IGUALDAD

De la ley de cupo a la paridad: “La participación de la mujer era un múltiplo de tres sin nombre”

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En pocos días más se aprobará la ley que amplía e iguala los derechos de la mujer misionera en la política. Una norma, que entre otros puntos destaca que las listas de candidatos a diputados provinciales, concejales y convencionales constituyentes nacionales, provinciales o municipales, deben integrarse de manera intercalada entre ambos géneros, desde el primer candidato titular hasta el último candidato suplente.
La historia política de la provincia desde la democracia a esta parte, está plagada de luchas e intentos por alcanzar la igualdad femenina en los espacios de decisión y de participación. Un recorrido que habrá dado sus frutos cuando la Legislatura apruebe la ley de Paridad de Género.
Precisamente desde una esas bancas, la dirigente radical Mabel Marelli dio batalla por esa igualdad y ocupó la presidencia del cuerpo, siendo la única mujer que lo hizo hasta hoy. Mientras que desde el otro lado de la trinchera, representando al peronismo, Mercedes Oviedo fue ganando lugares hasta convertirse en la primera ministra mujer y primera vicegobernadora de Misiones. Ambas, en una entrevista con Economis, destacaron la aprobación de la futura ley, asegurando que se trata de un logro de las mujeres.
Marelli fue diputada entre 1987 y 1991 durante la gobernación del peronista, Julio Humada. Luego, fue elegida para ocupar una banca en el Congreso de la Nación, siempre dentro de la UCR.
¿Qué significa la aprobación de esta ley?
Hay que destacar el rol que hemos tenido las mujeres en la gestación de esta ley. Las hemos pasado todas, sé lo que ha costado. Creo que es un momento significativo, un hito similar al del Voto Femenino.
Recordaba que dentro de su partido “no era importante (la discusión), en donde había participación cero de las mujeres en las decisiones.

“En 1991 cuando fui diputada nacional se habilitó la ley del cupo femenino, que pensaba que era un piso y terminó siendo un techo, aunque garantizaba un 30 por ciento femenino. Muchas veces he escuchado cuando se armaban las listas que se dejaba el lugar para la mujer, pero no se discutía quien iba a ser. Era un múltiplo de tres sin nombre”.
 
¿Cómo se definía qué mujer iba a ocupar lugares en las listas?
El peso de la mujer no era por representación, sino por intereses del partido y de los hombres. Pero no debemos caer en el femimachismo. No podemos conquistar por acción violenta. Las que trabajaron por esta ley militaron mucho y se basa en una participación equivalente. Eso va a empujar a una mejora en la política y se cumple lo que dice la constitución del 94, de real representación del hombre y la mujer. Sin embargo, ahora nos encuentra a una sociedad mucho más educada en ese sentido. Las mujeres tenemos que demostrar mucho más la militancia para que la gente sepa a quien vota y quien lo representa.
¿Cómo cree que se va a trabajar ahora?
 Ya no más una discriminación positiva, sino una real paridad en reparto de espacios y obligaciones. Todas éramos buenas hasta que nos elegían, aunque yo soy una afortunada. Todos los espacios que ocupé fue gracias a las mujeres que trabajaron para ganar esos espacios. Pero es un nuevo primer paso. Ahora hay que seguir peleando por igual remuneración. No es el final, sino un nuevo comienzo. A trabajar y a estudiar, a formarse para que no se arrepientan de habernos votado. La política mejorará, porque habrá espacio solo para los mejores hombres. Y los partidos pelearán por tener a las mejores mujeres.

Mercedes Oviedo ocupó cargos en el Ministerio de Bienestar Social, de la Mujer y de la Juventud entre 1988 y 1995. A fines de la década de los 80’ creó la asociación civil «Casa de la Mujer de la provincia de Misiones» brindando apoyo social, capacitación, y posibilidades de salida laboral a las mujeres de la provincia.  En 1996 ocupó la vicepresidencia del instituto de la vivienda (Iprodha). Fue elegida diputada provincial entre 1997 y 1999 y nuevamente entre 2005 y 2009; también fue presidenta de la Secretaría de la Mujer del Partido Justicialista, hasta que en 1999 asumió como vicegobernadora, junto a Carlos Rovira, cargo al que renunció en 2001 luego de ser electa senadora.
¿Qué cambios va a traer esta ley?
Es todo un logro pero también un desafío. Es un logro en la búsqueda de la igualdad y un desafío para la mujer no sólo para su participación sino para su convivencia con las otras mujeres para construir poder, para trabajar democráticamente y para prepararse para estar en igualdad de condiciones con los hombres que ocupan esos espacios de poder. Es una gran alegría y un logro importante, lo que se viene será responsabilidad pura y exclusivamente de todas y cada una de las mujeres de la provincia.
¿Cuál era el lugar de la mujer en sus años de militancia?  
El trabajo de la mujer en el espacio público, de conducción política y de participación político partidaria siempre fue todo un desafío. No fue fácil, algunas como en mi caso tuvimos la oportunidad de que en función a una tarea profesional, social y de participación en un partido político, se nos propusiera un lugar importante como el que fui ocupando como secretaria de la Mujer de mi partido, por primera vez ser ministra de la mujer, oportunidad que me dio la vida, y por ese apoyo que me dieron fui la primera vicegobernadora, o la primera senadora por mi provincia, o sea que lo mío fue un privilegio de la vida que no todas tuvieron y que ojalá de ahora en más juntas puedan elegir democráticamente a quienes las representen, y puedan transitar ese camino en función a sus objetivos y sus ambiciones, pero por sobre todo que puedan ir construyendo en paz una convivencia que les permita que todas nos podamos sentir representadas por las mujeres que elijamos.

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“Hay que animar a las mujeres a que participen en política”

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Distintas fuerzas políticas de la Cámara de Diputados de Misiones lograron unificar un proyecto que obtuvo dictamen favorable y que se convertirá en ley – posiblemente la próxima semana – y que amplía los derechos políticos de la mujer con una norma que garantiza la equidad en la conformación de listas en las elecciones. También reformula la ley orgánica de los partidos políticos, que deberán respetar la paridad de género en sus autoridades y candidaturas.
De los últimos años, esta reforma política es una de las pocas que amplía derechos junto a la del voto a los 16 años.
El 30 por ciento de cupo femenino que exige la ley nacional actual, pasó de ser un logro a un condicionante por lo que esta norma provincial, igualará la posibilidad de competencia en las urnas y abrirá el juego para promover la participación de las mujeres en política. Este último, será quizás el mayor desafío para los distintos espacios.
“Hay que animar a las mujeres a que participen, para mí es un hecho histórico, porque fueron muchos años de pelear por la igualdad. Las mujeres somos muy capaces y fuimos abarcando distintos ámbitos de la vida política, social, y no hay que tenerle miedo a la participación. Va a ser un desafío para todos los partidos políticos y frentes”, afirmó Silvana Gimenez, presidenta de la Comisión de Asuntos Constituciones de la Legislatura.
Por su parte, la diputada provincial Anita Minder (UCR-Cambiemos) expresó que “la política sigue siendo un ámbito bastante hostil para la mujer, y estamos muy lejos de la igualdad real de oportunidades y de una plena participación política, ya que las bancas ocupadas por el género femenino en la Cámara de Representantes, se ubica en el promedio del 30% determinado por la normativa, con lo que aquello que se planteó como un piso” pasó a ser un techo”.
En las últimas elecciones para cargos ejecutivos, en 2015, sólo cinco mujeres fueron electas en la provincia para conducir sus municipios. Cinco, sobre 75, Pozo Azul no existía como tal.  Celia Mabel Smiak, de Almafuerte, Antonia Medina de Colonia Polana, Lucy Bar de Prichoda de Mojón Grande, Silvia Estigarribia de Profundidad y Mabel Cáceres de Santo Pipó son las únicas alcaldesas misioneras.
Asimismo, en las elecciones de medio término del 2017, para la Cámara de Diputados de la provincia, sobre 20 candidatos titulares para ocupar una banca, el Frente Renovador incluyó a siete mujeres en su lista, El Pays a 9, al igual que Cambiemos.
La concejal de Posadas, Natalia Gimenez, hace un tiempo presentó un informe que detallaba que “desde la vuelta a la democracia en 1983, asistimos a 16 procesos eleccionarios en los cuales se definieron bancas para el Concejo Deliberante de Posadas. La participación política que hemos tenido las mujeres ha variado según los años, pero nunca hemos sido mayoría en el cuerpo en relación con nuestros pares los varones”.
Y añadió que desde las elecciones de 2003, transcurrieron ocho procesos eleccionarios en los cuales la Unión Cívica Radical (UCR) no propició que ninguna de las bancas ganadas en Posadas haya sido ocupada por mujeres. El PRO –que presentó listas en Posadas por primera vez en 2009- tampoco definió que una mujer encabezara la candidatura a edil de la ciudad, siendo sus bancas ocupadas solamente por varones. “Dentro de los espacios políticos que propiciaron la participación femenina se destaca el Frente Renovador como la única fuerza política con 10 concejalas en el mismo período del 2003 a la actualidad”.

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Mercedes D’ Alessandro “En el mundo el 40% de las Pymes está liderada por mujeres que no tienen acceso al financiamiento”

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La economista, autora del libro Economía Feminista, aseguró que hubo algunos avances sociales en la lucha por la igualdad, aunque el camino por recorrer es largo tomando en cuenta que todavía el 76 por ciento de las tareas domésticas no remuneradas las hacen las mujeres.
En Posadas, ciudad que la vio nacer, Mercedes D´Alessandro, economista autora del libro Economía Feminista, llegó para brindar una charla denominada “Lo personal es político. Del trabajo doméstico a las políticas públicas” en el Centro del Conocimiento.
Antes, en una entrevista se refirió a las desigualdades que aún quedan y que son motivos de lucha en diferentes ámbitos sociales, políticos, económicos y culturales.
“Las mujeres ganan menos que los varones, un 27 por ciento menos y en los trabajos precarizados la brecha aumenta al 40 por ciento, y esto tiene que ver con cómo ordenamos la producción social, por ejemplo, las mujeres realizan el 76 por ciento del trabajo doméstico no remunerado, lavar, cocinar, planchar, ocuparse de los chicos, etc, y esto no es solamente una cuestión cultural sino que tiene un costo económico, se calcula que se dedican seis horas por día a este tipo de trabajos, y esto compite con los trabajos pagos porque si vos tenés que hacer en promedio seis horas estas tareas y después tenés que ir a trabajar ocho horas no te alcanzan los tiempos y muchas veces se resigna el trabajo pago para cumplir con esas obligaciones (entre comillas) de ama de casa”.

Aseguró que en el caso de las mujeres emprendedoras, se destacan por lograr mover la economía pero tienen muchos problemas para acceder a un crédito. “Igual que la distribución de la propiedad, la mayoría de los dueños de tierras, de propiedades son varones entonces vos como sujeto de crédito cuando vas al banco a pedir que te presten no tenés el respaldo suficiente”.
Datos del Banco Central muestran que el 40 por ciento de las Pymes del mundo están lideradas por mujeres pero que no reciben financiamiento, precisó.
En el programa Te Digo Más de canal 12, D’Alessandro habló del llamado impuesto rosa, aquel por el que las mujeres pagan más caro productos destinados exclusivamente a ellas. Por ejemplo, un desodorante.
“Es una forma de discriminación y uno lo puede denunciar. En las publicidades solamente en el 2 por ciento de los casos hay varones limpiando”.
Finalmente, afirmó que en estos años hubo avances en la igualdad, no solo en los términos, es decir ya no se habla de crimen pasional sino de femicidio, por dar un ejemplo, sino que cuando se cuestiona si la mujer llevaba pollerita corta al momento de ser abusada la sociedad se escandaliza, no lo naturaliza, y eso es positivo.

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Mercedes D’ Alessandro: “Sigue pasando que en un caso de violencia o femicidio se preguntan si tenía la pollera muy corta”

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La economista y autora de Economía Feminista, analizó en una entrevista con Economis, las desigualdades sociales, laborales, económicas, que aun enfrentan las mujeres y el “esfuerzo intelectual” que significa comprender la igualdad de derechos. Con datos, explica los logros y desafíos que aún quedan por delante.
¿Cuáles son y dónde están las mayores desigualdades que enfrentan hoy las mujeres?
Las mayores desigualdades que enfrentan las mujeres están en el ámbito del trabajo doméstico no remunerado. Las mujeres en la Argentina realizan el 76 por ciento de las tareas que implican lavar, cocinar, planchar, hacer las compras, llevar a los chicos a la escuela, ayudarlos a hacer las tareas, esto es un dato muy relevante porque lo que te está mostrando es que cuando termina la jornada laboral, llega a su casa y se encuentra con que tiene que hacer un montón de cosas más. Son tareas que caen asimétricamente sobre las mujeres y tienen un gran peso cultural porque lo cierto es que la mujer es una trabajadora full time además de ser una ama de casa, casi full time.  

En la economía feminista eso se denomina pobreza de tiempo y eso implica que una mujer que tiene que arreglarse con los chicos y con todas las tareas del hogar obviamente va a tener menos tiempo disponible para trabajar por un salario, esto acarrea que muchas veces agarren trabajos precarios, mal pagos. Todos los indicadores muestran que el nivel de precarización laboral de la mujer es mayor al de los hombres, así también es la brecha salarial, entre las trabajadoras formales es del 27 por ciento, mientras que entre las precarizadas es del 40 por ciento. En este sentido es importante es importante que el presidente Macri haya tenido en agenda este tema, pero lo cierto es que para poder cerrar esa brecha salarial es necesario entender de dónde surge, y yo creo que ahí todavía falta un largo camino y hay que empezar más rápido que tarde para poder tener las herramientas para avanzar sobre esta cuestión.
¿Cuáles son los logros que se alcanzaron en estos años?
Creo que a partir del 2015 con #NiUnaMenos y con las movilizaciones de las mujeres, todos los temas de género empezaron a estar en la agenda, la violencia machista sin dudas uno de los más llamativos pero en los últimos tiempos también el aborto legal, seguro y gratuito se volvió un eje, y apareció en todos los programas, en la tapa de los diarios, e incluso el Presidente lo mencionó en el discurso de apertura de sesiones. Yo creo que esos son grandes avances, grandes logros, porque el tema del aborto también es un tema económico, también atraviesa la desigualdad, nosotros tenemos en Economía Feminista datos que muestran que un aborto clandestino hoy ronda los 20 mil pesos, las pastillas que son un método más seguro para abortar salen alrededor de tres mil pesos, sin embargo tenemos que el 75 por ciento de las mujeres en la Argentina gana menos de 10 mil pesos y que hay muchísimas que ni siquiera ganan dos mil pesos por mes, entonces esto deja en evidencia que las mujeres pobres tienen abortos clandestinos en muy malas condiciones, exponen mucho su salud, mientras que las que tienen mayores ingresos pueden acceder a un aborto un poco más seguro pero aun en estas condiciones pésimas que afectan y dejan expuestas sus vidas y su condición incluso psicológica porque el hecho de que sea ilegal genera muchas preocupaciones y una carga emocional muy fuerte. En la Argentina se calcula que hay alrededor de 500 mil abortos por año, es decir hay muchísimas personas haciéndolo constantemente, es un tema de salud pública que debe ser abordado con educación sexual, con anticonceptivos gratuitos pero también con aborto legal.

¿Es correcta la forma en la que muchas veces se da esa batalla por la igualdad?
El mensaje está llegando de a poco, creo que el movimiento feminista, el movimiento de mujeres ha encontrado distintos canales para hacerse escuchar, pero que por supuesto cuesta porque hay muchos prejuicios porque vivimos en una sociedad machista que nos ha formateado en un montón de cosas, y cambiar estructuras que uno tiene incorporado siempre tiene un costo. No es tan simple que las personas entiendan que tenemos la capacidad de decidir sobre nuestro propio cuerpo, no es tan fácil comprender que los papás también tendrían que estar en la casa cuidando a los niños y lavando los platos y la ropa al mismo ritmo que las mujeres. Cuesta mucho, me acuerdo hasta hace muy poco cuando había un femicidio se cuestionaba si la chica tenía la pollera muy corta, incluso sigue pasando hasta el día de hoy. Hay mucha resistencia porque tenemos naturalizadas un montón de cosas, entonces cambiar la forma en la que pensamos es un esfuerzo intelectual y creo que en algunas cuestiones avanzamos bastante y espero que podamos seguir profundizando esos cambios porque son importantes no solo para las mujeres sino para toda la sociedad. Los varones son víctimas de un montón de mandatos sociales, como ser el macho proveedor, no llores porque sos puto y eso es un problema, el tema de la virilidad, etc. Entonces creo que estamos dando un paso importante en la sociedad de avanzar con determinados temas que nos traban y nos ponen obstáculos que deberían ser mucho más fáciles de rebatir.

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#8M Mercedes D’ Alessandro: “Sigue pasando que en un caso de violencia o femicidio se preguntan si tenía la pollera muy corta”

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La economista y autora de Economía Feminista, analizó en una entrevista con Economis, las desigualdades sociales, laborales, económicas, que aun enfrentan las mujeres y el “esfuerzo intelectual” que significa comprender la igualdad de derechos. Con datos, explica los logros y desafíos que aún quedan por delante.
¿Cuáles son y dónde están las mayores desigualdades que enfrentan hoy las mujeres?
Las mayores desigualdades que enfrentan las mujeres están en el ámbito del trabajo doméstico no remunerado. Las mujeres en la Argentina realizan el 76 por ciento de las tareas que implican lavar, cocinar, planchar, hacer las compras, llevar a los chicos a la escuela, ayudarlos a hacer las tareas, esto es un dato muy relevante porque lo que te está mostrando es que cuando termina la jornada laboral, llega a su casa y se encuentra con que tiene que hacer un montón de cosas más. Son tareas que caen asimétricamente sobre las mujeres y tienen un gran peso cultural porque lo cierto es que la mujer es una trabajadora full time además de ser una ama de casa, casi full time.  

En la economía feminista eso se denomina pobreza de tiempo y eso implica que una mujer que tiene que arreglarse con los chicos y con todas las tareas del hogar obviamente va a tener menos tiempo disponible para trabajar por un salario, esto acarrea que muchas veces agarren trabajos precarios, mal pagos. Todos los indicadores muestran que el nivel de precarización laboral de la mujer es mayor al de los hombres, así también es la brecha salarial, entre las trabajadoras formales es del 27 por ciento, mientras que entre las precarizadas es del 40 por ciento. En este sentido es importante es importante que el presidente Macri haya tenido en agenda este tema, pero lo cierto es que para poder cerrar esa brecha salarial es necesario entender de dónde surge, y yo creo que ahí todavía falta un largo camino y hay que empezar más rápido que tarde para poder tener las herramientas para avanzar sobre esta cuestión.
¿Cuáles son los logros que se alcanzaron en estos años?
Creo que a partir del 2015 con #NiUnaMenos y con las movilizaciones de las mujeres, todos los temas de género empezaron a estar en la agenda, la violencia machista sin dudas uno de los más llamativos pero en los últimos tiempos también el aborto legal, seguro y gratuito se volvió un eje, y apareció en todos los programas, en la tapa de los diarios, e incluso el Presidente lo mencionó en el discurso de apertura de sesiones. Yo creo que esos son grandes avances, grandes logros, porque el tema del aborto también es un tema económico, también atraviesa la desigualdad, nosotros tenemos en Economía Feminista datos que muestran que un aborto clandestino hoy ronda los 20 mil pesos, las pastillas que son un método más seguro para abortar salen alrededor de tres mil pesos, sin embargo tenemos que el 75 por ciento de las mujeres en la Argentina gana menos de 10 mil pesos y que hay muchísimas que ni siquiera ganan dos mil pesos por mes, entonces esto deja en evidencia que las mujeres pobres tienen abortos clandestinos en muy malas condiciones, exponen mucho su salud, mientras que las que tienen mayores ingresos pueden acceder a un aborto un poco más seguro pero aun en estas condiciones pésimas que afectan y dejan expuestas sus vidas y su condición incluso psicológica porque el hecho de que sea ilegal genera muchas preocupaciones y una carga emocional muy fuerte. En la Argentina se calcula que hay alrededor de 500 mil abortos por año, es decir hay muchísimas personas haciéndolo constantemente, es un tema de salud pública que debe ser abordado con educación sexual, con anticonceptivos gratuitos pero también con aborto legal.

¿Es correcta la forma en la que muchas veces se da esa batalla por la igualdad?
El mensaje está llegando de a poco, creo que el movimiento feminista, el movimiento de mujeres ha encontrado distintos canales para hacerse escuchar, pero que por supuesto cuesta porque hay muchos prejuicios porque vivimos en una sociedad machista que nos ha formateado en un montón de cosas, y cambiar estructuras que uno tiene incorporado siempre tiene un costo. No es tan simple que las personas entiendan que tenemos la capacidad de decidir sobre nuestro propio cuerpo, no es tan fácil comprender que los papás también tendrían que estar en la casa cuidando a los niños y lavando los platos y la ropa al mismo ritmo que las mujeres. Cuesta mucho, me acuerdo hasta hace muy poco cuando había un femicidio se cuestionaba si la chica tenía la pollera muy corta, incluso sigue pasando hasta el día de hoy. Hay mucha resistencia porque tenemos naturalizadas un montón de cosas, entonces cambiar la forma en la que pensamos es un esfuerzo intelectual y creo que en algunas cuestiones avanzamos bastante y espero que podamos seguir profundizando esos cambios porque son importantes no solo para las mujeres sino para toda la sociedad. Los varones son víctimas de un montón de mandatos sociales, como ser el macho proveedor, no llores porque sos puto y eso es un problema, el tema de la virilidad, etc. Entonces creo que estamos dando un paso importante en la sociedad de avanzar con determinados temas que nos traban y nos ponen obstáculos que deberían ser mucho más fáciles de rebatir.

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