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Cámaras, videoporteros, cerraduras y sensores que trabajan en conjunto para mejorar la seguridad del hogar

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La casa inteligente ya no es un proyecto del futuro: hoy es una realidad al alcance de todos. Ezviz, una de las principales compañías del mundo de soluciones de videovigilancia y domótica, impulsa esta evolución con un ecosistema global de productos interconectados, diseñados para brindar confort, seguridad y eficiencia desde una sola aplicación móvil.

La propuesta de Ezviz abarca todo el hogar: desde las cámaras que monitorean el exterior hasta las cerraduras, sensores, aspiradoras y videoporteros que facilitan la vida diaria. Todos los dispositivos se comunican entre sí y pueden ser controlados desde la app Ezviz, una plataforma intuitiva que permite gestionar, compartir y automatizar el funcionamiento de toda la casa.

Un ecosistema que se adapta a cada necesidad

El videoportero HP7 permite ver y hablar con quien llega al domicilio, incluso estando fuera, y se convierte en el primer punto de contacto del ecosistema. Su integración con la cerradura inteligente DL05 permite abrir el portón y la puerta de ingreso de manera remota, brindando una experiencia completa de acceso inteligente. La cerradura DL05 tiene un valor estimado de $470.000.

Por su parte, la cerradura DL50FVS (aprox. $950.000), con reconocimiento facial 3D y cámara incorporada, puede trabajar de forma sincronizada con otros dispositivos Ezviz. Por ejemplo, al abrir la puerta, la cámara de interior H6C puede tomar automáticamente una foto o grabar un breve video del ingreso, aportando un registro visual adicional para mayor tranquilidad. Esta cámara tiene un precio estimado de $50.000 pesos.

La integración también incluye dispositivos como el relé inteligente T36 ($44.000), que permite controlar y monitorear la iluminación del hogar, o la aspiradora robótica Ezviz RE4 (con un valor estimado de $699.000), que se programa y activa desde la misma aplicación. De esta manera, Ezviz cuida a toda la casa, ofreciendo soluciones que se adaptan a las rutinas diarias de cada familia.

Conectividad, control y simplicidad

La app Ezviz permite crear perfiles familiares, compartir accesos y notificaciones en tiempo real con distintos usuarios, y recibir alertas o videos instantáneos ante cualquier evento detectado por los dispositivos. Su diseño simple e intuitivo hace que la instalación y configuración de cada producto sea rápida, sin necesidad de conocimientos técnicos.

Nuestro objetivo es pensar en todas las necesidades del hogar moderno. Desde el ingreso hasta el confort diario, buscamos ofrecer un ecosistema que una seguridad, conveniencia y tecnología en una experiencia sencilla para toda la familia”, explica Marcelo Shen, Gerente General de Ezviz Argentina.

Ezviz continuará ampliando su portafolio en los próximos meses con nuevas soluciones de ingreso para distintos tipos de puertas, reafirmando su compromiso de construir un ecosistema cada vez más completo y conectado.

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Sueños lejanos

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Por Federico González Rouco (Revista Seul) El problema de la vivienda pasó de ser uno de esos temas que todos sabemos que existen, pero de los que hablamos poco, a otro con una relevancia mediática que hacía rato que no se veía. Notas en varios medios acerca de las fuertes subas de los alquileres, sobre cómo se mueve la oferta de viviendas, sobre operaciones de compra y venta y sobre líneas de crédito que se anuncian pero no aparecen. Y, en verdad, era hora de que este asunto apareciera en la agenda de discusiones públicas, porque la situación de la vivienda en Argentina es dramática.

Y, si bien es complicada para todos, las personas menores de 40 años se están llevando la peor parte. Esto va a tener consecuencias económicas, políticas y demográficas en las próximas décadas. El principal desafío, en el corto plazo, lo va a tener quien gobierne en el próximo período presidencial: las estimaciones globales indican que las personas suelen comprar sus primeras viviendas entre los 30 y los 35 años, y se prevé que será precisamente en los próximos cuatro años cuando el número de argentinos en ese rango etario sea el más alto de la historia, al menos hasta 2040. El gobierno que venga deberá enfrentarse a una demanda de soluciones que va a ser muy difícil de satisfacer, a menos que cambien muchas cosas.

¿Cómo llegamos hasta acá? ¿Qué se está haciendo para revertir la situación? ¿Sigue, cambió o se resignó el aspiracional? ¿Hay que esperar a que mejore la macroeconomía o se puede hacer algo más en el interín? Hace décadas que la situación no mejora, más allá de momentos particulares en los que hubo intentos de arranque que terminaron siendo, lamentablemente, ventanas de oportunidad. Lo bueno es que cada una de estas experiencias, exitosas o fallidas, dejaron enseñanzas.

CÓMO ESTAMOS

De acuerdo a la definición del INDEC, un hogar es una persona o grupo de personas que viven bajo el mismo techo y comparten los gastos de alimentación. Y, al menos hasta que el Censo 2022 diga lo contrario, en la Argentina hay cerca de 13,5 millones de hogares que viven en 13,2 millones de viviendas. Es decir que hay 300.000 hogares que comparten su vivienda con otros. Esto quiere decir que hay un 2,3% de los hogares que no es que tienen dificultades para tener una vivienda de calidad, sino que directamente no tienen vivienda. En algunas provincias del país la cifra llega al 8%.

En Misiones hay 466.850 viviendas particulares, donde viven 1.275.142 personas a razón de 2,73 personas por casa.

Además, casi el 10% de las viviendas se encuentra en situaciones irrecuperables, ya sea por los materiales con las que están construidas o por el lugar en donde se encuentran (cerca de algún basural o zona inundable). Por último, alrededor del 20% de los hogares requiere mejoras profundas en sus viviendas, ya sea en cuanto a acceso a servicios públicos o por renovación de materiales, principalmente. En total, alrededor de un tercio de los hogares (poco más de 4 millones) vive en situación de déficit habitacional. Sería el nivel más alto de las últimas cuatro décadas: desde 1980 el déficit osciló entre el 20% y el 30%, con una tendencia creciente. Cada crisis económica profunda eleva el piso, tal como sucede con la pobreza. Y es en los hogares jóvenes donde estos problemas se agravan: mientras que un tercio de los hogares vive con algún déficit, entre los jóvenes (a cargo de alguien menor de 34 años) la cifra asciende al 40%.

Algunas tendencias recientes explican este problema: a mediados de la década del ’90, casi el 60% de las personas de entre 25 y 40 años eran propietarias, mientras que en 2020 sólo lo eran el 47%, según el Sedlac, una base de datos latinoamericanos de la Universidad de La Plata. La casa propia es algo cada vez más lejano para ese estereotipo de joven laburante, quizás en pareja y con dos ingresos, que tenía como primeros pasos en vista el auto y la casa, en cualquier orden. Esa imagen, por diferentes motivos, está cada vez más lejos. Otra forma de verlo es que 2,4 millones de jóvenes de entre 25 y 35 años viven con sus padres o abuelos. El 40% de los jóvenes del país no puede emanciparse, no puede dar ese paso de independencia clave en la formación del desarrollo personal. Llegamos entonces hasta acá con una mochila muy pesada: cada vez más familias viven con problemas habitacionales, cada vez es más difícil dar el paso a la casa propia y, para peor, alquilar una vivienda se volvió todo un desafío y los jóvenes no se pueden ir de la casa familiar.

En la actualidad, el kirchnerismo está profundizando los problemas, especialmente porque mantiene un enfoque que ya se dejó de usar en el mundo: la del Estado constructor como eje del acceso a la vivienda. El Estado no va a poder ofrecer las soluciones que los cuatro millones de hogares necesitan, al menos no solo y nunca con este escenario fiscal. Hoy el gobierno nacional entrega viviendas con cuentagotas, con inauguraciones que a veces tienen más funcionarios en el escenario que beneficiarios de las obras, y sin un método que vuelva sostenible a este esquema. No se apoya en el sistema financiero para apalancar y ampliar la inversión pública, no prioriza ni focaliza la inversión de acuerdo a ningún criterio identificable y no ofrece herramientas regulatorias que impulsen al sector privado.

En términos programáticos, el paquete de medidas actuales consiste en financiar desde el Estado nacional  obras pequeñas y unos muy pocos créditos para compra o construcción. Se están terminando de construir y entregar viviendas que se comenzaron hace casi diez años, como las de la ciudad de Paraná entregadas hace pocos días, y en las que intervinieron varios gobiernos. Esta forma de hacer política de vivienda tiene estos tiempos, que son mucho más lentos que los que necesitan esos 4 millones de hogares con déficit o los 2,4 millones de jóvenes.

Otro ejemplo de la ineficiencia actual es la ley de alquileres, una regulación cuyos resultados negativos ya están a la vista y que ningún partido político se niega explícitamente a modificar. Sin embargo, no pasa nada. Hay dos dictámenes en el Congreso, uno de mayoría (del Frente de Todos) y otro de minoría (de la oposición en su conjunto), pero la parálisis política debida al ataque del Gobierno contra la Corte Suprema hace que no se debata ese tema, cuando en verdad hay soluciones posibles a mano.

En lo referente al crédito, el FdT mantiene la UVA, un modelo de crédito hipotecario que, a pesar de todo el contexto económico y social de los últimos años, ha demostrado su solidez, con niveles de incumplimiento bajísimos y que les permitió a 120.000 familias el acceso a la casa propia. Es más, el FdT hasta presentó proyectos de ley para crear un Fondo de Compensación, en línea con lo que ADEBA (Asociación de Bancos Argentinos), y Juntos por el Cambio proponen. Sin embargo, como con la ley de alquileres, nada pasa.

PARA DÓNDE IR

Los menores de 40 años hoy se encuentran en uno de los peores escenarios, con el acceso al crédito totalmente restringido y el mercado de alquileres en su momento más complejo. En paralelo, la esperanza de llegar a la casa propia sigue latente, como un aspiracional que nunca se va pero que cada vez es más difícil de concretar. Hace unas semanas pregunté en mi cuenta de Instagram “¿Qué te genera la idea de Casa Propia?” y hubo dos respuestas que fueron ampliamente mayoritarias: “seguridad” y “un sueño”.

Que sea un sueño no es algo novedoso, porque la casa propia es parte del paquete clasemediero argentino desde hace décadas y lo va a seguir siendo. Sin embargo, me queda alguna duda acerca de si este sueño sigue siendo tan mayoritario como solía serlo, un poco porque cambiaron los estilos de vida y otro porque ese sueño se empieza a esfumar de tan lejano que se ve.

Al mismo tiempo, en un país en el que nada es estable, saber que el techo va a seguir estando ahí es un factor enorme de tranquilidad y eso es lo que se busca en última instancia. Vemos en la casa propia una seguridad que ninguna otra cosa nos puede dar, porque la sentimos como algo que no nos pueden sacar. En un país que se acostumbró a faltarle el respeto a la propiedad privada, ahorrar en vivienda parece lógico y deseable.

Toda la gestión de acá en adelante tiene que estar enfocada en que el mercado de vivienda pueda proveer soluciones a las personas y que éstas se adapten a necesidades y a demandas cambiantes. Esto significa que deben aparecer alternativas para que las personas puedan elegir la más conveniente en cada caso. Para esto, dos mercados tienen que funcionar sí o sí: el de alquileres y el de financiamiento. Y acá el puntapié tiene que ser regulatorio. Cuando el andamiaje de estos mercados se haya corregido, la construcción, la intermediación y el resto de los eslabones van a acompañar.

Se suele decir que no puede haber crédito hipotecario con inflación y, si bien es cierto que éste es de los peores problemas que puede haber, tampoco podemos estar esperando a que la macroeconomía mejore para tener un sistema de créditos que funcione. Chile, Bolivia, Colombia, México y Uruguay tienen unidades indexadas similares a la UVA, y casi todos arrancaron con niveles altos de inflación, parecidos a los de Argentina en 2016-2017, cuando se lanzó aquí esta unidad de cálculo. Obviamente, no hay largo plazo posible con una inflación del 100%, pero no hace falta llegar a niveles de un dígito para que haya crédito.

Lo que sí es necesario es actualizar el sistema financiero y, para eso, sólo hace falta mirar qué hacen los países donde hay crédito. En la mayoría, los gobiernos juegan un papel crucial en conectar el financiamiento para vivienda de largo plazo con lo que los pequeños ahorristas pueden invertir. Además, se busca reducir las barreras de entrada con seguros o garantías hipotecarias que permitan dar mayor robustez al mercado y facilidades a los hogares. Un punto clave de los años por venir es ir hacia la etapa 2.0 del sistema UVA, que es el fondo de compensación. Estas modificaciones, junto a otras más y a la ley de alquileres, pueden ser el primer paso para mejorar el acceso de las personas a la vivienda.

Por lo demás, el censo del año pasado nos va a dejar bien en claro para dónde apuntar en términos de planificación urbana, qué ciudades del país requieren trabajo específico y cuáles fueron los principales focos de transformación pos-pandemia. El país al que vamos no es igual al de los últimos años, sino que cuenta con muchas ciudades creciendo a ritmos vertiginosos con mercados de viviendas que se están desarrollando, por las buenas o por las malas. La acción del Estado para acompañar y orientar ese crecimiento va a ser crucial. Todo esto va a llevar tiempo, pero mi generación ya no tiene tiempo. Y las que vienen, tampoco.

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Cómo acceder al subsidio Ahora Hipotecarios UVA en Misiones

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Específicamente, mediante el programa “Ahora Para Hipotecarios UVA” el Estado provincial reintegrará mediante un aporte no reintegrable el equivalente a la variación de entre el 35% y el 60 % de la variación de la Unidad de Valor Adquisitivo (UVA) de la cuota mensual de capital con respecto a la cuota de diciembre de 2021 del crédito hipotecario del sujeto comprendido, con un tope mensual de $ 15.000 por beneficiario. Se efectivizará mensualmente para cada beneficiario a partir del mes informado por la Provincia y hasta la vigencia del Programa. 

Los beneficiarios seránpersonas Humanas, con residencia en Misiones, titulares de créditos hipotecarios en Pesos Ajustados por UVA con destino a la construcción, adquisición, ampliación y/o terminación de vivienda única familiar, siempre y cuando, sus ingresos netos del grupo familiar conforme a descuentos por Ley no superen los $ 400.000 en el mes de julio de 2022. 

Las personas interesadas en el beneficio pueden inscribirse en la página de Hacienda https://hacienda.gob.ar/ahora-para-hipotecarios-uva/ Una vez completado los datos, se remitirá un correo informando que la solicitud se encuentra en proceso de evaluación y luego el Ministerio de Hacienda responderá al correo informado, si accede al beneficio. Para más información al respecto del beneficio, su aplicación y requisitos consultar la página web del Ministerio de Hacienda.  

Vale remarcar que el programa será aplicado para los meses comprendidos entre 10 de agosto de 2022 y el 31 de julio del año 2023, una vez que la provincia determine los sujetos pasibles de recibir el subsidio y los importes correspondientes a cada uno.  

A partir del 21 de agosto de 2022 todas las solicitudes enviadas y aprobadas hasta el 5 de septiembre, serán aplicadas para las cuotas con vencimiento en septiembre de 2022. Para los meses subsiguientes, todas las solicitudes enviadas y aprobadas hasta el 5 de cada mes, serán aplicadas para las cuotas con vencimiento en el mismo mes del último día de la fecha de corte. El beneficio del programa será acreditado en la cuenta bancaria (CBU) informada en el momento de la carga del formulario, la que deberá ser coincidente con la del crédito hipotecario. 

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