Para la consultora Ecolatina por cuarto mes consecutivo, el nivel de aumentos mensuales osciló en el rango 1,6%-1,9%, lo que refleja que las paritarias están estabilizadas luego de aquel salto inflacionario visto en marzo/abril.
Como dato negativo para los salarios, este nivel de estabilización se dio por debajo de los niveles del IPC, por lo cual la gran mayoría de los gremios acumula pérdidas en 2025. Para octubre, los salarios promediaron aumentos en el orden del 1,9% mensual, contra una inflación proyectada por diversas fuentes privadas en el orden del 1,8%-2,2% mensual, lo cual haría que los salarios estén una luz por debajo del nivel de aumento de precios.
Con respecto a los gremios más grandes, SMATA, Camioneros y Comercio ya tienen su acuerdo cerrado y renegociarán nuevamente en 2026. El mejor ubicado de los tres es SMATA, con aumentos que rondan el 32,6% para el 2025, mientras que Comercio y Camioneros cerraron en torno al 22% ambos. El resto, que aún tiene uno o dos meses más por arreglar, irían en la línea de Comercio/Camioneros, y no en la línea de SMATA: todos terminarían el 2025 con aumentos en el orden del 24% anual.
El dólar oficial cayó 2,3% y el Tesoro inyectó $4,6 billones: la estabilidad cambiaria se consolida tras las elecciones, según la consultora Ecolatina
La divisa oficial cerró en $1.436 y las brechas se mantuvieron en torno al 1%. El Tesoro logró un rollover del 60% en su licitación y aumentó la liquidez en pesos, mientras la Reserva Federal de EE.UU. recortó tasas por segunda vez consecutiva.
Estabilidad cambiaria y señales de normalización del mercado
El tipo de cambio oficial descendió 2,3% en la jornada del miércoles y cerró en $1.436 por dólar, lo que representa una baja cercana al 4% respecto al nivel previo a las elecciones del 24 de octubre, según el informe económico diario de Ecolatina. Con este movimiento, el Banco Central acumuló reservas brutas por USD 40.765 millones, consolidando un escenario de relativa estabilidad tras semanas de fuerte presión preelectoral.
En el mercado paralelo, los dólares financieros también mostraron retrocesos moderados: el dólar MEP se ubicó en $1.469 (-0,2%), el contado con liquidación (CCL) medido en CEDEARs cerró en $1.483 (-0,2%) y el blue retrocedió 0,7%, a $1.460. El dólar minorista, por su parte, terminó la rueda en $1.464 (-1,6%). De esta manera, la brecha cambiaria promedio se redujo al 1%, reflejando un nivel de convergencia inédito en los últimos meses.
Los contratos de dólar futuro acompañaron la tendencia con bajas del 1,9% en el tramo octubre-diciembre. Las posiciones proyectan un valor de $1.445 para octubre, $1.481 para noviembre y $1.515 para diciembre, lo que implica una expectativa de ajuste de entre 0,6% y 5,5% mensual hacia fin de año.
Tesoro: rollover del 60% y expansión monetaria por $4,6 billones
El Ministerio de Economía enfrentó una licitación clave en medio de la escasez de liquidez en pesos y la volatilidad de las tasas. Según Ecolatina, el Tesoro tenía vencimientos por $11,4 billones y recibió ofertas por $7,8 billones, adjudicando finalmente $6,8 billones, lo que representa un rollover del 60%.
El resultado implica una inyección neta de $4,6 billones al mercado, lo que aporta alivio a la plaza financiera luego de semanas de tensión. Los instrumentos colocados incluyeron BONCAP y LECAP con vencimientos entre noviembre de 2025 y abril de 2027: S28N5, T30E6, S30A6, S30O6 y T30A7.
Las tasas efectivas mensuales (TEM) de las letras se ubicaron en torno al 3%, mientras que las tasas internas de retorno anual (TIREA) oscilaron entre 35% y 44%, niveles significativamente menores a los registrados antes de los comicios. En cambio, las letras dólar linked —atadas al tipo de cambio oficial— quedaron desiertas, reflejando una menor demanda de cobertura cambiaria.
El alivio en las tasas busca estimular el crédito privado y reducir la carga financiera del Tesoro, en un contexto donde el equipo económico intenta recomponer la curva de pesos y estabilizar expectativas tras el ciclo electoral.
Factores externos: la Reserva Federal baja tasas y mejora la liquidez global
En el plano internacional, la Reserva Federal de Estados Unidos (FED) volvió a reducir su tasa de interés, ubicándola en el rango de 3,75%–4%, en línea con las expectativas de mercado. Es el segundo recorte consecutivo decidido por el Comité Federal de Mercado Abierto (FOMC), que además anunció el fin del programa de absorción monetaria (quantitative tightening) a partir del 1° de diciembre de 2025.
La medida implica una mayor liquidez en la economía global, lo que favorece el flujo hacia mercados emergentes y genera condiciones más favorables para la deuda soberana argentina. En ese sentido, los bonos soberanos mostraron cinco jornadas consecutivas de subas: los Bonares avanzaron 0,8% y los Globales 0,5%.
El índice S&P Merval, medido en dólares (vía CCL con CEDEARs), subió 5,1%, acumulando una ganancia semanal del 40% y cerrando en USD 1.888, lo que refleja la recomposición del apetito por activos argentinos tras la consolidación política post electoral.
Perspectivas
La combinación de baja del dólar, reducción de tasas locales y mayor liquidez internacional configura un escenario de transición hacia la normalización financiera. No obstante, analistas advierten que la recuperación dependerá de la consistencia de la política fiscal y de la capacidad del Gobierno para mantener el equilibrio monetario sin acelerar la inflación.
La estrategia de recompras de bonos y licitaciones graduales del Tesoro apunta a reducir la presión sobre la deuda en pesos y recomponer la curva de confianza, mientras el Banco Central busca sostener reservas en torno a los USD 41.000 millones.
En el corto plazo, el desafío será contener la expansión monetaria y consolidar la convergencia cambiaria, sin sacrificar la estabilidad lograda tras el ciclo electoral.
La actividad económica mostró señales de rebote en agosto, pero la recuperación sigue frágil. La industria y la construcción registraron leves subas mensuales tras dos meses de caídas. Sin embargo, los niveles de producción continúan por debajo de los de 2024 y el repunte aún no logra consolidarse, según la consultora Ecolatina.
¿Rebota la actividad en agosto? La industria y la construcción mostraron leves mejoras en agosto, pero la recuperación sigue débil. Ecolatina prevé que el crecimiento real recién se consolide en 2026.
El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró en agosto una suba mensual s.e. del 0,6%, luego de dos meses de caídas consecutivos. Con este dato la actividad del sector se ubicó 4,4% por debajo de septiembre del año pasado. En consecuencia, el indicador volvió a niveles previos al repunte de la actividad, borrando casi todo lo que había recuperado desde el año pasado.
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) subió 0,5% en agosto, continuando con los altibajos iniciados a fin del año pasado. De este modo, si bien acumula un crecimiento del 8,6% interanual en lo que va del año, esto es ayudado por una baja base de comparación, ya la mejora respecto a agosto del año pasado es solo el 0,4%. De hecho, en lo que va del año no ha crecido, posicionándose al mismo nivel que en diciembre.
El resultado de las elecciones, favorable o no para el Gobierno, abrirá la posibilidad para una recalibración del esquema económico que brinde previsibilidad y estimule el crecimiento de la actividad. Sin embargo, en el mejor de los casos, los efectos serán notorios una vez entrados en 2026, cuando una baja sostenida de la tasa de interés vuelva a permitir un aumento del crédito a empresas y familias y la reanudación del proceso de desinflación brinde una mejor perspectiva a la recuperación del poder adquisitivo.
Parcial recuperación de la industria en agosto
El Índice de Producción Industrial Manufacturero (IPI manufacturero) registró en agosto una suba mensual s.e. del 0,6%, luego de dos meses de caídas consecutivos. Con este dato la actividad del sector se ubicó 4,4% por debajo de septiembre del año pasado. En consecuencia, el indicador volvió a niveles previos al repunte de la actividad, borrando casi todo lo que había recuperado desde el año pasado.
La leve suba de este mes no alcanzó para compensar una caída acumulada 4% entre junio y julio, producida por la volatilidad cambiaria-monetaria de esos meses. De este modo, la industria se posiciona 3,6% por debajo del máximo alcanzando en noviembre del 2024.
Al interior del índice, ocho de los dieciséis sectores crecieron en agosto. Alimentos y bebidas, la categoría con mayor peso dentro del índice, fue el impulsor de la suba del mes al crecer 2,1% en la serie desestacionalizada. Entre las mejoras también se destacaron Productos de tabaco (+8,2%) y la Vehículos automotores (+5,4%). Por el lado de las caídas mensuales, la más pronunciada se observó en Otros equipos de transporte (-3,6%), seguido por Productos minerales no metálicos (-3,2%) y Productos de metal (-3,0%).
La construcción continua en modo serrucho
El Indicador Sintético de la Actividad de la Construcción (ISAC) subió 0,5% en agosto, continuando con los altibajos iniciados a fin del año pasado. De este modo, si bien acumula un crecimiento del 8,6% interanual en lo que va del año, esto es ayudado por una baja base de comparación, ya la mejora respecto a agosto del año pasado es solo el 0,4%. De hecho, en lo que va del año no ha crecido, posicionándose al mismo nivel que en diciembre.
Si bien la construcción difícilmente vuelva a los niveles los niveles del 2023, el sector logró sostener una lenta recuperación impulsada principalmente por el crédito y la obra privada desde mediados del año pasado. Sin embargo, la meseta registrada en la actividad durante los últimos meses terminó afectando al sector, ubicando a la construcción 2,1% por debajo del máximo alcanzado en abril de este año.
En cuanto a los insumos para la construcción, siete de los doce insumos crecieron en la serie desestacionalizada. La principal incidencia positiva vino dada por Asfalto (+11,2%), seguido por Cemento (+1,9%) Y hierro (+1,4%). En contraste, Placas de yeso (-6,5%) y Hormigón (-4,3%) fueron las principales caídas.
Entre los principales motivos de obstaculización de la construcción se encuentran la caída de la actividad económicay los altos costos de la construcción, que se está revirtiendo tímidamente en los últimos meses con el aumento del tipo de cambio. En ese sentido, entre las empresas privadas relevadas por el INDEC que esperan una caída en la actividad del sector en los próximos meses, el 30,7% atribuye esta perspectiva a una menor actividad económica, mientras que el 16% señala como principal causa el elevado costo de la construcción. Este segundo motivo se continuó reduciendo entre los encuestados, ya que representaba el 18,2% en el informe pasado. Esto puede deberse a la mejora en los costos en dólares desde julio, considerando que los precios del sector se determinan en dólares debido a su alto componente importado.
En materia de empleo, se registró un aumento en la proporción de empresas de obra privada que anticipan una caída en el sector durante los próximos tres meses. Mientras que el mes pasado el 18% de las firmas encuestadas preveía una reducción, en la última medición la cifra ascendió a 24,5%. A su vez, el 70,2% considera que el empleo no variará.
¿Qué esperamos hacia adelante?
La actividad económica comenzó el año en máximos, un nivel que no pudo ser sostenido a lo largo de los últimos meses que seguramente redundarán en dos trimestres (el segundo y el tercero) recesivos. En ese sentido, los indicadores adelantados de actividad para septiembre son mixtos.
Respecto a la industria, la producción de automóviles retoma las bajas al caer 1,9% s.e. en septiembre, posicionándose 5,0% por debajo del mismo mes del 2024. En la misma línea, el patentamiento de autos cayó 0,4% por primera vez en varios meses de subida (+28,2% i.a.).
La construcción presenta una mejora respecto a septiembre, aunque con señales mixtas. El Índice Construya registró una subió 1,1% s.e., del quedando un incluso por debajo de agosto del 2024 (-8,6% i.a.). Los despachos de cemento volvieron a caer en agosto (-1,8%), y se posicionaron con una contracción de 0,4% respecto a igual mes del 2024.
De todas formas, pese a la mejora en la competitividad de las últimas semanas y la expectativa de que se sostenga así incluso después de las elecciones, la incertidumbre acerca del rumbo económico, la volatilidad -ya que volvieron a subir en las últimas ruedas- de las tasas de interés y el freno en la recuperación de los ingresos reales no auguran un repunte significativo y/o sostenido de la actividad económica en lo que resta del año. En este sentido, seguimos previendo un crecimiento promedio de la actividad en el orden del 4% i.a.
El resultado de las elecciones, favorable o no para el Gobierno, abrirá la posibilidad para una recalibración del esquema económico que brinde previsibilidad y estimule el crecimiento de la actividad. Sin embargo, en el mejor de los casos, los efectos serán notorios una vez entrados en 2026, cuando una baja sostenida de la tasa de interés vuelva a permitir un aumento del crédito a empresas y familias y la reanudación del proceso de desinflación brinde una mejor perspectiva a la recuperación del poder adquisitivo.
La consultora Ecolatina alertó que la economía argentina interrumpió su racha de crecimiento en el segundo trimestre de 2025, al registrar una caída de 0,1% del PIB en términos desestacionalizados frente al período anterior. Aunque la comparación interanual aún muestra un alza de 6,3%, el informe destaca que los indicadores adelantados ya anticipan un escenario recesivo, con una probabilidad del 98,6% de ingresar en contracción en los próximos meses.
Camino a la recesión
En el segundo trimestre del año, el producto interno bruto (PIB) cayó 0,1% en términos desestacionalizados frente al período previo, interrumpiendo una racha de tres subas consecutivas. En la comparación interanual, registró un crecimiento de 6,3%. De este modo, el primer semestre del año se posiciona un 6,1% por encima del promedio del mismo periodo del 2024.
Si bien la economía venía mostrando claras señales de enfriamiento, se destacó la caída en todos los componentes, exceptuando consumo público. Al interior de la serie desestacionalizada, las importaciones cayeron -3,3% respecto al primer trimestre, el consumo privado un -1,1%, las exportaciones lo hicieron en -2,2% y formación bruta de capital fijo un -0,5%. Por su parte, el consumo público avanzó 1,1%.
Los sucesos de las últimas semanas, junto con las correcciones de los últimos datos oficiales, nos llevan a estimar un crecimiento promedio cercano al 4% para 2025. Este resultado se explica en gran medida por el arrastre estadístico de 2024, dado que la actividad crecería en la zona del 0,5% a lo largo del año.
¿Qué pasó en el segundo trimestre?
En el segundo trimestre del año, el producto interno bruto (PIB) cayó 0,1% en términos desestacionalizados frente al período previo, interrumpiendo una racha de tres subas consecutivas. En la comparación interanual, registró un crecimiento de 6,3%. De este modo, el primer semestre del año se posiciona un 6,1% por encima del promedio del mismo periodo del 2024.
Si bien la economía venía mostrando claras señales de enfriamiento, sedestacó la caída en todos los componentes, exceptuando consumo público. Al interior de la serie desestacionalizada, las importaciones cayeron -3,3% respecto al primer trimestre, el consumo privado un -1,1%, las exportaciones lo hicieron en -2,2% y formación bruta de capital fijo un -0,5%. Por su parte, el consumo público avanzó 1,1%.
De todos modos, respecto al inicio de la recuperación (segundo trimestre del 2024), todos los sectores se encuentran por encima: las importaciones un 38,8%, la inversión 34,3%, consumo privado 10,5%, las exportaciones 3,6%, y por último, más moderadamente el consumo público, 0,6%.
Las distintas actividades económicas mostraron mejoras en la comparación interanual. Los sectores primarios se encuentran moderadamente mejor: agricultura creció un 4,8% i.a. y la minería un 6,7% i.a. Por su parte, los sectores más intensivos en empleo mostraron mejoras, aunque sobre la baja base del segundo trimestre de 2024, en pleno piso de la recesión: la construcción creció 10,6% i.a., el comercio 10,3% i.a., la industria 6,9% i.a. y hoteles y restaurantes 17% i.a. Por su parte, la intermediación financiera creció un 26,7% i.a.
En contraste, cuatro sectores se ubicaron por debajo del segundo trimestre del 2024, entre los cuales se encuentran Administración pública (-0,8% i.a.), el sector de Hogares privados con servicio doméstico (-1,3% i.a.), Electricidad, gas y agua (-1,1% i.a.) y pesca (-42% i.a.), un sector muy volátil.
Cayó el consumo privado y subió el público
Con relación al consumo privado, el panorama cambió notablemente entre el primer y el segundo trimestre del año. En el primero, el consumo había alcanzado su nivel más alto de la serie desestacionalizada desde 2004, impulsado principalmente por dos factores: la mejora del salario real, favorecida por la baja de la inflación, y el fuerte crecimiento del crédito. Dentro de este esquema, se destacó el aumento de las compras de bienes y servicios importados, como también de bienes durables, lo que explicó la magnitud de la recuperación.
Con los datos del segundo trimestre, el escenario se revirtió. El salario real registrado avanzó 0,5% en ese período, aunque no alcanzó a compensar la baja del 0,9% registrada en el primero, cerrando con una caída del 0,4% en los primeros seis meses del año. A su vez, el crédito al consumo mostró una desaceleración: creció 18% s.e. en el primer trimestre y 13,7% en el segundo.
En cuanto a la composición, el consumo de bienes durables siguió superando al consumo masivo, aunque con una clara pérdida de dinamismo. Las ventas de electrodomésticos pasaron de crecer 44,3% i.a. en el primer trimestre a 27% i.a. en el segundo, mientras que las de autos se desaceleraron de 136,5% i.a. a 76% i.a. Por el contrario, el consumo masivo, que había caído 3,3% i.a. en el primer trimestre, mostró un repunte de 3,9% i.a. en el segundo. Sin embargo, este avance apenas compensó el retroceso previo, de modo que en el acumulado semestral prácticamente no se registró crecimiento (+0,2% i.a.).
De este modo, los factores que habían impulsado el consumo en el primer trimestre (como el aumento de las importaciones, la mejora del salario real, el crédito y la compra de bienes durables) fueron perdiendo dinamismo, mientras que el resto de los componentes continuaron presionando a la baja.
Por su parte, el consumo público fue el único componente que mostró una suba, impulsado principalmente por la recuperación de los salarios públicos a nivel provincial, asociados a la salud, educación y seguridad. Estos crecieron 2% en términos reales durante el segundo trimestre, traccionando así el gasto. En contraste, los salarios públicos nacionales continúan rezagados: todavía se ubican 11% por debajo en términos reales respecto del primer semestre de 2024 y, en este trimestre, incluso retrocedieron 1%.
¿Qué esperamos para la segunda mitad del año?
En el segundo trimestre, la actividad dejó atrás el enfriamiento y comenzó a contraerse. Los sectores con mayor demanda de empleo (construcción, comercio e industria) lograron salir del piso de la recesión previa, pero fueron se fueron frenando. Al mismo tiempo, los factores que habían impulsado el crecimiento en el primer trimestre, la estabilidad macroeconómica y una mayor apertura de importaciones, resultaron insuficientes para sostener la recuperación y evitar la nueva contracción.
A futuro, el panorama tampoco es alentador según los indicadores adelantados. El Índice Líder elaborado por la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT), que busca anticipar el ciclo económico, cayó un 4,72% en agosto. Estiman que la probabilidad de entrar en una recesión en los próximos meses se ubica en un 98,6%. Esto va en línea con el resto de los indicadores adelantados. El Índice de Confianza del Consumidor (UTDT) cayó 13,9% en agosto y volvió a caer en septiembre (-0,3%). Con relación a la construcción, el Índice Construya cayó 8,6% en agosto, y los despachos de cemento 1,8%.
La incógnita es lo que ocurrirá en el tercer trimestre. Su inicio estuvo marcado por la volatilidad cambiaria y las tasas elevadas. No obstante, la reciente baja de tasas podría favorecer una recuperación parcial de la actividad, junto con un tipo de cambio más alto. Este último daría cierto alivio a sectores con precios en dólares, como la construcción, al reducir sus costos, y al mismo tiempo contribuiría a moderar las importaciones. En cualquier caso, el panorama seguirá condicionado por el nivel de incertidumbre política en la antesala de las elecciones de octubre.
Los sucesos de las últimas semanas junto con las correcciones de los últimos datos oficiales, nos llevan a estimar un crecimiento promedio cercano al 4% para 2025. Este resultado se explica en gran medida por el arrastre estadístico de 2024, dado que la actividad crecería en la zona del 0,5% a lo largo del año.
Según la consultora Ecolatina el mes de agosto cerró con salarios creciendo 1,9%, y volvería a quedar debajo del IPC
El promedio de cuota de aumentos del mes de agosto se ubicó en 1,9%, levemente por encima del 1,6% de julio, pero todavía por debajo de la inflación proyectada por las consultoras privadas (1,9% – 2,4%). Este repunte, si bien corta la desaceleración del mes anterior, no alcanza para compensar la aceleración de precios, por lo que los salarios seguirían perdiendo frente al IPC. Así, tras dos meses en los que los ingresos habían logrado ganarle a la inflación, julio y agosto consolidarían un nuevo período de deterioro en la relación precios-salarios.
Esa dinámica de aumentos para el conjunto general de acuerdos relevados, se ve algo más contenida entre los grandes gremios, donde se incluyen también gremios que vienen muy rezagados como los estatales o aquellos gremios que dependen indirectamente del gasto público vía subsidios. Con diferentes períodos de acuerdo, en general muestran una velocidad de aumentos mensuales que oscila entre 1% y 2%, y con gremios que vienen corriendo, en la parte remunerativa de los acuerdos, claramente por debajo de la inflación. Por las restricciones oficiales a la homologación de acuerdos, las sumas no remunerativas se han vuelto un complemento esencial en el ingreso.