractivo relativo de los instrumentos indexados.
La lectura institucional es clara: en un contexto posterior a las elecciones legislativas, el Gobierno busca estabilizar expectativas para transitar los próximos meses sin sobresaltos cambiarios.
Impacto económico y proyección: menor volatilidad y calibración fiscal-monetaria
La caída del dólar en la semana posterior a los comicios configura un escenario de menor volatilidad cambiaria, que facilita el manejo de tasas, el financiamiento del Tesoro y la administración de reservas. Para los sectores importadores, un tipo de cambio más predecible reduce costos y permite planificar mejor la reposición de inventarios. Para los exportadores, en cambio, la desaceleración del tipo de cambio podría acotar incentivos a liquidar, un equilibrio que el Banco Central deberá monitorear de cerca.
En el frente político-institucional, el efecto inmediato del resultado legislativo ha sido una baja en la cobertura dolarizada y un mayor flujo hacia productos en pesos. Sin embargo, la sostenibilidad de este proceso dependerá de la coordinación fiscal y monetaria, del cumplimiento de la banda cambiaria y del ritmo futuro de las licitaciones del Tesoro.
Aunque la presión ha cedido, el mercado seguirá atento a la dinámica de los próximos datos macroeconómicos y a la capacidad del Gobierno de sostener el equilibrio entre liquidez, tasas y expectativas.
No permitir que el dólar suba de los $ 1.500 costó en tres días US$ 679 millones de las reservas del BCRA. La hipótesis prooficialista es culpar al Riesgo Kuka.
El historial reciente del riesgo país dio pábulo al fundador de Mercado Libre, Marcos Galperín, para atribuir la suba del dólar y el desmoronamiento de los bonos al que denominó “Riesgo Kuka”.
Intentó demostrarlo con un gráfico, que tuiteó, con los números desde el comienzo del Gobierno de Javier Milei y los que siguieron al resultado electoral de la Provincia de Buenos Aires.
De acuerdo con los datos esgrimidos por el empresario prooficialista, se había pasado de los 2.412 puntos registrados en la elección que consagró ganador a los libertarios, a los 600 puntos a los que llegóen el primer año de gestión de la actual Administración.
Y posteriormente al rebote a los 1.100 puntos tras el claro triunfo de Fuerza Patria en la Provincia.
Javier Milei tomó la posta y desafió: “En el Partido del Estado tenés a los kukas y a los ‘antikukas’ que votan igual que los kukas, pero disfrazados de republicanos”.
La vinculación de la volatilidad financiera con el kirchnerismo ya la había manifestado el ministro de Economía, Luis Caputo, durante una entrevista concedida al economista y streamer libertario, Felipe Núñez, hace dos meses en el canal de Carajo.
Se refirió al “Riesgo Kuka” o la incertidumbre política (que para él son sinónimos) señalando que se manifiesta en que “algunos deciden cubrirse y no es nada que no hayamos visto ni que no hayamos esperado”.
El termómetro político de la confianza
La desconfianza en que el Gobierno reúna los dólares para pagar los cupones de los bonos en los vencimientos se genera a partir de la interpretación de las proyecciones macroeconómicas y políticas de los indicadores, según los datos, pero también de las seguridades que inspire el gobierno para coronar con éxito las gestiones financieras que le permitan cubrir las necesidades.
Luego, su hipótesis es que el incremento del dólar, de los indicadores financieros y del riesgo argentino se basan en el temor de los mercados ante la posibilidad de que regrese el kirchnerismo al poder, si se proyecta la performance bonaerense hacia 2027.
Se repetiría de este modo el proceso vivido en 2019, cuando el entonces presidente Mauricio Macri intentaba sin éxito ser reelecto.
Los mercados vienen manifestando dudas de que las reservas internacionales alcancen para cubrir los vencimientos de deuda, ya que cálculos autorizados indican que, de las sumas y restas hasta 2027, estarían faltando US$ 9.000 millones.
Ello sin contar sin las pérdidas que sumen las ventas al mercado para sostener la banda superior cambiaria ante el embate de la demanda de la divisa norteamericana debida a la incertidumbre.
En tres días, el Banco Central consumió US$ 1.100 millones para que la cotización no trepara a más de los $ 1.500 a los que llegó.
El cuco kuka
Galperín ya había utilizado la hipótesis de “Riesgo Kuka” en mayo, cayó el riesgo país tras la victoria de LLA en las elecciones legislativas porteñas.
En aquella oportunidad, celebró un cuadro publicado por el magister en Finanzas, Federico Domínguez, que reflejó el alza en el precio de los bonos soberanos, y la baja del riesgo país, después de la jornada electoral de la Ciudad de Buenos Aires.
Sacó hace poco la cara por el Gobierno ante los audios que tomaron estado público del ex titular de la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis), Diego Spagnuolo, en torno de una presunta trama de sobornos en el organismo.
Luego de pronunciarse en apoyo de Milei, trató de absurda “la opereta” para tratar de voltearlo, como denunció en las redes, y la comparó con la corrida contra el dólar en 2019 para bajar a Macri.
El Banco Central atravesó esta semana el primer test serio del nuevo esquema cambiario: por primera vez desde abril, la autoridad monetaria intervino con ventas directas para frenar la escalada del dólar mayorista, que cerró en $1.475 tras cinco semanas consecutivas de suba. En apenas tres ruedas, el organismo que conduce Santiago Bausili se desprendió de USD 1.110 millones, en una dinámica que enciende luces de alerta sobre la sostenibilidad de la estrategia y su impacto en las reservas internacionales, según el análisis de la consultora Ecolatina.
Reservas bajo presión en el techo de la banda
Finaliza otra semana caracterizada por la presión al alza del tipo de cambio. Por quinta semana consecutiva, el dólar mayorista avanzó hasta el techo de la banda hasta finalizar en $1.475 (+1,5% respecto al viernes de la semana pasada).
Como consecuencia, el BCRA vendió divisas por primera vez en el techo de la banda. Desde el miércoles, la autoridad monetaria vendió de forma creciente divisas en el mercado para defender la banda superior. Con depósitos del Tesoro en USD que lucen agotados, la principal herramienta para contener el techo la posee la autoridad monetaria con unas Reservas Líquidas robustecidas tras el acuerdo con el FMI. El riesgo que emerge de dicha estrategia es una circulo vicioso, donde a más ventas, más dudas del mercado sobre su sostenibilidad, retroalimentando y produciendo mayores ventas. En este marco, el riesgo país escaló hasta romper la barrera de los 1.500 puntos, reduciendo la probabilidad de un ingreso rápido a los mercados internacionales en 2026.
Con todo, por lo pronto será importante tener cautela, monitorear la dinámica de reservas y la posición que adopte la autoridad monetaria en el mercado de cambios de cara a las elecciones. Hacia adelante, cada vez es más evidente que el BCRA deberá definir una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, necesario para ayudar a descomprimir el riesgo país.
Finaliza otra semana caracterizada por la presión al alza del tipo de cambio. Por quinta semana consecutiva, el dólar mayorista avanzó hasta el techo de la banda y finalizó en $1.475 (+1,5% respecto al viernes de la semana pasada). Por su parte, el dólar informado por el BCRA (promedio de la jornada) finalizó casi en línea ($1.474,8; +1,9%).
Como consecuencia, el dólar spot tocó por primera vez el techo de la banda en la rueda del miércoles, hecho inédito desde el cambio en el régimen cambiario vigente desde abril. Particularmente, desde el viernes 12/9 la evolución intradiaria comenzó a insinuar que alcanzaría el techo de la banda, lo que impulsó a que el BCRA coloqué por primera vez una opción de oferta en el mercado en la banda superior.
La dinámica se extendió a lo largo de la semana, generando que el miércoles el BCRA venda divisas por primera vez tras 103 ruedas. Desde entonces, el Central fue profundizando la postura vendedora: el miércoles se desprendió de USD 53 M, el jueves USD 378 M y hoy viernes de USD 678 M (la venta diaria más elevada desde oct-19). De esta forma, la venta acumulada para sostener el techo de la banda alcanza los USD 1.110 M en sólo 3 ruedas (sin contemplar los USD 500 M vendidos por el Tesoro en la previa a las elecciones de PBA).
Luego de las elecciones de PBA, marcamos que el inicio de la intervención del BCRA y el ritmo de ventas eran factores relevantes para monitorear. La respuesta llegó antes de lo esperado: las ventas arrancaron a falta de más de un mes de la elección de octubre y a un ritmo elevado. En principio, si bien no negamos la señal negativa, es pronto para sacar conclusiones que podrían lucir precipitadas, pero el 26 de octubre queda lejos en el tiempo.
Para dimensionar la magnitud de estas ventas, realizamos un ejercicio que repasa la dinámica de las corridas cambiarias de los últimos años. Para ello, tomamos las elecciones primarias y generales desde 2017 en adelante y calculamos las ventas promedio diarias del BCRA en el MULC, así como la cantidad de ruedas con saldo negativo desde el inicio de las tensiones.
El caso más extremo que aparece es la víspera a las elecciones Generales de octubre 2019, cuando el Central debió desprenderse de USD 144 M diarios durante 53 ruedas, dejando un saldo negativo de USD 7.663 M. Sin embargo, es necesario mencionar que para septiembre de 2019 se había restituido un cepo a las personas con un límite de compra mensual 10.000 USD, una restricción que no se encuentra vigente hoy en día.
Más cerca en el tiempo, si bien no se trata de un caso de previa electoral, este año convivimos con una etapa de continúas ventas en la previa a la flexibilización del cepo en abril, mediada por la incertidumbre cambiaria que traía las negociaciones con el FMI. En este contexto, la autoridad monetaria debió desprenderse en promedio de USD 131 M por día durante 19 ruedas.
Volviendo a la actualidad, el martes 2/9 las autoridades declararon que empezarían a “proveer de liquidez al mercado de cambios”, leído como un acto de sinceramiento a lo que venía ocurriendo desde agosto. Sumando entonces dichas ventas, transcurrieron 14 ruedas y se vendieron USD 122 M en promedio por día, implicando un rojo acumulado de USD 1.708 M. Por lo pronto, tanto el timing como el volumen operado hasta ahora son malas noticias para el gobierno: de mantenerse esta tendencia durante las 24 ruedas restantes hasta las elecciones generales, las ventas totales del BCRA llegarían a USD 4.600 M (casi en línea a lo ocurrido entre agosto y septiembre del 2018). Llegado a este punto, una aclaración importante es que el ejercicio es sumamente ilustrativo, ya que es un supuesto fuerte pensar que las ventas seguirán a este rimo. Y esto vale tanto por la positiva (puede bajar o pausarse), como por la negativa (viene subiendo).
Naturalmente, se desprende la pregunta respecto al poder de fuego que tienen las autoridades para defender el techo de la banda. Los depósitos del Tesoro en USD lucen agotados. Desde 13 de agosto, los depósitos pasaron de USD 2.000 M a los USD 640 M producto de las mencionadas ventas en el mercado y en menor medida pagos netos a organismos internacionales (-USD 475 M). No obstante, tras el acuerdo con el FMI el BCRA robusteció significativamente las Reservas Líquidas (Reservas – Swap con China – Oro; métrica del dinero líquido para abastecer al mercado) que hoy se aproximan a los USD 13.700 M.
Como ya anticipamos unas líneas más arriba, la venta de dólares por parte del BCRA está lejos de ser una buena señal. Con varios compromisos en moneda internacional en el corto y mediano plazo, el mercado tiene un ojo puesto en las posiciones que adopten el Tesoro o el Central en el mercado de cambios. Mientras que la demanda es que se acumulen reservas, por el contrario, la autoridad monetaria se desprende de ellas y compromete su capacidad de repago.
Producto de ello, el riesgo país, que venía oscilando los 1.100 puntos tras los resultados de PBA, saltó durante la jornada del miércoles a los 1.400 p.b. y quebró hoy viernes la barrera de los 1.500 p.b. (el valor más alto desde agosto del año anterior). En paralelo, los bonos soberanos han profundizado el rally bajista: los Bonares contrajeron 14,3% y los Globales 12,6%.
En este escenario, la probabilidad de un acceso rápido a los mercados internacionales a principios de 2026 luce compleja. La prima de riesgo no refleja únicamente la incertidumbre política, sino también un mayor pesimismo en torno al esquema económico trazado y la obvia interacción entre ambas variables, algo no fácilmente discernible.
En el marco de un esquema cambiario con dudas respecto a su sostenibilidad luego de octubre, emerge el riesgo concreto de corto plazo de ingresar a un círculo vicioso. Esto es, mientras más se vea forzado el BCRA a desprenderse de divisas para sostener el techo de la banda, más dudas tendrá el mercado respecto a su sostenibilidad, dinámica que se retroalimenta llevando a nuevas ventas del Central. En el mediano plazo, el saldo será una necesidad mayor de acumulación de divisas para recomponer las reservas internacionales.
Si bien cada venta de divisas implica una absorción de pesos del Central, las experiencias locales dejan en claro que siempre “hay pesos”. Sin embargo, hagamos el ejercicio: si sumamos los pesos circulantes, los depósitos en los bancos privados (CA + CC) y los depósitos a plazo (plazos fijos) y los expresamos en dólares (CCL), la cifra arroja unos USD 80.000 M a comienzo de mes. Obviamente, esto no quiere decir que todos los pesos se irán al dólar. Para poner en perspectiva, en ago-19 la cifra rondaba los USD 54.000 M (a precios corrientes) y a finales de oct-19 finalizó en USD 41.000 M, una reducción de USD 13.000 M.
Con todo, por lo pronto será importante tener cautela, monitorear la dinámica de reservas y la posición que adopte la autoridad monetaria en el mercado de cambios de cara a las elecciones. Hacia adelante, cada vez es más evidente que el BCRA deberá definir una trayectoria clara y transparente de recomposición de reservas, necesario para ayudar a descomprimir el riesgo país.
Dólar oficial al alza
Con las ventas del BCRA como trasfondo, el dólar oficial spot finalizó la semana en $1.475 (+1,5% respecto al viernes previo). Por otro lado, las Reservas Brutas finalizaron en USD 39.259 M y las Reservas Netas descontando los depósitos del Tesoro, BOPREAL y DEG habrían cerrado en USD 1.100 M (+USD 5.100 M si no se descuentan aquellos ítems).
La brecha cambiaria sube
Con un dólar spot cotizando en el techo de la banda y nuevas regulaciones para la compra de dólares alternativos (prohibición a altos cargos de comprar dólar MEP/CCL), los dólares paralelos se despegaron de la cotización mayorista. En números, el dólar minorista subió 3,8% ($1.524) respecto al viernes de la semana anterior, el dólar MEP operado con AL30 ascendió 6,4% ($1.567), el dólar CCL medido en CEDEARs se deslizó 5,8% ($1.567) y el blue aumentó 6,7% ($1.520). De esta forma, la brecha cambiaria cerró en 5%, el valor más elevado desde finales de abril (cuando el mercado se acoplaba al nuevo esquema cambiario).
Los futuros de dólar suben
Los contratos a futuro del dólar acompañaron el movimiento del spot. En detalle, los contratos de septiembre a noviembre subieron 1,4%, y aquellos con vencimiento desde diciembre +1,5%. Respecto a las devaluaciones implícitas, el mercado cerró con una devaluación próxima al 4% para el trimestre septiembre-noviembre, y promedia un 13% para el trimestre siguiente.
Federico Furiase (BCRA) afirmó que hay US$20.000 millones de liquidez y que la intervención es sostenible.
El Banco Central (BCRA) de Argentina debió intervenir fuertemente en el mercado cambiario, utilizando US$1.110 millones en solo tres días (miércoles, jueves y viernes) para defender el esquema de bandas y evitar que el dólar oficial superara el techo establecido. En respuesta a la creciente tensión financiera, el director del BCRA, Federico Furiase, envió un mensaje de calma a los mercados, asegurando que el país tiene “munición de dólares de sobra”.
La intervención del viernes fue la más grande desde octubre de 2019, con una venta de US$678 millones en un solo día. Esta inyección masiva de dólares busca aplacar la demanda y llevar certidumbre, mientras el Gobierno profundiza su discurso de solidez económica para contrarrestar la incertidumbre.
“Munición de sobra”: los argumentos del Banco Central
Federico Furiase relativizó la magnitud de las ventas, contextualizándolas con las compras previas del BCRA:
Liquidez actual: “Hay munición de dólares de sobra en el Banco Central. Tenemos cerca de US$20.000 millones de liquidez”.
Sostenibilidad de la intervención: “Después de haber comprado US25.000millones,venderUS678 millones no es nada. Lo que estás haciendo es defender la estabilidad nominal, es decir, la estabilidad de precios y financiera”.
Fundamentos macroeconómicos: Furiase destacó que, a diferencia de crisis pasadas, “tenés superávit fiscal, no hay emisión monetaria, la cantidad de munición de dólares es más que suficiente dada la cantidad de pesos. Los ratios de deuda son muy bajos y recapitalizaste al Banco Central”.
Competitividad cambiaria: Sostuvo que el nivel actual es “razonable”, con un dólar mayorista en torno a los $1.500, un valor que “se depreció, que ganó competitividad justamente por hacer bien las cosas. Y lo más importante es que la corrección del dólar no se fue a la inflación”.
El mensaje del Gobierno y la estrategia ante la incertidumbre
Tanto Furiase como el ministro de Economía, Luis Caputo, reafirmaron el compromiso de sostener la estrategia:
Caputo ratifica estrategia: “Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda. Hay suficientes dólares para todos y no va a haber cambios en el programa”.
Incertidumbre política: Furiase admitió que “hay incertidumbre política y eso genera tensión en la demanda de dinero”, aludiendo a la posibilidad de un regreso del kirchnerismo.
Medidas preventivas: El director del BCRA señaló que el equipo económico se “anticipó” con un “apretón monetario en agosto, se cortó la emisión, se alcanzó el superávit y se recapitalizó al Banco Central”.
Con el dólar minorista en un récord de $1.515 en Banco Nación y el blue en $1.520, el Gobierno apuesta a que el mensaje de “reservas sólidas” y la intervención logren enfriar las expectativas y evitar una escalada mayor.
En una semana de máxima presión sobre el mercado, el BCRA liquidó más de u$s1.100 millones para sostener el techo de la banda cambiaria. Caputo defendió la estrategia y negó cambios en la política monetaria, pero crece la preocupación por el nivel de reservas.
Escalada cambiaria y ventas récord del BCRA
El Banco Central de la República Argentina (BCRA) enfrentó esta semana una de las mayores presiones cambiarias desde la implementación del esquema de flotación administrada. En apenas tres jornadas, la autoridad monetaria vendió u$s1.110 millones, con un pico de u$s678 millones el viernes, cifra que se ubica entre las más altas de los últimos 20 años.
El dólar mayorista cerró la rueda en $1.475, cincuenta centavos por encima del día anterior, mientras que el volumen operado en el segmento de contado alcanzó los u$s842.676 millones, el tercero más elevado del año. Operadores del mercado señalaron que la fuerte demanda provino principalmente de entidades financieras que acudieron al BCRA.
En lo que va de la semana, el tipo de cambio mayorista acumuló un alza de $22, que se suma al salto de $98 de la semana previa. La dinámica encendió alertas en la City porteña, donde ya se especula con un eventual cambio en el esquema si la presión sobre las reservas se profundiza.
En medio de la tensión, el ministro de Economía, Luis Caputo, defendió el programa cambiario y buscó llevar calma al mercado: “Vamos a vender hasta el último dólar en el techo de la banda, hay suficientes dólares para todos y no va a haber cambios en la política monetaria porque el programa es sólido”, afirmó el jueves por la noche.
El mensaje, sin embargo, no disipó la incertidumbre. Economistas y operadores se preguntan hasta qué punto el BCRA puede sostener esta política sin comprometer las reservas líquidas. Juan Manuel Franco, economista jefe de Grupo SBS, advirtió: “La incógnita pasa por cuántas reservas líquidas se emplearán para defender el techo de la banda”.
Cotizaciones: oficial, paralelos y financieros
El dólar minorista oficial cerró el viernes en $1.523,75, según el relevamiento del Banco Central, con una suba semanal del 4,6% y un incremento acumulado del 11,9% en septiembre.
En los segmentos alternativos también hubo movimientos significativos:
Dólar blue: $1.520 en la City porteña, con un ajuste semanal del 6,7%.
Contado con Liquidación (CCL): $1.567,06, un aumento semanal del 5,8% y una brecha de 6,2%, la más alta desde abril.
Dólar MEP: $1.551,03, con un avance semanal del 5,6% y una brecha de 5,2%.
Dólar cripto: $1.573,36, según Coinmonitor.
La escalada de los paralelos y financieros refleja la creciente búsqueda de cobertura en divisas frente al riesgo de un cambio en el esquema cambiario.
Restricciones adicionales y control regulatorio
En paralelo a las ventas récord, el BCRA implementó nuevas restricciones cambiarias orientadas a frenar operaciones especulativas conocidas como “rulo”. La medida, publicada el jueves, afecta a directores, gerentes, grandes accionistas y familiares directos de bancos y entidades financieras autorizadas a operar en el mercado oficial de cambios.
El objetivo es impedir que altos ejecutivos adquieran divisas como personas físicas para luego utilizarlas en operaciones corporativas al tipo de cambio financiero. Esta disposición busca cerrar una vía de arbitraje que generaba presión sobre el Contado con Liquidación.
La dinámica de esta semana revela un escenario complejo: por un lado, el Gobierno busca transmitir certidumbre respecto a la solidez del programa; por otro, las cifras de ventas de reservas y la escalada del dólar en todas sus versiones marcan un frente de vulnerabilidad.
Si la demanda de divisas se mantiene en estos niveles, el BCRA deberá definir si continúa drenando reservas o ajusta su política cambiaria. La brecha creciente y las expectativas del mercado financiero anticipan que la presión no cederá en el corto plazo.
En ese contexto, el desenlace dependerá de la capacidad oficial para administrar simultáneamente los compromisos externos, el control cambiario y la confianza de los inversores. La sostenibilidad del esquema se convirtió, así, en la principal incógnita de la agenda económica inmediata.