Fachinello: “El tipo de cambio no es lo que define la exportación de yerba, hay que mirar la apertura de mercados”

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El ministro de Industria de Misiones, Federico Fachinello, analizó el impacto del levantamiento del cepo cambiario y la actualización del tipo de cambio sobre las economías regionales. En diálogo con Economis, relativizó el efecto directo en sectores como la yerba mate y consideró que el verdadero motor del crecimiento exportador será la diversificación de mercados y de formas de consumo.

“Las exportaciones de yerba no creo que cambien mucho por el tipo de cambio. No creo que esté en el top 3 de factores para que se hagan más o menos exportaciones”, afirmó el funcionario. A su entender, el foco está puesto en otras estrategias: “Es por la apertura de nuevos mercados y van a ir de la mano de otras formas de consumo”.

Fachinello también destacó la evolución del sector hacia una mayor incorporación de valor agregado. “En la Expo también es importante el cambio de granel a envasado, y eso sí se fue dando con el tiempo”, señaló, en referencia a la búsqueda de formatos de exportación más rentables.

Forestoindustria y tipo de cambio más competitivo

En cuanto a la forestoindustria, uno de los pilares económicos de la provincia, el ministro consideró que el nuevo escenario puede representar un avance. “Con la posible –o ya realizada– devaluación, la foresto puede tener un cambio más amigable o más cercano a lo que necesitan las economías regionales”, indicó.

Al referirse al esquema anterior, cuestionó que no se orientaba al desarrollo productivo: “Si el anterior tipo de cambio estaba atrasado o no va a depender de adónde lo miremos. Lo que sí era claro es que era un cambio que no tenía como prioridad el desarrollo productivo”.

Perspectivas para el té y desafíos del consumo interno

Consultado sobre el sector tealero, Fachinello mencionó posibles oportunidades a raíz de los recientes movimientos comerciales internacionales. “Puede ser que se abran nuevos pedidos con los aranceles a China. Hay que ver cómo queda Bangladesh y algún otro competidor. Si nosotros nos quedamos en 10 y ellos en 30 o 100, deberían darse nuevas oportunidades”, explicó.

Por otro lado, el ministro se refirió a la presión que sigue sintiéndose en los precios de los alimentos y el impacto sobre las pequeñas y medianas empresas. “Ayer, alimentos metió 5,1%. Eso en góndola se siente. Es otro desafío para las cadenas alimentarias, más para las empresas chicas o medianas”, advirtió.

Pese a los movimientos económicos recientes, Fachinello aseguró que en los encuentros con cadenas de supermercados de la última semana, no se observaron incrementos en el consumo. “La semana pasada, con ninguna cadena –desde Chango Más a Central Obrera del Sur– que vinieron a la ronda inversa, notaron algún aumento en sus ventas”, comentó, y atribuyó posibles subas a comportamientos “muy estacionales”.

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Panorama empresario: cautela y entusiasmo por fin del cepo y su impacto en Misiones

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Tras más de una década de restricciones cambiarias, el Gobierno nacional decidió levantar el cepo al dólar. La medida se complementa con un nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional -cuyos tramos y disponibilidad aún no están claros- y la instauración de una banda de flotación que ubica al dólar entre 1.000 y 1.400 pesos. El anuncio agitó al mercado, generó reacciones dispares y dejó entrever un escenario de transición. En Misiones, los principales empresarios del agro, la industria, el comercio, el transporte, la construcción, las finanzas y el rubro inmobiliario ofrecieron un diagnóstico diverso pero unánime en un punto: el cambio era inevitable.

“Medio complicado decirte algo ahora. Creo que hay que esperar unas semanas para ver en qué niveles se acomoda el precio del dólar… pero en algún momento tenía que suceder. Aparentemente están dadas las circunstancias, teniendo en cuenta que lo hacen antes de las elecciones”, dijo con cautela José Hreñuk, referente del sector yerbatero y de la agroalimentaria Rosamonte. Su mirada resume una sensación compartida: era necesario, pero el contexto sigue siendo incierto.

Raúl Karaben, presidente de Piporé, fue más contundente: “Era absolutamente necesario salir del cepo. Tardó mucho. El desastre económico que nos dejó la gestión anterior era insostenible”. Para él, el problema de fondo eran las deudas que el Estado había acumulado con empresas privadas que giraron dólares para importaciones y nunca los recuperaron. “Ahora se van a cubrir con el bono BOPEAL. Es patear para adelante, pero al menos se reconoce la deuda. Con un dólar a 1.300 pesos, hay un 20 por ciento más de ingreso para exportadores. Es una gran noticia, no solo para la yerba, sino también para la madera”.

El empresario tealero Crispín Beitía, titular de la tealera El Vasco, opinó con mesura sobre el anuncio del levantamiento del cepo cambiario y la implementación de un nuevo esquema con banda de flotación para el dólar. “Es un poco apresurado opinar porque todavía no se puso en marcha. Deberíamos esperar al día lunes para ver los detalles de los anuncios”, señaló en diálogo con Economis.

No obstante, Beitía destacó el cambio de rumbo como un paso en la dirección correcta: “En principio, me parece muy buena decisión en general. Creo que los mercados lo van a aceptar. Pero estamos en Argentina”, cerró con una sonrisa, como reflejo de la cautela que aún persiste pese al giro anunciado.

También moderado, el ministro de Industria de Misiones, Federico Fachinello, consideró que la unificación cambiaria no será por sí sola lo que reactive las exportaciones. “En la yerba, el tipo de cambio no está entre los tres factores principales. Lo que importa es la apertura de nuevos mercados y el cambio de granel a envasado, que se fue dando con el tiempo. Eso sí genera impacto”. Para el té, en cambio, se abren oportunidades con los nuevos aranceles aplicados a China, “siempre y cuando nosotros quedemos en diez y otros países en treinta o cien”.

El presidente de la Confederación Económica de Misiones (CEM), Guillermo Fachinello, destacó el levantamiento del cepo cambiario como una medida central para devolver previsibilidad a la economía y generar condiciones para mejorar la competitividad del sector exportador. En diálogo con Economis, remarcó que el empresariado recibe la medida con cautela, pero con expectativas positivas si se consolida un nuevo esquema de estabilidad.

“Estas medidas, junto con las del Fondo Monetario, aportan un poco de previsibilidad para mejorar el financiamiento a mediano plazo”, señaló Fachinello.

El titular de la CEM subrayó que, si el dólar logra estabilizarse en torno a los 1300 pesos, el país podría recuperar su competitividad en los mercados internacionales. “Si llegan a estabilizar, y con un dólar que quedaría más o menos en 1300 –si es así, hay que esperar al lunes– volveríamos a ser competitivos. Siempre y cuando sigan sin aranceles de Estados Unidos, que nos deje exportar, sería un buen momento para aprovechar”, expresó.

No obstante, Fachinello recordó que el empresariado misionero mantiene una postura prudente ante los cambios. “El empresariado siempre es cauto, porque ya vivimos algunos cambios en el sistema cambiario -valga la redundancia- y por ahí somos cautos en las opiniones”, afirmó.

Por último, advirtió que la brecha cambiaria que aún se observa puede afectar el rendimiento exportador. “Esta fluctuación de 1000 a 1400 es grande. La brecha en un número tan finito como el de exportación es significativa. Pero es cierto que nos da previsibilidad, y eso es lo que creemos que el mercado estaba esperando”, concluyó.

Alejandro Haene fue crítico: “Esta salida del cepo se da en el peor contexto posible, con tormenta perfecta incluida”. El economista y directivo de la Confederación Económica de Misiones (CEM) afirmó que la salida del cepo cambiario era una medida largamente esperada por todos los sectores, pero lamentó que se haya concretado en un escenario adverso, con múltiples frentes de tensión abiertos en el plano local e internacional. 

“Sin lugar a dudas, todos estábamos esperando la salida del cepo cambiario. Pero esta medida debió haberse tomado cuando el gap entre el dólar oficial y el paralelo era mínimo y, a la par, el BCRA tenía la suficiente capacidad de fuego para frenar cualquier corrida que se pudiera dar ante la posibilidad de que los compradores quieran hacerse de los billetes”, analizó Haene en diálogo con Economis.

Para el economista, el actual panorama configura “la tormenta perfecta”: “El riesgo país pasó de 600 a 1.000 puntos básicos, Trump yendo y viniendo con medidas que afectan directamente a Argentina —y particularmente, por ejemplo, al sector tealero—, el Senado rechazando los nombramientos por decreto de Lijo y García Mansilla, las importaciones creciendo a ritmo galopante y cada vez con mayores volúmenes, jugando en contra de una industria nacional súper golpeada”.

A estos factores, Haene sumó la caída persistente del consumo, especialmente en alimentos, como una señal clara del deterioro del poder adquisitivo: “Es un dato no menor, porque significa que la población no tiene la capacidad de compra para hacer frente a esa necesidad básica”.

Desde el lado de la construcción, Silvana Ratti, titular de la firma homónima, advirtió que el impacto será gradual y que el mercado necesita tiempo para procesarlo. “No solo se trata de los desarrolladores, sino de todo el sector inmobiliario. Todavía hay incertidumbre. Por eso es clave acompañar con información, claridad y visión estratégica a cada cliente o inversor. Los ciclos de cambio generan ruido, pero también oportunidades para quienes están atentos”.

Omar Closs, de Petrovalle, expresó sus dudas ante la salida del cepo cambiario y advirtió que, si bien la medida es un paso hacia la normalización económica, su impacto sobre las provincias de frontera como Misiones podría ser negativo. Se mostró escéptico con el modelo económico vigente y señaló que los sectores productivos y laborales locales atraviesan un momento crítico.

“No estoy de acuerdo con este plan. A una provincia fronteriza como la nuestra no le va a caer nada bien. Tipo de cambio a favor de Brasil y Paraguay, yerba y madera complicadas, ingresos de empleados públicos bajos, turismo mal y sin obra pública. Esperemos que la emboquen, pero no es un modelo que me entusiasme. Al contrario, me asusta”.

Una visión similar, aunque con foco en el momento elegido, fue la de Diego Sartori, empresario y dueño de Sartori SA. “Salir del cepo era necesario, pero fue una medida apresurada. Cerraron con el Fondo y salieron corriendo a liberar el dólar. Somos especialistas en convertir medidas de crecimiento en medidas especulativas. En Misiones, el puente hoy está para el otro lado. Esperemos que estas medidas vuelvan competitiva a la provincia”.

El mercado inmobiliario, uno de los más afectados por las restricciones, recibió el anuncio con entusiasmo. Aarón Ortas, CEO de Fénix Inmobiliaria, consideró que “facilita el acceso al dólar, permite transferencias para operaciones y devuelve confianza. Además, podría reactivar el crédito hipotecario. Es una excelente noticia para el sector”. 

En la misma línea, Maximiliano Haene, de Haene Castuariense, sostuvo que “la unificación del tipo de cambio y la liberación del dólar eran esperadas. No sabíamos que iba a ser ahora, pero está buenísimo. Simplifica las operaciones, reduce incertidumbre y podría generar mayor oferta de créditos”.

Daniella Cortés, de Solari Inmobiliaria, opinó que “después de años de restricciones, vuelve un poco de claridad. Vamos a tener que reacomodar precios y adaptarnos, como siempre en este país. Pero se abre un nuevo capítulo”. La clave, para la empresaria, es que el sinceramiento del tipo de cambio ordene el mercado y abra el camino a nuevas herramientas financieras.

En el comercio también se sintió el impacto. Javier Lorenzo, de Supermercado Cinco Hermanos, destacó las dos caras de la medida: “Más libertad y confianza, posible aumento de inversión extranjera, pero también riesgo de devaluación y pérdida de control sobre divisas. Sería prudente observar cómo reaccionan los proveedores y la frontera. Esta mañana ya se notó una aceleración en el consumo, incluso siendo mitad de mes”.

Lucrecia Ducret, del Hipermercado del Pollo, valoró que se haya logrado la medida, pero puso reparos sobre su implementación: “Me preocupa lo que pueda suceder con un dólar fluctuando entre 1.000 y 1.400. Esa amplitud genera incertidumbre”.

El economista jefe de la Fundación Mediterránea en la región NEA, Gerardo Alonso Schwarz, consideró que el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional y la decisión de levantar el cepo cambiario representan señales positivas para la economía argentina, pero advirtió que su efectividad dependerá de la consistencia fiscal del Gobierno. En diálogo con Economis, remarcó que el tipo de cambio más competitivo puede beneficiar a las economías regionales y a los sectores exportadores, aunque llamó a la cautela en las expectativas de corto plazo.

Además, subrayó que el escenario internacional también suma presión. “El contexto mundial claramente en las últimas dos semanas se enrareció bastante. Las medidas de Trump generaron un vuelo hacia activos de calidad por parte de los inversores, lo que hizo subir el riesgo país de Argentina hasta los 1000 puntos. Esta medida y este acuerdo con el Fondo despejan un poco las nubes y dan mayor previsibilidad, por lo menos por los próximos meses, a la economía argentina.”

Respecto al levantamiento del cepo, evaluó que “la primera reacción es: finalmente empezamos a salir de esto, más allá de que había sido una promesa de campaña del actual presidente. La verdad es que se estaba demorando. Este cepo comenzó en sus primeras versiones allá por 2011, cuando las personas tenían que empezar a pedir autorización a la AFIP”

“Es una buena noticia porque comienza a normalizarse también la economía argentina. Aunque si la pregunta es si esto significa que el lunes a las 9 de la mañana, cuando estén todos los mercados abiertos, vamos a estar en Suiza… claramente no. Pero sí es un paso hacia esa normalización y hacia la solución de algunos de los problemas que veníamos acumulando ya por casi 15 años.”

Consultado por el efecto en las economías del NEA, Alonso Schwarz fue claro: “El dólar, la modificación del tipo de cambio, hace más competitiva a todas las economías que están integradas con competidores extranjeros. Y esto no solo es válido para el sector forestal o el tealero que exporta a Estados Unidos o Asia, sino también para el comercio de Posadas, de Iguazú, de Bernardo de Irigoyen, que compite con Encarnación, Foz de Iguazú o Dionisio Cerqueira”.

Desde el mundo financiero, Diego Hartfield ofreció una interpretación centrada en la señal política que implica la salida del cepo. “El Gobierno está diciendo: ‘confío en mi plan, el que quiera comprar dólares que lo haga’. Eso puede hacer que el mercado también decida confiar. La apuesta es clara: no hay más emisión, hay escasez de pesos, y eso tiene que bajar la inflación. A mediano plazo, el peso debería fortalecerse. Esto es básicamente cómo funciona el resto del mundo: con libertad”.

El ministro de Hacienda de Misiones, Adolfo Safrán, cerró el análisis con una evaluación realista: “No es la salida ideal, pero es mejor que lo que veníamos. El programa económico se había vuelto muy recesivo. Para sostener el dólar, se sacaban pesos de circulación y eso resentía toda la economía. Posiblemente ahora el puente se incline un poco hacia nosotros. El sector exportador tendrá mejores perspectivas y el turismo extranjero puede levantar. Algo irá a precios, pero no creo que tanto”.

Así, entre el alivio técnico y la preocupación territorial, el fin del cepo se instala como el inicio de una nueva etapa. No hay euforia, pero sí expectativas. Y en una provincia atravesada por la frontera, la informalidad, la caída del consumo y la falta de obra pública, cada movimiento del dólar se amplifica. Como dijo Ratti: “La constante readaptación es parte de nuestra historia”. En Misiones, el mercado ya empezó a reacomodarse.

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Carolina Okulovich y la resiliencia en el mundo del té

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Resiliencia, define Carolina Okulovich. Y la palabra sirve para describir la capacidad de adaptación de la industria del té –o de la industria en general– para funcionar en la Argentina. Una industria que pasó de padecer tipos de cambio paralelos a sufrir un dólar planchado y costos que se dispararon sin control. A eso se suma la world trade war made in Trump, que agrega incertidumbre, con aranceles que pasaron de cero a diez por ciento y de nuevo a una pausa de 90 días que serán muy largos. Paciencia y adaptación. 

Sin embargo, toda crisis es al mismo tiempo una oportunidad. Y para el té misionero puede ser una enorme, revela Carolina: uno de los competidores principales del té misionero es China, que en la pulseada con Trump, tiene aranceles de importación del 145 por ciento. 

El año pasado Argentina envió té al país del norte por 57,9 millones de dólares, mientras que China colocó 55,5 millones. Habrá que esperar hasta octubre, en la feria de compradores de Estados Unidos, para ver cómo reaccionarán los importadores al nuevo escenario. El dólar libre anunciado el viernes por el ministro de Economía, Luis Caputo, es también un incentivo directo a la exportación, con un incremento del 20 por ciento en relación con la liquidación que regía hasta ahora. 

Ese combo de variables provoca una tensión diaria, que exige precisión quirúrgica. “La línea es fina. La ineficiencia hoy se nota mucho más. Entonces hay que ser muy, muy cauteloso. Redoblar esfuerzos, estar más atentos, estar pendientes en todas las áreas”, remarca Carolina en una visita a las oficinas de Economis.

Y no es metáfora. Los costos suben, los ingresos no acompañan, las exportaciones dependen de variables que no se manejan en las propias empresas. “El jornal siguió subiendo hasta emparejarse. Hoy para nosotros es un monto mensual muy importante. Las cargas tributarias también generan un costo financiero altísimo. Terminás de pagar sueldos y a los 10 días te llega el 931, que es un 50% más. La energía, el combustible, los fletes… Nosotros tenemos mil kilómetros hasta el puerto para sacar nuestros contenedores. Todo subió, menos el tipo de cambio. Y prender la industria del té hoy es carísimo. Tenemos muchos motores, mucho gasto energético. Todo esto con el mercado mundial en tensión”.

Don Basilio es uno de los principales exportadores de té argentino a Estados Unidos, donde el consumo de té frío es masivo, sobre todo en los estados del sur. Pero la noticia de un arancel del 10% que comenzó a aplicar ese país cayó como balde de agua fría.

“Es una suba importante. No debería afectarnos, porque es un impuesto a la importación que asume el comprador. Pero sabemos que no funciona así. Nosotros no somos formadores de precio. Dependemos del mercado exterior porque el consumo interno es muy bajo”.

Mientras tanto, la competencia global no afloja. “China está más complicado, Vietnam también, Kenia está como nosotros, pero ha plantado mucho más. Vi unas estadísticas: en 2014 Argentina estaba en el puesto ocho como productor mundial. En 2023, bajamos al puesto once. Y no sé si no vamos a seguir bajando”.

En este contexto, la industria tiene apenas cinco o seis meses de zafra por año. “Invertimos toda la vida en esta estructura. Pero trabajar la mitad del año no alcanza. Dependemos del financiamiento bancario. Mientras elaboramos, no estamos vendiendo. Pagamos sueldos, energía, hoja verde… y después guardamos el producto hasta que el cliente lo pide. Es tiempo muerto”.

Aunque tienen líneas con tasas subsidiadas, no siempre son accesibles. “Muchas veces se orientan a cooperativas más chicas. Nosotros siempre reinvertimos. Pero cada crédito se evalúa con incertidumbre. Las tasas varían todo el tiempo. Ser empresario en Argentina es casi un milagro”.

Detrás de esa expresión, hay una verdad: “Tenemos más de 300 personas trabajando con nosotros. Es una enorme responsabilidad”.

El dilema del pequeño productor

Carolina no esquiva el tema: el sistema no cierra para los pequeños. “Un productor con 7 u 8 hectáreas no puede venderle a la industria y sobrevivir. Nosotros necesitamos ser competitivos globalmente. Con los costos de mano de obra, energía, logística que tenemos, con este tipo de cambio, no cierra”.

“Antes la industria había dejado de participar en Coproté porque el ambiente era difícil. Hoy estamos más presentes, hay más voces. Pero estas cosas hay que decirlas con claridad”, explica. 

Por eso impulsa una alternativa: el té gourmet. “Yo soy una motivadora de eso. Que quien tiene su chacra pequeña piense en elaborar su propio té, en cosechar a mano, dar valor agregado. Pero para eso, hay que estar encima. Muchos tienen pocas hectáreas y dejan todo tercerizado. Así no cierra”.

La escena productiva cambió. “Antes la unidad era una chacra de 25 hectáreas, dividida en cuatro: un cuarto de té, un cuarto de yerba, uno de pino como ahorro y el otro para la casa con animales. Hoy casi no existe eso”.

¿Y qué propone cuando escucha que no da para más? 

“A veces dicen ‘plantá otra cosa’, y no me parece tan descabellado. Si no conseguimos más mercado, tenemos que ser realistas. Brasil, por ejemplo, era un gran productor. Hoy no exporta más”.

El té, explica, es una industria 100% tecnificada. “No hubiese habido otra manera de sobrevivir. Desde que tengo uso de razón, siempre invertimos en tecnificación. Competimos con China, India, África… países con costos muchísimo más bajos. Por eso digo: la industria del té argentino es resiliente. Sobrevive todo el tiempo”.

“A veces escuchás críticas: que la industria especula, que tiene galpones… Pero nadie ve que mientras elaboramos, no vendemos. Pagamos todo. Después vendemos. Es al revés de lo que muchos creen”, argumenta. 

Pasión familiar y marcas propias

La historia de Don Basilio no se entiende sin la familia. “Mi bisabuelo vino como inmigrante, lo mandaron al monte a plantar té. Decía: ‘Vamos a plantar porque parece que en el mundo se consume’. Era monte. Hoy veo nuestra yerba y nuestro té en góndola y me emociono”.

Su padre sigue trabajando todos los días. “Y eso nos empuja. Yo trabajé muchos años sola con él. Después se sumaron mi hermano, mi hermana. Le metimos aire fresco a la empresa. A las 7:30 nos chocamos todos en la oficina. Amamos lo que hacemos”.

Hoy dieron un paso más: pasaron de ser elaboradores a tener marca en góndola. “Es otro negocio. Somos compradores de papel, de pegamento… cambia todo. Pero la empresa crece. La familia crece. Teníamos que hacerlo”.

¿Y cuál es el objetivo con las marcas propias? ¿Estar, ganar mercados?

Ganar mercado, pelear el mercado. Nos está costando Posadas. Pero no Misiones, lo que pasa es que hay muchas marcas. Pero estar en góndolas ya es un orgullo. 

Carolina también fue pionera en vincular la industria con el turismo. “Lanzamos la Ruta del Té hace 11 años. Hoy es una herramienta que acerca el producto a la gente, promueve el consumo y cambia la percepción del té argentino”.

Pero aún faltan cosas. “Hay que mejorar la señalética, la información. En Mendoza está muy bien trabajado. Acá vamos por buen camino, pero falta. Recién lanzamos la tercera Expo Té Argentina, y la semana pasada fue la Fiesta Nacional del Té. Todo suma”.

“Son eventos que potencian el consumo, que acercan la comunidad al producto. Pero Argentina y sobre todo Misiones somos grandes consumidores de mate y de café. Y somos grandes productores de té, pero poco consumidores, entonces el desafío lo tenemos que tener nosotros. Ese camino está siendo transitado. Hace once años cuando empezamos con la ruta del té había prácticamente cero y hoy y si yo miro para atrás digo: “Wow, creo que hubo un cambio.” Cuando al argentino le abren las puertas y le cuentan la historia, se la toman como propia, empiezan a defender el producto argentino con uñas y dientes. Nos pasó con el vino, nos pasa siempre con el cuero argentino, hay un montón de productos argentinos de los cuales nos sentimos orgullosos de que sean argentinos y eso tiene que pasar con el té. O pasar con la yerba también”. 

¿Qué falta para eso?

Es tiempo. Yo creo que el camino está correcto. Cambiar la cultura, educar, transmitir, es tiempo. Van 10 años, pero faltarán 10 más probablemente. A veces me preguntan por qué no empezamos antes. “Mi abuelo murió gastado y trataba de solventar. Mi padre sigue trabajando. Nuestra generación recién ahora tiene el tiempo para pensar en diversificar. Antes era sobrevivir”.

“Nosotros vivíamos en Campo Viera, teníamos cinco kilómetros de tierra, veinte de asfalto para llegar al colegio. Recuerdo a mi mamá pintando la casa y cocinando porque venía un comprador de té. Así nos criamos”.

Don Basilio es una empresa orgullosamente familiar, misionera. Poder estar con mi hermano, con mi hermana. Hay pasión familiar. Y mucha. Uno tiene mucha historia y por eso también es importante participar. Antes la industria había dejado de participar de Coproté, porque realmente el ambiente era difícil y hoy participamos y a veces a mí me dicen, ¿Para qué? Hay que estar”. 

Carolina es una de las empresarias más convocadas en foros de liderazgo femenino. Pero no milita desde un lugar de privilegio, sino de esfuerzo. “No levanto banderas. Me formé, me animé, me gané el lugar. Fui presidenta de la Cámara de Elaboradores de Té cuando no había muchas mujeres. Hoy veo hijas de colegas que trabajan y van para adelante. Y me encanta”.

Tiene referentes. “Paquita Lowe es una referente. Victoria Szychowski también. Y muchas más. No somos iguales hombres y mujeres, y eso está buenísimo. Yo soy madre, mi marido es padre, cada uno cumple su rol. Pero el lugar hay que ganárselo. Con respeto, sin ofenderse por cualquier cosa. Hay que estar”.

¿Qué le diría a quien quiere emprender hoy en el agro? 

Si tuviera la varita… (Ríe). “Que sepa que no es fácil. Que empieza a subir, cae, sube, cae…. Que hay que invertir, no solamente tiempo, estudiar, observar, mejorar. Ver dónde está la competencia, ver dónde puedo resaltar, en qué puedo ser mejor, dónde puedo marcar la diferencia. Que va a caerse y levantarse muchas veces. Pero que se puede”.

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Guerra comercial: ¿Cómo impactará la suba de aranceles en las exportaciones de Misiones?

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El gobierno de los Estados Unidos implementó recientemente un incremento en los aranceles de importación para los países, imponiendo el 10% para la Argentina. Este incremento impacta en el país debido a que, si bien sostiene una alícuota menor respecto a otros países, crece considerablemente respecto a los que se pagaban previo a la aplicación de la medida. Un caso puntual es el de Alimentos, que pagaba un arancel promedio del 4,6% y crecerá al 10%

En 2024, la Argentina exportó a Estados Unidos un total de USD 6.454 millones (8,1% del total país) y registró importaciones de ese país por USD 6.226 millones (10,2% del total). Esto generó que en ese año la Argentina haya obtenido un superávit comercial con el país norteamericano, que fue de USD 228 millones, un nivel muy marginal respecto al superávit comercial total alcanzado por el país (1,2%). 

El vínculo de Misiones con Estados Unidos es fuerte: es su principal socio comercial. En 2024, las exportaciones misioneras a ese país fueron por USD 100,2 millones, explicando el 22,7% del total provincial. Además, Misiones fue la provincia con mayores exportaciones a Estados Unidos de la región del NEA: explicó el 61,5% del total regional el año pasado. También, en el plano nacional, Misiones se ubica como la sexta provincia con el mayor nivel de participación de ventas a Estados Unidos sobre el total exportado provincial.

El principal producto exportado a Estados Unidos desde Misiones en 2024 fue el Té con un total de USD 54,4 millones (54,3% del total de las ventas a ese país) seguido por productos foresto industrial (pasta de papel, madera perfilada, madera aserrada, etc.) por USD 31,4 millones (31,4%), Tabaco por USD 6,1 millones (6,1% del total), otros productos de origen industrial por USD 5,3% (5,3%) y Yerba Mate por USD 2,0 millones (2,0%), mientras que el resto de los productos explicaron el restante por USD 0,9 millones. 

Las medidas anunciadas por Trump tendrían un impacto considerable para la oferta exportadora de Misiones: la forestoindustria podría verse altamente perjudicada por el incremento de los costos y el escaso margen de maniobra en términos de rentabilidad que trae aparejada esta situación, con el agravante de que para ese sector no aplicaría el arancel global de 10% sino uno de 25%, encareciendo aún más el proceso exportador. A su vez, en el caso de Té, los aranceles previos a la medida eran escasos (llegando a 0% en algunas variantes) lo cual también impactaría de manera muy fuerte en ese sector.

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Yerba mate: se modera la presión importadora y mejora la balanza comercial

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El mercado internacional de la yerba mate muestra, en el comienzo de 2025, un comportamiento dual: mientras las exportaciones mantienen un volumen destacado, las importaciones registran una caída, aliviando la histórica preocupación de productores argentinos.

Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), en 2024 se consolidó un año récord para las exportaciones de yerba mate, alcanzando las 45.109 toneladas, un 19,4% más que en 2023. Siria continúa siendo el principal destino, absorbiendo el 78% de los despachos, seguida por Chile (14%), España (5%) y Estados Unidos (2%).

Sin embargo, uno de los datos más relevantes para la estructura del negocio yerbatero es la reducción de las importaciones. En el primer bimestre de 2025, las compras externas de yerba sumaron US$ 3,3 millones, lo que representa una baja interanual del 8%. El abastecimiento externo proviene principalmente de Brasil y Paraguay.

Esta disminución en las importaciones es significativa para los productores, quienes históricamente han cuestionado el ingreso de yerba extranjera, al considerarla competencia desleal o factor de presión sobre el precio interno de la materia prima. Pese a la baja, las importaciones de este año aún se mantienen levemente (3%) por encima del promedio de los últimos cinco años.

La balanza comercial del complejo cerró positiva en US$ 9,9 millones en el primer bimestre, mientras que en el acumulado de 2024, la mejora fue del 8,3% interanual. Pese a una caída del 17% en las exportaciones medidas en dólares FOB en los primeros dos meses de 2025 (US$ 13,2 millones), estas se mantienen un 6% por encima del promedio quinquenal.

En cuanto al mercado interno, el consumo en 2024 retrocedió 9,3%, hasta las 258.814 toneladas. Sin embargo, enero de 2025 mostró un leve repunte (+2,3% interanual), lo que podría anticipar una recomposición gradual de la demanda doméstica.

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