En la previa del súper martes la tasa de Lebac llegó a operar al 50%

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Mientras van digiriendo el cambio de cúpula del BCRA, esperando alguna señal de las nuevas autoridades, los inversores ya apuntan su atención a la mega licitación de Lebac del próximo martes, en la que el BCRA, deberá afrontar vencimientos por más de $ 530 mil millones.
En el marco de una turbulenta plaza cambiaria, dominada por una sólida demanda que no encuentra respaldo en la oferta – sin la intervención de la autoridad monetaria – el mercado se muestra expectante sobre el nivel de la tasa que convalidará el nuevo Central, conducido por Luis Caputo, y sobre todo por el monto que logrará renovar.
En el primer punto, la autoridad viene tomando como referencia las tasas operadas en el mercado secundario, que este viernes para el plazo de 34 días llegó al 50%, para luego cerrar en el 43,5%. “Ese es el termómetro, debería de cortar en estos niveles, pero de acá a la semana que viene pueden pasar muchas cosas con este mercado”, indicó a ámbito.com, Leonardo Svirsky, de Bull Market Brokers.
En la licitación de mayo pasado, el BCRA convalidó un retorno del 40% y logró renovar el 100% de los vencimientos por $ 615.877 millones, además de recibir una oferta adicional de $ 5.000 millones.
“Veo una licitación muy complicada, el inversor de Lebac está muy dolido, perdió mucho en los últimos seis meses y sobre todo en los últimos 30 días”, dijo a este medio el analista financiero Christian Buteler.
“Hay que ver cuántos pesos terminan en el dólar. En el mercado secundario, la Lebac estuvieron cotizando por arriba, esto ya te está marcando un posible problema para el martes”, añadió. La licitación del próximo martes enfrenta además un factor estacional. “Los bancos van a necesitar retirar pesos porque este es un mes de mayor demanda de pesos, por el pago de aguinaldos”, recordó Buteler.
Buscando atenuar la liberación de pesos y que fogoneen aún más la demanda de dólares, el equipo económico anunció este viernes que licitará el lunes bonos por hasta u$s 4.000 millones. En un comunicado, el Ministerio de Finanzas anunció el llamado a licitación de Bonos de la Nación Argentina en moneda dual -pesos y dólares- 2019 y Bonos del Tesoro en pesos a tasa fija con vencimiento en 2020 por hasta ese monto.
El objetivo del gabinete económico es bajar el abultado stock de Letras, una de las exigencias del FMI para firmar el acuerdo por un auxilio financiero de u$s 50 mil millones.
Vale recordar que el monto original de los vencimientos de junio llegaba a los $ 663 mil millones, pero a través de las recompras del BCRA en el mercado durante este último mes, ese nivel se redujo a los $ 534 mil millones (hasta el miércoles pasado).
Desde julio, el BCRA comenzará a aplicar la promesa pactada con el FMI de desmantelar la “bola de nieve” de las Lebac. Así, el Tesoro intentará licitar la mayor cantidad de pesos para absorber Letras Intransferibles en manos del BCRA y con esos pesos la autoridad monetaria podrá seguir con la recompra de estas letras en pesos.
Mirando hacia el mediano y largo plazo, la intención del oficialismo es sostener las Lebac, no como opción de inversión, sino como mecanismo de control de la política monetaria.

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Para el FMI el Banco Central debe mantener su “mano dura” para bajar la inflación

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Ahora el país tiene un veedor internacional, que sigue de cerca la evolución de variables clave. Una de ellas es el costo del dinero. En las negociaciones, funcionarios del BCRA se llevaron un “reto” por un par de decisiones tomadas en el pasado. ¿Por qué Sturzenegger festeja?
La economía argentina post acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) traerá muchas novedades y algunas confirmaciones sobre el plan de acción que debe llevar a cabo el Banco Central.
Durante un buen tiempo, uno de los aspectos más resistidos por el “ala política” del Gobierno fue -y seguramente seguirá siendo- la utilización de las tasas súper altas, como las que se observan hoy en día.
El Banco Central, ya con plena libertad para enfocarse en la batalla contra la inflación, no tiene en sus planes inmediatos reducir el costo del dinero, ahora en el 40%. Incluso, ha tenido un inesperado aliado en su cruzada por mantener los elevados tipos de interés: el mismísimo FMI.
Este tema fue abordado en varias de las reuniones que se llevaron a cabo en Washington entre los emisarios del BCRA y los técnicos del organismo. También claro está, fue uno de los ejes centrales de la negociación.
Si bien no hubo ningún pedido explícito por parte del Fondo (de hecho, no es un tema que esté en la letra chica del entendimiento), los funcionarios de Christine Lagarde sugirieron mantener la “mano dura” hasta que la inflación no baje en forma contundente.
Por cierto, esto fue música para los oídos de Federico Sturzenegger, quien siempre se mostró proclive a insistir en esta postura.
En las conversaciones con Ricardo Cardarelli, jefe de la misión del Fondo para la Argentina, los funcionarios del BCRA hasta se llevaron un “reto” por haber reducido las tasas en el pasado sin la constatación fehaciente de que el índice de precios había sido domado y estaba “condenado” a caer.
“Ustedes bajaron la tasa dos veces cuando la inflación corría al 17% anual. Una fue a mitad del 2016, la otra durante el tercer cuatrimestre del 2017. Finalmente ambas decisiones se volvieron en su contra”, recordaron.
“Demuestran empeño en bajar la inflación y hasta han sido efectivos en eso, pero después no se han mantenido firmes. Tienen que ser más consistentes con las políticas que adoptan”, les hizo saber el Fondo.
“En general, los bancos centrales fijan la tasa de interés y hasta que no está clarísimo que el índice de precios cae, no la mueven”, insistió el organismo.
La chicana de los integrantes del FMI a los funcionarios del Banco Central, lejos de condicionar una futura reducción del costo del dinero, reafirmó la idea oficial de que la actual referencia del 40% debe ser mantenida en ese nivel por un tiempo incluso más prolongado de lo que algunos pensaban.
El organismo de crédito puso como ejemplo el caso de México en 1995, país que mostró suma lentitud en bajar el costo del dinero para así poder contener el alza de los precios.
Si bien el tema de las altas tasas no es una meta, lo cierto es que las autoridades del Central se llevaron la clara señal de que el Fondo avala completamente la dureza monetaria que imparte Sturzenegger.
El número uno del BCRA cree que hay que dar señales muy contundentes para poder domar los precios. Y suele repetir que hasta que no decrezca la inflación esperada no hay que aflojar en mantener la política monetaria.
Es cierto que su plan no dio los resultados esperados (el índice rondaría el 27% este año, según el promedio tomado entre más de 50 consultoras y economistas relevados en el REM). Pero también es verdad que tras el firme apoyo del FMI intentará que esta vez sí tenga el efecto deseado.
Para el Central, su política de “mano dura” funciona. De hecho, recuerda que los precios subieron 8% durante todo el segundo semestre del 2016.
Pero lo que le está exigiendo el FMI es que tenga una mayor consistencia. Es decir, en mantenerlas elevadas todo el tiempo que haga falta.
Revisiones trimestrales
En el BCRA creen que la baja del déficit ayuda para reducir el índice de precios, pero están convencidos de que –por encima de ello- el manejo de la tasa es una herramienta mucho más contundente.
De hecho, desde la entidad afirman que es el instrumento “número uno”, el más importante y el que pueden controlar plenamente.
Se verá si, como creen entonces el Fondo y el Central, una política dura y persistente en el tiempo es capaz de doblegar la alta inflación.
Una forma de medir esto será la revisión trimestral de las metas que se han pactado en las negociaciones.
El organismo revisará la marcha cada tres meses para ir monitoreando si se encamina hacia los objetivos anuales: 17%, 13% y 9% para 2019, 2018 y 2020 respectivamente.
Esto quiere decir que el FMI evaluará sobre fines de junio, septiembre, diciembre y marzo las metas trimestrales interanuales.
Esta noticia (que no aún es pública) quedará reflejada en el memorándum que firmó el país y que tendrá efectos inmediatos.
De hecho, hacia fines del mes en curso el Fondo evaluará cómo están los precios en la Argentina.
Sturzenegger adelantó en la conferencia de prensa compartida con Nicolás Dujovne que la inflación interanual de junio debería ser del 22%.
Como el Fondo tomará examen trimestralmente, y sabiendo que puede haber desvíos en las metas (los números exactos no trascendieron), le permitirá al país la fijación de “bandas” para minimizar el margen de error.
En otras palabras, le brindará cierta “protección” en caso de que la inflación sea mayor. Habrá una “banda interna” y una “externa”.
– Si el desvío del índice de precios queda en la banda interna, el Gobierno tendrá que comunicarle al Fondo porqué resultó más elevado y qué hará para corregirlo.
– En caso de que meta trimestral se haya ido muy lejos y quedado en la banda externa, el Central tendrá que ir a Washington para reunirse con el directorio del Fondo y explicarles qué fue lo que ocurrió.
Como el Gobierno ya enterró las metas de inflación 2018, inicialmente en un 15%, el organismo de crédito, para evaluar el cumplimiento de las metas trimestrales este año, se basará en el REM (relevamiento de mercado que hace el mismo Central).
Es decir, la nueva “meta” a la que le apuntará el Central para cumplir el target que pide el Fondo es lo que surge de esa consulta al mercado. Algo así como el 2016 cuando el BCRA tampoco tuvo cifras explícitas.
De todas formas, estas revisiones trimestrales están encapsuladas en lo que se denominan cláusulas consultivas (y no cualitativas).
Esto significa que si se incumplen, no peligran los desembolsos al país del organismo de crédito.
Fuente iProfesional

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“La corrida” por la liquidez

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La turbulencia cambiaria que aconteció en el mercado el corriente mes con un incremento del precio del dólar promedio en un 31,93 % con respecto al valor de diciembre de 2017, implico que el BCRA a los fines de estabilizar el shock externo asociado al desarme de las inversiones financieras en Argentina para destinarlas a Estados Unidos por el mayor retorno a consecuencia de la política adoptada por la FED, que para atemperar dicho fenómeno la autoridad monetaria de Argentina decidió incrementar la tasa de interés de la política al 40 %.
Claro ésta que ese comunicado efectuado por el BCRA el 4/05/18 tuvo una repercusión inmediata por parte de los Agentes Financieros que, en primera instancia, el Banco de la Nación Argentina, ante dicha incertidumbre decidió suspender la operatoria de descuento cheques diferidos, noticia que no cayó nada bien entre las Pymes, quienes recurren a esta fuente de financiación
constantemente.
Pero, ¿de qué se trata? Esta herramienta financiera consiste en vender al Banco los cheques de pago diferidos que se posea en cartera, para hacerse de liquidez inmediata a una fecha anterior a la del pago del cheque. El banco deposita la suma de dinero, previo al cobro de los intereses y comisiones relativas a ese cheque.
Siempre que se elige utilizar esta operación, la empresa analiza la conveniencia del costo de las distintas entidades que ofrecen este servicio.
La suspensión de esta operación (en un primer momento por 60 días) por parte del banco Nación se debió a la baja tasa de interés vigente para tomar los cheques y reveló la intención de subir los valores y ponerlos acorde con el mercado. El sector más afectado y que inmediatamente hizo el reclamo fue el Agro, ya que dirigentes de Confederaciones Rurales Argentinas se reunieron con funcionarios del Ministerio de Producción y plantearon el reclamo.
Pero a consecuencia del reclamo, la suspensión no duro más de 3 días de la segunda semana de mayo, producto de que el jueves se amanecio con la noticia de que se tomó la decisión de volver a operar con esa línea de crédito, pero a tasas más altas.
¿Qué sector económico es el que mayor emplea este instrumento financiero?
Esta fuente de financiamiento es la más utilizada por las Pymes, ya que los plazos de pagos van entre 60 y 90 días, y estaría afectando a la cadena de pago de las empresas, porque cuando el BCRA decidió subir la tasa de interés de la política monetaria claramente repercute en el costo del dinero, que termina generando que los bancos y financieras privadas remarquen para arriba su tasa de interés para el descuento de los cheques diferidos.
Actualmente en los bancos la tasa oscila entre el 35% y 43% nominal anual. Generalmente las comisiones bancarias son mínimas.
¿Qué sucede con las PyMES que no pueden recurrir a esta fuente de financiación dentro de los bancos? Claramente recurren a las financieras privadas donde el costo por descontar los cheques es mucho más elevado. En la ciudad de Posadas, las financieras privadas están cobrando una tasa de interés de descuento del 70% nominal anual en promedio, o el 6% mensual; sin mencionar las altas comisiones que cobran sobre el valor descontado, que es alrededor del 2.5%.
Damos un ejemplo: una empresa tiene un cheque diferido de $100.000 cuya fecha de cobro es a 60 días, y necesita de liquidez para pagar los sueldos de los empleados. El cuadro comparativo sería el siguiente:

Tal como se observa en el cuadro precedente, la diferencia entre el costo total entre descontar un cheque de pago diferido en un banco o en una entidad privada oscila en promedio en un 110,58 %, lo que altera significativamente la liquidez por parte de las pymes repercutiendo negativamente en sus desembolsos previstos.
El indicador para analizar este panorama financiero es la evolución del Volumen de transacciones e instrumentos de pago que reflejen la cantidad de cheques rechazados en miles de pesos que a pesar de que no se tengan datos actuales publicados en la página del BCRA en función a este último salto en la tasa de interés, el incremento nominal de la cantidad de cheques rechazados entre el 30/11/2017 con respecto al 30/11/2016 fue del 41 %, que deflactando la inflación de dicho periodo, en términos reales creció un 15,15 %.
En consecuencia, en primera instancia lo recomendable (salvo por situaciones de iliquidez transitoria que requieran la necesidad de contar con fondos necesarios para afrontar el pago de sueldos, cuotas de préstamos, etc.) es ser cautelosos y confeccionar estrategias comerciales para dotarse de efectivo inmediato, como por ejemplo, lanzando un programa especial por una cantidad de días determinados de precios con importantes descuentos sobre los bienes y servicios que comercializa la Pyme solo para los compras en efectivo, para lo cual es indispensable la confección de proyecciones financieras planteando diferentes escenarios (optimista, normal y pesimista) para anticipar estos eventos.

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¿Qué culpa tiene la yerba? Cómo las consecuencias de la “bicicleta financiera” están ahogando al sector emblemático de la economía misionera

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¿Qué relación tiene un tarefero o un colono con las inversiones en Lebacs y la “bicicleta financiera” que se armó a partir de la política del BCRA? ¿Qué culpa tiene un molino yerbatero de las especulaciones de los fondos de inversión extranjeros que vinieron a hacer el famoso carry trade (traer dólares, cambiaros por pesos y ponerlos a trabajar en Lebacs o bonos)?
La respuesta es que no tienen nada que ver, porque no se beneficiaron con estos negocios fáciles. Pero al mismo tiempo, tienen todo que ver, porque hoy padecen las consecuencias de esas especulaciones ajenas y de las medidas de emergencia que el Gobierno tuvo que tomar para que la corrida no se agravara y se convirtiera en una crisis mayor.
Las tasas de interés altas están ahogando a la economía y en Misiones le pegan de lleno al sector yerbatero como no sucede en otros rubros de la actividad económica. Ni la madera, ni el té ni la pasta celulósica padecen como la yerba mate las consecuencias de tener un costo de financiamiento altísimo, como el actual.
Hay que entender que el sector yerbatero requiere de mucho capital para levantar la cosecha. Es dinero para pagarle a las cuadrillas de tareferos cada viernes, más dinero para el flete de esa hoja verde hasta el secadero. También, claro está, el dinero para el productor y luego ese capital que queda inmovilizado por 12 o 14 meses con la yerba canchada estacionándose en los galpones. El sector yerbatero necesita capital y lo necesita por un tiempo.
Y la tasa de interés alta priva al sector de ese capital de trabajo, por culpa de las especulaciones financieras de los que no producen nada y sólo invierten en Lebacs, como los fondos del exterior.
Entre 50 y 90 millones de pesos semanales para levantar la cosecha 
Según cálculos que realizó Economis consultando a varios especialistas, el sector yerbatero necesita -en promedio- 50 millones de pesos por semana para pagarle a los tareferos y pagar el gasoil y el flete hasta el secadero. Se calculan 3 pesos por kilo para cubrir estos costos. En un total de 800 millones de kilos de hoja verde que se cosechan por año, da un total de 2.400 millones de pesos al año.
Como la cosecha dura diez meses, el total mensual aproximado necesario son 240 millones de pesos. Así el cálculo arroja un número superior a los 50 millones de pesos, más cercano a los $60 millones.
Otro experto en el tema yerbatero comentó a este diario que en, en rigor, en los meses de mayor actividad esa cifra puede arañar los 100 millones de pesos a la semana. “La cosecha arranca a media máquina en marzo, luego hay cinco meses fuertes y septiembre suele cosecharse un poquito, en los meses fuertes necesitas más de 90 millones de pesos a la semana.
De bancos, financieras y “cuevas”
Esos casi 60 millones de pesos se destinan solamente para pagar la cuadrilla de tareferos y el gasoil hasta el secadero. ¿Cómo se financia? Generalmente los secaderos o las industrias adelantan pagos para la cosecha o los productores descuentan cheques propios o de terceros en los bancos, en el mejor de los casos, o en financieras o directamente en “cuevas”.
Cuando se habla de “cuevas” en el interior de la provincia se puede estar hablando de un supermercado que cambia un cheque por un poco de efectivo para el combustible y mercadería.
Obviamente, con las tasas de interés en niveles del 40 por ciento en la tasa de referencia del Banco Central, el financiamiento se hace casi imposible de afrontar. Para descontar cheques algunos bancos están cobrando tasas de 50 o 60 por ciento o aún más. Y algunas entidades como el Banco Nación suspendieron algunas de esas líneas.
En tanto, las financieras cobran más que los bancos y las “cuevas” más que las financieras.
Así es como este nivel de tasas de interés ahoga a la actividad económica en las chacaras.
Los molinos, con una pesada deuda con bancos
A todo esto hay que agregarle el dinero que necesitan los molinos para comprar la materia prima y ponerla a estacionar en períodos que pueden superar los 12 meses.
Juntar 10 millones de kilos de yerba para un molino de los “top” tiene un costo de 250 millones de pesos aproximados, comentó a Economis un importante industrial. Si una industria pusiera el dinero en Lebac tendría un rendimiento de 100 millones de pesos al año y sin hacer nada.
Hasta antes del comienzo de la crisis cambiaria, según datos del BCRA publicados por Economis, los principales molinos tenían una deuda con el sistema financiero de 2.200 millones de pesos. Un parte importante de esta deuda es a tasa variable, con lo cual, se incrementa con la suba que dispuso el Banco Central.
A mil kilómetros de la city porteña, la cadena de la yerba padece las consecuencias de las medidas de emergencia para paliar los efectos de una “bicicleta financiera” de la cual no se benefició nunca.
 

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El BCRA ofrece cambiar Lebacs de un mes por otras de mas largo plazo

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El Banco Central intenta evitar que el próximo 19 de junio la licitación de Lebac, con vencimientos por $658.000 millones, se convierta en la noticia del día, tal como fue vivido el “supermartes” de la semana pasada.
Para ello, la autoridad monetaria comenzó este miércoles a participar de la rueda “SWAP” del SIOPEL en el ámbito de Mercado Abierto Electrónico (MAE), en una operatoria cuya principal diferencia es que las letras no se canjean por dinero sino por otras de mayor plazo.
Fuentes del BCRA explicaron que “no tienen previsto un volumen” previsto en relación a lo que saldrá a canjear en el MAE. La rueda opera entre las 10 y las 17 horas y liquida en t0, t+1 y t+2.
Las especies (Letras del Banco Central, LEBAC) se ofrecen por precio, que se corresponde con los pesos que deberá recibir o entregar la contraparte por cada VN 100.
En todas las operaciones en las cuales intervenga este Banco Central el agente liquidador será la CRyL.
El BCRA efectuará los débitos y créditos en ese orden, tanto en pesos como en títulos a las 17 horas correspondiente a la liquidación.
En el último vencimiento del 15 de mayo, el Banco Central (BCRA) renovó el 100% de los vencimientos de Lebac por $ 615.877 millones en la licitación mensual y, además, recibió una oferta adicional de 5.000 millones de pesos. La tasa de rendimiento para el plazo más corto fue de 40%, informó el organismo. El nivel de renovación representó un “test” de confianza del mercado.

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